En 1946, John Ford, un genio que dirigía películas, rodó "My darling Clementine", que en España se tituló de forma rimbombante "Pasión de los Fuertes". Estaba protagonizada por Henry Fonda, que encarnaba al legendario Wyatt Earp. "A Ford le gustaba su forma de caminar -escribió Winston Miller refiriéndose a Fonda-. Hubiera sido capaz de mirarle recorrer una calle entera. Su forma de andar era única".
En estos tiempos en los que todo el mundo acude al psicólogo/psicoanalista/psicopedagogo y que desde nuestra más tierna infancia nos enseñan a expresar nuestros sentimientos a través de una incontenible verborrea bajo riesgo de quedar traumatizados de por vida, recuerdo un memorable diálogo entre Fonda (Earp) y el barman del Saloon de Tombstone.
- Barman: ¿Un whisky, sheriff?
- Fonda: ¿Tiene inconveniente en que le haga una pregunta personal?
- Barman: No sheriff. Pregunte lo que quiera.
- Fonda: Mac, ¿Ha estado usted enamorado alguna vez?
- Barman: No, sheriff. Yo siempre he sido camarero.
Antes, nadie acudía al psicólogo. Los creyentes se desahogaban con el cura y los ateos con el camarero. Creo que eran tiempos más cuerdos (y silenciosos). Actualmente, la vida se resume en un gran problema de "falta de comunicación": con la pareja, con los amigos, con los hijos, con la familia, con uno mismo... El hombre moderno habla una barbaridad, casi más que las mujeres. Es insoportable. Desde pequeños, en los colegios (yo pertenecí a la funesta LOGSE), nos están metiendo en la cabeza que debemos ser "empáticos" y no reprimir nuestros sentimientos. Me imagino que la cosa ahora estará aún peor. Estos son los nuevos mandamientos del "macho" del siglo XXI:
- La charla femenina cohesiona el mundo (Louann Brizendine, neuropsiquiatra estadounidense. Para Brizendine, educar a un niño era más difícil que educar a una niña).
- Las conversaciones no abordadas son las que generan sufrimiento (Cristina Naughton, psicóloga argentina).
- Que las mujeres dejen de reprimir su talento y los hombres dejen de castrar su vida emocional (Mineke Schipper, antropóloga holandesa. Nació en Holanda, pero descubrió la antropología en el Congo. Investigó refranes machistas en todas las culturas).
- El hombre del siglo XXI es mujer (Pilar Rahola, un aparato).
Así luego pasa lo que pasa
La "inteligencia emocional" también está muy de moda -incluso hay "tests" en Internet para averiguar si eres emocionalmente inteligente-, pero sigo sin saber qué significa. No en vano, con intención de modernizarme, fui a la sección de auto-ayuda de una librería a ver si me enteraba. Salí igual que entré. Hojeé un libro sobre la materia que, según decía en la portada, era un best-seller mundial (por Daniel Goleman). No pasé del índice. Estos eran algunos capítulos:
- ¿Para qué sirven las emociones?
- Anatomía de un secuestro emocional
- Cuando el listo es tonto
- Conócete a ti mismo
- Esclavos de la pasión
- Las raíces de la empatía (sospechaba que la empatía iba a salir por alguna parte)
- Ejecutivos con corazón
- El crisol familiar
- Trauma y reeducación emocional
- El temperamento no es el destino
- El coste del analfabetismo emocional
- La escolarización de las emociones
Tuve que cambiar de libro. Cogí el de la estantería vecina: "Estoy casada pero me siento sola. Como reencontrarse y recuperar la pareja", de Alejandra Stamateas. Lo abrí al azar por el capítulo 10. Empecé a leer:
"Muchas mujeres se preocupan al no percibir ninguna señal de comunicación por parte de sus parejas: ni palabras, ni expresiones faciales significativas, ni ningún contacto visual. A alguien le podría parecer que son dos extraños bajo un mismo techo. Sin embargo, él parece poder comunicarse con todo el mundo, con todos es un hombre encantador; «¡A ti sí que te tocó la lotería, nena!», te dicen. Pero da la sensación de que este hombre tan elogiado ha decidido no hablar ni con su esposa ni con sus hijos. La falta de comunicación es uno de los principales problemas de las parejas de hoy, junto con la falta de proyectos en común, de sueños y de ideas. Y es generalmente la mujer la que comienza a advertir esta carencia [...] Cuando no podemos decir aquello que nos molesta, que nos hiere, nuestro cuerpo será el receptor de todas esas emociones negativas que escondemos y terminará enfermando. Nuestro cuerpo comenzará a dar el mensaje que nuestra boca es incapaz de transmitir. EL SILENCIO NO ES SALUD. Si no hablas, tu cuerpo se volverá más vulnerable a ciertos tipos de síntomas y enfermedades: asma, varices, diabetes, osteoporosis o artritis, dolores permanentes de cabeza, etc.".
Confirmado: en el siglo XXI, el silencio es perjudicial para la salud. Pero, ¿por qué ninguno de estos afamados autores habla sobre la falta de comunicación con el barman? Me parece un asunto crucial. En China, incluso, existen bares donde permiten pegar al camarero para descargar tensiones.
Quino
"Mi psicoanalista me advirtió que no saliera contigo, pero eras tan guapa que cambié de psicoanalista" (Woody Allen).
Cuando salí de la sección de auto-ayuda, no podía sacarme de la cabeza aquella copla-marcha con letra de Rafael de León: "Silencio, cariño mío" (sí, lo sé, soy una antigua para los restos).
"Un torito de locura
va corriendo por mis venas,
el torito de Miura
de un querer que me envenena.
Yo no sé si darle muerte,
Virgen morena del Baratillo,
o quedarme con mi suerte
y que me claven siete cuchillos...
Y sin juez ni tribunales
a morir, yo me sentencio,
con mis duquitas mortales,
en una cruz de silencio".
va corriendo por mis venas,
el torito de Miura
de un querer que me envenena.
Yo no sé si darle muerte,
Virgen morena del Baratillo,
o quedarme con mi suerte
y que me claven siete cuchillos...
Y sin juez ni tribunales
a morir, yo me sentencio,
con mis duquitas mortales,
en una cruz de silencio".
¡Ay, una cruz de silencio! Qué maravilla... Quién la pillara.
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