sábado, 29 de marzo de 2014

Señores, ¿qué va a ser?


En la trianera calle de San Jacinto, concretamente en el número 41, se encuentra la capilla de María Santísima de la Estrella. Allí vive la imagen de una bella Dolorosa del siglo XVII obra, probablemente, de Juan Martínez Montañés. Pared con pared, en la cervecería La Grande, a la sombra de un enorme azulejo del Jesús de las Penas, los parroquianos ven caer la tarde. Algunas veces, en el silencio de la eucaristía, retumba entre las paredes del templo la voz del camarero reclamando la comanda: "Señores, ¿qué va a ser?". Pero nadie piensa en la salvación eterna o en la misericordia de La Estrella, sino en una ración de ensaladilla y de gambas. En estos días, tapas y padrenuestros se engarzan en Sevilla como en un inmaculado rosario.
 
 
Porque a la luz le conviene,
busca tu talle sucinto
y a la calle San Jacinto
toda la luz se te viene.
Después, la luz se entretiene
en madurar a tu lado.
Y al volver sobre lo andado
con toda tu luz aquella,
le basta al cielo tu Estrella
para ser cielo estrellado.

Si los que iban a Flandes
te hicieron Madre de orilla,
yo, de Triana a Sevilla
hago lo que me demandes.
Sigo el paso que Tú andes.
por este desvelo mío.
Jamás mi rumbo desvío
de esa Estrella que se clava
con los ojos en la Cava
y el pensamiento en el Río.

Hija de la alfarería
y madre de capitanes,
Pan de Amor entre los panes
del amor de cada día.
Rosa de Dolor, tenía
contigo un verso pendiente.
Lo traigo, Estrella, caliente
en el amor de la tinta:
es para Ti, por distinta,
por trianera y por valiente.
 
(Antonio García Barbeito)

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