martes, 18 de diciembre de 2012

El cansancio del alma fuerte

En la encrucijada entre las ruas lisboetas de Mouraria y do Capelão se halla un bello monumento al fado y los fadistas.


"Toda poesía—y la canción es una poesía ayudada—refleja lo que el alma no tiene. Por eso la canción de los pueblos tristes es alegre y la canción de los pueblos alegres es triste. El fado, sin embargo, no es alegre ni triste. Es un episodio de intervalo. Lo formuló el alma portuguesa cuando no existía y lo deseaba todo sin tener fuerza para desearlo. Las almas fuertes lo atribuyen todo al Destino; sólo las débiles confían en la voluntad propia, porque ésta no existe. El fado es el cansancio del alma fuerte, la mirada de desprecio de Portugal al Dios en que creyó y también le abandonó. En el fado los Dioses regresan legítimos y lejanos" (Fernando Pessoa, abril de 1929).

Rua do Capelão muy a comienzos del siglo XX

"Rua do Capelão" es el canto de un corazón cansado de latir. Desde que le vio descender la calle sembrada de romero, su destino quedó marcado para siempre. Él se marchó un día y ella sabe que nunca volverá. Para llenar su alma y su vacío, morirá abrazada a uno de los fados más hermosos que se han escrito. 
Inicio de la Rua do Capelão

"Ó rua do Capelão
Juncada de rosmaninho...
Se o meu amor vier cedinho
Eu beijo as pedras do chão
Que ele pisar no caminho".

Que en castellano, apróximadamente, quiere decir:

"Oh, rua do Capelão
Sembrada de romero...
Si mi amor viene temprano por la mañana
beso las piedras del suelo
que él pisa en su camino".


La versión clásica es la de Amalia Rodrigues,
pero reconozco que prefiero la de Cuca Roseta.


Una de las primeras fadistas de la historia murió a los 26 años, enferma de tuberculosis, en un mísero burdel de la rua do Capelão. Se llamaba María Severa y nació en una casucha de la parte alta de Lisboa en 1820. De cabello zaíno, rasgos gitanos y labios carnosos, pronto se hizo famosa por su belleza y facilidad para cantar fados, lo que causó más de un estrago entre los hombres de Mouraria, sobre todo entre aquellos que acudían a escucharla a la taberna Rosário dos Óculos, al cabo de Capelão, o al Café do Joaquim Silva, muy cerca de la plaza de toros de Campo de Santana. El Conde Vimioso, gallardo cavaleiro, era un admirador de La Severa. "O 13º Conde de Vimioso era um hábil cavaleiro e distinto na arte de lidar com os toiros. Foi durante muitos anos aplaudido na antiga Praça de toiros do Campo de Santana".

La Severa (1820-1846)

A Praça do Campo de Sant'Ana era pequena e quase tôda de madeira,
sem o tipo clássico dos redondéis hispano-árabes, uma arena muito
para «brinco de touros», mas que fêz as delícias dos nossos avós.

Pero para el conde, conquistador empedernido, la fadista no fue más que un capricho pasajero y la joven de Mouraria acabó perdiendo la cabeza por conquistar su amor. "Tudo leva a crer que Maria Severa tinha vivido os três últimos anos da sua vida, na companhia do Conde. Por ele morreu de amor". Finalmente, su alma fuerte se apagó en Capelão.

"Chorai, fadistas chorai
Que a Severa se finou".
"A Severa" se estrenó en 1931.
Fue la primera película sonora rodada en Portugal.

1 comentario:

  1. Me encantan tus blogs. Son muy interesantes. Creo que haces una gran labor. Te felicito.
    José María Iñigo

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