En Ciudad Rodrigo, las naves de la catedral de Santa María estaban ornamentadas con sepulcros de destacados personajes de la villa. Entre ellos se encontraba el de Marina Alfonso, La Coronada, cuya leyenda resulta digna de mención.
Marina Alfonso, noble dama mirobrigense, era un prodigio de hermosura y un dechado de castidad. Se belleza despertó la pasión de un rey empeñado en derrocar su virtud. La honrada dama rechazó las ofertas y amenazas del soberano, pero ante su persistencia se vio obligada a tomar una dura decisión. Antes de que el rey viera satisfechas sus pretensiones, la joven arrojó sobre su cuerpo una olla de aceite hirviendo que le desfiguró el rostro y le causó la muerte. Marina Alfonso fue enterrada en la catedral, en un suntuoso sepulcro, sobre el cual, el propio monarca mandó colocar una corona real, en recuerdo de tan memorable acción. Por ello, es conocida por el sobrenombre de La Coronada.
Como recuerdo de aquel sepulcro, hoy perdido, existe una lápida en la nave de la epístola con la siguiente inscripción: "Aquí yace la noble Marina Alfonso que comúnmente llaman La Coronada. Falleció era de 1Z53". Se supone que la "Z" que figura en la fecha tiene la finalidad de ocultar la identidad del rey. Se dice el pecado, pero no el pecador.
¿traerá bajo el brazo su propia leyenda?
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