La "Semana Torista" está saliendo de Pasión con un rosario de decepciones ganaderas a cuestas. Ni un toro bravo entre los Ibanes, Pablo Romeros, Cuadris y Adolfos. A falta de lo que suceda en las corridas de Victorino y Miura, a los aficionados al toro se le abren dos caminos: uno que conduce al Calvario y otro al psiquiátrico porque, de momento, el asunto no tiene visos de resurrección.
Ayer, salió un toro encastado y con muy mala leche que puso emoción en la plaza. Llevaba por nombre "Baratero", como aquel Victorino premiado con la vuelta al ruedo en Madrid, que tomó cinco puyazos y al que Andrés Vázquez le pegó 20 muletazos en el centro del ruedo. Bueno, pues el "Baratero" de Victorino no fue como el "Baratero" de Adolfo, que le marcó el cuello a Escribano varias veces. Este último grano de pimienta animó un poco otra corrida gris, igual que el par de banderillas que colocó Ángel Otero a aquel Cuadri que llevaba la cara hasta el Séptimo Cielo.
Me contaba un aficionado que, después de la "Semana Torista", empieza a echar de menos la perdida corrida de Martelilla...
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