lunes, 22 de julio de 2013

Un nacimiento oscuro, sin orillas, nace en la noche de verano

"Los días del verano dormían a tu sombra..." (José Luis Borges)


Hay un pintor que lleva el verano tatuado en su paleta: Edward Hopper. La placidez de las noches estivales, con ventanales abiertos a la gran ciudad y cortinas que bailan tímidamente, los porches durante la madrugada, el sol de la mañana bañando las pieles blancas, vestidos que se ciñen a las sinuosidades de la carne, el olor a mar..., todo está en Hopper.


"En algún sitio del verano estamos juntos
acechando con labios que la sed ha invadido".

(Pablo Neruda)

"Pulsas, palpas el cuerpo de la noche,
verano que te bañas en los ríos,
soplo en el que se ahogan las estrellas,
aliento de una boca,
de unos labios de tierra.

Tierra de labios, boca
donde un infierno agónico jadea,
labios en donde el cielo llueve
y el agua canta y nacen paraísos.

Se incendia el árbol de la noche
y sus astillas son estrellas,
son pupilas, son pájaros.
Fluyen ríos sonámbulos.
Lenguas de sal incandescente
contra una playa oscura.

Todo respira, vive, fluye:
la luz en su temblor,
el ojo en el espacio,
el corazón en su latido,
la noche en su infinito.

Un nacimiento oscuro, sin orillas,
nace en la noche de verano,
en tu pupila nace todo el cielo".
(Octavio Paz)
 
"Hacia un horizonte
de menta y sombra,
viaja tu nombre
rodando por el mar del verano".


(Álvaro Mutis)


“Viento que la derriba en ola sin espuma
y sustancia sin peso, y fuegos inclinados.
Se rompe y se sumerge su volumen de besos
combatido en la puerta del viento del verano”.
(Pablo Neruda)

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