José María Íñigo, en su libro "La tele que fuimos", narra un sonado incidente entre Palomo Linares y Paco Camino durante la grabación del programa "Directísimo". Camino le ofreció a Linares, educadamente, partirse la cara en la puerta del estudio, pero no delante del público. Corría el año 1975:
"Entrevisté primero a Palomo, que contó cómo había sido su temporada, su vida profesional, los más de 1.500 toros que había matado en las plazas... Durante una entrevista de quince minutos, muy entretenida, puso de manifiesto su gran oficio y éxito profesional. Salió Palomo Linares del estudio, hubo una canción, y después entrevisté a Paco Camino, que también disfrutaba de un momento profesional excelente. En la charla, Camino se refirió a Palomo Linares como ese mushasho; ese mushasho, sí, está bien; ese mushasho sí, torea, torea... Y dale con el mushasho para adelante y con el mushasho para atrás, de tal manera que Palomo Linares, que estaba viendo la entrevista en la sala de invitados, se le estaban hinchando las venas del enfado, viendo cómo se refería a él, todo un hombre hecho y derecho y un torero reconocido, como mushasho, casi con desprecio. En un momento determinado, no pudo más, abrió la puerta del estudio y se fue directo a la mesa del plató. Salió en pantalla, muy enfadado, y se organizó allí una pelea que apareció posteriormente en todos los periódicos, incluidos los de América en los países donde se celebraban corridas de toros.
Fue muy comentado, porque, después, las cuadrillas de ambos toreros se enzarzaron igualmente en una pelea y no hubo muertos de puro milagro -incluso tuvo que intervenir la dotación de las fuerzas del orden público de Prado del Rey-. Se convirtió en uno de los hechos más sonados en una época en la que no pasaban las cosas que pasan ahora en televisión. La historia del mushasho tuvo una repercusión notabilísima que todavía se recuerda, y que sirvió a los dos toreros para fomentar una especie de rivalidad o duelo en las plazas. Cuando los contrataban a los dos juntos, toda la plaza coreaba a gritos: mushasho, mushasho".
VER VÍDEO DEL BRONCAZO ENTRE PACO CAMINO Y PALOMO LINARES
La anécdota me parece aún más simpática ahora, cuando las "figuras" no dejan de mandarse besos y abrazos a través de las redes sociales. Como escribía José Luis Suárez-Guanes en el ABC del 8 de marzo de 2009: "Antes había más belicosidad que en los tiempos que corren. O más rivalidad. Otro concepto de la torería y el compañerismo. Primaba el hambre por cada porción de una tarta de la Fiesta mucho menor que la actual. Cada peldaño, cada puesto, se jugaba a vida o muerte. Otro sentido del orgullo que a veces se iba de las manos en los casos más extremos de tensión". Ya se sabe que, antes de empezar el paseíllo, el venezolano César Girón se volvía hacia sus compañeros y deseaba "muchas cornás pa tos".
Esto se lo escuche hace tiempo a un torero ya retirado, decía que desde que los toreros se besan en los callejones y no hay rivalidad en las plazas como antaño, la Fiesta de los toros iba en decaimiento.
ResponderEliminarMe ha encantado el post. Enhorabuena por el blog.
Un saludo