sábado, 11 de abril de 2015

Abril es el más cruel de los meses


«Porque las rosas buscan en la frente
un duro paisaje de hueso
y las manos de un hombre no tienen más sentido
que imitar las raíces bajo tierra.

Tu vientre es una lucha de raíces,
tus labios son un alba sin contorno,
bajo las rosas tibias de la cama
los muertos gimen esperando turno».


En estos desconocidos versos de Lorca, publicados en Diván de Tamarit, las rosas, signo tradicional de la belleza y la trascendencia, en su ascenso hacia la frente de los hombres, buscan la petrificación del "paisaje de hueso" de la muerte... la pérdida en una pasión sombría, la huida en la oscuridad y la inconsciencia. En La tierra baldía de T. S. Eliot, el poeta tampoco puede seguir el curso de las estaciones, confundidas y paralizadas, no puede saludar el comienzo de la primavera porque despierta el recuerdo de lo que ya no fluye, de lo que ya no sirve:

«Abril es el más cruel de los meses, pues engendra
lilas en el campo muerto, confunde
memoria y deseo, revive
yertas raíces con lluvia de primavera.
El invierno nos dio calor, cubriendo
la tierra con nieve sin memoria, alimentando
un hilo de vida con tubérculos secos».

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