martes, 17 de marzo de 2015

Naturaleza muda y salvaje

Esto era un alemán, un ruso y un sueco. Puede parecer el comienzo de un chiste, pero la historia de hoy no es humorística sino cinematográfica. El día en que vi por primera vez una película de Victor Sjöstrom (1879-1960), descubrí un mundo nuevo.

Lillian Gish en "El viento" (1928)

Hijo de una actriz, Sjöstrom -a saber cómo se pronuncia este nombre correctamente- era un realizador sueco que revolucionó el cine, tanto o más que Griffith en Estados Unidos. Chaplin llegó a decir de él que era el mejor director del mundo... Hoy pocos le hacen justicia, como sucede con demasiados genios, y en su momento, tampoco le entendieron por ir adelantado a su tiempo. Sin embargo, su mayor amargura profesional fue que le impidieran rodar una película con su paisana, Greta Garbo -anótese que Sjöstrom era guapo y mujeriego-. Aunque ahora sorprenda, durante los años del mudo, Suecia se encontraba entre los países más vanguardistas del Séptimo Arte. Sobre todo, eran unos maestros plasmando la Naturaleza.

La Garbo... Naturaleza salvaje

En 1928, Sjöstrom rodó, en el desiero de Mojave, El viento, para mi gusto, la mejor película muda de la Historia, a pesar de que, para la Metro, resultó un fracaso comercial. Parece impensable que se realizara hace 87 años... El rodaje fue durísimo, con temperaturas que rozaban los cincuenta grados. En la espectacular puesta en escena, Sjöstrom introdujo varios de sus temas favoritos: la redención a través del amor o la Naturaleza como expresión de las locuras y deseos de los personajes. "Tenga cuidado con el viento: suele enloquecer a las personas... en especial a las mujeres".


Por supuesto, Sjöstrom no se sacó la estética de El viento así, de la nada, ni del fondo de la chistera. Antes que él, casi contemporáneos, hubo otros dos maestros en plasmar la naturaleza salvaje en el cine. Uno fue un ruso -siempre hay un ruso loco por ahí-, llamado Pudovkin, quien llevó a la pantalla la novela La madre de Gorki (1926). John Ford aprendió mucho de él


El segundo fue Murnau, director de cine alemán, quien hizo la segunda mejor película muda de la Historia: Amanecer (1927).


Cuando se impuso el sonoro, Sjöstrom dejó de dirigir películas. Solía decir que fue "de los afortunados que murieron en el año 1928, con sólo 45 años, después de todas las decepciones sufridas en Hollywood". No obstante, volvió al cine temporalmente, esta vez como actor, interpretando al viejo catedrático de Fresas salvajes de Ingmar Bergman (1957). "La película me hizo sentir joven, revivir mi época como director y con una vida familiar feliz, e incluso sentí que me enamoraba un poco de nuevo", declaró en una entrevista poco antes de fallecer en 1960.

Sjöstrom en "Fresas salvajes"

1 comentario:

  1. Grandísimo articulo! Una terna de cine brutal. En el trailer de El Viento a Sjöström le han americanizado el apellido, le ponen Seastrom y es que Sjö significa lago y ström corriente. Para la dificil pronunciación de Sjö le cambian a Sea (mar) que es parecido...

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