"La granazón de la fiesta de los toros coincide con el desbordamiento del romanticismo que no fue sólo un estilo literario, sino también un estilo de vida. Se vivía románticamente [...] Tengo para mí que constituyó gran fortuna para la fiesta el contagio, el apoyo del romanticismo. El toreo era aventura en la que podía perderse la vida y ganar la gloria. Gloria es una pura palabra romántica, en ella va comprendida el ansia humana de la notoriedad, la apetencia de la riqueza, la comezón del halago de la admiración popular. El torero buscaba todo esto, no para retenerlo, sino para derrocharlo. El torero vivía en héroe, no sólo en los ruedos, sino también fuera de las plazas. El torero no tenía vida privada, se daba siempre en espectáculo. Gustaba de las galas en sus atavíos, de la fachenda de su apostura, de lo jaque de su temple. Don Juan con las mujeres y el Cid con los toros. Por la calle iba un torero y todos los ojos se iban tras él. Era un ser aparte. Era un hombre iluminado por los resplandores de lo legendario. Era un ser fabuloso que se ganaba la vida jugando con la muerte.
Manolete fotografiado por Martín Santos Yubero
[...] Los riesgos de la profesión taurina, por los avances de la cirugía y la disminución de la fuerza del toro y la menor crueldad de los públicos, son mucho menores que los de antaño y por consecuencia la aureola heroica del torero ha empalidecido con pérdida de sus vivos fulgores. Hoy en día escasos toreros logran extensa e intensa popularidad. Despojados del atractivo deslumbrador de los trajes de luces, en la calle se confunden con la multitud anónima. Ya no son toreros fuera de los ruedos. Su pergeño y sus costumbres son semejantes a las de un señoritingo cualquiera. Su vida privada, reposada y burguesa, no tumultuosa y alocada, cual la de sus antepasados los románticos, fanfarrones de su majeza. El norte y guía de los toreros románticos fue la carátula de la gloria. Hoy es la ambición mercantil, que es el signo y la meta de los tiempos actuales".
ANTONIO DÍAZ CAÑABATE
(Paseo por el planeta de los toros, 1970)
¿Diferencias?
Discrepo en casi todo lo por mi leído ¿que torero de hoy no se siente halagado por su popularidad? El torero vivio y vive en héroe por que lo es.El torero es un ser fabuloso que se a jugado la vida y se la sigue jugando.La aureola heroica del torero actual no ha empalidecido en absoluto.Por último el torero en los ruedos y en la calle, es un ser inolvidable e inconfundible, ayer y hoy.Un saludo
ResponderEliminarFontevalle, eso no te lo crees ni tu. Otro saludo.
ResponderEliminarDiferencias: el tercero de la foto de arriba no lleva gafas. Estamos jugando al "odd one out", ¿no?.
ResponderEliminarMes gustaría saber quienes son los toreros de la primera foto y en que lugar se hizo, pues la calle me recuerda a un lugar de mi infancia que no acierto a averiguar
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