martes, 12 de noviembre de 2013

La novela de Violeta


Algunos estudiosos creen que Alejandro Dumas, además de escribir Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo, tiene en su haber una novela erótica. La obra, que lleva por título de Le roman de Violette, fue escrita en 1870, año del fallecimiento del autor, y publicada trece años más tarde en Bruselas. La introducción, supuestamente redactada por Dumas, dice así:
 
"Debo confesar a mis futuros lectores que fui, en el curso de mis encarnaciones terrestres, un gran pecador a los ojos del Eterno. A través de las sombras que mi memoria evoca con el más grande regocijo, pululan siluetas femeninas. La que hoy reanima mis sensaciones adormecidas tenía en la tierra el eufórico nombre de Violeta. A su lado conocí los encantos de ese paraíso prometido por Mahoma y sus fervientes discípulos; cuando murió la lloré desconsoladamente. Hoy ya nadie se acuerda de quién se ocultaba detrás de tan graciosos seudónimo. ¡Ahora puedo escribir libremente su historia, la historia de nuestros amores! ¡Violeta no tuvo otros!".


Aunque su autoría continúa levantando dudas, Le roman de Violette es una de las obras maestras de la literatura clandestina del siglo XIX. En sus páginas se narra la historia de una joven, empleada en una boutique de moda, que escapa de su ordenada vida para caer en los brazos de un vividor. Violeta se rebela así contra las estrictas normas de la sociedad burguesa. El siguiente pasaje describe cómo conquistar a alguien a través de su paladar:
 
"D’abord ce furent de petites attentions, comme les amants en ont pour leurs maîtresses, une aile de faisan délicatement coupée, arrosée d’un jus de citron, de vin du Château d’Yquem, versé par une main tremblante d’amour dans un verre de cristal mousseline; une truffe cuite au vin de Champagne et à la cannelle, plus noire et mieux veinée que les autres, offerte après que des dents libertines avaient déjà mordu dedans; des crèmes mangées dans la même assiette et avec une seule cuiller; des pêches sucrées, après que l’ouverture purpurine laissée par le noyau absent avait servi de coiffe au bouton d’un sein blanc comme la chair de la pêche dépouillée de son beau velouté, tout cela entremêlé de baisers ardents, sur les bras, sur les épaules, sur les lèvres".


Si mis amigas pornolectoras de Las 50 sombras de Grey  visitan este blog, las invito a refinar sus gustos con Le roman de Violette. La literatura erótica también puede ser exquisita. Desde el siglo XIX, la violeta es, por cierto, la flor y el emblema de la ciudad de Toulouse, donde la usan tanto en perfumería como en confitería. La delicadeza aún se cultiva en algunos, aunque escasos, rincones de nuestra sociedad.

 

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