domingo, 19 de mayo de 2013

Crónica del 19 de mayo: "De gris plomo a azul Sorolla"


- Que es una nube na´más, joder.
- Gilipollas: y tú decías que cuarenta por ciento de probabilidad de lluvia.
- Esto es hielo pal´cubata.
- Tendríamos que haber comprado los ponchos en un chino.
- ¡Compadre, compadre, vamos dentro que esto va a más!


Y mientras, en el ruedo cuajado de granizo, bajo un cielo roto en dos, Diego Silveti toreaba. La gente no le miraba. No podía. Quizás por eso le pidieron la injustificada oreja porque, entre que se ponían a cubierto y sorteaban pedazos de hielo, no se enteraron de nada.


La mejor faena de la tarde estaba aún por llegar. Fue en el cuarto, un remiendo de Carmen Segovia que sorteó Juan Bautista. Trasteo de más a menos, con un arranque por doblones, bordando pases por bajo hasta llevar al toro a los medios. Le sienta bien al francés dejar colgado en el armario del hotel el vestido gris plomo y oro. El azul de este domingo relucía como el agua turquesa de un cuadro de Sorolla. Después de tantas tardes de vulgaridad, varias miles de almas respiramos aliviadas con la clase de Bautista que, por supuesto, se afligió al final. Cuando su toro dobló, tras una gran estocada, el granizo ya se había derretido en el ruedo y una luz ambarina comenzaba a resbalar por las andanadas. Oreja de torería y naturalidad. Serena, como el atardecer posterior a la tormenta.

 
Tocó pelo también Juan del Álamo en el quinto, al que, oportunamente, hizo galopar tras darle sitio. Otro premio, como el de Silveti, excesivamente generoso. La exigencia de Las Ventas se disuelve con el agua de mayo. Los hombres de campo bien saben que las fieras se amansan con la lluvia. Lo más destacado de Del Álamo, excesivamente brusco en la muleta, llegó con el capote, que manejó con gusto, suavidad y ajuste. Unido al remiendo de Carmen Segovia, sorteó, sin duda, el mejor lote de Fermín Bohórquez: dos toros con el sello de Murube, segundo y quinto, de  enorme clase y franca embestida.

 
Fue la mejor tarde de lo que llevamos de feria. El toro, como el tiempo en primavera, siempre guarda una sorpresa. De gris plomo a azul Sorolla.

 

1 comentario:

  1. Les comparto mi poema, . . .

    TOREANDO BAJO EL GRANIZO

    “Gotas de agua endurecida . . . en el ruedo está tu vida.”

    Feria brava en San Isidro,
    fiesta de un acuoso vidrio,
    undécima la corrida,
    plaza seria, concurrida.

    El tercero de la tarde,
    “Orador” haciendo alarde,
    encharcada su nobleza,
    muestra fiereza, fijeza.

    De Bohórquez el encaste,
    ¡Diego Silveti triunfaste!,
    tu linaje a ti te escuda,
    joven espada, figura.

    Un saludo capotero,
    nada queda en el tintero,
    primeros lances, con lluvia,
    gota que, después, diluvia.

    Toreando bajo el granizo,
    tarde oscura, que Dios quiso,
    verónicas fulgurantes,
    sensibles y muy vibrantes.

    En plena arena, tormenta,
    expectativa que aumenta,
    ruedo que pintó de blanco,
    arte de torero franco.

    Que buen quite por gaoneras,
    ¡sólo es cosa que tú quieras!,
    brindas toro en tempestad,
    público de majestad.

    Sobre un tapete de lodo,
    matador lo diste todo,
    te jugaste hasta el pellejo,
    en Madrid, ningún complejo.

    Gotas de agua, de agua dura,
    ¿dime Diego qué te apura?,
    tienes temple, eres osado.
    ni un resbalón, bien plantado.

    Al astado citas quieto,
    erguida figura, un reto,
    te lo pasas por la espalda,
    la muleta te respalda.

    Ligas serie derechista,
    arrimado, eres artista,
    empapados naturales,
    tienes valor a raudales.

    Estuviste muy dispuesto,
    ¡qué digno torero diestro!,
    te luces con “bernadinas”
    cierras con “manoletinas”.

    Tras pinchazo de aguacero,
    te expones con el acero,
    casi entera la estocada,
    bien te llevas con la espada.

    Toro herido por la muerte,
    tu maestría, la Virgen, suerte,
    en la lidia así te fraguas,
    pañuelos entre paraguas.

    Cortas oreja en “Las Ventas”,
    el producto de tus tientas,
    mexicano, don, donaire,
    rayos, truenos, viento, aire.

    De las nubes cae cascada,
    tu faena apasionada,
    premio de sudor y sangre,
    oreja de torero grande.

    Las inclemencias del tiempo,
    no fueron un contratiempo,
    antes bien, tú te creciste,
    en Guanajuato naciste.

    Te consagraste Silveti,
    el granizo fue confeti,
    lluvia fiel, el cielo se abre,
    ¡son lágrimas de tu padre!

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    México, D. F., a 19 de mayo del 2013
    Dedicado al Gran Maestro, Don David Silveti (QEPD)
    Reg. INDAUTOR No. 03-2013-111212464200-14







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