martes, 11 de diciembre de 2012

Asociación de Damnificadas por las Comedias Románticas


Escribo esto a petición de mis amigas. En realidad, utilizan el blog como si se tratara de la Oficina de Atención al Consumidor. Se sienten damnificadas por las comedias románticas hollywoodienses. Son un timo, me aseguran indignadas. "¿Cuántas veces nos hemos caído por la calle y un chico guapo con sonrisa Profident se ha acercado a recogernos y, de paso, pedirnos el número de teléfono?", dice una. "No existen hombres como en esas películas", asevera otra.


- Yo, últimamente, me he convertido en una "cierra-bares". Me quedo hasta última hora cerca de la barra por si se acerca alguien interesante.
- No lo veo... A esa hora sólo quedan balas perdidas, ¿no? -pregunto.
- Sí... pero tengo la esperanza de que un chico... uno al que le pase lo mismo que a mí y no sea una bala perdida... también haya pensado quedarse hasta última hora y...
- ¿Y ocurra como en las películas?
- Exacto.
- Sigo sin verlo.


Reconozco que no soy una experta en cine moña actual -adoro, en cambio, el happy ending, a veces pasteloso, de Billy Wilder en "Sabrina" (1954) o "El mayor y la menor" (1942)-; por lo que, ya que mis amigas me han pedido una reclamación seria, tomo la determinación de ponerme al día con los títulos más nocivos que ha parido el género en los últimos veinticinco años:


1. "Pretty Woman" (Garry Marshall, 1990)
2. "El diario de Bridget Jones" (Sharon Maguire, 2001)
3. "Cuando Harry encontró a Sally" (Rob Reiner, 1989)
4. "Nothing Hill" (Roger Michell, 1999)
5. "La boda de mi mejor amigo" (P.J. Hogan, 1997)
6. "Amelie" (Jean-Pierre Jeunet, 2001)
7. "Cuatro bodas y un funeral" (Mike Newell, 1994)
8. "Tienes un e-mail" (Nora Ephron, 1998)
9. "Mientras dormías" (John Turteltaub, 1995)
10. "Love Actually" (Richard Curtis, 2003)


En todas estas películas -además de tener a Julia Roberts, Hugh Grant, Meg Ryan y/o Tom Hanks como protagonistas-, el guión se repite: chico conoce a chica, chico pierde a chica, chico recupera a chica (las más modernas, invierten el género, es decir: chica conoce chico, etc.).


"
Contaba Billy Wilder que un día se levantó especialmente feliz. Tenía la costumbre de mantener una libreta y un lápiz siempre dispuestos en su mesilla de noche a fin de poder apuntar rápidamente lo que pudiera ocurrírsele por la noche y aquella mañana tenía el vago recuerdo de haber dado con algo bueno antes de dormirse. Cuando cogió su libreta leyó: chico conoce a chica. Verdaderamente, es una historia estupenda".



Mis amigas no están conformes: es un argumento fantástico... que jamás se cumple. ¿Qué sucede en la vida real? Según ellas, existen tres opciones:
a) Chica y chico NUNCA se conocen porque salen/trabajan/viven en ambientes completamente distintos (y la técnica de cerrar el bar no funciona).
b) Chica conoce a chico, pero chico ignora a chica (a veces chico puede estar casado, traumáticamente divorciado, etc.).
c) Chica conoce a chico, chico se interesa por chica... pero (de nuevo la adversativa) chico resulta ser un pieza sin lidia. En los tres casos, el final siempre es el mismo: chica frustrada.


Para tener otra perspectiva, hablé sobre este tema con un picador que me dio una cuarta posibilidad:

d) Chico se toma unas copas, chica también, chico y chica van a casa de alguno de ellos a practicar lenguas muertas, después chico o chica sale de allí pitando, finalmente: whatsapp, whatsapp, whatsapp y más whatsapp.



Sin embargo, el final más realista y acorde con los tiempos que conozco, no es ninguno de estos cuatro. Hace unas semanas, me contarton la siguiente historia: chico y chica se conocen, chico y chica se hacen novios, chico y chica se casan, chico y chica tienen un churumbel, después de 15 años de relación, chico le confiesa a chica que se ha dado cuenta de que le gustan los hombres, chico "se hace" homosexual y conoce a chico... chico conquista a chico. ¿A qué es genial? La realidad siempre supera a la ficción.

2 comentarios:

  1. ¡Oye! No nos quites la esperanza, te falta la opción final feliz...

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  2. Itziar, creo que esos no existen... Al menos, si empiezan en templos de perdición como aquel al que te llevamos (por cierto vuelvo la semana que viene, creo, y quiero verte allí pero bailando)

    Leti

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