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sábado, 17 de enero de 2015

Buen viaje, Alvite

"Y si no vuelvo, por favor, piensa que fue sólo porque me empeñé en el estúpido sueño de llegar por ferrocarril a una ciudad sin tren".

domingo, 10 de noviembre de 2013

¿Ganarse la vida o vivir de la sopa boba?


El término negocio deriva de las palabras latinas nec y otium, es decir, "aquello que no es ocio". Para los romanos, otium era lo que se hacía durante el tiempo libre sin recibir ninguna recompensa. El negocio, por el contrario, constituía una actividad lucrativa. Sin embargo, desde la nefasta cultura del 68 hasta nuestros días, se confunde con frecuencia el ocio y el negocio, lo que conduce, invariablemente, a pretender vivir del cuento. En el siguiente artículo, Javier Gomá reflexiona con acierto sobre el arte de ganarse la vida:


"La obligación y responsabilidad del auténtico educador es operar sobre las tendencias naturales del pupilo para crear en él una segunda naturaleza -la cultura- que lo transforme en individuo emancipado y crítico con todo y con todos, y muy en particular con respecto a quienes le tutelaron mientras era niño.
 
El proceso de socialización del yo incluye una especialización doble: la del oficio y la del corazón (producción y reproducción). Por un lado, la mayoría de los hombres y de las mujeres, tarde o temprano, se enamoran y, en compañía de la persona amada, fundan una casa. Pero, por otro lado, tanto para fundar una casa como, más genéricamente, para ser independiente, es requisito necesario integrarse en la economía productiva de la sociedad y realizar en ella una labor que estime y remunere. Acertar a encontrar una ocupación pagada, dentro del gran sistema de oficios y profesiones organizado en cada sociedad, es lo que usualmente se designa como ganarse la vida [...] La figura del profesional competente que desempeña su especialidad de forma experta y eficaz, prestando con su trabajo bien hecho un servicio útil a la sociedad, es la personificación más acabada del hombre que sabe ganarse la vida.
 

[...] La locución ganarse la vida indica que la vida no es un regalo. Soñamos, sí, con una vida regalada, pero la inmensa mayoría de los casos pesa sobre nosotros la obligación de trabajar para lograr una posición en el mundo. Durante algunos años, la infancia y la adolescencia, vivimos en una situación de ociosidad subvencionada por los padres, por el Estado. Pero la educación que recibimos tiene la finalidad de hacernos autónomos, dotarnos de los instrumentos para valernos por nosotros mismos [...] Sabemos que hoy a la juventud le resulta difícil y costoso obtener ingresos para pagar esa independencia -piso, alimentos, ocios- y eso explica actitudes dilatorias que prorrogan la permanencia en el hogar familiar y que permiten a esa juventud la aplicación de todos sus medios económicos a la última de las partidas (ocio), compatible a menudo con una reclamación de libertad sin límites en lo tocante a los estilos de vida. 
 
[...] Pero hay también que reconocer que el imperativo de ganarse la vida y de desarrollar alguna especialización profesional ha carecido, desde el Romanticismo a esta parte, de todo prestigio cultural y moral [...] El resultado es la extendida creencia de que el verdadero hombre es aquel que, como el genio, vive exclusivamente para su propio mundo y sus necesidades interiores. En consecuencia, el modo de ganarse la vida se le antoja a este sujeto moderno -artista genial en potencia- algo enojoso, indigno de él, un accidente de la vulgar exterioridad ajena a su mundo".
 
JAVIER GOMÁ LANZÓN

 

domingo, 1 de septiembre de 2013

Vuelta al cole

Desde mi más tierna infancia, he odiado la vuelta al cole y pienso que septiembre es como el lunes de los meses. Sin embargo, desde ahora mismo, este blog regresa para acoger a todos los lectores que lidian el devenir a contra-estilo, pero siempre con torería.
 

Atrás queda un mes de baños en el mar, arena suave como una alfombra, atardeceres sobre el río, paseos diurnos y nocturnos, asombrosas conversaciones con pescadores de caña, lectura, escritura, apacibles siestas, radio, familia, luna y helados.

 
Y aunque aún quema la nostalgia, ha llegado la hora de coger, de nuevo, el toro por los cuernos. Que suene, por tanto, el clarín y desenchiqueren al que abre plaza. Estamos de vuelta. Jodidos, pero contentos.

lunes, 17 de junio de 2013

Mucho cuidado con los de Utrera

"En la puerta del cortijo para un Ford.
Es el amo. Ya no llega en su jaca como antes...
Es un nieto de los viejos labradores caminantes
y jinetes atrevidos que murieron. Va vestido de Milord".
(Fernando Villalón, Campiña de Utrera).


... Y ahora, los nietos del Milord -atrincherados en un ayuntamiento que fue el antiguo palacio de los duques de Vistahermosa- se han propuesto que los niños de Utrera no pisen una plaza de toros hasta que no cumplan siete años. Es peligroso que se familiaricen desde tan temprano con la sangre y las armas blancas. Es vieja la afición utrerana por las facas, cuchillos y navajas. Y no con el fin de cortar mostachones en los postres, precisamente.


Entre todas las flamencas de La Bizcocha,
ramillete de rosa temprana,
una niña con ojos de menta,
morena y graciosa, su cante desgrana.
Dicen que vino de Utrera,
con historia y ambición,
diecinueve primaveras,
se hace corta esta canción.
Consolación, la de Utrera,
por un querer de perdición,
se echó a rodar por los caminos,
Consolación, la de Utrera,
por el dolor de una traición,
cambió de rumbo su destino.
Muy poquita confianza,
que la niña es de cuidado,
y en la miel de su esperanza,
hay veneno camuflado.
Te libre Dios, compañero,
de que lo mismo que un ciclón,
sus diecinueve primaveras,
te digan: "Como te quiero",
porque no tiene corazón,
Consolación, la de Utrera.
Al café de La Bizcocha, llegó de Utrera,
un campero de rumbo gitano,
y la niña morena y graciosa, como una pantera,
saltó faca en mano.
Mírame, bien a la cara,
para que sepas quien te dio,
piensa un poco y arrepara,
que te mato por ladrón.
Avísenle a los tricornios,
para que vengan preparados,
se llamaba Juan Antonio,
y con otra está casado.
Te digo adiós, compañero,
que ya pagaste tu traición,
y el ser tan malo como eras,
si no me matan, me muero,
porque no quiere ni el perdón,
Consolación, la de Utrera.
(Autores: Ignacio Román y Francisco García Tejero)
 
"Por encima del utreranísimo olor del mostachón en cuyo papel de estraza escribo la presente, a mí este asunto me da un tufillo a separatismo de Cataluña que tira de espaldas. Así empezaron en Barcelona, donde comenzaron prohibiendo que los niños entraran en la Monumental y acabaron prohibiendo la Fiesta y haciendo de paso rico a Balañá, que todo hay que decirlo […] ¿Sombreros de ala ancha, dice usted? Pues no sé, quizá pronto lo prohibirán también, y declararán obligatoria la barretina al cerrar la plaza de toros" (artículo de Antonio Burgos publicado en el ABC el pasado domingo, 16 de junio).
 
Como de costumbre, la responsabilidad individual no se lleva. En Utrera, la cuna del toro bravo sin toro, tampoco. Las "autoridades" conducen por nosotros, deciden qué debemos comer, crían a nuestros hijos, eligen nuestras aficiones y vicios, etc. Prohibido pensar. Prohibido elegir.
 
 

jueves, 2 de mayo de 2013

Madrid y sus "indignados": del 2 de mayo al 15-M


"La irá estalló en la boca del pueblo de un modo tan formidable, que causaba tanto espanto como la artillería enemiga [...] El resultado era asombroso. Yo no sé de dónde salía tanta gente armada. Cualquiera habría creído en la existencia de una conjuración silenciosamente preparada; pero el arsenal de aquella guerra imprevista y sin plan, movida por la inspiración de cada uno, estaba en las cocinas, en los bodegones, en los almacenes al por menor, en las salas y tiendas de armas, en las posadas y en las herrerías.
 
La calle Mayor y las contiguas ofrecían el aspecto de un hervidero de rabia, imposible de describir por medio del lenguaje. El que no lo vio, que renuncie a tener idea de semejante levantamiento".

(BENITO PÉREZ GALDÓS)
 
1808...
 

2011...


 

miércoles, 13 de febrero de 2013

Top 3 de canciones empalagosas


C´est le temps de l´amour... le temps du Corte Inglés. Los escaparates se atiborran de corazoncitos, lencería, joyas y juguetes eróticos. Car le temps de l´amour ça vous met au coeur (y en su bolsillo), beaucoup de chaleur et de bonheur (y de ruina). C´est la vie en San Valentín. Una fecha idílica para repasar los tres temas más empalagosos del cancionero rancio. A pesar del subidón de azúcar, he de reconocer que todos son cautivadores.

1. LUNA DE MIEL (GLORIA LASSO)

La canción original, "The Honeymoon Song" del griego Mikis Theodorakis, fue versionada por Los Beatles con letra de William Sansom en 1963. Antes, en 1959, Rafael de Penagos y Gloria Lasso acabaron con el papel. Lasso también la grabó en francés.
 




2. MIRA QUE ERES LINDA (ANTONIO MACHÍN)

Machín cantó este bolero con letra del cubano Julio Brito en 1967. Sólo de escucharlo se caen los palos del sombrajo. Ya que estamos con las versiones, Emilio El Moro no se pudo contener y sacó su "Mira que eres bizca".

"Mira que eres bizca,
qué horrorosa eres,
verdad que no he visto en mi vida
pepona más fea que tú.
Con esos ojazos
que parecen coles,
con esa mirada,
siempre atravesada,
con que miras tú".


3. MARIQUILLA (JOSÉ LUIS Y SU GUITARRA)

El jienense y miembro de la tuna José Luis y su tabarra, en estado puro, en 1958. Este tema se lo dedicó, obviamente, a Mariquilla, su novia de siempre, con quien se casó en 1959. En 1962 sacó una plaza de funcionario de Obras Públicas y dejó de mamporrear la guitarra para dedicarse en cuerpo y alma a su familia. Un romántico.
 

sábado, 26 de enero de 2013

Los que viven gracias a que los demás no saben


Corría el año 1904 y aquella tertulia, que había abierto el gallego Ramón María del Valle-Inclán en el Nuevo Café de Levante, hervía por las noches con la flor y nata de los intelectuales de la Generación del 98 [...] Y aquella tarde noche del 13 de mayo de 1904 el que sorprendió a todos los presentes fue Pío Baroja. Porque cuando se estaba hablando de los españoles y de las distintas clases de españoles, el novelista vasco sorprendió a todos y dijo:

“La verdad es que en España hay siete clases de españoles… sí, como los siete pecados capitales. A saber:
1) los que no saben;
2) los que no quieren saber;
3) los que odian el saber;
4) los que sufren por no saber;
5) los que aparentan que saben;
6) los que triunfan sin saber, y
7) los que viven gracias a que los demás no saben.
Estos últimos se llaman a sí mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”.
Unamuno y Benito Pérez Galdós aplaudieron a Baroja. Sobre todo por el último punto.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Moriremos a los 150 años, sanos como peras, tiesos y sin pensión


A unos "expertos" de Nueva Zelanda, que tienen las neuronas de un koala, se les ha ocurrido animar a los gobiernos a que creen un impuesto (¡otro más!) que grave los refrescos azucarados y los alimentos ricos en grasas saturadas. "En base a los estudios de modelización, los impuestos sobre las bebidas carbonatadas y las grasas saturadas y las subvenciones a las frutas y verduras se asocian con cambios beneficiosos en la dieta, que tienen el potencial de mejorar la salud", han subrayado los koalas.

Fotografías de Martin Parr

¿Por qué el Estado tiene que velar sobre nuestra salud? Si una tarde me doy un atracón de donuts, ya sé que, además de ponerme como una foca, subirá mi colesterol junto al resto de índices malignos. Bueno, ¿y qué? En mis niveles de azúcar mando yo. La cruzada contra los fumadores también me enerva. Los ministros del Santo Oficio persiguen, multan, gravan, señalan y expulsan de los lugares públicos a cualquier ser que lleve un cigarrillo en los labios en pro del bien común, la paz social y la alegría infantil. Sepan ustedes, señores gobernantes, que, desde que prohibieron fumar hasta en la pantalla del cine, le han hecho un daño irremediable a los villanos, mujeres fatales y  rebeldes sin causa.


Ya en 1624, el Papa Urbano VIII prohibió el consumo de tabacó y decretó la excomunión para cualquier cristiano que fumase dentro de un recinto sagrado. El tabaco -sobre todo el esnifado- provocaba estornudos, una reacción corporal, bajo su punto de vista, muy similar a la eyaculación, por tanto, impura para el alma. En 1633, el sultán Murad IV pasaba a cuchillo a una media de veinte personas diarias por inclumpir la ley de no fumar en el Imperio Otomano. Poco después, el zar Miguel se lió a rebanar narices a todo ruso que tuviera el valor de humear en su presencia.



Dentro de poco, nos meterán en la cárcel por zamparnos un bocadillo de jamón en mitad de la calle. Sí, queridos koalas: los embutidos, la yema de huevo y algunos quesos también son alimentos ricos en ácidos grasos saturados. Así que, mientras vienen a por nosotros, esperemos fumando un buen cigarrillo a lo Gardel.



Moriremos a los 150 años, sanos como peras, tiesos y sin pensión.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La huelga (crónica gráfica y doméstica)


Pasó el 14-N y España sigue igual de canina que el 13-N, martes y trece (si alguien pretende que recordemos todas las abreviaturas alfanuméricas que se han sacado del bolsillo en los últimos diez años, van aviados). Para ser justos, por culpa de los paros en el metro de Madrid, quizás yo esté algo más canina que la víspera porque he tenido que ir y volver del trabajo andando (dos horas de caminata) y a estas alturas de la noche escribo con el último resuello. Como no hay mal que por bien no venga -ya lo decía Franco-, a eso de las siete y media de la mañana, sin despuntar la aurora, encontré entre Chamberí y el Barrio de Salamanca a un buen aficionado a los toros y abonado de Las Ventas, junto al que recorrí parte del trayecto hablando, por supuesto, de cuernos y caireles. Estas cosas no pasaban en las pelis de Eisenstein.


Entenderán, pues, que este miércoles no esté para muchas florituras literarias y me limite a colgar una crónica gráfica y doméstica de la huelga en Madrid, algo diferente, quizás, a las que han publicado en otros medios, mucho más serios y fiables. 

Hora de poner pies en polvorosa rumbo a la oficina... a pata.
La huelga ayuda a esculpir el cuerpo serrano.

Los niños han ido al cole. No sé si a las feministas les gustará
que la madre le lleve la maleta a su hijo... ¿atenta contra la paridad?

La tahona de "Magallanes" ha abierto.
Nada de porcentajes: he aquí el auténtico termómetro social.

Qué pena: en "Magallanes" tienen un pan estupendo...
Prefiero la pancarta de "¡Menos chorizos y más jamón!"

14:00 horas. Mercado de La Paz en la calle Ayala.
La gente sale a hacer los últimos mandaos.

17:30 horas. Grupúsculo de sindicalistas frente a la Biblioteca Nacional.
Por unos grandes altavoces, "pinchaban" música zen.


Graffiti sobre cristal.
Hora del consumista e inaceptable cafelito de la tarde. 

Graffiti sobre pared con emoticono incluido.

Última hora de la tarde. El personal sale a correr por el parque.
Un deportista previsor se pone el casco, por lo que pueda suceder.
En el cielo se oye el TA-TA-TA-TA-TA de los helicópteros.


martes, 2 de octubre de 2012

Candelario, pueblo de chorizos y castaños (antídoto animalista)


Candelario desemboca al cabo de una bóveda de tupidos castaños. Como todo pueblo chacinero y serrano, su historia ha estado indisolublemente ligada a la matanza. Es de los pocos rincones, ajenos al paso del tiempo, donde se conservan las batipuertas, unas portezuelas colocadas delante de la entrada principal de la vivienda, que impedían que los animales comieran la carne que el matarife iba depositando en el suelo, a la vez que servía de "burladero" contra los bueyes que apostaban en el umbral. Casi todas las casas, de tres plantas, se construyeron con señoriales piedras de cantería que aún permanecen intactas. El cuarto piso estaba reservado para curar la matanza con el humo de la madera de castaño. Los chorizos y longanizas hicieron famoso a Candelario.

Batipuertas

En las casas particulares sólo había un cerdo, dos en el mejor de los casos, según la riqueza de cada familia. La mañana de la matanza, los chillidos de los cochinos se oían en toda la sierra, hasta que el matador clavaba certeramente el cuchillo en la carne del animal. La sangre -materia prima de las futuras morcillas- se recogía entonces en un recipiente de barro que se dejaba enfriar en el patio, mientras que al cerdo se  socarraba entre helechos. A continuación, llegaba el momento de la limpieza, que consistía en extraer las visceras con suma habilidad: en cada familia había, al menos, un buen mondonguero. Como colofón, la punta del rabo se regalaba al niño más pequeño de la casa. Antes de preparar los embutidos, rondando la festividad de San Antón, conocido como "El Día del Chorizo", se invitaba a los vecinos a la probadura, un festín de tocino, chichas, sangre cocida, magro, hígado y asaduras para comprobar cómo había salido el adobo y si estaba en su punto de sal. Al día siguiente, se empezaba a embutir la carne, una operación que duraba varias jornadas y en la que participaban las mujeres. 

Vecinos de Candelario, el día de la matanza y preparando los chorizos

Durante el invierno, todo Candelario olía a chorizo y los vendedores ambulantes iban por la Calle Mayor, de batipuerta en batipuerta, vendiendo su mercancía bajo la atenta mirada de las mozas.


Choriceros de Candelario

En este pueblo, no sólo aficionado al cerdo, sino también al toro, ni El Viti se libró de catar el embutido local junto a una buena frasca de vino: primum vivere, deinde filosofare... o, en este caso, toreare.


Algunos escritos revelan que don Miguel de Unamuno veraneó en Candelario, aunque no lo mencione de forma manifiesta:
"Trazo, lector, con sosiego y holgura estas líneas en un lugar de mi Castilla rayana a Extremadura, de esos terminales de ir, quedarse y volver y no de ir, pasarse y seguir. En uno de esos que son como remansos de espacio, de tiempo y de pensamiento, que convidan a ver más que a discurrir [...] Este mismo lugar en que estoy escribiendo ha perdido en treinta años cerca del cuarenta porciento de su población. Caído ya el sol —en verano—, comerciantes e industriales en retiro de su negocio al lugar nativo pasean sus recuerdos por entre castaños a que, cuando niños ellos, vieron frondosos y que ahora, en agonía, tienden algunas ramas secas, sin follaje, al cielo de la tarde. He subido por las empinadas y enchinarradas calles a su iglesia de Nuestra Señora de la Asunción —hoy su fiesta—a ver la salida de misa. Y luego desde mi breve retiro veraniego, he contemplado el valle. A mis pies, una huerta, detrás la rojatestudo de los tejados de las casas del lugar, todavía sin chimeneas las más, que así lo pedía el oficio de la industria local de embutidos. Y allende, cerrando el horizonte, el entablamiento de unos cerros rocosos y pelados [...]

Todo a una luz quieta, de remanso también y de visión. ¿Y esto que llamamos cuestión social? Ni apenas. Jornaleros menestrales que hacen a oficios pasajeros: ya siegan heno, ya siembran patatas, ya reparan viviendas. No cabe decir que haya masa de «casa de pueblo», por ser pueblo casi sin masa. Lo que a estos lugares, de verdaderas comunidades —poblaciones—, distingue aún de las masas humanas, colectividades—agrupaciones—, era la vida interfamiliar, social. El lugar era una casa —no una masa— con sus trabajos y sus fiestas. Sobre todo con los bautizos, las bodas y los funerales, fiestas también de vecindad, y las tres raíces cardinales del culto religioso popular:  cristianar, casar y enterrar". Sólo le faltó a don Miguel la raíz cardinal de "embutir"...



Candelario en 2012:
la misma calle donde el choricero negociaba con la moza

En estos tiempos de vegetarianos, animalistas y gilipollas de distinta catadura, conviene recordar las ancestrales costumbres de Candelario. Ahora mismo, si visitan la web "Carnívoros Anónimos", verán cómo animan a dejar de comer carne con el fin de detener la crueldad hacia los animales: «El principio fundamental del vegetarianismo es esencialmente no ser violentos. Para alimentarse de carne es necesario matar, por lo tanto hay que abstenerse de consumir carne, para no participar de la violencia contra otras criaturas vivientes».

Humanizar al animal a cambio de animalizar al hombre
(Filosofía Disneyland engendrada en los más terribles regímenes políticos)

Los de "Vida Universal" aseguran que hincarle el diente a un filete incrementa el efecto invernadero. Incluso han escrito un artículo donde los animalitos cuentan su experiencia en primera persona. Por no enumerar las muchas enfermedades que padecen los carnívoros, con el cáncer y la depresión a la cabeza: «La carne tiene un efecto negativo sobre la psiquis. En un estudio de 1998 se demostró una aparición elevada de miedo y depresiones en los consumidores de carne, en comparación con los vegetarianos [...] Una alimentación rica en proteínas conduce a la subida de cortisol en el plasma sanguíneo y en la saliva. Un aumento crónico de la concentración de cortisol perjudica al hipotálamo, lo que conduce a un empeoramiento indudable de la memoria. Los consumidores de carne, según un estudio de la universidad Loma Linda de California, tienen también un riesgo doble de enfermedades demenciales».





Entran ganas de estrujarle el mondongo a más de uno...
o de ahumarse con madera de castaño.