"La irá estalló en la boca del pueblo de un modo tan formidable, que causaba tanto espanto como la artillería enemiga [...] El resultado era asombroso. Yo no sé de dónde salía tanta gente armada. Cualquiera habría creído en la existencia de una conjuración silenciosamente preparada; pero el arsenal de aquella guerra imprevista y sin plan, movida por la inspiración de cada uno, estaba en las cocinas, en los bodegones, en los almacenes al por menor, en las salas y tiendas de armas, en las posadas y en las herrerías.
La calle Mayor y las contiguas ofrecían el aspecto de un hervidero de rabia, imposible de describir por medio del lenguaje. El que no lo vio, que renuncie a tener idea de semejante levantamiento".
(BENITO PÉREZ GALDÓS)
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