"En 1963, fui a Barcelona... Mi guía se llamaba Minuni, el propio Picasso me lo había recomendado. Había sido banderillero y una grave herida lo obligó a retirarse de los ruedos. Picasso había asistido a la corrida y se hizo cargo de todos los gastos de hospitalización. Cuando terminó la convalecencia, Pablo le preguntó que pensaba hacer. Minuni le respondió que antes de su accidente estaba ahorrando para comprar un pequeño bar en la calle Nero de San Francisco, no muy lejos del Museo Picasso. Pero el accidente había agotado sus recursos. Picasso se ausentó un momento y volvió con un pequeño cuadro en las manos: -Toma, véndelo y tendrás con qué comprar tu pequeño bar. Minuni se marchó con su cuadro. A la mañana siguiente, Picasso lo llamó por teléfono y le preguntó si aún tenía el cuadro. Le dijo que se lo llevase inmediatamente. Minuni vio desvanecerse su sueño. Creyó que, sin duda, Picasso se lo había pensado mejor. -Escucha -le dijo Picasso-, no sabes ni cuánto vale el cuadro ni a quién se lo vas a vender, es casi seguro que te van a timar, así que véndemelo a mí, te lo compro... Picasso se tomó la molestia de llamar por teléfono a Kahnweiler (su marchante) para preguntarle el precio más justo: él recuperó su cuadro y Minuni compró su bar".
Olivier Widmaier Picasso, fragmento del libro Retratos de familia
En 1958, Picasso dedicó esta fotografía (realizada en "Villa California", la casa que el artista tenía en Cannes) al banderillero de Tomares Francisco Reina Álvarez, Minuni, tras la gravísima cogida que éste sufrió en Nîmes. Finalmente, Minuni pudo abrir su bar en la calle Escudellers, un local pequeñísimo, pero muy frecuentado por todos los flamencos que actuaban en Barcelona. Allí también recaló Lucien Clergue, otro gran amigo de Picasso. Cuando llegó a la barra, el fotógrafo francés preguntó por Minuni. "Buenos días -dijo-. Quisiera saludar a Minuni. Estoy en Barcelona de paso y el señor Pablo Picasso me recomendó que visitara este bar. Al escuchar el nombre de Picasso, Minuni salió corriendo a la calle sin mediar palabra. Clergue, estupefacto, lo esperó largo rato. Una hora después, Minuni volvió con las manos atiborradas de paquetes y regalitos: "Éste, para el señor don Pablo. Éste, para Jacqueline. Éste, para el pequeño Paul Joseph. Éste otro, para el chófer..."
La anécdota la contaba el propio el Clergue el pasado viernes en Las Ventas, durante la inauguración de su extraordinaria exposición en la Sala Bienvenida. "Don Pablo me sacó en una de sus Tauromaquias. Un día me llamó y me dijo que yo era el personaje de arriba a la izquierda, en el callejón, con mi cámara de fotos entre las manos".
La anécdota la contaba el propio el Clergue el pasado viernes en Las Ventas, durante la inauguración de su extraordinaria exposición en la Sala Bienvenida. "Don Pablo me sacó en una de sus Tauromaquias. Un día me llamó y me dijo que yo era el personaje de arriba a la izquierda, en el callejón, con mi cámara de fotos entre las manos".
Gracias.....me encanta todo esto...un abrazo taurino desde Italia. Donatella
ResponderEliminar