lunes, 15 de septiembre de 2014

El desafío ganadero charro

Este domingo se ha vivido en La Glorieta una de las tardes de toros más emocionantes de la temporada. La afición salmantina, que quizá no sea ya muy numerosa pero sí con criterio, venía reclamando desde hacía tiempo una corrida concurso de encastes charros en su plaza. Este año, bajo la gestión de la casa Chopera, el deseo se materializó en eso que ahora llaman “desafío ganadero”, es decir, las divisas no se ordenan por orden de antigüedad a la hora de establecer el orden de lidia, sino que se enlotan según acuerdo previo entre las cuadrillas. Se decidió, pues, que el lote de Antonio Ferrera estuviera formado por los toros del Pilar y Carmen Lorenzo; el de Javier Castaño, del Puerto de San Lorenzo y Pedraza de Yeltes; y el de Eduardo Gallo, de Carlos Charro y Adelaida Rodríguez. De seis, salieron cuatro grandes toros charros, el de Pedraza (premiado con la vuelta al ruedo), El Puerto, Adelaida y El Pilar.


No fue la única alegría de la tarde. También el regreso del Castaño lidiador, templado, valiente que da distancia a los toros y mata bien. Al del Puerto de San Lorenzo, de nombre Cara Seria, Castaño lo toreó al ralentí, con enorme suavidad y torería. No merecía menos el ejemplar de Lorenzo Fraile. El delirio, sin embargo, llegó con Resistente, de Pedraza de Yeltes, al que Castaño colocó tres veces al caballo desde el centro de La Glorieta. Tito Sandoval dio un recital a caballo y la plaza, su plaza, se puso en pie para ovacionarlo en un tercio de varas emocionante y bellísimo. Toda la cuadrilla estuvo espléndida: la lidia de Marco Galán, las banderillas de David Adalid y Fernando Sánchez, sin olvidar la actuación de Fernando Sánchez picando al del Puerto. Castaño, bajo la lluvia y los sones de “Nerva”, cortó este domingo tres orejas en Salamanca a ley.


Sandoval ante el de Pedraza

Le acompañó en la salida a hombros Gallo, que también sorteó un excelente toro de Adelaida Rodríguez, Comilón, encastado, con transmisión y que fue a más en la muleta. Era el ejemplar que cerraba plaza y, el público, emocionado, pidió las dos orejas para Gallo a pesar de que la estocada cayó baja tras una faena un tanto irregular rematada en las cercanías con el ya acostumbrado arrimón. A pesar de salir también en volandas, quien este domingo hizo el toreo, clásico y sin trampa ni cartón, fue Castaño.


Merienda charra: hornazo pa´tos

Finalmente, Ferrera no tuvo su tarde y no se acopló al buen ejemplar del Pilar que abrió plaza. Sombrillo, se llamaba. El extremeño fue el único que abandonó La Glorieta cabizbajo. El resto, toreros, cuadrillas, ganaderos y público, salió entusiasmado a pesar de la lluvia que no cesó en toda la tarde, con ganas de seguir hablando sobre la corrida hasta altas horas de la noche, bajo la estatua del Viti o en tertulias interminables en los bares de alrededor del coso, como antes, como siempre que la casta y la hombría se adueñan del ruedo. ¡Así da gusto ir a los toros!


Tertulia a la salida
 

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