martes, 30 de abril de 2013

Cuando Cuvillo "tuitea", sube el pan

El pasado lunes, 29 de abril, un "tuit" salió desde El Grullo, centro de producción de toros-artistas:


(Si pinchan sobre la imagen, el "tuit" del Grullo se amplía)

En el ABC del 19 de agosto de 1965, dentro de la sección de breves, publicaban la siguiente noticia:

 
Moraleja: mucho cuidado cuando, durante este puente, compren su suavizante favorito y pongan la lavadora. Son electrodomésticos terriblemente comerciales y sorpresivos, sobre todo en el momento del centrifugado: van con la cara suelta y no permiten disfrutar ni estar a gusto.

 
A todas luces, estos toros comerciales necesitan como el comer unas clases de repaso para retomar los buenos modales y la "bravura exquisita". Precisamente, esta semana hemos sabido que un grupo de científicos británicos se halla inmerso en un ambicioso proceso de alteración genética de vacas lecheras para crear una nueva raza de ganado sin cornamenta. ¿Y si ese descubrimiento lo aplicásemos a las ganaderías comerciales? ¡Sería la bomba! ¡A gozar sin freno!


Como colofón, unas declaraciones del "ganadero-no-comercial" Poli Maza en el último opus de Tierras Taurinas: "¿Cuál es la obligación del toro? Coger al tío, ¿no? Cuando sale a la plaza, el toro tiene que acojonar, dar miedo al que está con el capote y al que está sentado arriba, y no parecer una cabra. [...] El que está arriba tiene que pasar miedo o esto se cae. ¿Qué la cabra le puede pegar una cornada y matarlo? Nos han jodido. ¿Y el del andamio se puede caer y matarse? Entonces no me cuenten historias del miedo. El toro tiene que coger y dar miedo. ¡Nada más! Aquí hay gente que quiere ser figura del mundo y sin sudar. Váyase usted a tomar por culo".
 


lunes, 29 de abril de 2013

Día de la Madre... de los Toreros


El Corte Inglés ya ha empezado con el bombardeo "materno"
 
Siete años después de la muerte de Joselito en Talavera de la Reina y veinte años antes de la de Manolete en Linares, Ángel Caamaño "El Barquero" publicó un artículo en el número 300 de "Toros y Deportes" titulado "La madre del torero". "¡Pobres madres, siempre con el alma angustiada, siempre con el corazón dolorido!", escribía aquel periodista del Heraldo de Madrid que quiso ser matador con el sobrenombre de "El Conejo". Curiosamente, en este tiempo que nos ha tocado vivir, los fines de semana, las madres acompañan a sus hijos novilleros a los Bolsines taurinos como si se tratara de una liguilla de futbito: aplauden como locas desde el tendido y les tienen preparada la merienda entre becerra y becerra.
 
Freg Castro y su señora madre, que tuvo tres hijos toreros:
Luis, Miguel y Salvador.
 
"[...] La hermana del torero, a lo sumo, se enorgullece de su parentesco con el arlequín de seda y oro. El padre, temeroso al principio, acaba por rendirse al poderío de la majeza del hijo y transige con todos los azares de la profesión si entre ellos se mezcla un solo instante aureolado por la popularidad. La prometida del lidiador sueña únicamente con ser su esposa, y quizá más que el amor santo y puro alientan su sueño el presente fascinador y el futuro rebosante de comodidades y lujos. Todos los que se mueven y agitan en derredor del torero, todos, cual más, cual menos, encuentran en su azarosa vida momentos de satisfacción, instantes de alegría, ratos de contento. Sólo la madre, la pobre madre, se aísla de todos, y reconcentrando sus sentimientos vive en un mundo aparte, y en ese mundo ve solamente negruras, pesares, dolores y angustias.

La madre y la esposa de Francisco Pita Páez.
Un toro de Palha lo corneó en El Chofre.

[…] La madre que sólo tiene un hijo torero sufre por él solo; y aunque su sufrimiento es siempre hondo y tremendo siempre, no alcanza la magnitud de la que tiene dos o más pedazos de su alma en lucha constante con los peligros de la azarosa profesión. Nosotros hemos visto angustiada a la madre de los Bombita, en días que Emilio, Ricardo y Manolo actuaban en distintas plazas, y vimos cesar su angustia según iban llegando a sus manos los azulados papelitos conteniendo el anhelado SIN NOVEDAD. Esa misma madre intentó calladamente tomar pasaje en un barco con rumbo a México, alarmada por las graves noticias que a Sevilla llegaron relacionadas con una cogida de Ricardo Torres.
La “jefecita” de los Freg, ¿qué no habrá sufrido ante los tremendos golpes que pusieron al borde del sepulcro a su adorado Luis, y qué angustia dolorosa no invadiría su corazón de madre al conocer la catástrofe que para siempre le arrebató al desgraciado Miguel?
El mexicano Luis Freg

La madre de Domingo y Andrés del Campo, infortunados muchachos que se apodaron "Dominguín", sufrió Dios sabe cómo el horrible tormento consiguiente a la muerte del mayor de sus vástagos, destrozado por un toro en Barcelona. Como alma en pena vagó por el mundo, atrofiada en su sensibilidad. Y cuando nuevamente la muerte hizo presa en otro de sus hijos, aquel cerebro se desquició por completo, y aquella alma mártir voló a reunirse en lo infinito con los espíritus de los seres queridos.
La madre de los Posada, ¿qué no sufriría mientras su Faustino moría en la plaza del Puerto de Santa María, y viendo después a su Curro trastornado por la locura, que al fin le hundió en el no ser?

La madre de los Armillita, siempre pendiente del suceso que puede alcanzar lo mismo a Juan que a Fermín, que a Zenaido. Las madres de otros toreros, que no citamos porque son infinitas... Todas, absolutamente todas, deben ser admiradas, reverenciadas y elevadas a la sublimidad más alta. De estar en nuestra mano, rodearíamos sus nobles cabezas con nimbos luminosos que revelasen claramente su santidad.
Garza bendecido

[…] No hace muchos días Gitanilo añoraba tristemente tal ausencia. En el sanatorio sonde desde hace un mes está hospitalizado, nada le falta. Los médicos, siempre a su lado. Las enfermeras, siempre a su servicio. Los amigos y los deudos, siempre atentos a sus necesidades... Y, sin embargo, Gitanillo invoca sin cesar a su madre, la llama de continuo, su nombre está constantemente a flor de labio. Y aunque está seguro de que no ha de acudir a su llamamiento, porque aquella santa mujer murió años ha, Gitanillo se complace en invocarle, y a todas horas y en todo momento, ya a gritos cuando el dolor le martiriza, ya dulcemente cuando el sueño le vence, sus labios musitan:
- ¡¡Madre mía!!"
ÁNGEL CAAMAÑO (El Barquero)
Publicado en "Toros y deporte", el 15 de junio de 1927
Aclara Xavier Gonzalez-Fisher: El "Gitanillo" (en algún sitio he leído que le llaman "Gitanillo de Ricla") al que se refiere, es Braulio Lausín, que fue herido en la primera corrida del abono de San Isidro de 1927, en Madrid, cuando para matar una corrida de Argimiro Pérez Tabernero, alternó con Nicanor Villalta y Martín Agüero. La cornada fue penetrante de tórax, con fractura de la novena costilla.
Manolete con la señora Angustias,
una de las madres más famosas de la Tauromaquia.

domingo, 28 de abril de 2013

Las flores de la copla (II)

"Española,
lirio, jazmín y amapola,
rojo clavel reventón,
nardo con bata de cola".


En estas fechas en las que se alargan los días y se acortan las noches, seguimos repasando el fértil jardín de la copla y nos paramos ante un ramillete de nardos.

“Por la calle de Alcalá
Con la falda almidoná
Y los nardos apoyaos en la cadera,

La florista viene y va
Y sonríe descará
Por la acera de la calle de Alcalá,

Y el gomoso que la ve
Va y le dice venga usted
A ponerme en la solapa
Lo que quiera,
Que la flor que usted me da
Con envidia la verá
Todo el mundo por la calle de Alcalá”.


 
He intentado buscar, en vano, una preciosa copla que cantaba Estrellita Castro titulada "La Camelia".  En el océano de las redes, esa canción se esconde igual que aquella oscura clavellina que iba de esquina en esquina volviendo hacia atrás la cabeza. A cambio, sí se deja prender aquella rosa de La Alhambra...
 
“La rosa se distraía
oyendo los surtidores,
mientras el viento gemía
de amor en los miradores. 
[…] Pasó la reina una tarde a la vera de la rosa,
si la rosa era de nieve, la reina era más hermosa,
y cortándola del tallo, con mano de terciopelo
con un alfiler de plata se la prendió sobre el pelo”.


Los rosales, también en la copla, tienen el peligro de herir a aquellos que se acercan demasiado, sobre todo si crecen en las rejas de una gitana. ¡Menuda clase tiene Gracia Montes! La última de las grandes...

"En las cruces de mi reja
Hay un rosal y un clavel
Florecío con el llanto
De los ojos de un marqués.

[…] Con una limosna
Le entregué unas flores,
Le dije no vuelvas
A hablarme de amores,
Si tienes corona de conde o marqués
La mía es de reina de reino calé.
No quiero gente a mi vera
Dejarme, flores, dejarme,
Que aquel que tiene una pena
Ay... No se la divierte nadie".

Y seguimos con el ramo de rosas... esta vez, en una zambra de veneno.

"Que amarillen los hombres
Y se enciendan las mujeres
Ahí va una guapa que pasa
Dando rosas y alfileres
La boca brindando miel
Carita de hacer favores
Por dentro pozo de hiel
Por fuera llena de flores".

En el género de la canción popular, aunque más cerca de las sevillanas, la flor del romero llora... sobre todo si la canta su autor, Manuel Pareja-Obregón.
 
“La flor del romero a solas
Llora cuando ve que cortan
Margaritas y amapolas
La flor del romero a solas.

También llora la ribera
Cuando el río arrastra flores
Al llegar la primavera
También llora la ribera.

Yo también lloré de pena
Aquel día en que con otra
Paseabas por la arena
También yo lloré de pena”.


 
Del trigal de la canción andaluza, ha llegado ha escaparse, incluso, una amapola. Dicen que, por medio de un camino, la vio el almendro, el olivo y hasta la misma luna.

 
Y para los que vivimos en grandes ciudades y no tenemos a mano un jardín, siempre nos quedarán las macetas del gran Antonio Molina.
 
“Vengan y compren la rosa
ruborosa y sin espinas,
miren esta clavellina
que huele a flor de romero,
colio, pilistra y geraneo
de tó trae el macetero”.


 

sábado, 27 de abril de 2013

Déjeuner du matin


"Il a mis le café
Dans la tasse
Il a mis le lait
Dans la tasse de café
Il a mis le sucre
Dans le café au lait
Avec la petite cuiller
Il a tourné
Il a bu le café au lait
Et il a reposé la tasse
Sans me parler.

Il a allumé
Une cigarette
Il a fait des ronds
Avec la fumée
Il a mis les cendres
Dans le cendrier
Sans me parler
Sans me regarder.
Il s'est levé
Il a mis
Son chapeau sur sa tête
Il a mis son manteau de pluie
Parce qu'il pleuvait
Et il est parti
Sous la pluie
Sans une parole
Sans me regarder.
Et moi j'ai pris
Ma tête dans ma main
Et j'ai pleuré".
JACQUES PRÉVERT (1946)

"J´ai acheté
Un paquet de cigarettes
Un journal
Et un rayon de soleil
Et j´ai été m´attabler
A la terrase
D´un inmmense café.
J´ai commandé
Un lait
Et j´ai disposé
Mon paquet de cigarettes
Mon journal
Mon rayon de soleil
Et mon verre de lait
En ordre
Je me suis bien calé
Dans mon fauteuil
Et j´ai comencé à lire
Tranquillement
Un instant après
J´ai regardé
mon paquet de cigarettes
mon journal
mon rayon de soleil
et mon verre de lait
bien alignés
et je me suis demandé
si j´étais un revolutionnaire".
 
RACHID BOUDJEDRA (1971)


En ambos poemas, de apariencia sencilla, se describen hábitos diarios: nuestra taza de café, fumar un cigarrillo, desayunar... En la poesía de Prévert, estas palabras del día a día nos describen el último momento de una pareja. En el de Boudjedra, se usan los mismos términos para reflexionar sobre un sentimiento de malestar político y social.

jueves, 25 de abril de 2013

De "La gran ilusión" a "Las horas contadas"


En las películas siempre muere el malo y, en la vida real, los propios cines. La productora -y también distribuidora y exhibidora- Alta Films está a punto de desaparecer. Será un proceso lento y agónico en el que irán cayendo, sala a sala, la mayor parte de los cine Renoir, uno de los pocos refugios donde aún pueden verse películas en versión original. También cerrarán otros locales más pequeños, como el emblemático Roxy B de la calle Fuencarral.
 
 
Los Roxy (A y B) se inauguraron hace más de 60 años, en 1952, con una cinta de premonitorio título: "Las horas contadas". El pasado verano echó el cierre el Roxy-A y esta primavera, con "Tesis para un homicidio", el Roxy-B seguirá el mismo camino y también dirá "The End". Ambos inmuebles, en el número 123 de Fuencarral, quedarán, por el momento, vacíos. Más adelante, ¿quién sabe? En el mejor de los casos, instalarán un Mercadona. En el peor, quedarán como edificios fantasmas y serán pasto de las pintadas, como tantos otros locales, otrora prósperos, de Madrid. Otro cine que peligra es el vecino Paz, en Fuencarral 125. En cambio, justo cruzando la calle, en la acera de enfrente, sobrevive Cinesa Proyecciones, una "multi-salas" (ocho, concretamente), fría e impersonal con pasillos kilométricos, escaleras mecánicas, butacas grises y luz de clínica dental. Todo autoservicio (Teleticket, Telentrada y mucha Teleleche) y ningún acomodador.
 
 
Rezaré a los hermanos Lumière para que protejan mi cine favorito de Madrid: los Verdi (Bravo Murillo, 28). Aún recuerdo con deleite varias noches de verano en las que proyectaron la trilogía de "El Padrino", "El Gatopardo" y "Centauros del Desierto". En todos estos pases, se colgó el cartel de "No hay billetes". Y ojo: "El Gatopardo" la pusieron en italiano, pero ni por ésas fuimos capaces de pestañear.
 
 
Ésta es la gran ilusión de Renoir, el auténtico cine, el que merece ser visto en pantalla grande. Si el destino del negocio pasa por las "multi-salas" en 3D, conmigo que no cuenten. Me quedo con la vida real y ahorro los 9 euros de la telentrada.
 
 

miércoles, 24 de abril de 2013

Descubriendo al Houseband


Me dispongo a abrir mi revista de Glamour del mes de abril sentada en un banco del parque. Leo en voz alta el título de un artículo: "Descubriendo al Houseband".
Un caballero que se encuentra a mi lado pregunta:
- ¿Qué raza es ésa?
 
 
Continúo leyendo el primer párrafo: "Hay pocos, pero existen. Cocinan, cambian pañales y hacen la compra. Nos referimos a los amos de casa, un fenómeno que crece provocado, entre otras cosas, por la crisis económica. Ahora bien, ¿estamos realmente preparados para aceptarlo?".

 
- Tu madre se enfada cada vez que friego las tazas del café. Dice que eso no es cosa de hombres -apunta el caballero desde la otra esquina del banco-.
- Aquí dicen que: "para un hombre puede ser duro al principio, pero a medio plazo es una experiencia muy gratificante". Encima, acaban de descubrir que los hombres que lavan los platos tienen una vida sexual más satisfactoria.
- ¿Cómo?
- Ya lo oyes: "cuantas más tareas domésticas hacen los hombres, más felices están con las mujeres".
 
 
Para resolver nuestras dudas, delante del banco pasa un houseband en carne y hueso. Este hombre joven lidia con un crío de, aproximadamente, cinco años, un chucho blanco y una bicicleta pequeña. A todas luces, le faltan manos. El niño se empeña en estrellar su bicicleta contra el naranjo más cercano.
 
- Vamos, Diego, no molestemos a esta familia. ¿Quieres que vayamos a ver a los cua-cua?
 
Hasta el naranjo respira aliviado.
 
 
- Cinco señales de que es un houseband: sabe cuánto cuesta el litro de leche en los tres súper más cercanos; cuando llegas a casa te espera con la cena hecha y, si has tenido un mal día, también con helado de chocolate; cuando coincides con esa encantadora anciana en el ascensor siempre te recuerda la suerte que tienes y te insta a que "lo cuides mucho"; si tenéis niños, ellos le llaman a él antes que a ti cuando les despierta una pesadilla; de repente, te das cuenta de que todas las mujeres del barrio le sonríes embelesadas.
 
 
Buscamos de nuevo con la mirada a nuestro houseband: se le ve en apuros y ninguna mujer del parque le pone ojos golosos. Los tres pasean peligrosamente por el filo de una alberca: el niño lleva cogido de la correa al perro, que hace equilibrios, y el padre, a su vez, agarra al crío de la mano que le queda libre. La bicicleta, afortunadamente, ha quedado aparcada a unos metros. Sospechamos que houseband, hijo y chucho acabarán mojados.
 
 

martes, 23 de abril de 2013

Puertas a la incontenible primavera

La primavera es la estación más exuberante del año. Desconozco el motivo, pero el texto de José Antonio Muñoz Rojas “Las puertas al campo” me trae el recuerdo de una copla: “Sombra de mi sombra”, con letra de Rafael de León. Quizás sea por el elegante erotismo inherente a ambas creaciones. Y porque las dos huelen a campo.


"¿Quién sabe las razones de un amor? Son secretas como las aguas bajo la tierra, que luego salen en manantial donde menos se espera. Nada se guarda y el amor menos que nada. A fuerza de pasar los ojos sobre este campo, lo vamos conociendo como el cuerpo de una enamorada, distinguimos todas sus señales, sabemos la ocasión del gozo, la de la esquivez. ¡Oh enorme cuerpo del amante! Por tus barrancos y por tus veras, por tus graciosos cielos, por tus caminos, ya polvorientos, ya encharcados, por tus rincones ocultos y tus abiertas extensiones, por agostos y por eneros, te he cabalgado. Tú también conoces los cascos de mi caballo. En la más dura coscoja, en la mantilla más oculta, en vuelo y en terrón, en todo te he buscado.

Eres un río de hermosura pasando, sonando, ajustándote a la noche, al día, a la estación. Por ti siento pasos antiguos, correr sangre de esta misma de mis venas. Todos somos como tú, algo que ni empieza ni acaba, como la hermosura o estos olivares cuyo fin nunca alcanzan mis ojos.

Y esperamos. A veces es algo áspero este roce del corazón. Todo por fuera está inmutable y algo por dentro roza. ¿Qué será? Un gran aletazo del amor nos sacará a su luz. Quedará todo limpio. Allá en nuestro rinconcillo, el amor sigue. Oh campo, esta hermosura no tiene página ni espejo y sólo, a veces, se deja seducir por el temblor de la palabra, por la insinuación de la poesía. Pero, ¿recogerte, encerrarte? ¿Quién pone puertas al campo?".

(ANTONIO MUÑOZ ROJAS)

"Eras mi delirio, eras mi pasión 
y te camelaba por las cuatro esquinas
de mi corazón.
Me olía tu cuerpo a trigo y clavel
y en tu boca roja como una granada
saciaba mi sed
Primeros de mayo, últimos de abril,
con otra persona que más te gustaba
te fuiste de mí.
Sombra de mi sombra, pena de mi pena,
cómo echo de menos cuando estoy a solas
tus carnes morenas.
Tus brazos de hombre, tus muslos de trigo,
en la noche negra de mi desventura
ya no están conmigo.
Paso por tu culpa fatigas de muerte
porque tengo en vilo la raíz del alma
de tanto quererte".
(RAFAEL DE LEÓN)

lunes, 22 de abril de 2013

Una "lady" torera


Vamos a hablar de Patricia McCormick, una mujer con reaños que nació en San Luis (Missouri) en 1929 y que, con sólo siete años, tomó la decisión de hacerse torera tras unas vacaciones familiares en México. Allí, en DF, sus padres la llevaron a una corrida en La Monumental y quedó prendada de un matador que continuó toreando tras perder la zapatilla en el albero. A su vuelta, le pidió a su vecino pequeño que le hiciera de toro. Al terminar el colegio (su familia acabó mudándose a Big Spring, en Texas), empezó estudios de arte y música en la universidad del Paso pero, al igual que los capas charros, solía escaparse y cruzar la frontera para ver toros. Por las noches, en su dormitorio, leía compulsivamente revistas taurinas españolas y toreaba de salón con una manta de la Guerra Mundial que le había regalado su padre.

 
Así, con colosales dosis de perseverancia, dedicación y entrenamiento, y con la ayuda del matador retirado Alejandro del Hierro, debutó en 1951 en la plaza Ciudad Juárez, donde cortó una oreja, ingresando en la Unión de Matadores un año más tarde. No pudo tomar la alternativa de forma oficial porque ningún diestro quería cederle los trastos. Carlos Arruza, que en aquellos años era la mayor figura mexicana, dijo sobre ella: "Sí, torea toros más grandes que cualquier otra mujer, y reconozco que mata bien... Su defecto es ser una mujer".

Durante una década, Miss McCormick lidió más de 300 corridas entre México y Venezuela, y recibió seis cornadas graves (en Ciudad Acuña, llegaron a darle la extremaunción). En los años 50, mientras las mujeres norteamericanas cocinaban pasteles en el horno, Patricia hacía el paseíllo rodeada de hombres y envidiaba sus vistosos vestidos de luces (ella toreaba con traje campero). Gracias a su arrojo, se convirtió en una celebridad y captó la atención de toda la prensa norteamericana, que la describió como "the most courageous woman". En 1954, publicó su biografía, titulada Lady Bullfighter, donde escribió "I love the brave bull [...] I do not consider bullfighting a sport. It is an art, a science, a ritual... a mystery... more spiritual tan physical". 

 
Cuando se retiró de los ruedos, en 1962, se trasladó a Pasadena (California), donde se centró en su carrera artística, firmando acuarelas y apuntes taurinos en sus ratos libres. A comienzos de la década de 2000, sin apenas dinero, regresó a su Texas natal. Vivió en la ciudad Del Río hasta su reciente muerte en una residencia, con 83 años, a finales del pasado mes de marzo. Nunca se casó ni tuvo hijos.

 
Su aventura hizo que otras mujeres siguieran sus pasos, como su paisana Patricia Hayes, conocida, en la década de los 60, como la "Grace Kelly de los ruedos".


 

domingo, 21 de abril de 2013

La parrilla del Elíseo


Últimamente, ir al cine, pagar los 9 eurazos que cuesta la entrada y que te guste la peli es ya todo un logro. Hace tiempo que desistí de buscar obras maestras: me conformo con pasar un rato agradable y que ninguna escena me deje más tarada de lo que ya estoy. Por eso, sentí que había alcanzado el triunfo cuando la semana pasada vi "Les saveurs du palais" (dirigida por Christian Vincent), que en España, en un ejercicio de imaginación ya acostumbrado, han traducido como "La cocinera del presidente". Puestos a cambiar, también la podrían haber llamado "La parrilla del Elíseo" o "Mitterrand entre fogones", rótulos, en mi opinión, con más gancho comercial.

La actriz Catherine Frot

"Les saveurs du palais" narra la historia de Danièle Mazet-Delpeuch (interpretada por Catherine Frot), cocinera personal del presidente François Mitterrand durante casi dos años y única mujer que había trabajado en la machista cocina del Elíseo. Cuando Mitterrand fue elegido en 1988, dejó muy claro que no quería más chefs para sus comidas privadas. Estaba hasta las narices de la nouvelle cuisine y de las ornamentales rositas de azúcar que, sistemáticamente, brotaban en los platos. En definitiva, necesitaba reencontrarse con la cocina de toda la vida, la de las abuelas. "Necesito recuperar el gusto de las cosas", decía.


"En cuisine, Mitterrand voulait une femme de la champagne", recuerda Mazet-Delpeuch en Sud Ouest. Y hace bien aclarando "en cuisine", porque, fuera de la cuisine, Mitterrand tenía fama de arrimarse a todo lo que llevara falda, fuera del campo, ciudad, zona minera o planeta desconocido.

En la peli, pintan a un Miterrand que parece un corderito,
enamorado de los recetarios de su abuela. ¡Tampoco es eso!

Para ello, contrató a una cocinera elegante, de manos finas y mirada severa, procedente de una familia dedicada, desde principios de siglo, a la recolección de trufas.

La verdadera Danièle Mazet-Delpeuch

"Je n'avais jamais touché à une casserole avant mon mariage, à 19 ans! C'est qu'il faut bien nourrir quatre enfants... Mon arrière-grand-mère et ma grand-mère maternelle étaient d'excellentes cuisinières. Cette dernière a pu exercer ses talents château, en Corrèze: elle en a tiré des raffinements, autour de son savoir-faire paysan. Ma mère et sa soeur en ont hérité. Elles élaboraient des soufflés, des timbales, des plats d'une cuisine élaborée, déjà bourgeoise. J'avais un père aussi très gourmand, amoureux des beaux produits: il vendait des fruits "de collection". C'est-à-dire les meilleurs et les plus jolis de nos arbres fruitiers, qu'il laissait pousser à l'abri dans des sacs individuels en papier kraft. Puis il les cueillait afin de les commercialiser dans une épicerie fine à Paris. En fait, j'avais beau ne pas cuisiner lorsque j'étais jeune, j'avais déjà la chance de connaître le goût des meilleurs produits" (en L´Express).


Así, la perfeccionista Mazet-Delpeuch, que trabajaba plácidamente en su granja del Périgord dando clases de cocina, pasó, de la noche a la mañana, a lidiar con las altas esferas de la burocracia parisina. Y, como era de esperar, la salsa no ligó. Según cuenta la película, luchó con uñas y dientes hasta que la dejaron trabajar con sus propios proveedores: traía los productos frescos de las mejores granjas de Francia, alejadas, por supuesto, del encorsetado y frío París. Verdura fresca, foie, quesos de todo tipo, pollos bien gorditos, champiñones del Périgord... Una bomba para el estómago. Y, encima, según reconoce ella misma, a veces se le iba la mano con la pimienta. Mitterrand estaba encantado.


"Cuando llegué al Elíseo comencé a hacer la compra yo misma. Le pedí al presidente encargarme de todo, y ese fue el comienzo de mis problemas con la Gran Cocina [la de los actos oficiales], porque ya no iban a tener el control" (Mazet-Delpeuch para el ABC).

El escritor Jean d´Ormesson hace de Mitterrand

En 1990, presentó su carta de dimisión cuando al monsieur Président le impusieron un régimen bajo en grasas y colesterol. Au revoir aux sauces et les sucreries. Por si fuera poco, los rancios parisinos, en un ajuste presupuestario, le cortaron el grifo de los proveedores locales. Mazet-Delpeuch, una señora con grandes dosis de carácter, pilló un barco y se plantó en una misión en La Antártida. En la actualidad, a sus 70 años, ha montado su propia granja de trufas en Nueva Zelanda. No sabemos qué desayuna la madame pero, sea lo que sea, le aporta grandes dosis de energía.


Mientras, en España, seguimos con una princesa que parece rescatada del Tercer Mundo. Quizás en la Zarzuela deberían servir menos pollo a la plancha y darle más al foie.


Por cierto, esta película recomiendo verla en francés: los nombres de los menús presidenciales suenan mucho más voluptuosos y apetecibles.