"En la apacible noche resuenan cien trompetas
y la hueste morada
de los encapuchados irrumpe ya en la Plaza".
Las locas campanas atruenan el viento...
Después de la muerte de Cristo, el Sábado Santo llegó.
...Ya vienen andando hacia el Templo
las viejas piadosas y pardas...
Ya el Altar su velo morado rompió...
El órgano, el cura, el bajo, el sochantre...
gritan a porfia y ahuecan la voz.
...Suenan estentóreos Hosannas, Hosannas,
Gloria, Gloria, Pascua de Resurrección...
Las locas campanas atruenan el aire.
Después de la muerte de Cristo, el Sábado Santo llegó;
las rampas que escalan la torre briosa y esbelta
subamos a prisa... Ya zumba el Repique Mayor.
Las cuerdas se entrecruzan...: la torre es un bajel.
Suspendidos de ellas los campaneros suben
a besar las campanas en confuso tropel...
... Al paroxismo llega la barahúnda infernal...
Parece que de cuajo va a caer la Catedral.. .
Y... en el navío de piedra por locos tripulado
y a la campana gorda con fervor abrazado,
... se lanzó el campanero mayor hacia el abismo...
en un vértigo extraño de cruel misticismo...
Aaaaaaaeeé, aaaeeeé
¿...Volteó...?
Ya está aquí...
Nada fue...
De una muerte horrorosa le ha salvado su Fe...
FERNANDO VILLALÓN
Patio de los Naranjos, Sábado de Gloria
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