Morenito ya puede quitarse el diminutivo del nombre: con el paso de los años se ha convertido en un torero "moreno" y curtido por el oficio, de buen corte y gusto. Me alegraría mucho si los empresarios le dieran sitio en las ferias relevantes, empezando por Pamplona. El de Aranda ha venido a Madrid con la hierba en la boca y, sumando la de este domingo, ha cortado tres orejas en dos tardes. Pero nada de orejitas baratas, sino orejas de ley, de torero en sazón. Anduvo listo con el sobrero del Risco -muy serio de pitones, galopón y con la cara suelta- que salió en quinto lugar sustituyendo al Valdefresno que se rompió una mano en el tercio de banderillas. Morenito -ya Moreno- lo toreó templado por la derecha coronando las series con unos elegantísimos remates. Mató de una buena estocada -completada por la certerísima puntilla de Pascual Mellinas- y paseó la oreja. Con el capote también anduvo hábil toda la tarde, aunque su compañero Eugenio de Mora no se quedó en la zaga.
El veterano diestro de Mora de Toledo recibió al cuarto Valdefresno bajando las manos como hacía tiempo que no se daba una verónica. Empezó la faena de rodillas, arrebatado como un novillero que empieza, apurando su vehemencia con un templadísimo pase de pecho. Alargó el trasteo en exceso -¡benditos los toreros con sentido de la medida!- y mató de una estocada trasera, por lo que el trofeo concedido por la Presidencia resultó desproporcionado. De cualquier manera, alienta ver un matador competente en la técnica, la colocación y los terrenos. Todo lo contrario que el mexicano Arturo Saldívar quien, salvando las vistosas serpentinas capoteras, dijo poco.
A la corrida de Valdefresno, de desigual presentación, le faltó casta. Los más nobles y "colaboradores" fueron los dos colorados del lote, el 4º y el 6º, procedentes seguramente de los Atanasios comprados a Javier Pérez-Tabernero en 2008. Primero y segundo se rajaron. Remendaron el conjunto dos sobreros: el anteriormente mencionado del Risco (5º bis) y un toro de Hermanos Revesado (3º bis). Se desmonteró David Adalid tras parear al quinto.
Nota final: En Las Ventas han saltado los plomos: cuando el sexto Valdefresno asomó por toriles, se fundió, al completo, la hilera de focos del graderío, quedando sólo las luces de la andanada. Un ambiente más íntimo, sin duda. Desconozco si la empresa desea fomentar el arrumaco entre la afición o, simplemente, se ha producido un fallo eléctrico. Sea como fuere, la plaza quedó muy bella a media luz. "¡Y un gato de porcelana pa´que no maulle al amor!", que reza el tango.
No hay comentarios:
Publicar un comentario