domingo, 31 de mayo de 2015

La luna (de Las Ventas) y el toro


Tenía prisa por salir la luna, la luna de Madrid, que a las nueve ya asomaba, creciente, por encima de la andanada del 6. En el ruedo se lidiaba un jabonero y aquello parecía el resurgir del mito entre Pasifae y el toro blanco. Todo conato romántico terminó ahí, pues Luis Bolívar no fue capaz de cogerle la velocidad a aquel jabonero sucio -sobrero de Torrealta-, que embestía con la cara alta y que le desarmó en varias ocasiones, sobre todo al natural. El colombiano, que es ajeno a los efluvios de la luna, también desaprovechó al Iban "Provechoso", encastado y de galope alegre, al que toreó bruscamente, empezando por un “cartucho de pescado” en los medios. Fue "Provechoso" -aplaudido en el arrastre y espectacularmente banderilleado por Raúl Adrada- el toro más emocionante de la tarde.


La corrida de Baltasar Iban, prólogo de la semana torista, ha sacado, en líneas generales, nobleza y calidad, pero poca fuerza. Los Ibanes -a los que no colocaron en el caballo ni una sola vez- se apagaban pronto y necesitaban una docena de muletazos de categoría. Por supuesto, el "pronto y en la mano" no se produjo, especialmente durante las espesísimas faenas de Serafín Marín, antítesis de la eficacia, quien regresa dentro de una semana con los Miuras como azote divino para cerrar San Isidro.


Robleño, que tampoco es torero romántico aunque sí algo melancólico, ha estado serio, digno y sincero, sin alharacas ni fuegos artificiales. Su aflicción a veces provoca que el público no valore la profesionalidad de sus faenas, ni siquiera sus excelentes estocadas, de las mejores de lo que llevamos de feria. A Robleño, los Ibanes no le han enganchado la muleta ni una sola vez. Ojalá le acompañe la suerte -y un poco más de "fibra"- el martes, durante la corrida de Cuadri. Esa noche, ya sí, lucirá la luna llena.

sábado, 30 de mayo de 2015

El sueño de una tarde de tormenta en la que no llegó a llover

Fotografía de Antonio Heredia

Hace más de un mes que no llueve sobre Madrid y, desde el último chaparrón, ya casi olvidado, la ciudad acumula sus miserias. En Madrid, sobre todo en primavera, la lluvia cumple una función purificadora. Antes de empezar la corrida, cayeron unas tímidas gotas, insuficientes. La tarde estaba cargada de tormenta cuando rompió el paseíllo. 

Lo admito: apenas pude ver a Finito con el que abrió plaza. La gente aún se acomodaba en sus localidades -inconvenientes de una tarde de "No hay billetes"- y tuve que esperar desde la bocana del tendido hasta acceder a mi localidad. Aunque escuché algunos pitos, no me dio la impresión de que el torero de Sabadell estuviera tan mal ante un astado con clase pero de nula fuerza. A lo sumo, anduvo bochornoso, como la tarde misma. Me instalé en el tendido cuando salió el segundo toro de Juan Pedro Domecq, de nombre "Embestido". Gran toro, a la altura de una sobresaliente corrida, con otros tres ejemplares vibrantes: "Destajoso" (3º), "Ballenito" (5º) y el sobrero de Parladé, "Mensajero" (6º bis). Juan Pedro puede enorgullecerse de haber lidiado la mejor corrida, hasta el momento, de este San Isidro 2015, bien presentada, de impecables hechuras y brava, tanto en el caballo como en la muleta. 


Sigue sin llover sobre Madrid; a cambio, Talavante ha desencadenado un aguacero de buen toreo. Este viernes, ha estado extraordinario, por distinto e improvisado. De sorpresa en sorpresa, el extremeño ha conjugado el valor con la clase, la naturalidad y la imperfección. No voy a detallar sus dos faenas, de sobra cantadas por los cronistas. Simplemente, fueron como un sueño... el sueño de una tarde de tormenta en la que no llegó a llover. Probablemente, no vuelva a repetirse algo semejante. Lloverá, o quizás prosiga el bochorno, pero Talavante seguirá imaginando sus faenas antes dos excelentes toros de Juan Pedro, de pie, de rodillas, con orejas o pinchando... qué importa. Jamás vi algo igual. Talavante ha estado inverosímil. Seductor.

Ante sus asombrosas filigranas, Luque ha puesto un punto de cordura y realismo a la tarde, de atornillar los pies sobre la tierra, principalmente con el tercero, al que toreó muy de verdad, sin mirarse tras sufrir una escalofriante voltereta. Sin embargo, el sexto pudo con él. Aquel sobrero de Parladé era mucho toro y comenzaba a soplar el viento de tormenta... 

Es tarde. Ya madrugada. El cielo ha vuelto a despejarse y la luna ilumina Madrid. Ni siquiera es hora de escribir. Probablemente, no lloverá en este San Isidro. Talavante tampoco será nombrado triunfador del ciclo al no haber abierto la Puerta Grande tras pinchar sus dos faenas. Tampoco importa. Ciertas tardes de toros no se olvidan. Creo que fue Ortega y Gasset quien escribió: "Por eso -porque el gran torero puede estar mal- es por lo que íbamos a las corridas de toros". Talavante estuvo tan imperfecto como mágico. Así es la rosa, también durante la sequía.

miércoles, 27 de mayo de 2015

De bandera

Se llama de bandera al toro que es excepcional por su bravura y nobleza. La Real Academia puede incluir como acepción de esta expresión a Jabatillo, de Alcurrucén. ¡Qué clase sacan estos "núñez" coloraditos! Son incomparables por su embestida profunda y humillada, metiendo la cara con un ritmo creciente por ambos pitones (aquello que los viejos taurinos llamaban "el tranquito Núñez"). Jabatillo es -o fue- una maravilla que se degusta de tarde en tarde: un toro de bandera que no peleó en el caballo -clásico en este encaste- y que se vino arriba en el último tercio persiguiendo los engaños con una fijeza y categoría incomparables. ¡Y que claro lo vio Castella! Su inicio de faena resultó magistral, con pases cambiados seguidos de un rosario de trincherillas, molinetes y pases del desprecio en el mismísimo centro del anillo. La plaza, llena a reventar, empezó a rugir con el francés. A continuación, llegó el toreo al natural, tremendamente templado. Y el de pecho. El kiosco rugía al unísono, al sol y a la sombra. Jabatillo continuaba embistiendo como un jabato, peinando la arena con el pitón izquierdo. 


Nunca he ocultado mi afición radical, ni mi debilidad por el tercio de varas, ni mi pasión por lo de Santa Coloma. Pero cuando un Núñez sale bueno, reconozco que entro en colapso. Por eso me he emocionado durante la vuelta al ruedo de este Alcurrucén de bandera. Imagino la felicidad de la familia Lozano: los aficionados les estamos muy agradecidos, al igual que Castella, que ha abierto la Puerta Grande tras pasear dos orejas triunfales, recompensa que también celebro. Jabatillo es un toro que descubre, para bien y para mal, y el de Béziers ha estado a la altura a pesar de que la estocada cayó baja. Con los años, Castella ha dejado a un lado las faenas prefabricadas y los arrimones innecesarios y se ha puesto a torear de verdad. ¡Bravo! 


El resto de la corrida de Alcurrucén no sirvió. Morante se marchó entre una injustificada pitada y El Juli advirtiendo con la mano que le queda otra tarde este San Isidro. En el tendido 2, además de Don Juan Carlos, se encontraba el Embajador de Francia en España, Monsieur Jérôme Bonnafont. Con uniones tan soberbias como Jabatillo y Castella, la Fiesta se defiende sola. Los toros son algo excepcional. 

martes, 26 de mayo de 2015

El último cartucho


El último cartucho es decisivo, en la paz y en la guerra, y por supuesto, también en los toros. No hay cosa más desangelada que una faena que va de más a menos o un faenón emborronado por culpa de la espada. La gente se queda con el último bocado. Daniel Luque, por ejemplo, ha empezado toreando bien al último toro de tarde, un sobrero de José Luis Pereda. Lo ha visto pronto, muy firme y dominador con la muleta; primoroso antes a la verónica. Sin embargo, en el ecuador del trasteo, cuando se ha echado la pañosa a la izquierda engarzando varios enganchones, ha cambiado el toreo fundamental por fruslerías modernas. Lo hace a menudo. Y la pólvora, así, no estalla (conclusión: vuelta al ruedo).

A los ganaderos de El Puerto de San Lorenzo les salen interesantes los "Cartucheros". El del San Isidro pasado fue uno de los toros de la feria. El de este año (4º) ha resultado un manso encastado de mucha emoción. Ferrera le ha clavado un tremendo par de banderillas, el segundo, dándole todas las ventajas al negrito, que se ha arrancado con violencia. El extremeño ha llegado con dificultad a ganarle la cara y el derrote le ha lamido el corbatín. Luego, en el tercer par al quiebro, Ferrera se ha hecho daño en la pierna y ha quedado cojo. Mal asunto ir renco al frente, sobre todo porque "Cartuchero" pedía los papeles: en los terrenos del 2, el del Puerto se ha hecho el amo.

A Abellán, que suele venir a Madrid con la escopeta cargada, también se le han humedecido algunos cartuchos. En su última tarde isidril, le ha faltado su habitual entrega, si bien es cierto que no ha sorteado un lote de tirar cohetes y que ha entrado a matar como un león. Otro que se ha jugado el tipo ha sido el banderillero "El Algabeño", de la cuadrilla de Luque.

La corrida de El Puerto de San Lorenzo -procedencia Atanasio-Lisardo- ha sido mansa, lidiada al completo en las cercanías del tendido 2 y "Cartuchero", uno de esos famosos "mansos encastados" que da esta casa. 

domingo, 24 de mayo de 2015

El Cartel de la Juventud

Para este domingo electoral, Taurodelta decidió programar "El Cartel de la Juventud": ninguno de los toreros  -David Galván, Víctor Barrio y López Simón- llegaba a los 30 años. La juventud, divino tesoro, es uno de los "valores" de la sociedad del siglo XXI: hay que ser eternamente joven y dejar que los jóvenes tomen las riendas... Aunque imbéciles los hay jóvenes y viejos (sólo hay que echar un vistazo a los resultados de los comicios locales y autonómicos). Tampoco todos los jóvenes vienen arreando de igual manera: unos se los pasan más cerca de la barriga que otros. Los toros, digo. 


López Simón se arrima a base de bien. El torero de Barajas volvía a Las Ventas tras la goyesca del 2 de mayo, donde vivió el haz y el envés de la Fiesta: Puerta Grande y enfermería. Y regresaba con mala carita, bastante pálido, pero dispuesto a aprobar la reválida. En primer lugar lidió un bicho de Las Ramblas llamado "Diablo" -¡menudo sosiego que te salga un nombre así en el sorteo!-, con un pitón izquierdo que parecía un garfio. Como de costumbre, no es oro todo lo que reluce y, a pesar de su apelativo y la siniestra ganzúa, "Diablo" resultó bastante noble y mansote. López Simón le cogió pronto el aire, destacando especialmente en los pases de pecho. Casi al final de la faena, tras un cambio de mano, el toro le hizo hilo hasta derribarlo tontamente. Pero como "Diablo" no quería mandar a nadie al averno, le pasó por encima sin encelarse. El torero, algo molido, cogió el estoque entrando a matar muy de verdad y llevándose de propina otro golpe seco en el vientre. La paliza tuvo su recompensa: una justa oreja. 


El sexto, "Hojaldrero", era un toro sin la menor codicia, pero López Simón decidió que aquel animal desaborido podía servirle para abrir de nuevo la Puerta Grande. Y lo logró a base de corazón y tesón, de meterse entre los pitones y de cerrar el trasteo con manoletinas. Tras matar de pinchazo y estocada, le concedieron otra oreja que descarrajaba la puerta de los sueños. Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Igual que la perdida exigencia de Las Ventas... Se notaba que hoy, además del Cartel de la Juventud, se celebraba Pentecostés. Cincuenta días después de la Pascua, los judíos organizaban una fiesta para agradecer los bienes de la cosecha: era una jornada de regocijo y gratitud en la que se ofrecían las primicias de lo producido por la tierra. Siendo la fiesta de la recolección, la Presidencia venteña ha decidido no quedarse corta y segar dos orejas en vez de una.


David Galván y Víctor Barrio, aunque jóvenes y en Pentecostés, no cosecharon nada, a diferencia de Roberto Martín "Jarocho", quien se desmonteró por sus excelentes pares al quinto. 

sábado, 23 de mayo de 2015

Y llegaron las figuras entre tragaldabas y ajumados


Cada vez tolero peor las corridas de figuras: por la escasa pujanza del ganado, la previsibilidad de las faenas y el público de clavel. Mientras Padilla toreaba a su cuarto toro, un señor ha comenzado a repartir Miguelitos de La Roda por el tendido a voz en grito. "¡Pili, coge uno, que son los auténticos! ¡Los rellenos de crema!". La tal Pili ha respondido con otro alarido: "¡Ahora me cojo uno de postre, que aún estoy tomando jamoncito!". Entre medias, cinco tíos, altos como armarios, colapsaban el pasillo que divide el tendido alto del bajo porque "tenían que salir urgentemente a por un cubata". Casi simultáneamente, Pili ya había finiquitado el jamón y echaba mano del Miguelito. "¡Pero qué rico! Mucho mejor que los de chocolate blanco". A lo que respondía el experto en Miguelitos: "Es que los auténticos son estos, los de crema". ¡Cuánta chusma! Aquello, más que Las Ventas, se había transformado en un manicomio. Y todos estos tragaldabas y ajumados, ¿dónde se meten el resto de tardes, cuando en el cartel no se anuncian las figuritas? 


No sé si por los Miguelitos o por la corrida de El Pilar -que también iba rellena de crema-, pero ha sido la primera tarde en este San Isidro que he salido de Las Ventas con mala leche. Y cuidadito con los nombres de los toros, que los carga el diablo: ni Mira-bajo ni Miralto... Petardo de Moisés Fraile se mire por donde se mire, con viento, avaricia y alevosía. Por arriba, por abajo y de lado. El único que se ha salvado de la quema ha sido Curro Javier.


Moisés y sus figuras pueden quedarse en el exilio egipcio separando las aguas del Mar Muerto. Aconsejo a Su Majestad que regrese a Las Ventas durante la semana torista porque estos carteles "de campanillas" se indigestan más que una caja de Miguelitos al sol.

jueves, 21 de mayo de 2015

Un lenguado al que se le caían las dos orejas


Si alguien tiene buen ojo para el marketing en este país es, sin duda, la Asociación El Toro de Madrid, que ha decidido repartir su boletín, "La voz de la afición", en los aledaños de Las Ventas una hora antes de comenzar la corrida de Núñez del Cuvillo. La lectura de la gacetilla mientras desfilaban los lisiados de "El Grullo" ha salvado la tarde. O casi. También ha colaborado un sobrero de Toros de El Torero que respondía al nombre de "Lenguadito". Dicho lenguado ha sido para llevárselo a casa y ponerle una pecera... ¡una máquina de embestir por mar y tierra! El prototipo del toro del siglo XXI: manso en el caballo y exquisito en la muleta, de tremenda clase y duración. Ante él, Castella ha estado casi a su altura, lo que no es minucia. Aunque al lenguado cinqueño se le caían las dos orejas, el francés firmó una elegante y templada faena iniciada con el ya tradicional pase cambiado por la espalda en el centro del anillo, marca de la casa. Primoroso el cambio de mano. Lástima la espada, que cayó baja. Los tendidos -abarrotados- pidieron una oreja que reconcilia a Castella con Madrid tras años plúmbeos. 

Fotografía de Antonio Heredia

Del resto de la corrida, salvo los artículos de "La voz de la afición", poco más que destacar. Algunos Cuvillos salieron derrengados de los cuartos traseros y otros de los delanteros. Ni el prometedor "Arrojado" arregló aquello. Diego Urdiales -que brindó su segunda faena a Curro Romero- pegó una trincherilla eterna. Estremecedora. El resto de la faena tuvo detalles de mucha torería y bastantes imperfecciones... pero, por la trincherilla, se ganó la vuelta al ruedo. De todos modos, que no me hablen de pureza: en el cartel de esta tarde quien realmente sabe torear es Talavante. Ha dejado unas verónicas -mucho debe agradecerle a Curro Vázquez- y un par de naturales sensacionales. Hoy por hoy, es la única figura que apetece ver. 


Aplaudidos el picador Óscar Bernal y el banderillero Juan José Trujillo, de la cuadrilla de Talavante. El rey Juan Carlos I presenció la corrida desde la meseta de toriles. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

El héroe de nuestro tiempo

Era una tarde ventosa y desapacible. Desplegó su capote ante chiqueros, se postró a porta gayola y su suerte cambió para siempre. Regó el ruedo con tres litros de sangre y entró a la enfermería casi en parada cardiorrespiratoria. Una gravísima cornada en el muslo izquierdo, que afectaba a la femoral, le impidió volver a vestirse de luces. El toro se llamaba "Deslío" y llevaba la divisa de El Ventorrillo. El torero, David Mora. García Padrós, el hombre que le salvó la vida. Desde aquel 20 de mayo, un sueño le desvela algunas noches: anuncia la reaparición a su cuadrilla y, cuando llega el momento, la pierna no responde.


Escribía Alexander Kojeve -uno de los mayores especialistas en Hegel- en La dialéctica del Amo y el Esclavo que, cuando se pone en juego la vida por puro prestigio (o por honor), el hombre se hace reconocer por el hombre. Esta particularidad -que se hace especialmente evidente entre los toreros- nos separa de “la animalidad”, porque el animal es “pura afirmación vital”, de modo que la “negatividad vital” citada por Kojeve es, paradójicamente, la que nos hace “animales distintos”; la que nos hace hombres. “Sin esa lucha a muerte hecha por puro prestigio, no habrían existido jamás seres humanos sobre la tierra”. Mientras David Mora arrastraba el capote hasta la puerta de toriles, por puro prestigio, nos redimía a todos aquellos que fijábamos los ojos en su figura. Sin embargo, como apuntaba Kojeve, “en estas condiciones, la lucha por el reconocimiento no puede terminarse sino por la muerte de uno de los adversarios, o de los dos a la vez”. Y así sucedió: David Mora casi pierde la vida en el túnel hacia la enfermería mientras Antonio Nazaré estoqueaba a “Deslío”.


Borges ya dio de ello en sus milongas, la de Manuel Flores, por ejemplo.

Manuel Flores va a morir,
eso es moneda corriente;
morir es una costumbre
que sabe tener la gente.

Y sin embargo me duele
decirle adiós a la vida,
esa cosa tan de siempre,
tan dulce y tan conocida.

Miro en el alba mis manos,
miro en las manos las venas;
con extrañeza las miro
como si fueran ajenas.


En el ruedo, un hombre se juega la vida “por puro prestigio” y, gracias a esta humanidad, el torero se aproxima “al héroe de nuestro tiempo”. Aquel lance a porta gayola de Mora, hace un año ya, no fue en balde, ni siquiera fue una fatalidad, porque nos hizo a todos más hombres.  

lunes, 18 de mayo de 2015

Sobre esta Roca

“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Bien pudiera José Antonio Campuzano recitar este fragmento del Evangelio según San Mateo: con Roca Rey está edificando una figura del toreo. El peruano ha ratificado todo aquello que apuntó el pasado 19 de abril, cuando abrió la Puerta Grande de Las Ventas. Pajerea poco, maneja muy bien el capote, tiene torería, se juega la vida a carta cabal y se tira tras la espada más derecho que una vela. 


Los dos primeros novillos de Conde de Mayalde -mezcla de Juan Pedro Domecq y El Ventorrillo- no valieron un duro, desfondados antes de llegar al caballo. Tampoco el quinto, agarrado al piso. El tercero derrochó clase, pero apenas tuvo fuerzas. El cuarto, de nombre "Agachado", fue un gran utrero, muy encastado y ovacionado en el arrastre. El sexto pedía los papeles: muy violento, llevaba la cara como un molinillo. Pegó un derrote al cuello de Roca Rey a la hora de entrar a matar y, durante la ejecución de la media estocada, le tiró un viaje a la ingle criminal. Afortunadamente, esta vez se sorteó el drama y los tendidos le dedicaron una merecidísima ovación de despedida al pupilo de Campuzano.


Posada de Maravillas fue el afortunado que sorteó al excelente novillo "Agachado". Cuando lo llevaba al caballo, recibió un volteretón seco que lo dejó grogui. En medio del aturdimiento, al fin, el pequeño de los Posada comprendió que el tren de toreo se le estaba pasando sin esperarle dentro; así pues, casi sin aliento, se quitó la casaquilla y desplegó la muleta deshaciendo el cartucho de pescado. El utrero perseguía los engaños por ambas manos a ralentí, lo que confió al novillero, que firmó una faena muy estética, "de foto", aunque sin excesiva profundidad. Mató bien y recibió una oreja, merecida desde luego, pero no de consagración. 


En cuanto al francés Clemente -que sorteó el peor lote-, aún está verde para estos atragantones venteños. Poco a poco, todo puede llegar. Tampoco el apóstol San Pedro se convirtió en la piedra angular de la Iglesia de la noche a la mañana. 


Roca Rey tomará la alternativa en Nîmes 
durante la próxima Feria de la Vendimia

domingo, 17 de mayo de 2015

El Montecillo: menos sal, más vida

Mis más sinceras felicitaciones al ganadero de El Montecillo, Don Francisco Medina Aranda, Paco Medina, porque, si pretendía crear una ganadería del gusto de las neo-figuras, va por el buen camino. Sus toros son el culmen de la nobleza y la mansedumbre, ideales para hincharse a pegar pases sin verter sangre, ni sudor, ni lágrimas. El "Montecillo" malo no molesta y el bueno resulta agradecidísimo a nada que el torero aporte una pizca de estética. Espero que, a esta hora, el teléfono del señor Medina esté ardiendo a llamadas de los apoderados del G-5. ¡Ponga un Montecillo en su vida y disfrute con el arte del toreo! Al lado de esta ganadería, los Garigrandes se me antojan tigres de Bengala y torear Jandillas, una gesta mayor que los siete toros de Martínez que estoqueó Joselito "El Gallo".


Ante los benditos Montecillos, Joselito Adame ha cortado una oreja después de hacer todo lo que sabía: saludo a porta gayola, zapopinas, brindis al público, estatuarios, trincherillas, pases del desprecio, manoletinas... y una impecable estocada recibiendo. El mexicano ha vaciado el hatillo con todo su armamento, como un novillero que viene a Las Ventas por primera vez. Los tendidos supieron valorar su esfuerzo y tocó premio. Antes, con su tercero, con calidad y justo de fuerzas, apenas pudo apostar pues el animalito se partió la mano izquierda y hubo que estoquearlo.


Quien se llevó la bolita en el sorteo fue Alberto Aguilar quien, posiblemente, hacía tiempo que no cataba un lote tan noble. El quinto toro -al que pasaportó de una gran estocada- se rebosaba varios metros a cada muletazo. Ni un cruce extraño, ni un miramiento. Todo docilidad. El madrileño, acostumbrado a la guerra, no supo aprovechar tanta obediencia en la muleta. El lote de Juan Bautista, más que mansito, fue soso. Aquello salió como un pan sin sal y el francés optó por sendos trasteos aseados, también bajos en sal. 


En esta tarde de dieta para bajar la hipertensión arterial, fueron aplaudidos los banderilleros Rafa González y Rafael Viotti -de la cuadrilla de Bautista-, Curro Robles -a las órdenes de Aguilar-, Jarocho, Tomás López y Pascual Mellinas -en las filas de Adame-.

sábado, 16 de mayo de 2015

Madrid, la cuna del requiebro, el chotis y el ventarrón

Eolo y San Isidro Labrador andan este año enojados y, para el día del patrón de Madrid, el vendaval azotaba Las Ventas. Los damnificados colaterales por esta disputa entre dioses y santos fueron los toreros que trenzaban el cartel del 15 de mayo, Miguel Abellán, Miguel Ángel Perera e Iván Fandiño, quienes tuvieron que desarrollar sus faenas al relativo abrigo de las tablas del tendido 5. 


Enorme decisión y casta la de Abellán y Fandiño, recibiendo sus toros a porta gayola e intentando agradar constantemente al público, a veces con mayor fortuna que otras. Lo que resulta indudable es que ambos fueron a Madrid llenos de voluntad. Curiosamente, Abellán toreó mejor al peor de su lote, un castaño de Parladé que abrió plaza y que brindó al doctor García Padrós, al que consiguió exprimirle algunos naturales muy puros y enfrontilados. Como premio a su esfuerzo, los tendidos, dadivosos y festivos, pidieron una oreja que le fue concedida. Con el noble cuarto, Abellán no acabó de acoplarse -excesivamente al hilo del pitón- y la faena, que empezó bien, se desinfló. En el ojo del huracán venteño, Fandiño recuperó la moral perdida tras su truncada encerrona del Domingo de Ramos. Fandiño vuelve a ser Fandiño, un torero indómito y tenaz, a veces cegado por las ansias de triunfo. Sorteó un buen toro que cerró plaza, Jirivilla, pronto y encastado, de pavorosa cornamenta, que habría merecido ser toreado en los medios sin el azote del viento. Lo recibió con un pase cambiado y lo despidió con unas ajustadas bernardinas; entre medias, el trasteo tuvo altibajos compensados con mucha voluntad. Recibió una voltereta entrando a matar, pero ni eso le sirvió para que el Presidente, Javier Cano, le diera la oreja. Pelúas a un lado, Fandiño se ha reconciliado con Madrid y esto es una gratísima noticia. A Perera, en cambio, le faltó un buen lote y afán, dos motivos que le impidieron cruzar la raya que exige el público de Las Ventas. 


La corrida de Parladé -bien presentada y cinqueña- escaseó de casta salvo los únicos toros negros, los citados cuarto y sexto -ovacionados en el arrastre- y el primero, que desarrolló clase por el pitón izquierdo. Sin el aire, la lidia habría permitido otro lucimiento... porque, si bien es cierto que Dios hizo de Madrid la cuna del requiebro y del chotis, en esta festividad de San Isidro también fue el reinado del ventarrón. Con esas condiciones, ni se puede ver lo que es canela fina, ni mucho menos, armar la tremolina. Demasiado que los toreros abandonaron el ruedo por su propio pie.


jueves, 14 de mayo de 2015

Begin de Beguine. Volver a empezar. Volver a nacer

En los toros -no confundir con el taurineo- todo es verdad, incluida la muerte. Por eso fascinan tanto. Begin de Beguine. Volver a empezar. Volver a nacer. Saúl Jiménez Fortes se encuentra estable en la clínica San Francisco de Asís de Madrid. Cuando el Doctor D. Máximo García Padrós y su equipo salieron de la enfermería pasadas las diez de la noche, todos aflojamos las mandíbulas: el pitón no había afectado a vasos, ni a la vía aérea ni al esófago. El malagueño había salvado la vida milagrosamente la víspera de San Isidro. 


La fatalidad -y el posterior prodigio- comenzó cuando Droguero, un colorado chorreado en verdugo de 640 kilos, empezó a apretar entre los tendidos 7 y 8. Aquel toro de Salvador Domecq parecía un tigre certero. En mitad de una serie, el bicho encunó a Fortes, quien cayó violentamente al albero, y allí, a merced de Droguero, recibió una terrorífica cornada en la base del cuello que le atravesó la garganta. Cuando logró zafarse, el torero se puso en pie taponando la herida con la mano. Al instante llegaron las cuadrillas, que lo llevaron a la enfermería en mitad del silencio. La plaza quedó horrorizada, apretando los dientes, y así continuó hasta conocer el parte médico de García Padrós.


Antes, Fortes había cortado una oreja a su tercero en una faena valiente sellada con unas bernardinas que entusiasmaron a la turba. Sin embargo, ese toro, muy geniudo y de nombre Alondro, habría merecido otra faena, de mayor distancia y mando. Bien es cierto que el fuerte viento que sopló durante toda la tarde hizo difícil el dominio con la pañosa. Uceda Leal también sufrió contra el vendaval y un deslucido lote, formado por un remiendo de Fidel San Román y otro ejemplar de la ganadería titular. En cuando al mexicano Diego Silveti, que reaparecía con los puntos puestos tras una cornada en el gemelo, tragó quina. Lo suyo fue una lucha titánica contra el dolor de la herida y la brusquedad de los toros. 


Hace casi un año, el 20 de mayo de 2014, otro torero nos conmocionó por su hombría y mal sino. Era David Mora, que como Jiménez Fortes, recibió una fatal cornada en la pierna, que lo apartó de los ruedos hasta la fecha. Este jueves, antes de que Droguero saliera por la puerta de chiqueros, el diestro malagueño recordaba a su compañero Mora -a quien llevó en brazos hasta la enfermería- en un emotivo brindis. Va por ellos. Y por los milagros.


miércoles, 13 de mayo de 2015

En mitad de camino hacia el Yeltes


Dicen que no hay bueno que no pueda ser mejor ni malo que no pueda ser peor. Y ahí, en medio camino entre un Barravás y un toro bravo que persiguiera los engaños con claridad, quedó la corrida de Pedraza de Yeltes: sin ser lo que el aficionado esperaba, mantuvo el interés. Al lote, en conjunto, le faltó clase en la muleta, sin embargo, peleó bastante bien en el caballo, empujando en el peto con avidez, derribando incluso al picador Tito Sandoval. En éstas, también se cruzó un pellizco de mala suerte: un jaco caído en el ruedo durante una eternidad (4º), un pitón enredado en los atalajes del peto (5º)... Avatares de la lidia. El mejor ejemplar para el torero fue el tercero, "Joya", aplaudido en el arrastre.


Entre los diestros, despuntó una vez más Juan del Álamo, quien toreó primorosamente de capa a esta "Joya" colorada. El comienzo de la faena de muleta entre las rayas resultó igualmente magnífico, de enorme torería, no obstante, toro y torero se fueron diluyendo y el público, bronco para variar, se encaró con el espada salmantino, que mató de una estocada delantera y caída. Saludos desde el tercio. El segundo de su lote llegó desfondado a la pañosa y Del Álamo nada pudo hacer para recuperar la simpatía de la plaza.


Paco Urena también quiso hacerse perdonar tras desaprovechar a aquel Fuente Ymbro de bandera, de nombre "Agitador". En el intento, puso más voluntad que acierto, resultando volteado en tres ocasiones y siendo atendido en la enfermería de dos puntazos. Monumental paliza. Finalmente, Javier Castaño se las vio y se las deseó con los dos torazos de su lote, de más de 600 kilos cada uno. Una pepeleta muy dura que se le atragantó. De su cuadrilla, henchida de valor y amor propio, se desmonteraron Ángel Otero y Fernando Sánchez tras parear al quinto.


A medio camino entre el río Yeltes y la plaza de Las Ventas, quedó la monumental corrida de Pedraza. Seguiremos esperando a que esta joven ganadería pegue el zambombazo en Madrid como ya ha hecho en Dax, Azpeitia o Salamanca. La novelista británica George Eliot escribió que el mejor fuego no es el que se enciende rápidamente.

domingo, 10 de mayo de 2015

Morenito, ya Moreno, y el apagón


Morenito ya puede quitarse el diminutivo del nombre: con el paso de los años se ha convertido en un torero "moreno" y curtido por el oficio, de buen corte y gusto. Me alegraría mucho si los empresarios le dieran sitio en las ferias relevantes, empezando por Pamplona. El de Aranda ha venido a Madrid con la hierba en la boca y, sumando la de este domingo, ha cortado tres orejas en dos tardes. Pero nada de orejitas baratas, sino orejas de ley, de torero en sazón. Anduvo listo con el sobrero del Risco -muy serio de pitones, galopón y con la cara suelta- que salió en quinto lugar sustituyendo al Valdefresno que se rompió una mano en el tercio de banderillas. Morenito -ya Moreno- lo toreó templado por la derecha coronando las series con unos elegantísimos remates. Mató de una buena estocada -completada por la certerísima puntilla de Pascual Mellinas- y paseó la oreja. Con el capote también anduvo hábil toda la tarde, aunque su compañero Eugenio de Mora no se quedó en la zaga.


El veterano diestro de Mora de Toledo recibió al cuarto Valdefresno bajando las manos como hacía tiempo que no se daba una verónica. Empezó la faena de rodillas, arrebatado como un novillero que empieza, apurando su vehemencia con un templadísimo pase de pecho. Alargó el trasteo en exceso -¡benditos los toreros con sentido de la medida!- y mató de una estocada trasera, por lo que el trofeo concedido por la Presidencia resultó desproporcionado. De cualquier manera, alienta ver un matador competente en la técnica, la colocación y los terrenos. Todo lo contrario que el mexicano Arturo Saldívar quien, salvando las vistosas serpentinas capoteras, dijo poco.


A la corrida de Valdefresno, de desigual presentación, le faltó casta. Los más nobles y "colaboradores" fueron los dos colorados del lote, el 4º y el 6º, procedentes seguramente de los Atanasios comprados a Javier Pérez-Tabernero en 2008. Primero y segundo se rajaron. Remendaron el conjunto dos sobreros: el anteriormente mencionado del Risco (5º bis) y un toro de Hermanos Revesado (3º bis). Se desmonteró David Adalid tras parear al quinto.


Nota final: En Las Ventas han saltado los plomos: cuando el sexto Valdefresno asomó por toriles, se fundió, al completo, la hilera de focos del graderío, quedando sólo las luces de la andanada. Un ambiente más íntimo, sin duda. Desconozco si la empresa desea fomentar el arrumaco entre la afición o, simplemente, se ha producido un fallo eléctrico. Sea como fuere, la plaza quedó muy bella a media luz. "¡Y un gato de porcelana pa´que no maulle al amor!", que reza el tango.

Una estela que "agitó" Las Ventas


Rozando las nueve, dos estelas atravesaron el cielo de Las Ventas. Tal vez fueran el rastro de "Agitador", aquel guapo ensabanado de Fuente Ymbro, que no pudo seguir Paco Ureña... Espectacular toro de principio a fin, por hechuras y comportamiento. El tercio de varas, a cargo de Pedro Iturralde, resultó hermosísimo, con "Agitador" arrancándose dos veces desde largo. Lástima que no lo colocaran para un tercer puyazo. El ensabanado de Gallardo llegó brioso a la muleta y, haciendo honor a su nombre, sacudió los tendidos de Las Ventas. Su nobleza y casta no fueron suficientemente aprovechadas por Ureña, que ejecutó una faena de más a menos... Demasiado poco para tan gran toro. El trasteo se saldó con silencio para el diestro murciano y una atronadora ovación en el arrastre para "Agitador". De la gloria que prometía el de Fuente Ymbro sólo quedaron dos estelas camino de ninguna parte.


Además de "Agitador", otros dos Fuente Ymbros merecieron caer en mejores manos: el mansito pero noble sobrero (3º bis), y el sexto, que se lesionó a la salida del caballo por culpa de un capotazo desafortunado. Tanto César Jiménez como El Payo malgastaron su oportunidad de torear en Madrid... y ocasiones así no suelen pasar dos veces. Las estelas se diluyen rápido en las tardes de primavera. Luego cae la noche y el cielo se apaga, incluso el de Las Ventas.

sábado, 9 de mayo de 2015

El valor de Juan del Álamo descorcha San Isidro


Se descorchó este San Isidro en una tarde ventosa pero templada, con el Rey Felipe VI en una barrera del 1, una mansada de Lozano Hermanos/El Cortijillo y una oreja al valor de Juan del Álamo. Poco que destacar, salvo la disposición del salmantino, que citó a su primero -un manso que, como el resto de la corrida, no se dejó picar y galopó pegando tarascadas- desde el centro del anillo, a lo César Rincón, en una faena, quizás algo brusca, aunque vibrante, rematada de una buena estocada. Los embroques fueron de pasar miedo, mucho, pero Juan Del Álamo derrochó seguridad y raza. Oreja merecida a pesar de que, desde el 7, algunos gritaron que la vuelta al ruedo habría sido un premio más ponderado. Lo de siempre: los San Isidros pasan, pero la plaza, como las personas, no cambian. Y eso, en el fondo, acrecenta su encanto. 


En el sexto, Del Álamo recibió un derrote en el pecho espeluznante. El toro se tiró al bulto con violencia: si el pitón llega a calar, lo mata. A todos se nos cortó la respiración. Por fortuna, al terminar la corrida, en la enfermería confirmaron que "sólo" llevaba una fuerte contusión en la región costal y el torero de Salamanca ya está pensando en su segunda tarde -la de Pedraza de Yeltes- para poner a la plaza de acuerdo. Que así sea.


De Pepe Moral sólo despuntaron unos naturales a su primero, mientras que Joselito Adame no tuvo opciones en una corrida de presentación muy desigual y desbravada. Estupendo Domingo Siro en banderillas.

jueves, 7 de mayo de 2015

Breves. De Albert Camus

De 1935 a 1951, Albert Camus escribió un diario donde incluyó reflexiones filosóficas, esbozos de proyectos literarios, notas de viaje, citas... He aquí una selección de aquellos "breves" firmados por un hombre brillante, inquieto, amante de las cosas sencillas, vitalista y sensible, un referente moral de nuestra época.


- Todo lo que la historia podía haber hecho de grandioso y de sorprendente durante miles de años no valía lo que el perfume fugitivo de la rosa salvaje.

- Comprendí que para mí no existe un placer mayor que sentir bajo mis pies la arena virgen mientras ando al encuentro de una luz sonora, henchida del canto de las olas.

- Retener esta luz, volver a ella, no ceder más a la noche de los días [...]

- Cielo gris, pero la luz se infiltra. Algunas gotas de agua cayeron hace un rato. Allá abajo la bahía comienza a esfumarse. Luces que se animan. La felicidad y los que son felices. No tienen sino lo que se merecen.

- Más vale pobre y libre que rico y sometido. Evidentemente, los hombres quieren ser ricos y libres, lo cual suele conducirlos a ser pobres y esclavos.

- Junto a ellos, lo que sentí no fue la pobreza, ni la indigencia, ni la humillación [...] Ante mi madre siento que pertenezco a un noble linaje: el que no envidia nada.

- El gran problema de la vida consiste en saber cómo pasar entre los hombres.

- Todo puede ordenarse: es simple y evidente. Pero interviene el sufrimiento humano y cambia todos los planes.

- Quisiéramos que quienes empiezan a querernos nos hubieran conocido tal como éramos antes de encontrarlos, para que pudieran apreciar lo que han hecho de nosotros.

- Compréndelos a todos. Ama y admira sólo a unos pocos.

- No es cierto que el corazón se gaste (sino el cuerpo, que nos engaña).

martes, 5 de mayo de 2015

¡Anda jaleo!

"Yo me subí a un pino verde
por ver si la divisaba
y solamente vi el polvo
del coche que la llevaba"


Anda jaleo es un antiguo poema tradicional al que Federico García Lorca puso música, incluyéndolo en el disco Canciones Populares Españolas de 1931, donde es interpretado por La Argentinita, amante del torero Ignacio Sánchez-Mejías.
"Anda jaleo, jaleo,
ya se acabó el alboroto
y ahora empieza el tiroteo"


La letra cuenta una historia de desamor: el protagonista desea ver a su querida, pero no lo consigue porque un coche se la ha llevado. El poeta (metáfora del cazador) advierte a la mujer de lo mortal de sus celos. Finalmente, descubrimos que ella (representada por una paloma) ha muerto y él la llora. 

En la calle de los muros
mataron a una paloma.
Yo cortaré con mis manos
las flores de su corona.
No salgas, paloma, al campo,
mira que soy cazador,
y si te tiro y te mato,
para mí será el dolor,
para mí será el quebranto.