Gines Bueno (1935)
Tienen las pescateras fama de criticonas, mala uva y lengua larga, pues, mientras desgranan escamas y limpian el género, ponen de vuelta y vuelta a plaza y media de abastos. Durante las mañanas de verano, suelo visitar el puesto de dos pescateras onubenses, madre e hija, que echan gusarapos por la boca. Que si fulano es mariquita, que si zutano anda tieso, que si mengana la palmó el pasado invierno. Y así, poco a poco, maldad a maldad, van limpiando unos chocos, que son gloria bendita.
Ternura exagerá
Por besar tus manos frías
muero yo de calentura,
pescadera, vida mía.
Vaya tela la manera
con que mueves tu cintura;
tienes planta marinera
y eres guapa sin pintura.
Y pregonando la venta
la gracia del mundo entero;
pescadera, qué salero,
que si no me doy cuenta
me vendes el puesto entero.
Tú me embrujas con tal arte
cuando en mí tus ojos pones
que no sé lo que comprarte.
Tus pestañas son manojos
de traviesos boquerones
que del mar que hay en tus ojos
me regalan ilusiones.
Por tu amor estoy tan bobo
que dejaba que me aliñes
y me echaras en adobo.
Qué acuarela tan divina
el mandil que se te ciñe,
que platea la sardina
y que el calamar lo tiñe.
Pones cara de inocente
y un desplante de abolengo
al hablarle a los clientes:
-Con el agua a las rodillas
de la misma mar que vengo,
traigo choco y pescadilla
y ¡ay que fresco que lo tengo!-
(El pregón de la pescadera - J.A. Sánchez de Paco / Manuel J. López)
Pescados "pata negra"
(Algeciras, en la calle de mi hermana)
"En las pescaderías hay olas despojadas,
y bajo las bombillas,
acuarelas de añil y barcas rojas.
Carne roja, tendida sobre trozos de hielo.
¡Oh, pescados, odiados por el aire!
[...] Se están vendiendo olas; se envuelven en periódicos
los ojos abultados que vieron los naufragios.
Hay carnes de tormenta en modestas cocinas,
y al salir la tostada de luna entre los faroles
un ansia de marea mueve estos cuerpos muertos
que, a través de los cierres, escuchan a la lluvia
como rondalla última que les envía el mar".
(Agustín de Foxá)
(Algeciras, en la calle de mi hermana)
"En las pescaderías hay olas despojadas,
y bajo las bombillas,
acuarelas de añil y barcas rojas.
Carne roja, tendida sobre trozos de hielo.
¡Oh, pescados, odiados por el aire!
[...] Se están vendiendo olas; se envuelven en periódicos
los ojos abultados que vieron los naufragios.
Hay carnes de tormenta en modestas cocinas,
y al salir la tostada de luna entre los faroles
un ansia de marea mueve estos cuerpos muertos
que, a través de los cierres, escuchan a la lluvia
como rondalla última que les envía el mar".
(Agustín de Foxá)
Bernard Buffete, "La poissonnerie" (1951)
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