"Penúltima sesión", "Álbum" y "Gran amor". Tres poemas de Javier Bengoechea con sabor a cine de verano y bisoños romances durante el mes de agosto.
PENÚLTIMA SESIÓN
El argumento es éste:
un hombre enamorado
cabalga ensimismado
al frente de su hueste.
Mirada azul celeste,
y labios sin pecado,
mil veces te he besado
en una del Oeste.
De mi papel me quejo
y de mi puntería,
galán cansado y viejo
que rueda todavía.
Mi corazón te dejo
con su filmografía.
ÁLBUM
Alisarse el cabello con las manos.
Sonreir de perfil y no de frente.
Así enamoran infaliblemente
los actores de cine americanos.
En los espejos del ayer lejanos
se mira un presuntuoso adolescente.
Rememoro con él proustianamente
las muchachas en flor de mis veranos.
Pasaron en blanquísimas bandadas.
El sol, su sí, la sombra, su tampoco.
Casta y perversamente deseadas.
A todas en este álbum las evoco.
A las completamente enamoradas
y a las que no me amaron por muy poco.
GRAN AMOR
¿Recuerdas, gran amor, a tu vecino
de aquel verano, aquel del todo o nada,
con tu nombre tatuado en la mirada
y la voz de color azul marino?
Verano al sol y a un trágico destino.
Último amor a la desesperada.
¿Recibiste una carta no enviada
que firmaba tu amante clandestino?
Yo pedía tu amor, pedía en vano,
ya no recuerdo si inexperto o ducho,
a los hermosos dioses del verano.
Mis peticiones, siempre las escucho.
Hasta recuerdo que pedí tu mano.
A los diez años, te quería mucho.
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