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domingo, 28 de abril de 2013

Las flores de la copla (II)

"Española,
lirio, jazmín y amapola,
rojo clavel reventón,
nardo con bata de cola".


En estas fechas en las que se alargan los días y se acortan las noches, seguimos repasando el fértil jardín de la copla y nos paramos ante un ramillete de nardos.

“Por la calle de Alcalá
Con la falda almidoná
Y los nardos apoyaos en la cadera,

La florista viene y va
Y sonríe descará
Por la acera de la calle de Alcalá,

Y el gomoso que la ve
Va y le dice venga usted
A ponerme en la solapa
Lo que quiera,
Que la flor que usted me da
Con envidia la verá
Todo el mundo por la calle de Alcalá”.


 
He intentado buscar, en vano, una preciosa copla que cantaba Estrellita Castro titulada "La Camelia".  En el océano de las redes, esa canción se esconde igual que aquella oscura clavellina que iba de esquina en esquina volviendo hacia atrás la cabeza. A cambio, sí se deja prender aquella rosa de La Alhambra...
 
“La rosa se distraía
oyendo los surtidores,
mientras el viento gemía
de amor en los miradores. 
[…] Pasó la reina una tarde a la vera de la rosa,
si la rosa era de nieve, la reina era más hermosa,
y cortándola del tallo, con mano de terciopelo
con un alfiler de plata se la prendió sobre el pelo”.


Los rosales, también en la copla, tienen el peligro de herir a aquellos que se acercan demasiado, sobre todo si crecen en las rejas de una gitana. ¡Menuda clase tiene Gracia Montes! La última de las grandes...

"En las cruces de mi reja
Hay un rosal y un clavel
Florecío con el llanto
De los ojos de un marqués.

[…] Con una limosna
Le entregué unas flores,
Le dije no vuelvas
A hablarme de amores,
Si tienes corona de conde o marqués
La mía es de reina de reino calé.
No quiero gente a mi vera
Dejarme, flores, dejarme,
Que aquel que tiene una pena
Ay... No se la divierte nadie".

Y seguimos con el ramo de rosas... esta vez, en una zambra de veneno.

"Que amarillen los hombres
Y se enciendan las mujeres
Ahí va una guapa que pasa
Dando rosas y alfileres
La boca brindando miel
Carita de hacer favores
Por dentro pozo de hiel
Por fuera llena de flores".

En el género de la canción popular, aunque más cerca de las sevillanas, la flor del romero llora... sobre todo si la canta su autor, Manuel Pareja-Obregón.
 
“La flor del romero a solas
Llora cuando ve que cortan
Margaritas y amapolas
La flor del romero a solas.

También llora la ribera
Cuando el río arrastra flores
Al llegar la primavera
También llora la ribera.

Yo también lloré de pena
Aquel día en que con otra
Paseabas por la arena
También yo lloré de pena”.


 
Del trigal de la canción andaluza, ha llegado ha escaparse, incluso, una amapola. Dicen que, por medio de un camino, la vio el almendro, el olivo y hasta la misma luna.

 
Y para los que vivimos en grandes ciudades y no tenemos a mano un jardín, siempre nos quedarán las macetas del gran Antonio Molina.
 
“Vengan y compren la rosa
ruborosa y sin espinas,
miren esta clavellina
que huele a flor de romero,
colio, pilistra y geraneo
de tó trae el macetero”.


 

miércoles, 23 de enero de 2013

Separaos como la ortiga y el trigo

En la universidad, me dieron mucho la brasa con la evolución de las marcas corporativas, es decir, la importancia de cambiar de imagen según "las tendencias del momento". Ejemplo gráfico:


El otro día encontré una adaptación gadita de la evolución de marca: una carnicería abrió por primera vez con el nombre de "Mi mujer y yo" y ahora se llama "Mi ex mujer y yo". Cuentan que el carnicero corta ahora los filetes mientras entona a Antonio Molina. Ejemplo de marketing rancio.


"Si me lo hubieran contado,
no me lo hubiera creído,
que van a estar separados
y cada cual por su lado,
corazón, tu cariño y el mío.
Fuimos dos en uno
por la veredita de la eternidad,
y de aquello, mi vida, ninguno
se quiere acordar".


El divorcio se ha convertido en "tendencia" (trending topic en el lenguaje twittero). Los españoles tenemos mentalidad "divorcista", según dicen los del Foro de la Familia. Para ajustar esta tara sentimental, se han puesto de moda los orientadores matrimoniales. El gurú en este campo, un tal Goldsmith, ha redactado los mandamientos de la pareja feliz:

1. Ser los mejores amigos.
2. Ser capaces de reiros de vosotros mismos.
3. Estar abiertos a nuevas ideas y experiencias.
4. Tener una actitud constructiva.
5. Ser amables.
6. Ser capaces de prestar atención.
7. Ser cariñosos.
8. Ser dignos de confianza.
9. Estar siempre disponibles el uno para el otro.
10. Y la clave del éxito: ser proactivos.


Al final, el mejor consejo era aquel que contaba Cela en un pasaje de "La Colmena".

“Don José Sierra hizo un sonido raro con la garganta, un sonido que tanto podía significar que sí, como que no, como que quizá, como que quién sabe. Don José es un hombre, que a fuerza de tener que aguantar a su mujer, había conseguido llegar a vivir horas enteras, a veces hasta días enteros, sin más que decir, de cuando en cuando, ¡hum!, y al cabo de otro rato, ¡hum!, y así siempre. Era una manera muy discreta de darle a entender a su mujer que era una imbécil, pero sin decirlo claro".

Mark: ¿Qué son dos personas sentadas la una frente a la otra sin hablarse?
Joanna: ¿Un matrimonio?
El propio Stanley Donen cuenta que cuando rodaron "Dos en la carretera" (1967), Albert Finney, Audrey Hepburn y él acababan de divorciarse, una "coyuntura" idónea para reflejar el tema de la película: el deterioro de las relaciones de pareja. Por cierto, el personaje de Mark Wallace fue rechazado por Paul Newman... Con un hombre así, nos casaríamos sólo por el placer de contemplarlo en silencio cada día; como el cuadro más hermoso de un museo.
El amor según Les Luthiers: el lamento de una apasionada mujer
ante el recuerdo del hombre que la abandonó... más o menos.

viernes, 30 de noviembre de 2012

10 pregones 10

La otra mañana subió hasta mi ventana el sonido del chiflo del afilador. Y ahora, bajo mi oficina, pasa el camión del tapicero: "Se tapizan sillas, sillones, butacas, tresillos, y toda clase de muebles y tapicerías en mal estado. No deje pasar esta oportunidad. Recogemos y entregamos en su propio domicilio". Los sonidos de la calle desaparecen devorados por el ruido espantoso de los motores y las obras faraónicas. En las grandes ciudades, el afilador y el camión del tapicero son, posiblemente, los últimos supervivientes de la barbarie sonora. Cuando voy a un mercado de los de antes, me embelesa escuchar los pregones de los vendedores. También entra el cuerpo en caja cuando, en las tardes de corrida, en los alrededores de las plazas de toros, te ofrecen a voz en grito "agua fresca" o "almohadillas pa´la piedra". Hoy, con permiso de la autoridad, vamos a repasar diez pregones clásicos de la copla y la canción popular.


LA SOMBRA VENDO

"Llevo los abanicos de mil colores,
que en la plaza florecen con alegría.
Quitan al sol con gracia sus resplandores,
y alegran la tragedia de la corría.
Cuando la puerta de los toriles
se rompe en quiebros de seguidilla,
mis abanicos se ven por miles
y le dan celos a las mantillas

La sombra, la sombra vendo.
¿Quién me la quiere comprar?
De dinero yo no entiendo,
la doy casi regalá.
La sombra, la sombra vendo,
pa´competir con el sol.
Cómprela usted caballero,
que no hay en el mundo entero
la sombra que vendo yo".

EL PREGÓN DE LA GITANA

"Flores... las flores...
a las niñas morenas,
y a las rubias encendías,
a las que entran y salen,
y a las que están escondías,
para que nadie las vea,
detrás de la celosía,
yo les vendo las flores,
las flores mas lindas de Andalucía".

LA VIOLETERA

"Como aves precursoras de primavera,
en Madrid aparecen la violeteras,
que pregonando parecen golondrinas
que van piando, que van piando…

Llévelo usted, señorito,
que no vale más que un real,
cómpreme usted este ramito
pa' lucirlo en el ojal".

POR LA CALLE DE ALCALÁ

"Por la calle de Alcalá,
con la falda almidoná
y los nardos apoyaos en la cadera,
la florista viene y va
y sonríe descará,
por la acera de la calle de Alcalá".

MAÑANA SALE

"¡La fortuna, pa´mañana!
¿Quién me compra un quince mil?
(Te repiquen las campanas
a la hora de morir).

¡Cuatro series!, ¡qué bonitas!
¡Voy tirando los caudales!
¡Son de doña Manolita!
¿Quién me compra esta penita?
¡Mañana, mañana sale!"
 LOS BOQUERONES DEL ALBA

"Los boquerones del alba
que acabo yo de pescar
de la mismita caleta.
¿Quién los quiere comprar?

Como barritas de plata
como jazmines de sal
que con la red han salido
de lo profundo de la mar".

EL MACETERO

"Abrí, niña, los balcones
que ya llegó el macetero
con mi pregón sandunguero
encandilo corazones.

Vengan y compren la rosa
ruborosa y sin espinas,
miren esta clavellina
que huele a flor de romero
colio, pilistra y geraneo,
de tó trae el macetero".

EL MANISERO

"El manisero entona su pregón,
y si la niña escucha su cantar
bajará de su balcón…
Maniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii".

EL PREGÓN DE LOS CARAMELOS

"Yo soy el caramelero
que pasea por Sanlúcar,
y traigo pa´las mocitas
dulces terrones de azúcar.
Llevo bombones, llevo bombones
pa´las niñas que sufren
del mal de amores.

Traigo trufillas heladas,
y caramelos de menta,
porque yo sé que a las niñas
siempre las pone contentas.
Llevo de coco y de fresa,
de tutti frutti y limón.
Y la que no se conforme,
yo le doy mi corazón".

EL UVERO

"Uvitas negras de Los Palacios,
comen las niñas dulce y despacio..."