domingo, 3 de marzo de 2013

Tortilla de patatas sin huevo y sin patatas

Cuando Camilo José Cela vio que a los miembros del jurado del Premio Azorín pretendían servirles sólo “canapés y pijaditas” a la hora de la comida, el escritor preguntó si podían freírle una fuente de pimientos; y así fue, estaban buenísimos.


Esta
increíble receta, sin duda la más heroica del recetario occidental, es sólo indicada para casos de extrema necesidad. Procede del gran cocinero y patriota Ignasi Domènech, que las pasó canutas en la Barcelona de la guerra civil y nos legó un recetario impagable en su “Cocina de recursos” (1938), que más bien debería haber titulado “cocina sin recursos”, en el que ofrece ingeniosas recetas para tiempos de escasez, entre ellas calamares fritos sin calamares, cardillos borriqueros a la madrileña y, la más meritoria de todas, nuestratortilla de patatas sin huevo y sin patatas.


Confección

Tomamos una docena de naranjas de las que tienen mucho albedo, esa sustancia blanca y algodonosa que encontramos, como una camiseta, entre la epidermis anaranjada (el flavedo) y la pulpa.

Con un cuchillo les arrancamos a las naranjas las túrdigas de albedo hasta dejarlas en la pulpa desnuda.


Ponemos el albedo a remojar en agua y sal 6 horas (también podemos cocerlas ligeramente, no mucho que menguan).

Lo escurrimos y secamos bien con un paño de cocina.

Lo rehogamos en una sartén con un poco de aceite o grasa (manteca derretida también sirve).


En un cuenco aparte preparamos una gachuela con harina, el agua, el bicarbonato, la pimienta molida, sal al gusto y el colorante artificial, que aporte el saludable color dorado del huevo batido.

Lo mezclamos todo en el cuenco y hacemos la tortilla en la sartén de la manera acostumbrada.

La servimos recién hecha, que por lo menos entone el estómago.


La tortilla resultante no es para tirar cohetes, lo sé, pero mayores mamarrachadas se perpetran en los simposios de la nouvelle cuisine y nadie protesta. Además, les digo una cosa, el albedo contiene cantidad de flavonoides, unas sustancias que previenen la calvicie (a buenas horas mangas verdes); y pectina, que regula el organismo para que obremos como un reloj; y carotenoides (colorantes naturales y provitamina A) y d-limoneno, preventivos del cáncer.

Así que menos cachondeos.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario