La otra mañana subió hasta mi ventana el sonido del chiflo del afilador. Y ahora, bajo mi oficina, pasa el camión del tapicero: "Se tapizan sillas, sillones, butacas, tresillos, y toda clase de muebles y tapicerías en mal estado. No deje pasar esta oportunidad. Recogemos y entregamos en su propio domicilio". Los sonidos de la calle desaparecen devorados por el ruido espantoso de los motores y las obras faraónicas. En las grandes ciudades, el afilador y el camión del tapicero son, posiblemente, los últimos supervivientes de la barbarie sonora. Cuando voy a un mercado de los de antes, me embelesa escuchar los pregones de los vendedores. También entra el cuerpo en caja cuando, en las tardes de corrida, en los alrededores de las plazas de toros, te ofrecen a voz en grito "agua fresca" o "almohadillas pa´la piedra". Hoy, con permiso de la autoridad, vamos a repasar diez pregones clásicos de la copla y la canción popular.
LA SOMBRA VENDO
"Llevo los abanicos de mil colores,
que en la plaza florecen con alegría.
Quitan al sol con gracia sus resplandores,
y alegran la tragedia de la corría.
Cuando la puerta de los toriles
se rompe en quiebros de seguidilla,
mis abanicos se ven por miles
y le dan celos a las mantillas
La sombra, la sombra vendo.
¿Quién me la quiere comprar?
De dinero yo no entiendo,
la doy casi regalá.
La sombra, la sombra vendo,
pa´competir con el sol.
Cómprela usted caballero,
que no hay en el mundo entero
la sombra que vendo yo".
que en la plaza florecen con alegría.
Quitan al sol con gracia sus resplandores,
y alegran la tragedia de la corría.
Cuando la puerta de los toriles
se rompe en quiebros de seguidilla,
mis abanicos se ven por miles
y le dan celos a las mantillas
La sombra, la sombra vendo.
¿Quién me la quiere comprar?
De dinero yo no entiendo,
la doy casi regalá.
La sombra, la sombra vendo,
pa´competir con el sol.
Cómprela usted caballero,
que no hay en el mundo entero
la sombra que vendo yo".
EL PREGÓN DE LA GITANA
"Flores... las flores...
a las niñas morenas,
y a las rubias encendías,
a las que entran y salen,
y a las que están escondías,
para que nadie las vea,
detrás de la celosía,
yo les vendo las flores,
las flores mas lindas de Andalucía".
a las niñas morenas,
y a las rubias encendías,
a las que entran y salen,
y a las que están escondías,
para que nadie las vea,
detrás de la celosía,
yo les vendo las flores,
las flores mas lindas de Andalucía".
LA VIOLETERA
"Como aves precursoras de primavera,
en Madrid aparecen la violeteras,
que pregonando parecen golondrinas
que van piando, que van piando…
Llévelo usted, señorito,
que no vale más que un real,
cómpreme usted este ramito
pa' lucirlo en el ojal".
en Madrid aparecen la violeteras,
que pregonando parecen golondrinas
que van piando, que van piando…
Llévelo usted, señorito,
que no vale más que un real,
cómpreme usted este ramito
pa' lucirlo en el ojal".
POR LA CALLE DE ALCALÁ
"Por la calle de Alcalá,
con la falda almidoná
y los nardos apoyaos en la cadera,
la florista viene y va
y sonríe descará,
por la acera de la calle de Alcalá".
con la falda almidoná
y los nardos apoyaos en la cadera,
la florista viene y va
y sonríe descará,
por la acera de la calle de Alcalá".
MAÑANA SALE
"¡La fortuna, pa´mañana!
¿Quién me compra un quince mil?
(Te repiquen las campanas
a la hora de morir).
¿Quién me compra un quince mil?
(Te repiquen las campanas
a la hora de morir).
¡Cuatro series!, ¡qué bonitas!
¡Voy tirando los caudales!
¡Son de doña Manolita!
¿Quién me compra esta penita?
¡Mañana, mañana sale!"
¡Voy tirando los caudales!
¡Son de doña Manolita!
¿Quién me compra esta penita?
¡Mañana, mañana sale!"
LOS BOQUERONES DEL ALBA
"Los boquerones del alba
que acabo yo de pescar
de la mismita caleta.
¿Quién los quiere comprar?
que acabo yo de pescar
de la mismita caleta.
¿Quién los quiere comprar?
Como barritas de plata
como jazmines de sal
que con la red han salido
de lo profundo de la mar".
como jazmines de sal
que con la red han salido
de lo profundo de la mar".
EL MACETERO
"Abrí, niña, los balcones
que ya llegó el macetero
con mi pregón sandunguero
encandilo corazones.
Vengan y compren la rosa
ruborosa y sin espinas,
miren esta clavellina
que huele a flor de romero
colio, pilistra y geraneo,
de tó trae el macetero".
que ya llegó el macetero
con mi pregón sandunguero
encandilo corazones.
Vengan y compren la rosa
ruborosa y sin espinas,
miren esta clavellina
que huele a flor de romero
colio, pilistra y geraneo,
de tó trae el macetero".
EL MANISERO
"El manisero entona su pregón,
y si la niña escucha su cantar
bajará de su balcón…
Maniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii".
y si la niña escucha su cantar
bajará de su balcón…
Maniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii".
EL PREGÓN DE LOS CARAMELOS
"Yo soy el caramelero
que pasea por Sanlúcar,
y traigo pa´las mocitas
dulces terrones de azúcar.
Llevo bombones, llevo bombones
pa´las niñas que sufren
del mal de amores.
que pasea por Sanlúcar,
y traigo pa´las mocitas
dulces terrones de azúcar.
Llevo bombones, llevo bombones
pa´las niñas que sufren
del mal de amores.
Traigo trufillas heladas,
y caramelos de menta,
porque yo sé que a las niñas
siempre las pone contentas.
Llevo de coco y de fresa,
de tutti frutti y limón.
Y la que no se conforme,
yo le doy mi corazón".
y caramelos de menta,
porque yo sé que a las niñas
siempre las pone contentas.
Llevo de coco y de fresa,
de tutti frutti y limón.
Y la que no se conforme,
yo le doy mi corazón".
EL UVERO
"Uvitas negras de Los Palacios,
comen las niñas dulce y despacio..."
comen las niñas dulce y despacio..."
Me encanta pasarme por aquí de vez en cuando. Hay en Sevilla un bar donde desayunaba en mis tiempos de estudiante. Está junto a la Plaza del Salvador y se llama el Bar Europa. Su barra es de madera ennegrecida, como el casco de un viejo barco fantasma; su mostrador y las mesitas, de mármol resquebrajado, como señeras lápidas que ocultan un pasado que todavía patalea y araña bajo ellas, negándose a morir... Todavía hoy, cuando traspaso las puertas del Bar Europa, me siento llevado en volandas a un tiempo que no conocí, pero que añoro como si lo hubiera vivido plenamente.
ResponderEliminarPues así es tu blog.
Un oasis, una buhardilla recóndita, una trinchera, un trocito de cristal escondido en la arena con una estampa de colorines debajo.
Así es. Por eso me llama tantas veces y me hace volver.
Un saludo.