Manolo Caracol "enseña" a torear a Paco Camino
"Un volcán en el escenario y fuera de él, la más grande, la Niña de Fuego, la salvaora, la perdición de los hombres, la que miente cuando besa, según la copla que cantaba Manolo Caracol. Su efímera relación con el torero Manolo González acabó con los tormentos del cantaor".
Este lunes, 21 de enero, Lola habría cumplido 90 años
"Lo cuenta Ignacio García Garzón en El volcán y la brisa. A Lola, torera y genial, tampoco le salió bien ese amor fugaz con el torero de moda, un seductor que la había embelesado con zalamerías y buena labia. «Me dijo palabras tan bonitas al oído que yo estaba como en una nube y comprendí que no podía seguir con Caracol, que tenía que dejarlo». Despechada con Manolo Caracol, que se había acordado de los muertos de Lola, cosa imperdonable en la ley gitana, se lo contó. Y se acabó la historia de Caracol para siempre".
Foto de Martín Santos Yubero (1943)
"A Rafael Ortega, Gallito, sobrino de los Gallos, Lola lo recordaba como un amor iniciático y puro, cuando aún era virgen y el torero un donjuán que quería llevársela al huerto. En sus memorias, dice que se enamoró «hasta los tuétanos; éramos una pareja de cine, el torero triunfante y la gitana bonita». Y luego razona por qué, pese a temblar de deseo cada vez que veía a Gallito, permaneció virgen: «Si doy mi honra a este torero por amor a cambio de nada, ¿qué voy a tener para el día de mañana si me hace falta dar eso a cambio de dinero que puede necesitar mi familia?». Perdido eso en Valladolid, entregado a cambio de nada a Niño Ricardo, genial guitarrista, Lola tuvo menos escrúpulos. Sus grandes amores fueron futbolistas: el vallisoletano Gerardo Coque, un genio que jugaba en el Atlético de Madrid, y Gustavo Biosca, defensa central de la selección y del Barcelona" (fragmento escrito por Javier Villán en su libro "Tauromaquias").
Manolo Caracol -mote que heredó de su padre cuando éste, de crío, entraba en la cocina con una olla de caracoles- estaba emparentado con los Gallo. Lola Flores también era gran aficionada a los toros... y a los toreros. Primero con Rafael Ortega, Gallito, que se despidió de la jerezana un inesperado día, tras confesarle que le aguardaba una señora mayor que ella, dueña de un cochazo de impresión con chófer incluido, abrigo de pieles y joyas a tutiplén. Gallito, de diminutivo, tenía poco.
Después llegó Manolo González, matador zalamero -y posteriormente ganadero y apoderado- que "apuntilló" sentimentalmente a Caracol. Dicen sobre él en el Cossío: "Manolo González ha sido un torero sevillano del más puro estilo. Pertenece a la rama de tal toreo que, sin precedentes en el siglo XIX, cuaja en la figura de Rafael El Gallo a principios del XX, se continúa con el arte excepcional de Chicuelo y llega a su mayor esplendor con Pepe Luis Vázquez. La esencia de tal toreo reside en el garbo de los movimientos, en el garbo y la característica gracia incomunicable del andaluz. Si tal estilo tiene su nombre en Pepe Luis, Manolo González, manteniendo la tendencia, le añade el valor, un valor auténtico que en sus primeros años de matador, y en los de novillero, llegaba a ser lo más destacado de su manera de torear. Habrá habido toreros con más gracia de arte, y los habrá habido con tanto valor; pero el valor informando al arte, no sé de torero alguno de nuestro tiempo que lo haya patentizado como Manolo González".
Manolo González
Éste Manolo González Cabello (Sevilla, 1929-1987) fue el creador de la ganadería homónima, tras comprar, en 1974, una vacada de procedencia Núñez y trasladarla a la sierra de Aracena.
Otro de los diestros de Lola, al menos en la ficción: el mítico Juncal
Casualmente, hubo más toreros que rodearon a Lola: un antiguo banderillero de Antonio Márquez y Domingo Ortega, Palmita, fue su representante durante algunos años, al principio de su carrera. En esa época cantaba con frecuencia "Los niños de la Gabriela", el pasodoble "Angustias Sánchez" dedicado a la madre de Manolete, "¡Ay, mi abanico torero!" y "Olé mi torero", que decía:
"Señor duque de Veragua
no mande usté ese ganao
que me tiemblan las enaguas
de verle tan bien plantao".
Lola tenía casta para regenerar toda la cabaña brava.
En 90 años no ha vuelto a nacer otra como ella.
En 90 años no ha vuelto a nacer otra como ella.
Excelentes tus entradas y excelente tu blog...No se si estara condenado a desaparecer pero engancha y dudo que lo haga porque lo que cuentas es ameno, entretenido, culto e interesante...¿Que más se puede pedir?. Enhorabuena por el. Muchos besos amiga.Me alegró verte ayer de nuevo.Teresa.
ResponderEliminarMuy bueno Gloria
ResponderEliminarUn beso
Pgmacias
No se trata de Rafael Gómez "Gallito", que ese sería Rafael El Gallo, que es el de la foto que se publica por error. El que debió cortejar a Lola Flores fue Rafael Ortega "Gallito", torero de los años cuarenta y, efectivamente, sobrino de los Gallos. Villán está equivocado y tu arrastras el error.
ResponderEliminar...y hermano de la genial recitadora Gabriela Ortega, la de 1,2 y 3, tres banderilleros en el redondel
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