sábado, 28 de noviembre de 2015

No me des tregua

Si me preguntan día o noche, digo noche. Si me preguntan blanco o negro, digo negro. Si me preguntan verano o invierno, digo verano. Si me preguntan Borges o Cortázar, sin duda, digo Borges. Sin embargo, he aquí la excepción que confirma la regla: este poema de Cortázar es tan bueno...


No me des tregua, no me perdones nunca. 
Hostígame en la sangre, 
que cada cosa cruel sea tú que vuelves. 
¡No me dejes dormir, no me des paz! 
Entonces ganaré mi reino, 
naceré lentamente. 
No me pierdas como una música fácil, 
no seas caricia ni guante; 
tálame como un sílex, desespérame.


Y hablando de guantes, otro apunte de Cortázar: "Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte. Como el guante izquierdo enamorado de la mano derecha".

1 comentario:

  1. Me estremezco por un sol que, cuando se pone,
    tiene por ocaso la oscuridad de los gabinetes;
    un sol encarnado en esta doncella,
    de figura como un blanco rollo de pergamino.
    No es humana más que de linaje;
    no es un genio más que en la apariencia.
    Su rostro es una perla; su cuerpo, un jazmin;
    ámbar su aliento; toda ella, luz.
    Tan lenta camina entre sus vestiduras,
    como si pisara huevos o el filo de pomos de cristal.


    Ibn Hazm de Córdoba.

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