sábado, 19 de enero de 2013

Aquí empieza España


Si los españoles fuéramos medianamente aficionados a contarle a la gente propia y a la extraña algo de lo que somos -y no esperáramos a que nos lo contaran-, aquí pondríamos una piedra lisa, rosada, de las canteras de la Hoz de Santa Lucía (hermana en dignidad y nobleza de la arenisca dorada de Salamanca, del "travertino" romano y de la piedra de Colmenar), con este letrero: "Aquí empieza esa cosa inmensa e indestructible que llamamos España".

Mazcuerras o Luzmela

Estamos en Malacoria, uno de esos valles incontaminados del sarraceno, que cobijaron a los labriegos, a los monjes y a los artesanos visigóticos, al amparo de las "cueras", "corias" o "escudos" de la orografía cantábrica. Y al amparo de la potente espada del duque D. Pedro de Cantabria, mientras su consuegro y sobrino Pelayo aguantaba en Cangas el empuje de la morisma [...] El Concejo de Malacoria, que hoy se llama Mascuerras o Mazcuerras, tiene siete pueblos: Villanueva de la Barca, con una preciosa torre fuerte en la ribera del río Saja y un santuario colgado también entre laureles cimarrones, sobre el río y dedicado a la Virgen de la Peña; Ibio -donde los mozos bailan una danza céltica-, solar de los Guerra, pobladores de Canarias y hoy todavía apellido patricio del Archipiélago; Herrera, un lindo y lavado poblado de indianos; Riaño, con un palacio barroco de los condes de Mansilla; Sierra, aldea vaquera; Cos, con sus macizas torres y sus labradas casonas entre castaños, de cara al Oeste, recibiendo el aliento cálido y humedo del ansar, que es un bosque inmenso de alisos al lado del río. Y Luzmela, entre araucarias, cabeza del Concejo, caso único, creo que en el mundo, de una población que cambia de nombre (llevaba el mismo del Concejo) para adoptar el nombre poético y brillantes con que ha quedado incorporado a la geografía literia universal por Concha Espina.

Vaca Tudanca

En todos estos pueblos, se vive del "tótem" del país, el ser más respetado, casi sagrado, que nutre a la estirpe cantábrica y que, sobre alimentarla directamente, le añade el instrumento de trueque -el dinero- para adquirir todos los bienes necesarios a las exigencias del castellano del Norte, que parecen ser bastantes. Este ser es la vaca. La del país es como una porcelana de Copenhague: de un gris azulado, con un cerco blanco y negro, en los enormes ojos, lo que le da un aire de animal inteligente; y con una cornamenta blanca como el marfil, terminada en una pincelada negrísima. Un animal de vitrina, que cuando llegue "el San Juan" subirá a pastar a los puertos de Palombera y cuando llegue "el San Miguel" bajará de nuevo al Concejo. Aquí el calendario está dividido en períodos de santo a santo y todavía, naturalmente, San Martín es San Martín a todos los efectos. Durante la guerra, un alcalde rojete decidió, por lo visto, que las vacas subieran al puerto el día "del camarada Juan" y regresaran el día "del camarada Miguel".

La bolera de Luzmela

A esta manera de vivir pastoril, los descendientes de la más vieja raza de españoles añaden en Luzmela un monocultivo especialísimo que acentúa la personalidad poética de este lugar: las flores. Creo que no habrá florista en España que no conozca Mazcuerras, fuente y cuna de espléndidas rosas. En nuestra guerra, el pobre y glorioso "Cucufate", aquel magnífico aviador que cayó en el Ebro, identificaba Luzmela desde el aire en primavera por el gozoso estallido de colores de us veinte hectáreas de flores y por cierta glicina inmensa y lujuriante que ahora mismo casi tira la casa a que está adherida con la carga melada de sus racimos malva [...]


El agua de San Antón es deliciosa. Pero, en secreto, lector, he de decirte que con un ligero esfuerzo (pongamos dos kilómetros) te acercas a Carrejo, un bellísimo pueblecillo infantón. Frente a un molino con una cacera bordeada de sauces y de camelios, hay una imponente portalada de piedra, coronada por un escudo impresionante con las armas de los Cos-Gayón. Detrás hay gente de paz. Entra, querido lector, llama con cualquier invocación castellana, un "Ave María Purísima" bien echado, por ejemplo, y al hombre ancho, sonriente y pacífico que te conteste "Sin pecado", dile de mi parte, con toda confianza, que te sirva una copa de vino blanco de la Nava, de la bota que él sabe. Estás convidado, amigo. Y te aseguro que te parecerá este convite lo mejor de este artículo, con mucho. Y el vino que la madre del hombre ancho, ya viejecita, trasegaba a la bota que te digo, te parecerá uno de los mejores vinos del mundo. (Ya sabes que la mujer joven estropea el vino, según Alonso de Herrera) [...]


Y con la mañanita continuaré el camino de los foramontanos, es decir, de los hombres que partieron de Malacoria a toque de bígaro y echaron en Castilla el primer ancla de una navegación por el mundo que no queremos terminar. Subiré por Saja a dormir a Tajahierro, si me dan posada [...].

VÍCTOR DE LA SERNA

Luzmela, 21 de mayo de 1953

1 comentario:

  1. Donde esta la placa de bronce que comienza... Españoles aquí empieza Esoaña

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