domingo, 5 de mayo de 2013

Crónica del 5 de mayo: "La destrucción de Carriquiri"

Incendio de la Biblioteca de Alejandría (Hermann Goll, 1876)

Realizar una obra de arte lleva su tiempo; destruirla, es cuestión de minutos. El incendio de la Biblioteca de Alejandría es un ejemplo. Antonio Briones, dueño de otra magna biblioteca, afirmaba horas antes de desenchiquerar su corrida en Madrid que un ganadero debe poseer tres cualidades esenciales: tenacidad, romanticismo y humildad. Olvidó la paciencia y la resignación cristiana. ¿Qué se les habrá pasado por la cabeza a él y a su hija María tras presenciar la lidia que le han dado a sus toros, unos preciosos animales criados con mimo durante cuatro o cinco años? En el previo de la corrida, repasando la Goyesca del pasado jueves, también se comentó que, ojalá, duante este San Isidro, salgan más corridas que permitan cortar tres orejas. Pues bien, la de Carriquiri ha sido una de ellas. Sin embargo, se ha ido intacta al desolladero.

El lote que le ha caído en suerte a Oliva Soto era para pasear una y una, lo que en román paladino se traduce como un lote de Puerta Grande. Los negros "Palillo" (2º) y "Delicioso" (4º) salieron nobles, metiendo francamente bien la cara, pidiendo una distancia de la que, por supuesto, no gozaron, y galopando con tranco y fijeza. Salvando un estético cambio de mano y algún muletazo templado, sendas faenas brillaron poco y naufragaron en el inexistente océano de Camas.  

El lote de Oliva Soto con el rabo empinado

No obstante, el mejor toro, por su bravura y transmisión, fue el quinto y más ligero del conjunto: "Gañán". Nada más salir, arremetió contra el peto de Anderson Murillo, humilló hasta tocar el albero, levantó el cuello y, en un santiamén, hombre y caballo se fueron al suelo. El varilarguero colombiano recordará durante un tiempo a este Carriquiri que le ha roto el codo derecho. La segunda vara, propinada ya por Ricardo Romero, fue criminal, y "Gañán" acabó con el lomo cubierto de sangre. A pesar de todo, llegó con fuelle a la muleta y pegó varios arreones junto a las tablas que casi se comen al inexperto José María Arenas, que confirmó alternativa con más pena que gloria.

El bravo "Gañán" en acción... y las consecuencias en el codo de Murillo
Fotografías: Javier Arroyo

"Palillo", "Delicioso" y "Gañán" murieron sin torear. Un desperdicio de Carriquiris. La lidia que padecieron no fue menos catastrófica que la administrada al inédito "Flautista" (1º) o al manso "Jaboncillo" (3º). El sexto, "Poca-barba", como si presintiera lo peor, tuvo la suerte de dañarse una mano y volver a los corrales. En su lugar, salió un sobrero de Aurelio Hernando: uno de esos jaboneros que tanto gustan a Matilla. Lo toreó Esaú Fernández que, dentro de lo malo, ha sido el diestro que ha demostrado mayor oficio y valor. Tras una faena donde primó la cantidad a la calidad y de marrar con el estoque, decidió dar una vuelta al ruedo por su cuenta.

Tendrán que pasar cuatro o cinco años para que Antonio y María Briones críen seis toros como los de este domingo. Deseamos que, para entonces, la empresa de Madrid tenga a bien confeccionar un cartel más digno, con toreros como los que hicieron el paseíllo la tarde del 2 de mayo, o con muchos otros que han visto la corrida de Carriquiri desde sus casas sin merecerlo. Carteles con una mínima garantía de funcionar. Un incendio accidental puede generarse por cualquier descuido, qué duda cabe, pero conviene no dejar velas encendidas dentro de la biblioteca. Así ahorraremos lamentaciones posteriores. O un petardo.

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