Mostrando entradas con la etiqueta Hoyo de la Gitana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Hoyo de la Gitana. Mostrar todas las entradas

domingo, 23 de septiembre de 2012

Naufragios... por exceso y por defecto

Amaneció el domingo veraniego y a la hora del reconocimiento tornó a otoñal. Un mal presagio. Dos novillos de Sánchez Fabrés no superaron el fielato veterinario y regresaron en un camión a Salamanca. A cambio, entraron dos novillos de Sobral, antigua ganadería de Ángel Bohórquez y de procedencia Marqués de Domecq-Cebada Gago. Completaba la corrida (o el gazpacho) otros tres novillos de Hoyo de la Gitana (sangre Santa Coloma, vía Graciliano).


Quién le iba a decir al ganadero Juan Sánchez Fabrés -quien hasta hace poco se desesperaba al ver cómo rechazaban sus Coquillas por pequeños- que este domingo en Las Ventas le echarían para atrás un novillo... ¡¡por 8 kilos de más!! El viernes, al desembarcar, pesó 548 kilos y desde entonces no hubo negociación posible con los veterinarios: el utrero no se aprobaba. Esta mañana, una nueva desgracia: otro de los animales cogeaba. Finalmente, sólo podía lidiar uno, en sexto lugar. Un novillo cárdeno bragado meano, de nombre "Torrero" y 485 kilos era el irrisorio premio por llevar una de las mejores novilladas a Las Ventas el año pasado. Hay ganaderos que, a veces por defecto (cuando la vacada tiraba más a Coquilla: terciadita, móvil y con mucho nervio) o por exceso (cuando metió sangre Buendía), contemplan desde su callejuela sin salida cómo todo un encaste se aproxima a la desaparición por culpa de la insensatez de veedores, veterinarios, empresarios (¿así pretenden los de Taurodelta ayudar a las "ganaderías minoritarias"?), periodistas y aficionados. Sea como fuere, forzado por las circunstancias, en lo de Sánchez-Fabrés, poco queda de Coquilla. Y mientras el reconocimiento terminaba y daba paso al sorteo (con las cuadrillas deseando que les tocaran las dos bolitas de Sobral), el cielo iba coloreándose de cárdeno oscuro.

Excesos y defectos

Antes de que sonaran clarines y timbales ya habían caído las primeras gotas del otoño. Abrió cartel el primero de Hoyo de la Gitana, geniudo y peligroso, pero con la virtud de la humillación. El catalán Jesús Fernández le bajó mucho la mano y, tragando los parones a mitad del embroque, firmó una faena más meritoria que lucida. El segundo también era un graciliano de Hoyo de la Gitana. Éste con buen fondo, pero falto de fuelle. Mario Alcalde ejecutó un trasteo de claroscuros, con algunos momentos de buen gusto, al mismo tiempo que arreciaba el viento, el cielo se ennegrecía y, de nuevo, comenzaba a llover. En las manoletinas finales, por culpa de la mala colocación, el novillo lo arrolló en una voltereta interminable, encunándolo en el aire. Salió Alcalde con dos cornadas que no le impidieron estoquear al animal antes de entrar definitivamente a la enfermería. Su cuadrilla dio en su nombre una vuelta al ruedo después de que el público pidiera mayoritariamente la oreja.

Dos hermanos contemplan, arrebujados bajo la manta,  el nefasto tercio de varas

El tercero, también de Hoyo de la Gitana, vio como le sacaban el pañuelo verde por estar cojo de una mano. Se decidió entonces correr turno y desenchiquerar a "Torrero", la única carta de Sánchez Fabrés, y que tenía prisas por salir al albero oliéndose el diluvio que se aproximaba. Fue este "Torrero" un novillo fijo, pronto, encastado y tobillero, que rebañaba y cabeceaba mucho. Nada fácil. Jamás se le toreó, ni se le bajó la mano, ni se le perdieron pasos. Tampoco se le picó bien y recibió dos horrendos puyazos traseros. Tras una docena de series, "Torrero" continuaba en el centro de la plaza con la mirada atenta y aún ganas de embestir. Finalmente, Jesús Duque lo despachó de un bajonazo infame, epílogo del trato que ha recibido la ganadería de Sánchez Fabrés en Las Ventas esta temporada. El animalito murió de pie y sin abrir la boca. Hubo aficionados a los que no les gustó "Torrero". Personalmente, me quedo con ganas de ver más novillos de esta ganadería. Dicen que para el año que viene guardan una corrida de toros...; veremos si a este paso habrá "un año que viene".


La tarde se iba poniendo borde

Los tres últimos novillos fueron de Sobral, con dos buenos: cuarto y quinto. Ya jarreaba con ganas y los tendidos estaban prácticamente vacíos. Con lluvia y sin la mirada santa colomeña, el festejo se diluía irremediablemente. Mario Alcalde no volvió a salir de la enfermería y Jesús Fernández tuvo que matar otros dos novillos. Quizás nunca llegue a figura, pero este domingo ha tragado quina y se la ha jugado con franqueza, también con el estoque. Su compañero, Jesús Duque -que brindó el quinto a su apoderado, Alipio Pérez-Tabernero- cometió el error de alargar en exceso sus faenas sin realizar nada destacable. Su paso por Las Ventas ha sido incoloro, inoloro e insípido, como estas primeras aguas del otoño.

Estocada de Jesús Fernández

Finalmente, la novillada osciló entre los 464 y los 509 kilos. Entretanto, en La Maestranza, dos figuras del momento, Manzanares y Talavante, estoqueaban una corrida de Juan Pedro Domecq-Núñez del Cuvillo que estuvo entre los 509 y los 535 kilos. Cuando un supuesto novillo de Coquilla da en la báscula 548 kilos y las figuras matan animales de quinientos y poco en plazas de primera categoría -es decir, cuando hemos perdido todo sentido de la medida- estamos abocados al naufragio.

"Toro" lidiado por Manzanares este domingo en La Maestranza

"Novillo" lidiado por Jesús Fernández este domingo en Las Ventas