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lunes, 14 de diciembre de 2015

Los "sísifos" del toreo


Dice Antonio Ferrera que quiere matar seis victorinos en la Feria de Abril. Con semejante apuesta sobre el tapete, vuelve el guerrero de las 36 cornadas. Todo o nada. Acaba de recibir el alta definitiva tras fracturarse el brazo derecho el pasado mes de junio -lo que le obligó a cortar la temporada- y es consciente de que la partida comienza desde cero. Durante su convalecencia, otros matadores le han tomado la delantera en la ruleta de los carteles. Rafaelillo, sin ir más lejos. El toreo es implacable -a veces injusto- y el menor tropiezo se paga con el ostracismo o el olvido. De hecho, Ferrera no es el único "exiliado" de la temporada 2015. 

A causa de una mala tarde -la desafortunada encerrona del Domingo de Ramos en Las Ventas-, tanto detractores como partidarios hicieron de Fandiño un auténtico proscrito. Él, que encarna mejor que nadie el mito de Sísifo, también vuelve a empujar su pesada carga desde el pie de la montaña. Por otros motivos -dos espeluznantes cornadas a las que sobrevivió milagrosamente-, Jiménez Fortes es otro diestro que "renace" en 2016; sin olvidar a David Mora, quien, a partir de Fallas, retoma una lucha que quedó truncada en el San Isidro de 2014. 

Por cornadas físicas o morales, estos cuatro matadores reciben al próximo año bajo los sones de Begin the Beguine. Volver a empezar. Su mérito es inconmensurable y su cometido, aún mayor: encarnar la grandeza  -y la crudeza- del toreo como recientemente hizo Padilla. Por justicia, la afición no debe mostrarse cicatera con su inminente destino, pues incluso los valientes merecen magnanimidad de vez en cuando. Ya lo escribió Camus: "No hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza". Suerte y gratitud, pues, para los "sísifos" del toreo. 


"Se ha comprendido ya que Sísifo es el héroe absurdo. Lo es tanto por sus pasiones como por su tormento. Su desprecio de los dioses, su odio a la muerte y su apasionamiento por la vida le valieron ese suplicio indecible en el que todo el ser se dedica a no acabar nada. Es el precio que hay que pagar por las pasiones de esta tierra. No se nos dice nada sobre Sísifo en los infiernos. Los mitos están hechos para que la imaginación los anime. Con respecto a éste, lo único que se ve es todo el esfuerzo de un cuerpo tenso para levantar la enorme piedra, hacerla rodar y ayudarla a subir una pendiente cien veces recorrida; se ve el rostro crispado, la mejilla pegada a la piedra, la ayuda de un hombro que recibe la masa cubierta de arcilla, de un pie que la calza, la tensión de los brazos, la seguridad enteramente humana de dos manos llenas de tierra. Al final de ese largo esfuerzo, medido por el espacio sin cielo y el tiempo sin profundidad, se alcanza la meta. Sísifo ve entonces cómo la piedra desciende en algunos instantes hacia ese mundo inferior desde el que habrá de volver a subirla hasta las cimas, y baja de nuevo a la llanura" (Albert Camus, El mito de Sísifo).

martes, 26 de mayo de 2015

El último cartucho


El último cartucho es decisivo, en la paz y en la guerra, y por supuesto, también en los toros. No hay cosa más desangelada que una faena que va de más a menos o un faenón emborronado por culpa de la espada. La gente se queda con el último bocado. Daniel Luque, por ejemplo, ha empezado toreando bien al último toro de tarde, un sobrero de José Luis Pereda. Lo ha visto pronto, muy firme y dominador con la muleta; primoroso antes a la verónica. Sin embargo, en el ecuador del trasteo, cuando se ha echado la pañosa a la izquierda engarzando varios enganchones, ha cambiado el toreo fundamental por fruslerías modernas. Lo hace a menudo. Y la pólvora, así, no estalla (conclusión: vuelta al ruedo).

A los ganaderos de El Puerto de San Lorenzo les salen interesantes los "Cartucheros". El del San Isidro pasado fue uno de los toros de la feria. El de este año (4º) ha resultado un manso encastado de mucha emoción. Ferrera le ha clavado un tremendo par de banderillas, el segundo, dándole todas las ventajas al negrito, que se ha arrancado con violencia. El extremeño ha llegado con dificultad a ganarle la cara y el derrote le ha lamido el corbatín. Luego, en el tercer par al quiebro, Ferrera se ha hecho daño en la pierna y ha quedado cojo. Mal asunto ir renco al frente, sobre todo porque "Cartuchero" pedía los papeles: en los terrenos del 2, el del Puerto se ha hecho el amo.

A Abellán, que suele venir a Madrid con la escopeta cargada, también se le han humedecido algunos cartuchos. En su última tarde isidril, le ha faltado su habitual entrega, si bien es cierto que no ha sorteado un lote de tirar cohetes y que ha entrado a matar como un león. Otro que se ha jugado el tipo ha sido el banderillero "El Algabeño", de la cuadrilla de Luque.

La corrida de El Puerto de San Lorenzo -procedencia Atanasio-Lisardo- ha sido mansa, lidiada al completo en las cercanías del tendido 2 y "Cartuchero", uno de esos famosos "mansos encastados" que da esta casa. 

lunes, 15 de septiembre de 2014

El desafío ganadero charro

Este domingo se ha vivido en La Glorieta una de las tardes de toros más emocionantes de la temporada. La afición salmantina, que quizá no sea ya muy numerosa pero sí con criterio, venía reclamando desde hacía tiempo una corrida concurso de encastes charros en su plaza. Este año, bajo la gestión de la casa Chopera, el deseo se materializó en eso que ahora llaman “desafío ganadero”, es decir, las divisas no se ordenan por orden de antigüedad a la hora de establecer el orden de lidia, sino que se enlotan según acuerdo previo entre las cuadrillas. Se decidió, pues, que el lote de Antonio Ferrera estuviera formado por los toros del Pilar y Carmen Lorenzo; el de Javier Castaño, del Puerto de San Lorenzo y Pedraza de Yeltes; y el de Eduardo Gallo, de Carlos Charro y Adelaida Rodríguez. De seis, salieron cuatro grandes toros charros, el de Pedraza (premiado con la vuelta al ruedo), El Puerto, Adelaida y El Pilar.


No fue la única alegría de la tarde. También el regreso del Castaño lidiador, templado, valiente que da distancia a los toros y mata bien. Al del Puerto de San Lorenzo, de nombre Cara Seria, Castaño lo toreó al ralentí, con enorme suavidad y torería. No merecía menos el ejemplar de Lorenzo Fraile. El delirio, sin embargo, llegó con Resistente, de Pedraza de Yeltes, al que Castaño colocó tres veces al caballo desde el centro de La Glorieta. Tito Sandoval dio un recital a caballo y la plaza, su plaza, se puso en pie para ovacionarlo en un tercio de varas emocionante y bellísimo. Toda la cuadrilla estuvo espléndida: la lidia de Marco Galán, las banderillas de David Adalid y Fernando Sánchez, sin olvidar la actuación de Fernando Sánchez picando al del Puerto. Castaño, bajo la lluvia y los sones de “Nerva”, cortó este domingo tres orejas en Salamanca a ley.


Sandoval ante el de Pedraza

Le acompañó en la salida a hombros Gallo, que también sorteó un excelente toro de Adelaida Rodríguez, Comilón, encastado, con transmisión y que fue a más en la muleta. Era el ejemplar que cerraba plaza y, el público, emocionado, pidió las dos orejas para Gallo a pesar de que la estocada cayó baja tras una faena un tanto irregular rematada en las cercanías con el ya acostumbrado arrimón. A pesar de salir también en volandas, quien este domingo hizo el toreo, clásico y sin trampa ni cartón, fue Castaño.


Merienda charra: hornazo pa´tos

Finalmente, Ferrera no tuvo su tarde y no se acopló al buen ejemplar del Pilar que abrió plaza. Sombrillo, se llamaba. El extremeño fue el único que abandonó La Glorieta cabizbajo. El resto, toreros, cuadrillas, ganaderos y público, salió entusiasmado a pesar de la lluvia que no cesó en toda la tarde, con ganas de seguir hablando sobre la corrida hasta altas horas de la noche, bajo la estatua del Viti o en tertulias interminables en los bares de alrededor del coso, como antes, como siempre que la casta y la hombría se adueñan del ruedo. ¡Así da gusto ir a los toros!


Tertulia a la salida
 

sábado, 7 de junio de 2014

Un cantar de gesta épico e incomprendido

¡Qué desdicha que ya no existan juglares que reciten cantares de gesta para narrar las hazañas de hombres como Antonio Ferrera o Alberto Aguilar! Tal vez se conseguiría mitigar el analfabetismo del público que acude hoy a las plazas de toros... Qué injusto ha sido Madrid. Más que injusto, con sus protestas y tirada de almohadillas, ha sido miserable. Duele Madrid. El comportamiento de Las Ventas no admite benevolencia esta vez.
 
 
En la Edad Media, Ferrera habría sido un personaje del Romancero Viejo. Los aficionados cabales agradecen su lidia antigua, su forma de llevar el toro al caballo, su muleteo por bajo y su dominio. Ferrera ha pechado con un lote durísimo. El quinto Victorino, Majito, fue una auténtica alimaña con mucho más peligro que los moros que campaban por el Cantar de mio Cid. En cada embestida, aquel cárdeno recordaba perfectamente lo que había dejado atrás, como una Valencia perdida. Y, al siguiente embroque, buscaba el cuerpo del hombre con frenesí. Un manso con genio y tremendo peligro. Dinamita en unas manos inexpertas. Pero Ferrera tiene, probablemente, las manos más diestras del escalafón actual. Esta vez sólo fallaron a la hora de matar. Ya echado en el albero, pegado a tablas, con una estocada dentro, Majito sintió llegar la muerte y se abalanzó como un rayo contra el puntillero, Manolo Rubio, tronchándole, trágicamente, la rodilla y su carrera en los ruedos. Tras la desgracia, el propio matador, épico, con el capote en la izquierda y la puntilla en la derecha, intentó rematar al Victorino para que otro hombre de su cuadrilla no se jugara la vida. El público, trastornado y cruel, abroncó a Ferrera y aplaudió en el arrastre a Majito.
 
 
Las plaza se mostró igual de injusta con Aguilar, quien lidió a Vengativo (3º), un Victorino encastado, vibrante, humillado y repetidor, que a mitad de faena desarrolló un terrible sentido por ambos pitones. El final del trasteo consistió en un toma y daca heroico. Y es que en su pitón izquierdo, Vengativo llevaba escrita La Vendetta de Balzac. Estoquear a aquel toro sólo tuvo la recompensa de una tímida ovación para Aguilar, quien tuvo que pasar por la enfermería tras clavarse la espada en el gemelo. Con el sexto, el madrileño hizo bien en no darse coba: es inútil recitar un cantar de gesta ante un público sordo. Y quien regaló un auténtico recital, fue Rafa González con su capote de vueltas azules.
 
Fotografías de Juan Pelegrín
 
Además de variada de comportamiento -Uceda Leal desaprovechó al gran Madrileño, que abrió plaza-, palpitante corrida de Victorino, de las que no se olvidan en mucho tiempo. Hacen falta toros así para que hombres como Ferrera o Aguilar conquisten la gloria. La concurrencia debe recordar que existe otra Tauromaquia, más auténtica, que no comparte los cánones del ballet. Si los presentes sienten herida su sensibilidad ante un espectáculo tan desnudo, que se matriculen en un curso de golf con guantes blancos y no regresen a una plaza de toros. Las corridas, incluso cuando se lidian alimañas, no son crueles siempre y cuando la afición demuestre humanidad.

lunes, 7 de abril de 2014

El primer selfie taurino, Trending Topic

Recibo la siguiente nota de prensa: "El primer selfie taurino, Trending Topic". ¡¡Madre María Santísima!! Continúo leyendo:


Selfie: autorretrato realizado con una cámara de fotos

Madrid, Teatros del Canal. Entrega de premios del Foro de la Juventud Taurina. Eran las 21.18h. de este martes cuando el periodista Marco Rocha, presentador del evento, se quedaba con la concurrencia y para sorpresa de todos sacaba su teléfono móvil y tomaba la que, sin duda, es la imagen de la noche. Si los Oscars tuvieron su selfie, el mundo de los toros también tiene el suyo. Los protagonistas de la autofoto: Miguel Ángel Perera, Antonio Ferrera, Miguel Abellán, Manuel Caballero, Cristina Sánchez, José Pedro Prados “El Fundi” y Juan del Álamo. 

 
Realizo una segunda lectura de la juvenil nota de prensa. Hay mucho que digerir. Luego, reflexiono. Pensar, de vez en cuando, tiene efectos positivos para la salud. No muchos, en realidad. ¿Joselito y Belmonte se hubieran hecho un selfie? Pues anda que uno de Camino, Viti y Puerta habría sido colosal. ¿Se imaginan un selfie de Chenel con el sempiterno cigarrillo en los labios?
 
"Selfie" de Juan Belmonte
 
Otra duda más preocupante: ¿por qué nuestros toreros actuales quieren parecerse a Julia Roberts? ¿Qué tiene Brad Pitt que no tenga Antonio Ferrera? ¿Quién debería imitar a quién? ¿Por qué la Tauromaquia Juvenil desea asemejarse a lo más kitsh y hortera de Hollywood? ¿Piensan, quizás, que así salvarán a la Fiesta de su decadencia?

¿Quién es el héroe? ¿Quién se juega la vida? Realidad vs Ficción
 
Si la Tauromaquia pretende subsistir, tendrá que fortalecer su singularidad, su misterio y esencia épica al margen de la cotidianidad de la vida. El día en que los toreros se parezcan a las estrellas de Hollywood, cuando se conviertan en simples mortales, la Fiesta desaparecerá, y ningún Trending Topic podrá ya resucitarla.

domingo, 6 de octubre de 2013

Plúmbeos Adolfos sazonados con la improvisación de Ferrera

Cuarto y último festejo de la Feria de Otoño. Con lleno en los tendidos, se ha lidiado una corrida de Adolfo Martín, desigualmente presentada, con algunos ejemplares muy armados y otros justos de remate. Mala en los tres tercios sin paliativos. Antonio Ferrera, palmas y oreja tras aviso; Javier Castaño, silencio en ambos; Iván Fandiño, silencio en ambos. Se desmonteraron David Adalid y Fernando Sánchez. También fue aplaudido en la brega Marco Galán.


Decepcionante, y a ratos desesperante, corrida de Adolfo Martín para rematar la Feria de Otoño. A diferencia del entretenido espectáculo que propiciaron en San Isidro, este domingo, de los seis Albaserradas, no embistió ni uno ante una plaza abarrotada.


Entre los matadores, destacó la improvisación de Antonio Ferrera que, con luces y sombras, pero siempre lleno de torería, salvó, a medias, la tarde. Magnífica su lidia al cuarto Adolfo, ejecutando unos quites colmados de sabor añejo. Durante la faena de muleta, estuvo muy por encima de Madroñito, sacándose de la manga unos inesperados pases finales que le permitieron cortar una oreja protestada por parte del público. Si bien este premio puede considerarse excesivo, no es menos cierto que Ferrera ha vuelto a demostrar el grandioso momento profesional que atraviesa, siendo, con diferencia, el mejor lidiador del escalafón.


Javier Castaño, a quien, con razón, ya le pesa la recta final de la temporada, realizó un infructuoso esfuerzo por exprimir alguna tanda limpia a sus Adolfos, mientras que Iván Fandiño volvió a estrellarse contra un lote que no le dio la más mínima opción de triunfo. Durante la despedida, el de Orduña no pudo ocultar su contrariedad por esta Feria de Otoño que debería haber sido la de su consagración en Madrid. A pesar de cortar una oreja durante la corrida de Victoriano del Río, le ha faltado toro.


Dicen que los mejores comienzos nacen de los peores finales. Esperamos que, con este plúmbeo remate de la Feria de Otoño, se cumpla el refrán.


Coda
: después de tomar varios pelotazos en la Sala Alcalá, las juventudes taurinas han acudido a Las Ventas para continuar la fiesta en las gradas del tendido 5 y 6. Los aficionados hemos salido con dolor de cabeza por el tráfico de cubatas, gritos, charlas de espaldas al ruedo y humeantes puros. Los presidentes de estas asociaciones juveniles deberían expulsar de inmediato a sus miembros que, en una plaza de toros, se comportan como si estuvieran en una discoteca.
 

lunes, 3 de junio de 2013

Palmarés de San Isidro 2013: con estos mimbres, el cesto se desfonda


Este lunes navegamos sobre ese limbo taurino que cada año separa la Feria de San Isidro de la del Arte y la Cultura (antes conocida como del Aniversario). Un eslabón perdido en la cadena que, teóricamente, sirve de comodín tras el ciclo isidril para recuperar alguna corrida suspendida a causa de la lluvia. Este mes de mayo, a pesar de que ha llovido mucho y bien -incluso han caído pedruscos de granizo del tamaño de una canica-, no se ha producido ningún aplazamiento, así que los aficionados tenemos la jornada libre para rumiar quiénes han sido nuestros triunfadores de la feria; unos nombres que, por cierto, casi nunca coinciden con los del jurado oficial de Taurodelta.
 

La empresa de Madrid ha decidido que el torero triunfador de 2013 sea Alejandro Talavante por su actuación durante la corrida de Victoriano del Río, en la que salió a hombros. Como los números nunca han sido mis amigos y suelo sufrir amnesia con el recuento final de orejas, propongo como triunfador de San Isidro a la antítesis extremeña de Talavante: me refiero a Antonio Ferrera. Si durante la encerrona con los Victorinos del pasado 18 de mayo, Talavante dejó al descubierto sus carencias en la lidia y sus dificultades a la hora de torear cualquier animal que no proceda del encaste Domecq, Ferrera -que sorteó una corrida del Cortijillo y otra de Adolfo Martín- ha sentado cátedra como lidiador y conocedor de los terrenos y distancias del toro, provenga de la ganadería que provenga. Si en estos momentos regentase una ganadería, pelearía con uñas y dientes para que Ferrera lidiase mis toros.
 

Coincido, en cambio, plenamente con la decisión del jurado de Taurodelta a la hora de premiar a Ivan Fandiño como el autor de la mejor faena por su lucha cuerpo a cuerpo con "Grosella" de Parladé. Ésta fue una oreja de las que no se olvidan, cortada a fuego, durante un enfrentamiento emocionante que le costó una cornada grave. El de Orduña venía mentalizado este San Isidro para darle la vuelta a la tortilla e impedir que las empresas volvieran a regatearle el pan: "en mi hambre mando sólo yo". Aquella determinación sólo tenía dos finales posibles: Puerta Grande o hule. Tocó lo segundo.
 

En el capítulo ganadero, mientras que el tribunal "oficial" ha premiado a Victoriano del Río, en mi palmarés particular, el premio a la mejor corrida, por presentación y comportamiento, se lo llevaría Adolfo Martín. Supongo que, como en cualquier certamen, estas diferencias se producen por una descoordinación en los criterios evaluadores. En Miss España, por ejemplo, algunos miembros del jurado se fijan en los pies de las concursantes, otros en el vigor de su busto y, los menos, en las facciones del rostro. De igual manera, en los toros, unos nos decantamos por la casta y la bravura, y otros por la toreabilidad, la enganchabilidad y la pulseabilidad. Usando como vara de medir el mismo criterio de la casta y la bravura, me veo obligada a dejar desierto el premio al mejor toro, puesto que ninguno ha cumplido de forma sobresaliente en los tres tercios (el que más se acercó fue "Marinero" de Adolfo y, seguido bastante de lejos, estuvieron "Bustillo" de José Escolar, "Pampero" de Alcurrucén y "Dulcero" de Pedraza de Yeltes).
 

Finalmente, un galardón en el que todos coincidimos, tanto los amantes de los tobillos como los del busto, es el que reconoce la labor de la mejor cuadrilla, que este año, tras su apoteósica vuelta al ruedo la tarde de los Cuadris, ha recaído en la de Javier Castaño: Tito Sandoval (mejor picador), Marco Galán (mejor brega), David Adalid y Fernando Sánchez, ex aequo (mejor par de banderillas). Aunque, un año más, tampoco olvido la torería de Luis Carlos Aranda.
 
 
De cualquier manera, salvando los citados reconocimientos, e incluso sumando detalles de Javier Castaño, Alberto Aguilar, Fernando Robleño, David Mora o Juan Bautista durante la interesante corrida de Fermín Bohórquez, estos mimbres son muy escasos para soportar un abono de treinta tardes. O la cosa cambia o mucho me temo que el cesto se desfonda. Veremos, dijo un ciego, qué nos depara la Feria del Arte y la Cultura. Si salen toros bravos y toreros dispuestos, podemos, incluso, ahorrarnos el arrebato artístico y cultural. Menos pipas y más emoción.

viernes, 31 de mayo de 2013

Crónica del 30 de mayo: coincidencias temporales y carnales


Del mismo modo que San Pedro Regalado es el patrón de los toreros, no resultaría descabellado nombrar a San Fernando como patrón de los aficionados. Si para presenciar un emocionante día de toros en Las Ventas es necesario que los caprichos del destino hagan coincidir en el calendario la festividad de San Fernando, el Corpus y la corrida de Adolfo Martín en una plácida tarde otoñal casi a las puertas del verano, que así sea, hágase su voluntad así en el albero como en el cielo. Finalmente, se obró el milagro: afición reconquistada tras veinte fechas de fiascos. Y no se piensen que este jueves se abrió la Puerta Grande, que las orejas llovieron como el maná o que salió un toro de bandera. En absoluto. Los caminos de la auténtica Tauromaquia son inescrutables.
 
 
En este prodigio fueron cruciales, por supuesto, los bellos ejemplares que trajo Adolfo Martín, con tres de nota -primero, cuarto y sexto-, pero no menos meritorios fueron los tres matadores que se pusieron delante, de enorme dignidad y categoría. Es decir, que ayer no sólo se produjo una coincidencia temporal (San Fernando y Corpus Christi) sino también una carnal, de toros y toreros.
 
 
Antonio Ferrera (ovación y oreja) estuvo inmenso, torerísimo, dominando todas las facetas de los tres tercios, en lidiador, poderoso, cuajado y siempre atento. Tuvo detalles que reflejaron su categoría, como unos pares de banderillas ajustadísimos hacia los adentros -previamente, se había colocado el toro en suerte él mismo-, su maestría a la hora de llevar el animal al caballo -los suyos y el de su compañero Castaño-, la forma de fijar al Adolfo durante el segundo tercio protagonizado por David Adalid y Fernando Sánchez o la estocada al cuarto, Baratillo, al que le cortó una oreja. Magistral y emocionante la tarde del extremeño desde que salió por la puerta de cuadrillas hasta que volvió a entrar por ella. Puede con lo que se le ponga por delante.
 
 
En el sexto toro, Marinero, ovacionado de salida, se produjo otro momento de comunión entre un toro que, cuando se arrancaba, daba gloria verlo, la auténtica lidia, la generosidad de Javier Castaño (silencio y vuelta al ruedo), la excelencia de su cuadrilla y la entrega de la afición. Que Tito Sandoval es el picador más espectacular del actual escalafón no hay ya quien lo niegue. Y que es el único capaz de hacer mover un caballo que, habitualmente, avanza la distancia que separa a tres baldosas, tampoco. Palpitante el tercio de varas de Marinero, a pesar de que en los dos primeros puyazos, al charro se le desvió algo la mano. Quienes sí clavaron en el sitio perfecto y terminaron de poner la plaza boca abajo fueron Adalid y Sánchez. ¿Tan difícil resulta devolvernos a los aficionados los tres tercios de la lidia? Sea como fuere, nuestra gratitud a Castaño que, tras recibir una cornada en la mano durante la faena a su primero y de pasar a la enfermería donde le anestesiaron, salió a torear, y sin mirarse, a Marinero. Doble mérito. O triple. Prueben a coger los trastos con una mano "muerta", sin sensibilidad. Quizás a causa de este percance, a la faena le faltó algo de mando, y el Adolfo -que tenía un buen pitón izquierdo- se fue con la oreja puesta.
 
 
Alberto Aguilar (saludos y silencio), que sustituía a Iván Fandiño, otro de los triunfadores indiscutibles de este San Isidro, pechó con el peor lote: soso el tercero y con peligro el quinto.
 
Fotografías: Juan Pelegrín
 
El refranero es sabio y en Las Ventas comprobamos que hay tres jueves al año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión. Nadie cuenta, sin embargo, que, parte de ese brillo se debe a la casta de los toros de Adolfo Martín y a los tres toreros que, con sus correspondientes cuadrillas, les plantaron cara. A la salida, por los vomitorios de la plaza, se escuchaba:

- ¡Por fin una tarde de toros! ¡Y sin cortar quince orejas!
-  Si es que los aficionados nos conformamos con tan poco...

No tan poco, oiga.

sábado, 4 de mayo de 2013

El inefable "look" goyesco


Han transcurrido ya varias horas desde la tarde del 2 de mayo y sigo horrorizada con el desfile de trajes goyescos. No existe prenda más anti-erótica que ese pijama colorinesco y flojucho. Mi amiga Josephine sostiene que el problema proviene de la chaquetilla, que queda demasiado suelta. A mí me preocupa todo el conjunto, desde el sombrero de medio queso hasta las medias que, para más dolor, en el caso de Alberto Aguilar y Morenito de Aranda (que llevaba una calzona más fea que un frigorífico por detrás), fueron negras. Negras como las más profundas duquelas que taladran el alma. Y la vista.
 
 
Aunque los diseñadores Victorio y Lucchino, autores del pijama de Antonio Ferrera, aseguraron que su terno iba a ser rompedor, yo lo encontré francamente familiar. Esa chaquetilla gris-celeste la llevo viendo desde mi más tierna infancia, cuando en el colegio nos martirizaban con leer "El Principito", la sobrevalorada -y peligrosísima- obra de Antoine de Saint-Exúpery.
 
 
“Tiene que haber una revolución en los vestidos de torear, así que espero que después de este vestido, nos encarguen muchos más. Respetando lo esencial, yo cambiaría casi todo el diseño del vestido para dotarlo de una gran categoría y elegancia. Ahora mismo, se siguen haciendo los mismos vestidos que hace un siglo y no se ha cambiado en nada. Lo antiguo no vale en estos momentos en los que estamos reinventando el mundo” (declaraciones de José Víctor Rodríguez, "Victorio").


Unos inventan el toro-artista y otros, los vestidos de torear... ¡Dios nos libre! Sobre todo que algún ser extra terrenal nos proteja de esas zapatillas de raso celeste que le embutieron al pobre Ferrera. Menos mal que el extremeño, incluso de Victorio y Lucchino, es un tío de cabo a rabo y acabó manchando de sangre la chaquetilla "principesca". Aún no he olvidado aquella tarde de Pamplona, en la que un Victorino casi le arranca la oreja... Eso sí que era un "look" para un torero cuajado como él.  
 
 
Lo de Luis Carlos Aranda me parece algo sobrenatural: no sólo derrocha torería sino que, además, le sienta bien el sombrero de medio queso. Un caso único.
 
Gracias a Juan Pelegrín y a su incansable objetivo
 
Salvando el "front row" de pijamas, la goyesca del 2 de mayo en Madrid tiene el encanto del desfile de carruajes justo antes de comenzar la corrida, un momento amenizado por la banda de música, que cierra el cortejo tocando "Los Nardos". Los de Taurodelta ya podrían invitarnos a un bailecito en el ruedo de Las Ventas más a menudo. La gente sube después al tendido con otra cara. ¿Dónde guardan Matilla y Choperita la hoja de sugerencias? Además, seguro que Casas, responsable máximo del Arte y la Cultura, estaría encantado con la idea.