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martes, 7 de julio de 2015

El largo y cálido verano

"Calor, amor.
La historia tras la puerta"
(Jorge Guillén)


La actual ola de calor empieza a tener tintes de película... Me refiero a aquel "Largo y cálido verano" ("The long, hot summer") que protagonizaran Paul Newman, Joanne Woodward y Orson Welles en 1958. El actor de perfil griego interpretaba a un buscavidas con fama de pirómano que recalaba en un pequeño pueblo sureño controlado por un cacique, padre a su vez de una atractiva y virginal muchacha. Además de la evidente química entre Newman y Woodward -ella quedó embarazada antes del estreno de la película-, la cinta de Martin Ritt sube varios grados merced a numerosas referencias sexuales y al torso desnudo del protagonista... ¡en CinemaScope! La atmósfera sofocante que empapa el relato no simbolizaba otra cosa que el deseo entre el presunto pirómano y la cándida niña de papá. 


Estos días, en Madrid hace un calor de justicia y quedan pocos Newmans a quien desatar la corbata para sofocarlo. Algunos no soportan los 40 grados y andan enloquecidos. Son los pequeños dramas cotidianos de la gran ciudad.


En julio de 1983, otra ola de calor asoló la República Federal de Alemania. La prensa contaba que toda la población había perdido la cabeza. Éste fue el artículo que escribió el corresponsal de El País en Bonn: "Algunos no soportan el calor y reaccionan enloquecidos. En unos grandes almacenes de la ciudad de Dortmund, un trabajador se metió en los lavabos y salió completamente desnudo par las escaleras mecánicas. En la capital de la baja Sajonia, Hannover, un individuo desnudo se subió a un tranvía, otro se puso a dirigir el tráfico en un cruce de calles, y un tercero recorrió a paso ligero los recintos de una escuela superior

[...] Un joven de 29 años se dedicó a romper huevos sobre el capó del coche porque había leído que eso lo hacían los tanquistas de Rommel en el Afrika-Korps durante la campaña del norte de África y daba buenos resultados. Los huevos quedaron a la plancha en unos de dos minutos […] El diario Bild Zeitung informa de la explosión de 30 televisores por culpa del calor. En las cercanías de Francfort, los bomberos tuvieron que echar una mano a unos automovilistas que quedaron pegados al asfalto de la carretera que se derretía".

Si encuentran huevos a la plancha 
por las calles de Madrid, ya saben el motivo...

sábado, 21 de septiembre de 2013

¿Pero es que queda alguien que aún pida una taza de café con leche?


Nunca el café había estado tan de moda. La archiconocida frase de "a relaxing cup of café con leche" -quizás fruto del azar o una premeditada estrategia publicitaria- se ha impreso ya sobre tazas, camisetas y tiras cómicas, emborrona varias pizarras de todo el país y ha dado pie a un perfil de Twitter.
 
 
Sin embargo, desde que nacieron las cafeteras de cápsulas, tomar café produce cualquier reacción excepto la calma. Decantarse por un sabor ya provoca un auténtico dilema vital. ¿Qué elegir? ¿Un Dulsão do Brasil? ¿Un Rosabaya de Colombia? ¿Un Espresso Arpeggio? ¿Un Indriya from India? ¡El quebradero de cabeza de las capsulitas es mortal! Casi imperceptiblemente, el café solo, el cortado o el manchado han sido expulsados de nuestras vidas.
 
 
Mucho peor son los maceteros de café que sirven en el Starbucks. Últimamente, a las celebrities norteamericanas les gusta dejarse ver por la calle con un tanque de Frappuccino en la mano.
 
 
Así que nada de "relaxing cup". Eso es de antiguos. Para los Juegos Olímpicos de Madrid 2040, ya pueden estar actualizando el eslogan. Quién nos iba a decir que, no hace tanto, este país sólo conocía la achicoria y el torrefacto. ¿Qué habría pensado doña Rosa, en La Colmena de Cela, con esta proliferación de cafés?
 
 


La dueña da media vuelta y va hacia el mostrador. La cafetera niquelada borbotea pariendo sin cesar tazas de café exprés, mientras la registradora de cobriza antigüedad suena constantemente. Algunos camareros de caras fláccidas, tristonas, amarillas, esperan, embutidos en sus trasnochados smokings, con el borde de la bandeja apoyada sobre el mármol, a que el encargado les dé las consumiciones y las doradas y plateadas chapitas de las vueltas. El encargado cuelga el teléfono y reparte lo que le piden.
-¿Conque otra vez hablando por ahí, como si no hubiera nada que hacer?
-Es que estaba pidiendo más leche, señorita. 

-¡Sí, más leche! ¿Cuánta han traído esta mañana?
-Como siempre, señorita: sesenta.

-¿Y no ha habido bastante?
-No, parece que no va a llegar.
-Pues, hijo, ¡ni que estuviésemos en la Maternidad! ¿Cuánta has pedido?
-Veinte más.
-¿Y no sobrará?
-No creo.
-¿Cómo "no creo"? ¡Nos ha merengao! ¿Y si sobra, di?
-No, no sobrará. ¡Vamos, digo yo!
-Sí, "digo yo", como siempre, "digo yo", eso es muy cómodo. ¿Y si sobra?
-No, ya verá como no ha de sobrar. Mire usted cómo está el salón.
-Sí, claro, cómo está el salón, cómo está el salón. Eso se dice muy pronto. ¡Porque soy honrada y doy bien, que si no ya verías a donde se iban todos! ¡Pues menudos son!
Los camareros, mirando para el suelo, procuran pasar inadvertidos.
-Y vosotros, a ver si os alegráis. ¡Hay muchos cafés solos en esas bandejas! ¿Es que no sabe la gente que hay suizos, y mojicones, y torteles? No, ¡si ya lo sé! ¡Si sois capaces de no decir nada! Lo que quisierais es que me viera en la miseria, vendiendo los cuarenta iguales. ¡Pero os reventáis! Ya sé yo con quienes me juego la tela. ¡Estáis buenos! Anda, vamos, mover las piernas y pedir a cualquier santo que no se me suba la sangre a la cabeza.
Varias relaxing cups para ellos y ellas
 

martes, 30 de julio de 2013

En busca del mejor helado del mundo


Los señores eurodiputados, que están en todo y son unos linces, han aprobado la creación del Día Europeo del Helado Artesano. ¿Y qué fecha han elegido para tan veraniego motivo? El 24 de marzo, coincidiendo con el deshielo y la Semana Santa. Euro-parajódico.
 
 
Dicen que, gracias a los helados, 300.000 personas tienen un puesto de trabajo en el Viejo Continente, donde existen unas 50.000 heladerías. Un poco más hacia el este, en Rusia, también se pirran por los helados. No en vano, el pasado mes de abril, la cadena de yogurt helado Llaollao abrió su primer establecimiento en San Petersburgo y amenaza con montar otro chiringuito en Moscú. ¿Se imaginan ustedes saboreando una tarrina en plena Plaza Roja, a quince grados bajo cero? Curiosamente, el país más heladero del planeta es Nueva Zelanda, seguido de Estados Unidos, Australia y Suiza. ¿Cuál es el sabor más consumido? El de vainilla. ¿Y dónde sirven el mejor helado del mundo? Sobre esta cuestión transcendental debaten cada dos años en Rímini, durante la Coppa del Mondo della Gelateria.
 
Ante Paul Newman no sólo se derriten los helados

Mi hermana antropófago, cada verano, elabora un ranking con sus helados favoritos (la vainilla le parece una simpleza). Todas las tardes camina hasta una heladería de Punta del Moral llamada Popeye y, tras un detenido estudio de las neveras -la que acoge las Cremas Artesanas y las Cremas Premium-, elige un sabor, que luego puntúa con extrema severidad. El top five está compuesto por: "Philadelphia con fresas", "Bombón Noisette", "Limón Glacé", "Fresas con fresitas" y "Chocolate Fondant". Este verano le voy a dar una alegría porque en Popeye hay tres sabores de estreno: "Triple Mix", "Cacahuetes con trocitos caramelizados" y "Crème Brûlée". También he visto por ahí un "Pink Pastel" que me huele a Pantera Rosa y, conociendo su afán catador, seguro que cae.

 
Hasta no hace mucho, en este país subsistíamos con fresa, nata, vainilla y chocolate. Teníamos menos sabores, pero valores más sólidos... y menos eurodiputados:

Manuela la del puesto vendía los helados que ella misma hacía en su casa. Algunas tardes, antes de que con su pregón se acabara solemnemente la siesta en el pueblo serrano del veraneo, íbamos a verla hacer los helados. Era una mágica barrica de corcho, sobre la que tenía colocada una manivela con la que dos aspas daban dentro vueltas a la dulce melaza del helado de vainilla, oloroso y amable, como el barrunto de aquel pregón que poco después estaría por las esquinas proclamando la hora del paseo de la tarde, pescadoras recién planchadas y bicicleta con guardabarros niquelados:
--- ¡ Hay mantecado helado, qué riquillo es...!


Hermana antropófago con su tarrina Bombón Noisette:imagen de la felicidad, inquebrantable al paso del tiempo, que proporciona un helado de chocolate

martes, 29 de enero de 2013

"Pornolectoras", con taconazo y a lo loco

"Jamás hubo joven casta que hubiese leído novelas"
(Rousseau)

Mientras limpiaba y preparaba un cuenco con fresas (¡benditos manjares de la primavera que, aunque casi insípidos, regresan anunciando días más cálidos!), escuché en la radio que, en España, cada vez somos más "pornolectoras". Oh là là!  ¿Lo cuálo? El feliz descubrimiento ha sido obra de una crítica italiana, Francesca Serra, que ha publicado un libro titulado "Las buenas chicas no leen novelas". Según esta señora, cuyas majaderías sazonaron las insulsas fresas de invernadero, todas las lectoras vivimos dentro de "un sistema sexualizado de la cultura del libro" que nos supera: "los hombres leen con la cabeza, haciendo uso, en esencia, de la razón, mientras que las pornolectoras lo hacen desde la pasión y el consumo voraz, desde el útero, por decirlo de una forma drástica y rápida. Llevamos tres siglos siendo pornolectoras, al final nos convertimos, aunque no queramos".  

Una "pornolectora" en potencia

Eché un vistazo rápido a los libros de mi alrededor, esparcidos por el salón: "Viaje a los toros del sol" de Navalón, "Historia de una finca" de los hermanos De las Cuevas, "Las cosas del campo" de José Antonio Muñoz Rojas, las obras completas de Fernando Villalón, algún número de Tierras Taurinas... Mi involuntaria conversión a "pornolectora" no parecía inminente, pero empecé a preocuparme.

Marilyn, enfrascada con el Ulyses

Sin duda, la "pornolectora" número uno a lo largo de la Historia ha sido Emma Bovary, y alcanzar su frenesí parece complicado. Otra lectora tan histérica como compulsiva, fue nuestra Anita Ozores, "La Regenta", muy partidaria de las Confesiones de San Agustín y la vida de Santa Teresa, porno duro: "Había él visto perfectamente a la Regenta, una guapísima señora, pasearse, leyendo un libro, por su huerta..." (Leopoldo Alas "Clarín").

Marilyn hace pesas tras leer un capítulo de Ana Karenina

Sin embargo, la lectora más hermosa y serena de todas las épocas, como una diosa intemporal,  es Lara Antipova, desde la biblioteca de Yuriatin:

"Un día decidió ir a la biblioteca […] Ensilló el caballo, aseguró las bridas con vigor: era la primera vez que montaba desde que llegaron a Varýkino […] Entonces lo supo, siempre lo había sabido en el apenas formulado deseo que se agazapaba en el talud de su conciencia y clavó con ímpetu las rodillas en los ijares del animal ya en un rapto de impaciencia, devorado por una pasión sorda que zumbaba en sus oídos y el mundo a su alrededor se oscureció con el galope, permaneciendo únicamente el fanal que lo orientaba hacia ella, esa única luz que había brillado en sus días desde aquél ya lejano que la viera partir, no por distante ahora, sofocada a lo largo de su exilio de frío y estepa durante el cual nunca dejó señalarle el camino de vuelta. Ahora lo sabía, los cañones de la revolución y el odio no podrían apagar la luz, porque esa luz en pétalos desatada vivía más allá de todo y de todos, de las convulsiones de la Historia y sus veleidades criminales, de sus deberes y vocaciones, de sus miedos" (Boris Pasternak).


Las "pornolectoras" de hoy, sin embargo, no leen Madame Bovary, ni La Regenta ni Doctor Zhivago: todas guardan en el cajón de su mesilla las "Cincuenta sombras de Grey". Tengo una amiga -poco aficionada a los libros- que, tras devorar la trilogía, me dijo que esta "obra" le había cambiado la vida. Menos mal que en todas partes leo que sólo se trata de "porno soft"...


"Intimidada por las peculiares prácticas eróticas y los oscuros secretos del atractivo y atormentado empresario Christian Grey, Anastasia Steele decide romper con él y embarcarse en una nueva carrera profesional en una editorial de Seattle. Pero el deseo por Christian todavía domina cada uno de sus pensamientos, y cuando finalmente él le propone retomar su aventura, Ana no puede resistirse. Reanudan entonces su tórrida y sensual relación, pero mientras Christian lucha contra sus propios demonios del pasado, Ana debe enfrentarse a la ira y la envidia de las mujeres que la precedieron, y tomar la decisión más importante de su vida".

Paul Newman: lectura erótica

El gusto por el sado del tal Grey está dando bastante que hablar. La coordinadora del Instituto de la Mujer de Huelva, Rosario Ballester, ha dicho que "leer a Grey es el primer síntoma de maltrato a la mujer". No contenta con eso, ha afirmado que otra de las causas de la violencia machista es llevar "taconazos". Éste es el perfil de doña Rosario en Badoo, conocida red social de citas y contactos a través de Internet:


Rosario, de 63 años y defensora del zapato plano,
busca al amor de su vida en Badoo

lunes, 1 de octubre de 2012

La evolución masculina: de tipo duro a oso de peluche

Un amigo se lamenta porque no tiene éxito con las mujeres. Entre copa y copa suele preguntarme: «¿por qué todas me veis como un oso de peluche?». Para explicar los motivos por los que nos atraen los tipos duros habría que remontarse a la noche de los tiempos, con el cavernícola cazador y su corte de trogloditas esperándole en la caverna. La modernidad, en cambio, produce hombres blanditos, muy bien afeitados o directamente barbilampiños, que han pasado de los Boy Scouts a la Sociedad Protectora de Mascotas Indefensas. Y, por si fuera poco, cocinan sushi. Antropológicamente, estos hombres -muy bien vistos por la sociedad- están en las antípodas del centro gravitatorio femenino. Las mujeres nos sentimos visceralmente atraídas por hombres indomables, caballerosos pero nunca edulcorados, con cierta dósis de egolatría, rebeldes, misteriosos y poco habladores. Existe la creencia popular -fomentada, sin duda, por los osos de peluche- de que las mujeres que buscan tipos duros tienen baja la autoestima y así se rebelan contra la figura paterna. Chorradas de frustrados. Todo es mucho más sencillo y primitivo. Los hombres se diferencian hasta por la mirada: unos, la mayoría, la tienen ajuampedrada y otros, cada vez menos, santacolomeña.

Vuelvo a recurrir a la estantería de auto-ayuda, donde lo explican todo magistralmente. Escribe una tal Carole Liebermann, autora del libro "Tipos malos: ¿por qué los queremos y por qué los dejamos": «Ellos son impredecibles, deshonestos, o incluso groseros, pero estos sinvergüenzas tienen un enorme atractivo para nosotras: un extremo erótico peligroso que es difícil de resistir». Lo aseguran hasta en las revistas científicas: los tipos malos consiguen más mujeres que los "pelucheros".

«A las mujeres lo que les gusta de mí es que, en mi boca, incluso es ilegal el Padre Nuestro. En mí las mujeres ven una mezcla de perversidad e higiene. Les vuelve locas la idea de complicarse la vida con un tipo en cuyas manos huelen juntos el jabón de tocador y el tufo de la baraja. Para algunas mujeres, los tipos como yo somos como un incendio en el que sólo valiese la pena jugarse la vida para salvar el fuego» (José Luis Alvite).

Si bien a mis amigos les recomiendo que se conviertan en tipos duros, a mis amigas les desaconsejo que se enamoren de ellos. Ya lo advertía Rafael de León en su segundo soneto de amor:


«Me avisaron a tiempo: ten cuidado,
mira que miente más que parpadea,
que no le va a tu modo su ralea,
que es de lo peorcito del mercado.

Que son muchas las bocas que ha besado
y a lo mejor te arrastra en su marea
y después no te arriendo la tarea
de borrar el presente y el pasado.

Pero yo me perdí por tus jardines
dejando que ladraran los mastines,
y ya bajo la zarpa de tus besos

me colgué de tu boca con locura
sin miedo de morir en la aventura,
y me caló tu amor hasta los huesos».

Los tipos duros soportan especialmente mal el paso de los años y, obsesionados con no envejecer, suelen caer en el rídiculo. La vida no entiende de sexos y pasa factura por igual a las mujeres fatales y a los muchachos calavera, sea en la copla o en el tango (éste, por cierto, compuesto por Carlos Viván).


«Berretines locos de muchacho rana
me arrastraron ciego en mi juventud,
en milongas, timbas y en otras macanas
donde fui palmando toda mi salud.
Mi copa bohemia de rubia champaña
brindando amoríos borracho la alcé.
Mi vida fue un barco cargado de hazañas
que junto a las playas del mal lo encallé.

¡Cómo se pianta la vida!
¡Cómo rezongan los años
cuando fieros desengaños
nos van abriendo una herida!
Es triste la primavera
si se vive desteñida...
¡Cómo se pianta la vida
del muchacho calavera!

Los veinte abriles cantaron un día
la milonga triste de mi berretín
y en la contradanza de esa algarabía
al trompo de mi alma le faltó piolín.
Hoy estoy pagando aquellas ranadas,
final de los vivos que siempre se da.
Me encuentro sin chance en esta jugada...
La muerte sin grupo ha entrado a tallar...»

Y para cerrar con los tipos duros, "Ventarrón", con letra de José Horacio Staffolani y música de Pedro Maffia. Canta también, con su voz grave de hombre, pasional, irresistible, el "Polaco" Goyeneche.


«
Por tu fama, por tu estampa,
sos el malevo mentado del hampa;
sos el más taura entre todos los tauras,
sos el mismo Ventarrón.

¿Quién te iguala por tu rango
en las canyengues quebradas del tango,
en la conquista de los corazones,
si se da la ocasión?

Entre el malevaje,
Ventarrón a vos te llaman...
Ventarrón, por tu coraje,
por tus hazañas todos te aclaman...

A pesar de todo,
Ventarrón dejó Pompeya
y se fue tras de la estrella
que su destino le señaló.

Muchos años han pasado
y sus guapezas y sus berretines
los fue dejando por los cafetines
como un castigo de Dios.

Solo y triste, casi enfermo,
con sus derrotas mordiéndole el alma,
volvió el malevo buscando su fama
que otro ya conquistó.

Ya no sos el mismo,
Ventarrón, de aquellos tiempos.
Sos cartón para el amigo
y para el maula un pobre cristo.

Y al sentir un tango
compadrón y retobado,
recordás aquel pasado,
las glorias guapas de Ventarrón»