miércoles, 31 de julio de 2013

Cerrado hasta septiembre

Mis pies, que representan la única parte de mi cuerpo con espíritu sindicalista, reclaman mejorar su situación laboral y cambiar el asfalto metropolitano por la arena de la playa. Si no se cumple su petición en un plazo breve, amenazan con ponerse en huelga, o lo que es peor, solicitar la baja sine die. Y como los pies son la parte más importante de la anatomía humana, los cimientos y la base del edificio, no deseo emborricarlos. Me veo obligada, pues, a abandonar un mes la ciudad, y con ella, el Internet.
 
 
Pasen, queridos lectores, un agradable mes de agosto. Nos reencontraremos en septiembre, como no, en la contraquerencia.
 
 
Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
En el cénit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.
(Antonio Machado)
 
 

martes, 30 de julio de 2013

En busca del mejor helado del mundo


Los señores eurodiputados, que están en todo y son unos linces, han aprobado la creación del Día Europeo del Helado Artesano. ¿Y qué fecha han elegido para tan veraniego motivo? El 24 de marzo, coincidiendo con el deshielo y la Semana Santa. Euro-parajódico.
 
 
Dicen que, gracias a los helados, 300.000 personas tienen un puesto de trabajo en el Viejo Continente, donde existen unas 50.000 heladerías. Un poco más hacia el este, en Rusia, también se pirran por los helados. No en vano, el pasado mes de abril, la cadena de yogurt helado Llaollao abrió su primer establecimiento en San Petersburgo y amenaza con montar otro chiringuito en Moscú. ¿Se imaginan ustedes saboreando una tarrina en plena Plaza Roja, a quince grados bajo cero? Curiosamente, el país más heladero del planeta es Nueva Zelanda, seguido de Estados Unidos, Australia y Suiza. ¿Cuál es el sabor más consumido? El de vainilla. ¿Y dónde sirven el mejor helado del mundo? Sobre esta cuestión transcendental debaten cada dos años en Rímini, durante la Coppa del Mondo della Gelateria.
 
Ante Paul Newman no sólo se derriten los helados

Mi hermana antropófago, cada verano, elabora un ranking con sus helados favoritos (la vainilla le parece una simpleza). Todas las tardes camina hasta una heladería de Punta del Moral llamada Popeye y, tras un detenido estudio de las neveras -la que acoge las Cremas Artesanas y las Cremas Premium-, elige un sabor, que luego puntúa con extrema severidad. El top five está compuesto por: "Philadelphia con fresas", "Bombón Noisette", "Limón Glacé", "Fresas con fresitas" y "Chocolate Fondant". Este verano le voy a dar una alegría porque en Popeye hay tres sabores de estreno: "Triple Mix", "Cacahuetes con trocitos caramelizados" y "Crème Brûlée". También he visto por ahí un "Pink Pastel" que me huele a Pantera Rosa y, conociendo su afán catador, seguro que cae.

 
Hasta no hace mucho, en este país subsistíamos con fresa, nata, vainilla y chocolate. Teníamos menos sabores, pero valores más sólidos... y menos eurodiputados:

Manuela la del puesto vendía los helados que ella misma hacía en su casa. Algunas tardes, antes de que con su pregón se acabara solemnemente la siesta en el pueblo serrano del veraneo, íbamos a verla hacer los helados. Era una mágica barrica de corcho, sobre la que tenía colocada una manivela con la que dos aspas daban dentro vueltas a la dulce melaza del helado de vainilla, oloroso y amable, como el barrunto de aquel pregón que poco después estaría por las esquinas proclamando la hora del paseo de la tarde, pescadoras recién planchadas y bicicleta con guardabarros niquelados:
--- ¡ Hay mantecado helado, qué riquillo es...!


Hermana antropófago con su tarrina Bombón Noisette:imagen de la felicidad, inquebrantable al paso del tiempo, que proporciona un helado de chocolate

lunes, 29 de julio de 2013

El pendiente de La Faraona

Si se aburren en la piscina, la arena de la playa les pone de mal humor o, sencillamente, disfrutan llevándose lectura para sus ratos de sol y tumbona, les recomiendo el último y entretenidísimo libro de José María Íñigo: "La tele que fuimos", un recorrido nostálgico, ágil y con sentido del humor por la historia de la televisión en España. Como en este blog somos grandes amantes de la bata de cola, sirva de muestra una anécdota protagonizada por La Faraona.


La historia de Lola Flores transcurre durante la grabación del programa "Esta noche... Fiesta". Cuenta José María Iñigo: "En pocos meses, la sala Florida Park, en el parque del Retiro de Madrid, se convirtió en un sitio extremadamente popular y centro de la actualidad nacional e internacional en el campo de la música y la moda. Las invitaciones para el programa, a pesar de ser gratuitas, se cotizaban en el mercado negro hasta alcanzar precios superiores a las cinco mil pesetas de aquella época [hablamos del año 1976]. Decenas de reporteros acudían semanalmente a la madrileña sala de fiestas y aguardaban a que surgiera alguna noticia interesante. ¡Y vaya si surgían!


[...] Quizás uno de los episodios que tuvo más trascendencia en los programas que he hecho tuvo lugar la noche en que actuaba Lola Flores. Lola apareció allí con sus músicos, sus palmeros, sus guitarristas y cantó una canción. Luego, en la segunda, se lanzó al escenario y, con ese brío que la caracterizaba, empezó su Pena, penita, pena. Se dio media vuelta y, al volverse, uno de sus pendientes salió volando por el aire y se perdió entre la multitud. La Faraona hizo parar a los músicos, a la televisión, todo, y dijo:
- ¡Ojo! ¡Ese pendiente es de los buenos y yo de aquí no me muevo hasta que se busque y se encuentre!.


Como digo, paró la televisión, paramos todos y todo el mundo se puso a buscar el famoso pendiente. La operación nos costó entre siete y ocho minutos. Buscamos entre las mesas, por el suelo... Fue un hecho irrepetible. Cuando por fin se encontró el pendiente, Lola dijo:
- Señores, ahora ya puedo seguir cantando. Es que era de los buenos, y se puso otra vez a cantar".


domingo, 28 de julio de 2013

La liebre de Las Ventas


Ese mito de que hay que ir todas las tardes a Las Ventas porque el día menos pensado salta la liebre, es cierto. Doy fe. Incluso en las novilladas infumables que Taurodelta nos programa en el mes de julio, contra todo pronóstico, suceden cosas. Los designios divinos son, de momento, más poderosos que los de Choperita, Matilla y el productor de arte. Este domingo, la liebre venteña se encarnó en un novillero de Albacete llamado Sergio Felipe Sánchez, Sergio Felipe en los carteles. Lo del nombre artístico admito que me mosquea. Suena a culebrón latinoamericano, no a torero. Antiguamente, las figuras de época se llamaban José, Juan, Manolo, Antonio... apelativos de andar por casa. No sé si Sergio Felipe, que hacía su presentación en Madrid, llegará a figura de época, pero sí le recomiendo que se rebautice y lo deje en Sergio Sánchez o Felipe Sánchez.


Salvando ese detale, el chico anda francamente bien y, albricias, tiene cara de torero. Posee un sentido natural del temple, muletea limpio y asentado, con las zapatillas bien plantadas sobre el albero y, sobre todo, calcula bien los tiempos, yendo a por el estoque cuando hay que ir, sin alargar tontamente las faenas. Rematados los pases de pecho y toreros los doblones por bajo. Clásico y fluido, sin retorcimientos ni moderneces. Habría cortado una oreja de su primero si no llega a pinchar y en el último, a pesar de matarlo decentemente (algo baja la espada), la presidencia decidió exhibir toda su cicatería con un novillero que el año pasado toreó cuatro tardes (dio una vuelta al ruedo). Espero que Taurodelta tenga a bien anunciarlo de nuevo.


Otra grata sorpresa fue el novillero de Béziers Cayetano Ortiz (nuevo también en Madrid), a quien ya  le echamos el ojo hace un par de temporadas. Además de elegir con acierto a sus picadores (este domingo se trajo a Las Ventas, nada más y nada menos, que a Paco María y Tito Sandoval), volvió a exhibir su buen corte. Lástima que su lote no diera más de sí. El novillo de la tarde se lo llevó Rafael Cerro en la que fue su cuarta (¿o quizás quinta?) comparecencia esta temporada en Madrid. Como viene siendo acostumbrado, se marchó sin desagradar, ni tampoco agradar, tras una faena demasiado eléctrica y un sainete con la espada.


Se lidiaron cuatro novillos de La Ventana del Puerto (procedencia El Pilar a través de Carlos Charro), sosos y de poca fuerza en líneas generales, salvo el quinto, que manseó en los dos primeros tercios y sacó casta en la muleta. El sexto fue rebrincado. Se devolvieron dos por inválidos (primero y tercero) y desenchiqueraron sendos sobreros de Julio García a punto de cumplir los cuatro años. Unos toritos. El primero noblón y el tercero con más gracia, sobre todo por el pitón izquierdo. La novillada duró casi tres horas, pero no se hizo larga. Tarde fresca en la que se guardó un minuto de silencio al romper el paseíllo en recuerdo de las víctimas del accidente ferroviario de Galicia.

sábado, 27 de julio de 2013

Revistas de verano

De un tiempo a esta parte, han cambiado mucho, y a peor, las portadas de las revistas veraniegas. Como casi todo en esta país, supongo. Aunque estamos "embarazados" y entusiasmados, para ir a la playa, me quedo con el burro.

Ahora (julio de 2013):


Antes (agosto de 1929):

 
Aprovechando la llegada del verano y la exhibición de cuerpos serranos en nuestros litorales, además de analizar con lupa aquellas "incipientes barriguitas que no se pueden ocultar" (caso de los embarazados Iker y Sara), las revistas actuales aportan consejos para mantener a raya otra clase de tripa: la castiza lorza. En estos reportajes sobre la Operación Bikini, generalmente un nutricionista y un psicoterapeuta "nos ayudan" a "tener una vida más gratificante" sin "sensación de frustración o fracaso".
 
 
Yo no tenía complejos,
era feliz con mi barriguita,
hasta que una niña me dijo:
“Juan, se te notan las tapitas”.

Empecé a fijarme, en los anuncios de la tele,
allí salen unos tíos que parecen alfileres.
Yo no tengo abdominales, bíceps ni tríceps ni pectorales,
no me busquéis en el gimnasio…
 ¡a mí buscadme en los bares!

Juan se te notan las tapitas, Juan se te notan las tapitas…

Boquerones, chipirones, los riñones,
chistorritas, y unas papas bravas.
Almejitas, caracoles, altramuces, pistachitos, aceitunas en salmuera,
tortillitas, calamares, banderillas, las gambitas…
Voy a seguir comiendo…
Vino tinto con casera, cervecita bien fresquita…
Hasta el día en que me muera.
Venga eso solo ahí,
¿Sólo te lo vas a comer?
Hombre no solo…: ¡con picos!

Me está saliendo un bulto, que no es nada normal,
más que un bulto parece, ay, el Peñón de Gibraltar.

Mi madre corre asustá cuando ve lo que me zampo,
no tengo un cuerpo Danone,
¡yo tengo un cuerpo Cruzcampo!


jueves, 25 de julio de 2013

Censura sí, pero con decoro y buen gusto


"En la playa y en las piscinas de Madrid, la gente que sabe guardar la debida compostura se baña y toma el sol en maillot, sin que nadie se lo estorbe". Éste era el titular de un reportaje que publicaba la revista Crónica el 14 de julio de 1935, a las puertas de la Guerra Civil.
 

"La Dirección  General de Seguridad estimó que no todos los bañistas se comportaban con el decoro y el respeto debidos a la decencia pública. Y para remediar esto tuvo a bien dictar ciertas disposiciones acerca de la indumentaria de baño en las playas y piscinas madrileñas. Tales disposiciones, por su carácter general, produjeron alguna alarma entre los entusiastas de la natación y de la helioterapia.
 

¿Tendremos que revestirnos de aquel maillot de principios de siglo que, provisto de media manga y media pierna, estorbaba para nadar y hacía prácticamente imposible el baño de sol, que, por lo demás, nadie o casi nadie tomaba entonces? ... ¿Tendremos que estar en la plaza cubiertos con un albornoz, que impide los ejercicios de cultura física y hace imposible el secarse al sol?, se preguntaban las deportistas y los deportistas, que ya en Madrid son legión...
 

Para responder a estas preguntas e informar a la juventud muy sport, que constituye una gran parte de los lectores de Crónica, me propuse celebrar una interviú con el brillante escritor, y gran sportman también, que es don Ramón Fernández Mato, actual subdirector general de Seguridad, en funciones de director, que dictó las disposiciones relativas a la indumentaria de los bañistas y a la manera de comportarse en las playas y piscinas de la provincia de Madrid.
 

El señor Fernández Mato me recibió con exquisita amabilidad, pero inexorablemente decidido a no hablar de ese asunto... Traté de obtener, al menos, una leve explicación, y dije:
-Es bien poco lo que le pido... Sencillamente, que me aclare un punto de la disposición: el relativo a la indumentaria de las mujeres en el baño y en la playa, porque si en el momento que salgamos del agua hemos de embutirnos en el albornoz, el baño pierde gran parte de su encanto y de su virtud higiénica.
- Le repito que me he prohibido hablar de este asunto.
- ¿Es que el albornoz sólo debemos llevarlo cuando formemos grupo con los muchachos?
- Siento mucho no poder esclarecer sus dudas.
 

Como último y vano recurso, muestro al señor Fernández Mato una colección de fotografías de maillots, lucidos por las maniquíes de Berlín y de Viena.
- Fíjese qué maillots tan bonitos. Como puede usted apreciar, son los que lucen este veranos las muchachas austriacas y alemanas, bajo regímenes que no pecan de excesiva tolerancia. ¿No podría indicarme si alguno de estos modelos puede permitirse, para eliminar el albornoz?
La sonrisa del señor Fernández Mato se hace más amplia y más cordial; pero su voluntad no ceja en la negativa: Únicamente entreabre el resquicio de estas frases:
-Creo que mis disposiciones no han sido interpretadas en su exacto sentido. La consigna que tienen los agentes no es rigurosa. Vaya, vaya a la playa y las piscinas...
 

Me dispongo a seguir el consejo del señor Fernández Mato. Y como casualmente se halla en Madrid la señorita Araceli Castro, elegida Reina de las playas españolas para 1935, en el Concurso de la bañista más bella y mejor presentada en maillot, celebrado por Crónica durante el pasado verano, requerimos su colaboración [...] Media hora después paseábamos en traje de baño por la playa de Madrid. La experiencia tuvo éxito completo. Araceli pudo lucir la esbeltez sin par de su cuerpo, enfundado en el breve y coquetón maillot, pudo mezclarse con los grupos de muchachos y de muchachas que, en maillot también, se bañaban en la piscina o hacían gimnasia, o tomaban el baño al sol. Repetimos la prueba en días sucesivos en dos piscinas más y con idéntico y favorable resultado. Ningún agente de la Autoridad llamó la atención de la bellísima Araceli Castro ni a ninguna otra bañista que sepamos. Y esto indica que no hay tales disposiciones tiránicas o antideportivas de la Dirección General de Seguridad, y que todo se reduce a exigir, como es lógico, a los bañistas la compostura y la decencia debidas, así como el elemental respeto al pudor y a la sensibilidad del público que acude a las piscinas y a las playas".
 
 
Firmaba el genial artículo CARMEN A. MORALES y, bajo su nombre, se leía: "ESTE NÚMERO HA SIDO VETADO POR LA CENSURA" (ojo: fue escrito durante la Segunda República, aquel período que ahora intentan vendernos como el paraíso de la libertad perdida).
 

En la playa se bañaba
una niña angelical
y acariciaban las olas
¡Ay… su figura escultural!

Al entrar en la caseta
A quitarse el bañador
Le decía a su bañero : ¿qué…?
Con acento de candor...

Tápame, tápame, tápame...
Tápame, tápame que estoy mojada...
Para mi será taparte
La felicidad soñada.

miércoles, 24 de julio de 2013

La gazpachería andaluza


Como tantas otras criaturas que viven en una gran ciudad que absorbe cada partícula de su tiempo, no he encendido la vitrocerámica o el horno desde el Efecto 2000. Hasta hace un par de años, si queríamos "comida a domicilio" teníamos que conformarnos con una pizza o el arroz tres delicias de "El chino veloz". Por fortuna, gracias al aumento exponencial de seres desastrosos en las artes culinarias, aquellos menús grasientos y de dudosa elaboración han pasado a la historia. El take away se ha convertido en una filosofía de vida. ¿Se imaginan a un tipo cargado de tarteras con recetas caseras llamando a su puerta? Existe. Sólo hay que teclear www.nococinomas.es o www.yocomobien.es y desembolsar unos 150€ mensuales. En un artículo publicado en Zoom News, llaman a estas celestiales criaturas "los ángeles del tupper".


En Madrid, prácticamente cualquier alimento tiene su versión take away: hay negocios especializados en comida tailandesa y griega, ensaladas, hot dogs, pichones... Mi negocio favorito (la tierra tira) es "La Gazpachería Andaluza" (calle Ferraz, 34), fundada por el sevillano Rafael de Aquino, "El loco del gazpacho".


Sólo venden dos productos: gazpacho y salmorejo..., y elaborados de forma artesanal. Nada de colorantes sospechosos. La botella de un litro de gazpacho cuesta 4€ y la de salmorejo, 5€. Y si deseas pegarte un atracón de más de tres litros, te lo llevan a casa fresquito en moto. Además, han tenido la brillante idea de colocar una máquina dispensadora de botellas en el intercambiador de Moncloa, por si te da un joenco esperando el metro.


Las ventas deben funcionar porque Rafael tiene el proyecto de vender botellas de medio litro en el reino del fish&chips, Londres. Con estos progresos, ¿quién echa la pata alante pa´cocinar en casa? Olé el gazpacho güeno.


martes, 23 de julio de 2013

Mi lindo pueblito


Por estas fechas estivales, somos muchos los que abandonamos "la metrópoli de adopción" y emprendemos el regreso a la tierra, a nuestro lindo pueblito, generalmente en un bello paraje montañoso o a orillas del mar. Sin embargo, uno no elige donde nace y, a veces, toca aflorar en el culo del mundo. Para nosotros, para todos los que "germinamos" en un pandero, vaya esta zambra de Les Luthiers que se complementa con el emblemático tango "Volver".

 
Esta zamba canto a mi tierra distante
Cálido pueblito de nuestro interior
Tierra ardiente que inspira mi amor
Gredosa, reseca de sol calcinante
Recordando esa tierra quemante
Resuena mi grito: ¡Qué calor!

Cómo te recuerdo mi lindo pueblito
Con tu aire húmedo y denso de día
Noches cálidas de fantasía
Pobladas de magia, de encanto infinito
Y el cantar de tu fresco arroyito
Salvo en los diez meses de la sequía.

Siempre fue muy calmo mi pueblo adorado
Salvo aquella vez que pasó el huracán
Viejos pagos, qué lejos están
Mi tierra querida, mi dulce poblado
Tengo miedo de que hayas cambiado
Después de la última erupción del volcán.

Tierra que hasta ayer mi niñez cobijabas
Siempre te recuerdo con el corazón
Aunque aquel arroyito dulzón
Hoy sea un hirviente torrente de lava
Que por suerte a veces se apaga
Cuando llega el tiempo de la inundación.

Los hambrientos lobos aullando estremecen
Cuando son mordidos por fieros mosquitos
No se puede dormir por los gritos
De miles de buitres que el cielo oscurecen
Siempre algún terremoto aparece
Y al atardecer llueven meteoritos.

Y si a mi pueblito volver yo pudiera
A mi viejo pueblo al que no he regresado
Si pudiera volver al poblado
Que siempre me llama, que siempre me espera
Si a mi pueblo volver yo pudiera
¡No lo haría ni mamado!

Y
o adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno...

lunes, 22 de julio de 2013

Un nacimiento oscuro, sin orillas, nace en la noche de verano

"Los días del verano dormían a tu sombra..." (José Luis Borges)


Hay un pintor que lleva el verano tatuado en su paleta: Edward Hopper. La placidez de las noches estivales, con ventanales abiertos a la gran ciudad y cortinas que bailan tímidamente, los porches durante la madrugada, el sol de la mañana bañando las pieles blancas, vestidos que se ciñen a las sinuosidades de la carne, el olor a mar..., todo está en Hopper.


"En algún sitio del verano estamos juntos
acechando con labios que la sed ha invadido".

(Pablo Neruda)

"Pulsas, palpas el cuerpo de la noche,
verano que te bañas en los ríos,
soplo en el que se ahogan las estrellas,
aliento de una boca,
de unos labios de tierra.

Tierra de labios, boca
donde un infierno agónico jadea,
labios en donde el cielo llueve
y el agua canta y nacen paraísos.

Se incendia el árbol de la noche
y sus astillas son estrellas,
son pupilas, son pájaros.
Fluyen ríos sonámbulos.
Lenguas de sal incandescente
contra una playa oscura.

Todo respira, vive, fluye:
la luz en su temblor,
el ojo en el espacio,
el corazón en su latido,
la noche en su infinito.

Un nacimiento oscuro, sin orillas,
nace en la noche de verano,
en tu pupila nace todo el cielo".
(Octavio Paz)
 
"Hacia un horizonte
de menta y sombra,
viaja tu nombre
rodando por el mar del verano".


(Álvaro Mutis)


“Viento que la derriba en ola sin espuma
y sustancia sin peso, y fuegos inclinados.
Se rompe y se sumerge su volumen de besos
combatido en la puerta del viento del verano”.
(Pablo Neruda)

domingo, 21 de julio de 2013

El cemento y las sombras de Taurodelta


Antes de entrar en la plaza, aún no había empezado a llover, pero ya olía a tierra mojada. Y los nubarrones se acercaban mientras que las banderas huían de sus mástiles. Tormenta de verano con un cartel que, igualmente, hacía aguas: novillos de Buenavista para Miguel de Pablo, Pablo Santana y Juan Manuel Benito. Entre los tres, sumaron ocho paseíllos en 2012. Por si no hubiera ya suficientes elemenos en contra, el piso de Las Ventas estaba plagado de hoyos y sobraban dos palmos de albero, consecuencia, probablemente, de la encerrona motorística del pasado viernes.


Abogo por que el Estado nos prohiba conducir un vehículo a todos los que asistimos a los festejos que Taurodelta programa en verano. ¿Tiene problemas de visión? ¿Padece alguna enfermedad? ¿Toma medicación? ¿Va los domingos de julio y agosto a Las Ventas? Si responde afirmativamente a alguna de estas preguntas, es usted un peligro público. No supere tampoco el perímetro de seguridad en zonas infantiles. No se encuentra en sus cabales.


Al final, los novillos de Buenavista -procedencia 100% Juan Pedro Domecq- resultaron buenos y de bonitas hechuras. Hubo un tercero, Halagado, para armar el lío: humillando, con transmisión y tranco. El segundo y el quinto, Facilón y Forastero, hubieran permitido tocar pelo también. Para que no faltase de nada, desenchiqueraron a un sobrero de Javier Molina (primero bis). Pero de allí, los novilleros que tuvieron más suerte, salieron mojados y con el esportón vacío; los que menos, con una cornada. El cuarto prendió a Miguel de Pablo cuando entró a matar. Pitonazo, y muy feo, en la ingle. Los otros dos compañeros, Santana y Benito, que debutaban en Las Ventas, naufragaron con la dignidad que da la inexperiencia. Los guiris, incluso, en un ramalazo de cariño incontrolado, decidieron que el que cerraba terna diera una vuelta al ruedo... Verdes, como el trigo verde. Sin embargo, sorprendentemente, ninguno de estos chavales tiene cara de hambre. Se presentan en Madrid, impecablemente vestidos y estrenando traje como si fueran tres jóvenes abogados durante su primer día en un bufete. Uno los compara con aquellas fotos de los viejos maletillas o de los becerristas de La Oportunidad y no da crédito. ¡Cómo ha cambiado este país! La de genios que daba el hambre. Más que cornadas, incluso.


Los nubarrones, por supuesto, acabaron convertidos en una tromba de agua que vació aún más una plaza casi ya vacía. Un homenaje al cemento y a las sombras de Taurodelta. Enhorabuena, empresa, por echarnos a todos. O casi todos. Los locos somos demasiado fieles.

sábado, 20 de julio de 2013

Temporada de verano

 

Viajamos hasta el San Sebastián de 1887, cuando el mundo era mundo, se celebraban festejos taurinos y Bildu no existía. El primer día de julio, el Gran Casino inauguraba la temporada de verano con un programa inmejorable: bains de mer, corridas de toros "con las mejores cuadrillas y primeros espadas de España", conciertos a todas horas, club para caballeros con vistas a la playa, gran salón de lectura para señoras, juegos para niños -como verán, los lotes según sexo y edad estaban perfectamente ideados-, paseos y excursiones por los alrededores, bellos jardines, restaurante con café helado, salas de esgrima y billar, hidroterapia, bodega, funciones teatrales y gran baile al caer el sol. Hasta el cartel anunciador, obra de Charles Lévy, rezumaba clase.  
 
 
Desgraciadamente, aquel 1 de julio de 1887 no brilló el sol y llovió torrencialmente sobre la piedra de arenisca del Gran Casino, edificio renacentista obra de Luis Aladren y Morales de los Ríos. Escribe Luis Tárrega sobre este emblemático edificio: "Considerado en Europa uno de los casinos más elegantes de la época, llegaron personajes de todo el mundo, aventureros como Bolo Pachá, cantantes y artistas como Raquel Meller, Pastora Imperio, espías como Mata Hari, fusilada en París, reyes de todo el Continente, como Leopoldo de Bélgica, el asesino del Congo Belga, el Sha de Persia, toda clase de fauna de los más famosos burdeles de Europa, ricos como los Rothschild, militares, políticos como Canalejas, Sagasta, Romanones, la flor y nata de la época... fue la Belle Époque de nuestra ciudad".
 
 
Además del Gran Casino, otros dos factores favorecieron la llegada de tan célebres visitas: en primer lugar que, a partir de 1895, la reina Regente María Cristina, viuda de Alfonso XII, trasladara la corte a San Sebastián para pasar las vacaciones de verano (de ahí que se construyera el Palacio de Miramar); la segunda, el inicio de la Primera Guerra Mundial, que convirtió a la ciudad en una de las más cosmopolitas de Europa.
 
 
Aprovechando la venida de forasteros, sobre todo franceses, al no existir espectáculo más seductor que los toros, el genial José Arana decidió levantar una nueva plaza, la de Atocha, creando así la Semana Grande, que se coordinaba con las actividades del Gran Casino en un pionero "pack turístico". No en vano, el 15 de agosto de 1901, se celebró la primera corrida nocturna de la historia, en la que tristemente falleció el picador Andrés Castaño "Cigarrón" ante un toro de Saltillo y de nombre "Naranjito". Las crónicas contaron que se lesionó el vientre con la perilla de la silla: "de tal importancia fue la lesión que se le declaró la peritonitis, y a consecuencia de ella falleció a las cinco de la mañana del 17 del mes referido. Hacía dos años que había contraído matrimonio con una hermana del que también fue picador José Torres Reina, y prima de los diestros Bombita" (Dulzuras).
 
 
El picador Andrés Castaño “Cigarrón”, que iba en la cuadrilla de Emilio Torres “Bombita”, murió en la Plaza de Toros de San Sebastián por causas ajenas a la lidia. Esto sucedió en agosto de 1901 y mientras su compañero, el picador Rafael Alonso “El Chato”, leía la noticia en voz alta y explicaba que la muerte se había producido debido a una fatalidad por un colapso, otro torero allí presente entendió que la culpa fue de un colazo y exclamó: ¡Malditos toros, hasta con el rabo matan!

 
"El año 1876, apenas terminada la tercera guerra carlista, cuando la ciudad no sólo había perdido su atracción turística sino que pensaba no le sería posible recuperarla, Arana tuvo la osadía de, en solitario, convertirse en adalid del veraneo donostiarra y para atraer forasteros, en menos de un mes, construyó la que sería su primera plaza de toros de Atocha. Para anunciar su semana taurina creó los slogans 'Semana Monumental' y 'Gran Semana' y desde 1879 hasta nuestros días el de 'Semana Grande'. Fue, como todo aquello en lo que intervino, un auténtico éxito. San Sebastián volvió a estar de actualidad, se conoció que los viajeros regresaban a tomar los baños y comenzó una larga andadura que permanece vigente" (publicado en el Diario Vasco).