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martes, 24 de junio de 2014

La noche más corta

Entre San Luis Gonzaga y San Juan, se encadenan las noches más cortas del año. El sol se retira rozando las diez.
 
 
Cuando despunta el estío, me gusta recordar a Hopper. Este cuadro suyo, pintado en 1947, lleva por título Summer Evening, traducido como Anochecer de verano. En él, una joven pareja conversa en un porche. Sus miradas no se cruzan, pero el chico se lleva la mano izquierda al pecho, intentado explicar algo. Ella, pensativa y ausente, viste a la moda de los 50. La puerta verde se encuentra cerrada, mientras que las cortinas de la ventana ondulan, dejando pasar el aire. ¿Están en el campo o en la ciudad? Imposible saberlo, pues la luz que desprende la casa contrasta poderosamente con la oscuridad exterior. El cuadro sugiere que, independientemente de cuál sea el problema que tiene la pareja, no llegará a una feliz resolución. Quizá eso explica la impenetrable negrura que abraza al porche.
 
Se incendia el árbol de la noche
y sus astillas son estrellas,
son pupilas, son pájaros.

(Octavio Paz)
 

Sostenía el canadiense Mark Strand que en los cuadros de Hopper asistimos a las escenas más familiares con la sensación de que para nosotros son esencialmente remotas, incluso desconocidas. La chica de Summer Evening mira al vacío: parece estar en cualquier parte menos en donde efectivamente se encuentra, perdida en un misterio que la pintura no puede revelarnos y que sólo intentamos adivinar. "Es como si fuésemos testigos de un acontecimiento que somos incapaces de nombrar", explicaba Strand. Sentimos la presencia de lo que permanece oculto, de lo que sin duda existe, como las sombras de una noche de verano, pero sin llegar a mostrarse. "Hopper ejerce su poder sobre nosotros con extraordinario tacto: dándole forma a la privacidad, otorgándole un espacio donde pueda ser atestiguada sin ser violada".
 
 
[...] Una noche de verano
cuando el cielo es más azul
y más dulzón el canto del barco italiano.
 
Con su luz mortecina, un farol
con las sombras gambetea,
y en un zaguán está un galán
hablando con su amor.
 
[...] Y cruza el cielo un aullido
de algún perro vagabundo,
y un reo meditabundo va silbando esta canción:
una calle, un farol, ella y él.

martes, 24 de septiembre de 2013

El templo del pecado

 
Hace casi un siglo, a finales de 1913, Carlos Gardel y el uruguayo José Razzano se presentaron, extraoficialmente, en el Armenonville, "El Armenón", para los amigos y clientes habituales durante las noches bonaerenses. Nacía así una leyenda del tango y de los cabarets de lujo. A los porteños les gustaba describir este local situado en la avenida Alvear y Tagle como "el templo del pecado".  


Razzano y Gardel
 
"El 28 de diciembre de 1913 Francisco Taurel, hombre de grandes recursos, amigo de  políticos importantes, los invita a cantar [a Razzano y Gardel] en una reunión privada en casa de Madame Jeannette.  En la madrugada del 29 de diciembre la farra seguiría en un prestigioso reducto de la noche porteña, El Armenonville.  Este importante salón tomaba su nombre de un local similar del Bois de Boulogne de París.  Era un edificio de dos plantas rodeado de jardines.  En la planta baja estaba el salón principal de baile, con mesas y un pequeño escenario.  Arriba había alcobas y cuartos privados, donde Francisco Taurel y sus invitados continuaron la farra.  Lógicamente Gardel y Razzano eran quienes amenizaban la reunión con sus interpretaciones.  El entusiasta canto de los jóvenes atrajo a una pequeña multitud que los aplaudía. Entre ellos se encontraba un pionero de la aviación argentina, Jorge Newbery".
 
El bandoneonista Juan Maglio 'Pacho' se contaba entre los más íntimos amigos de los propietarios del local y por eso tituló "Armenonville" a uno de sus tangos.


Apenas los dueños -Carlos Bonifacio Lanzavecchia y Manuel Loreiro- habían hecho una oferta de 70 pesos por noche al dúo Gardel-Razzano, los artistas mantuvieron la siguiente conversación:
 
- Carlos, me ofrecieron 70 pesos.
- Por mes no es mucho. Pregúntale, a lo mejor es por quincena.
- La oferta es por día, Carlos; con comida y propinas incluidas.
- ¡Por esa guita también lavamos los platos!
 
La terraza del Armenón y clientes bailando tango
 
Con esta anécdota protagonizada por El Oriental y El Morocho del Abasto, comenzó una carrera musical que duró doce años, hasta que un problema en las cuerdas vocales impidió la continuación de Razzano, voz de tenor perfectamente afinada, mientras que Gardel hacía de barítono. En el Armenonville no sólo se cantaba tango, sino que también se bailaba y se paladeaba una exquisita comida francesa acompañada por excelentes vinos y champán llegado desde Europa. En los carteles publicitarios de la época -los afiches- destacaban la confitería y cocina de primer orden, la entrada para autos y carruaje y la hermosa terraza con jardín, cuajado de farolillos, flores y con olor a orquídeas frescas. El edificio constaba, además, de un gran chalet de estilo inglés, con un salón de baile en la planta baja, tapizado de espejos y coronado por una imponente lámpara de araña. También en 1913, en la orquesta del Armenón debutó Roberto Firpo, que hizo del piano el instrumento conductor. Allí estrenó su tango más famoso, "Alma de bohemio". 
 
En lunfardo, garufa significa "hombre que gusta de la diversión y la fiesta"
 
Como buen templo del pecado, en este cabaret de inspiración parisina no podían faltar los reservados, trastiendas del placer, que creaban una especie de "garçonnière" de lujo (une garçonnière est un petit appartement, généralement un studio, occupé par un homme marié, qui l'utilise pour retrouver ses maîtresses à l'insu de son épouse). Allí, los ciudadanos de clase alta y "decente" podían disfrutar del tango, género obsceno y prohibido, procedente de los arrabales, sin recurrir a la clandestinidad.
 
"Porque hay algo que te vende, yo no sé si es la mirada,
la manera de sentarte, de mirar, de estar parada
o ese cuerpo acostumbrado a las pilchas de percal.
Ese cuerpo que hoy te marca los compases tentadores
del canyengue de algún tango en los brazos de algún gil,
mientras triunfa tu silueta y tu traje de colores,
entre el humo de los puros y el champán de Armenonville"
 
El tango "Margot" fue compuesto en 1921 por Celedonio Flores (letra), José Ricardo y Carlos Gardel (música). Por esas fechas, las luces del Armenonville empezaban a apagarse. El templo del pecado bonaerense, en su apogeo, apenas duró una década... ¡pero qué década, che!

jueves, 30 de mayo de 2013

Bien "mamao" en el Congreso

"Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos..."
(Enrique Santos Discépolo)


Ni apadrina a un niño, ni a un árbol, ni a un chucho callejero. La mejor campaña de todas es "Apadrina a un congresista torpe", puesta en marcha por un empresario de Teruel, que también existe. Desde su página web, se recauda dinero para financiar una correa elástica que impida que sus señorías pierdan el iPad. También puede votarse quién es el congresista más torpe.


"Los ciudadanos, a través de esta iniciativa, pretendemos dar una solución a la pérdida de dispositivos de alta gama. Mediante un dispositivo de seguridad, de sólo 6 euros, queremos evitar que en el futuro los diputados y senadores vuelvan a perder sus dispositivos móviles".

¿Y cómo no van a perder los iPads, las criaturas, si salen del Congreso con una melopea que no se tienen en pie? ¡Si un Gin Tonic Larios subvencionado sale a 3,45€ y un vodka ruso a 5,5€! ¡Vaya pelotazos! Con razón, escribe un usuario de Twitter (@SrDador) que, a 3,45€ el Gin Tonic en la cafetería, cómo cojones queremos que ocupen sus escaños en el Congreso. "A mí me ponen los gintonics a 3,45€ y me encadeno a la barra y no me sacan de la cafetería ni los del 15-M. Como si la prima de riesgo se va a 8.000 puntos que va al escaño a votar su puta madre. Estamos fomentando el alcoholismo en el Congreso por encima de nuestras posibilidades". Este verano debieran convertir la Cámara Baja en el nuevo local de moda de Madrid.

 
Que, por cierto, lo del gintonic (así, todo junto) queda muy trendy pero, de toda la vida de Dios, se le ha llamado ginebra con tónica. Ahora, en muchos bares te pides uno y, entre el pepino, los granos de pimienta, el kiwi, las bayas silvestres, los pétalos de amapola y las cáscaras de naranja, no sabes si te estás bebiendo una copa o una ensalada.


Tras leer informaciones así, de gintonics subvencionados, porque Hacienda somos todos, entran ganas de adaptar el final del tango de Enrique Santos Discépolo:

Esta noticia me ha hecho tanto mal,
que si lo pienso más
termino envenenao.
Esta noche me emborracho bien,
me mamo, ¡bien mamao!,
pa' no pensar.


O éste otro... el cada vez más "actual" Cambalache:
Vivimos revolcaos
en un gintonic
y en un mismo lodo
todos manoseaos...

¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!

 

martes, 19 de febrero de 2013

El torero más arrogante y mejor plantao


"Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
con una vara de mimbre
va a Sevilla a ver los toros.
Moreno de verde luna
anda despacio y garboso.
Sus empavonados bucles
le brillan entre los ojos.
A la mitad del camino
cortó limones redondos,
y los fue tirando al agua
hasta que la puso de oro.
Y a la mitad del camino,
bajo las ramas de un olmo,
guardia civil caminera
lo llevó codo con codo.
 
El día se va despacio,
la tarde colgada a un hombro,
dando una larga torera
sobre el mar y los arroyos.
Las aceitunas aguardan
la noche de Capricornio,
y una corta brisa, ecuestre,
salta los montes de plomo.
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
viene sin vara de mimbre
entre los cinco tricornios.
Antonio, ¿quién eres tú?
Si te llamaras Camborio,
hubieras hecho una fuente
de sangre con cinco chorros.
Ni tú eres hijo de nadie,
ni legítimo Camborio.
¡Se acabaron los gitanos
que iban por el monte solos!
Están los viejos cuchillos
tiritando bajo el polvo.
A las nueve de la noche
lo llevan al calabozo,
mientras los guardias civiles
beben limonada todos.
Y a las nueve de la noche
le cierran el calabozo,
mientras el cielo reluce
como la grupa de un potro".


Este poema de Lorca titulado "Prendimiento de Antoñito El Camborio camino de Sevilla" recuerda a la hermosísima zambra "Antonio Vargas Heredia", compuesta, presuntamente, por Joaquín de la Oliva y Juan Mostazo en 1938 para la película "Carmen la de Triana". Escibe Manuel Francisco Reina: "Existe una polémica soterrada sobre esta copla, ya que hay quienes dicen que su autoría es de Rafael de León, que vendió la letra a los músicos y letristas que luego la registraron. Rafael de León, dada su discreción, nunca dijo nada al respecto de esta letra de factura bellísima".


Antonio Vargas Heredia sí era digno de su raza y estirpe, no como Antonio Torres Heredia, que fue un cobarde y se dejó apresar por la Guardia Civil tras robar limones en el camino de Sevilla.
"Con un clavel grana sangrando en la boca.
Con una varita de mimbre en la mano,
por una verea que lleva hasta el río
iba Antonio Vargas Heredia, el gitano.
Entre los naranjos, la luna lunera
ponía en su frente su luz de azahar.
Y cuando apuntaron las claras del día
llevaba reflejos de verde olivar.

Antonio Vargas Heredia, flor de la raza calé...
Cayó el mimbre de tus manos
y de tu boca el clavel.
De Puente Genil a Lucena,
y de Loja a Benamejí,
las mocitas de Sierra Morena
se mueren de pena llorando por ti.

Era Antonio Vargas Heredia, el gitano,
el más arrogante y el mejor plantao.
Y por los contornos de Sierra Morena
no lo hubo más bueno, más guapo y honrao.
Pero por culpita de una hembra gitana,
su faca en el pecho de un hombre se hundió.
Los celos malditos nublaron sus ojos,
y preso en la trena de rabia lloró".



¿Y quién era este hombre, flor de la raza calé, que volvía locas a las mozas de Sierra Morena? Un torero, por supuesto. En la película "Carmen la de Triana", protagonizada por Imperio Argentina, ella se colaba en el Cuartel de Dragones para llevarle a su Antonio, que estaba preso, algo de tabaco que le aliviara las duquelas. Por avatares del destino, en el tiempo que dura la condena, entre tantas idas y venidas, acaba enamorada de un brigadier. Cuando sueltan a Antonio, la encrucijada de celos está servida. Finalmente, Vargas Heredia muere en el ruedo tras recoger del albero un clavel lanzado por la traicionera Carmen.

 

A causa de las penurias desencadenadas por la Guerra Civil, "Carmen la de Triana", dirigida por Florián Rey y con guión inspirado en la obra de Merimée, fue rodada en Berlín en español y alemán. Allí, la coproducción se estrenó bajo el título de "Andalusische Nächte" y cosechó un enorme éxito.
Las historias de celos y navajazos han cautivado a medio mundo. Si a Antonio Vargas Heredia le hubieran comprado un billete de avión desde Córdoba a Buenos Aires, bien podría haber sido el protagonista del tango "Silbando", de José González Castillo, Sebastián Piana y Cátulo Castillo.
"Una calle... Un farol... Ella y él...
y, llegando sigilosa,
la sombra del hombre aquel
a quien lo traicionó una vez la ingrata moza...
Un quejido y un grito mortal
y, brillando entre la sombra,
el relumbrón
con que un facón
da su tajo fatal..."