lunes, 26 de noviembre de 2012

Ratzinger nos quiere vender la burra


Si ya éramos pocos, parió la burra... aunque no sabemos dónde, porque Benedicto XVI la ha expulsado del portal de Belén. Quizás se trate de un nuevo caso de desahucio. ¿Pagaba la borriquita el alquiler del pesebre o era una okupa? Por esa regla de tres, el río de Papel Albal y los sembrados de lentejas tampoco son "un fiel reflejo del Evangelio"... Ratzinger, de un plumazo, nos ha echado abajo años y años de atrezzo. Sólo salva a la estrella que guió a los Reyes Magos porque era una supernova


“¿De dónde?”, se viene a preguntar Ratzinger, “¿pudieron sacar los dos evangelistas la historia que cuentan?” […] Según explica en el tercer capítulo, dedicado al nacimiento de Jesús, la Virgen envolvió a su hijo en pañales, pero como cualquier otra madre en sus circunstancias, esto es, con amor pero “sin sensiblería”. Es la tradición, según Joseph Ratzinger, la que le pone literatura al asunto, metiendo en el cuadro un pesebre —representación del altar— y unas gasas para envolver al bebé —un anticipo de la hora de su muerte—. El Papa, por tanto, hace tabla rasa con los detalles
(publicado en El País, 21 de noviembre de 2012).

Carlos Alsina reflexionó el otro día que, en tema de belenes, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Quizás tenga razón, pero me sigue preocupando el futuro de la mula.


¡No al Belén sin el río de Papel Albal!

"Como diría el otro Beni citando a Caracol del Bulto, si es por animales de la Navidad, esa inquina contra la mula y el buey... ¡contra el Despeñaperros de los renos de Papá Noel, Santidad!" (leer el artículo completo de A.B., "¿Y los renos"?).


Ahora que en ciudades como Madrid o Jerez, el servicio de recogida de basuras se ha puesto en huelga, ¿por qué los ayuntamientos no fichan a una cuadrilla de asnos de la limpieza? Hasta no hace mucho, los críos iban con su burra recogiendo los desperdicios de las calles y lo dejaban todo más limpio que un jaspe. Con suerte, así la mula podrá pagar su humilde pensión en el pesebre de Belén los meses de diciembre y enero.

Basurero en Salamanca

El camión de la basura

Desde niña, he sentido fascinación por los basureros de Madrid. El idilio empezó una noche de verano, cuando observaba a los habitantes de Chamberí encaramada a un tobogán de la plaza del Conde del Valle de Suchil. De pronto, irrumpió en escena una cuadrilla de basureros montados en su flamante camión. La coreografía era perfecta: uno conducía, dos acercaban los contenedores a la trituradora y un cuarto, el clásico chulapo, hojeaba las revistas que había en la basura mientras los otros trabajaban. Tardaban medio minuto en vaciar los cubos de una calle. ¡El espectáculo que formarían con un burro! Los vecinos se agolparían en las ventanas para verlos pasar... Algunos, como si fuera Semana Santa, alquilarían sus balcones a los turistas.  

Ratzinger nos quiere vender la burra


Las Coplas del Burrero (Valverde, León y Quiroga)
Con su caballo negro,
viene mi amante, viene mi amante,
por la carreterita,
que da al Brillante, que da al Brillante,
y cuando va llegando
siempre me canta así:
"Sal a tu reja, niña,
que por tus besos,
yo estoy penando,
rosa de abril, rosa de abril".
¡Ay, que tú me miras,
me miras, que tú, mírame!
No me estés mirando
y lleva la burra a beber.
Que ya son la una,
que ya son las tres.



Aquí se comprueba mi amor por los basureros.
Con esto no contabas, ¿eh, Ratzinguer?

1 comentario:

  1. ¿Y hay, papa defensor de los desheredados, dignidad para los no favorecidos como por la que luchaba el creador de tan exitosa secta en ese pesebre de Belén?

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