Hubo momentos en los que me pareció estar viendo a César Rincón. La aparición se produjo en las dos primeras series al sexto toro, con el matador atornillado en el centro del platillo, citando de frente al animal que estaba en las tablas del 8, exponiendo las femorales, tragando paquete. Se arrancó el del Montecillo y Joselito Adame lo enganchó de manera impecable. Un derechazo, y otro, cargando la suerte. Así, dos series, dando sitio y templando la embestida del toro, que iba a más. Luego, una tanda con la izquierda y unas torerísimas trincherillas de remate. Todo por bajo. Volvió a tomar la muleta con la diestra y luego la espada. Pronto y la mano. Faena de dos orejas, sin embargo, pinchó arriba un par de veces antes de pegar la estocada. ¡Qué rabia, Joselito!
El azteca, vestido con un hermoso terno de terciopelo verde botella y bordados en oro, vino con ganas de pegarle una dentellada a Madrid. Al sexto Montecillo -un animal que salió desentendido, sin apretar en el caballo, manseando, pero que sacó casta en la muleta- lo recibió a porta gayola, colocándose muy cerquita de la puerta de chiqueros. Antes, dibujó con el capote unas zapotinas prodigiosas. Al primero de su lote, más soso, le había cortado una oreja por una faena que sólo desdibujó una estocada caída. Toreo grande venido de Aguascalientes, la Sevilla mexicana, la tierra de la gente buena, del cielo claro, como la muleta de Joselito.
En Madrid nos quedamos con más ganas de Adame. También de verlo ante toros más poderosos. Lo de este martes en Las Ventas -la primera tarde que toreaba esta temporada en España- no ha sido casualidad. Al mexicano, que en sus comienzos pecaba de aflicción, ahora le bombea el corazón y se ha convertido en un gran lidiador. En un buen torero.
En los tendidos de Las Ventas siempre hay que estar porque no se sabe cuándo saltará la liebre. ¿Tendrá la empresa de Madrid la sensibilidad de ofrecerle a Adame el puesto de Fandiño este viernes en la corrida de Alcurrucén?
Nota: Brindó Joselito el sexto toro a su apoderado, Pablo Moreno Valenzuela, un empresario mexicano que ha venido a poner una pica en el Flandes taurino. Ya ha empezado por algunos portales "oficiales" españoles, abriéndoles el grifo de un crédito que llevaba mucho tiempo cerrado. Va a dar que hablar. La historia es un tanto sobrecogedora.
Pablo Moreno con el vestido que lució ayer Adame
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