sábado, 22 de noviembre de 2014

Las circunstancias del chocolate

"Yo soy yo y mi circunstancia..." (Ortega y Gasset)
 
En cierta ocasión leí que cada circunstancia en la vida exige una variedad distinta de chocolate. El autor sostenía que existían momentos "chocolate blanco", sosos y sin sorpresas; momentos "chocolate con leche", llenos de dulzor y ternura; y momentos "chocolate negro", fuertes, intensos y apasionantes, a veces amargos. En ocasiones, surgen imprevistos, como los tropezones de avellanas o almendras, que pueden sorprender y seducir, pero también desagradar. En una onza de chocolate, se esconde el aroma de viajes pasados, recuerdos de la infancia, promesas de felicidad.
 
 
A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, cuando Europa aún no presentía el amargor de la Primera Guerra Mundial, el chocolate inspiró en Francia una maravillosa cartelería publicitaria.
 
Carteles de 1890 a 1911
 
Acertó aquel autor sobre las circunstancias de la vida y el chocolate porque, en 1921, tras la Gran Guerra, la publicidad de Grande-Trappe se volvió mucho más lúgubre. Los niños dejaron de comer tabletas de chocolate con leche.
 

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