En la mitología griega, la princesa Pasifae ("la que brilla para todos") era la diosa de la Luna y estaba casada con el rey de Creta, Minos. Todo iba de perlas en aquel matrimonio hasta que Poseidón, para fastidiar a Minos, hizo que Pasifae se enamorase locamente de un espectacular toro blanco, un jabonero... ¡quién sabe si veragüeño! La diosa de la Luna le confesó a su amigo Dédalo su pasión secreta, y éste, que era muy manitas, le construyó una vaca de madera que estaba hueca por dentro. En ella, metió a Pasifae y empujó el artilugio hasta la pradera donde pastaba el jabonero. De aquellos amores bajo las encinas, nació el Minotauro, un ser con cabeza de toro y cuerpo humano.
Aunque pueda sorprender a historiadores y puristas, muchos cientos de años después, El Fary cantó "La luna y el toro" (pieza en el repertorio de Manolo Escobar, Gipsy Kings y Los Centellas, entre otros), una reinterpretación coplera y cañí de la historia de Pasifae y aquel semental jabonero.
La luna sale esta noche
con una negra bata de cola,
el toro la está mirando
entre la jara y la sombra.
Y en la cara del agua del río
donde duerme la luna rumbera
el torito de casta bravío
la vigila como un centinela.
Así, en un momento, El Fary, nacido en el barrio de Las Ventas, también puso su granito de arena en la mitología griega. Una figura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario