Las chicas Gibson
La primera década del siglo XX estuvo llena de esperanza, ilusión e innovación. Las consecuencias de la expansión de la Revolución Industrial en Europa y Norteamérica habían cambiado de forma radical la sociedad occidental, pasando de una cultura agraria a una moderna y urbana. Con ella llegó la nueva clase media, repleta de emprendedores hombres de negocios con familias ansiosas por consumir los bienes que les ofrecía el mercado. ¡A comprar, a comprar!
Antes de la expansión del cinematógrafo, los ilustradores de la época propagaban el cambio del ideal de belleza de finales de siglo. Su representante fue Charles Dana Gibson, quien popularizó la versión de la mujer perfecta, con curvas, ojos grandes, facciones delicadas y cabellera oscura. La "chica Gibson" se hizo tan popular que, en 1900, la revista Life comenzó a producir viñetas mostrando sus aventuras diarias. Vestida según el estilo del momento, la chica Gibson llevaba faldas largas y blusas sobre una figura fuertemente encorsetada. Sobre su cabello recogido lucía un sombrero de ala ancha, adornado a menudo con exóticas plumas. Su estilo era tan llamativo que, a mitad de la década, el catálogo de Sears, Roebuck and Co. ya ofrecía... ¡150 tipos de blusas! El prodigioso uso de las plumas condujo a la fundación de la organización National Audobon Society, que protestaba por la matanza de aves en pro de la moda.
Pronto, la vestimenta femenina iba a sufrir cambios revolucionarios debido, en gran parte, a Paul Poiret, quien abrió su salón parisino en 1903 con una nueva visión de la ropa para señora. Inspirados en el mundo oriental, sus diseños eran verdaderamente radicales: abrigos de noche estilo kimono, turbantes, pantalones turcos, y quizá lo más rompedor de todo, la aparición de una figura sin corsé. Todavía considerado vanguardista por la mayoría, tendrían que pasar diez años más hasta que la popularidad del corsé disminuyera. De hecho, a causa de la preocupación de que los modelos muy ajustados de mediados del siglo XIX pudieran ser dañinos, en 1900 se introdujo el corsé en forma de "S" o corsé terapéutico -que empujaba el torso hacia delante y las caderas hacia atrás, ejerciendo así menos presión en el abdomen-, el cual sería reemplazado por el corsé alargado, al que pronto seguiría la faja. Tú quieres que yo te dé, lo que no te debo dar, el cordón de mi corpiño, mi niño, que no lo puedo cortar...
Poiret aflojó el cordón del corpiño...
Anuncios de moda en la década de 1900-1909:
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