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jueves, 6 de junio de 2013

Caravanas en camino

 
"Lo que cuenta no es el destino, sino el camino que se recorre..."

 
"Somos señores de los campos, de los sembrados, de las selvas, de los montes, de las fuentes y de los ríos. Los montes nos ofrecen leña de balde; los árboles, frutas; las viñas, uvas; las huertas, hortaliza; las fuentes, agua; los ríos, peces, y los vedados, caza; sombra, las peñas; aire fresco, las quiebras; y casas, las cuevas. Para nosotros las inclemencias del cielo son oreos, refrigerio las nieves, baños la lluvia, músicas los truenos y hachas los relámpagos. Para nosotros son los duros terreros colchones de blandas plumas: el cuero curtido de nuestros cuerpos nos sirve de arnés impenetrable que nos defiende; a nuestra ligereza no la impiden grillos, ni la detienen barrancos, ni la contrastan paredes; a nuestro ánimo no le tuercen cordeles, ni le menoscaban garruchas, ni le ahogan tocas, ni le doman potros" (Miguel de Cervantes, fragmento de La Gitanilla).
 
 
"La tribu profética, de pupilas ardientes
Ayer se ha puesto en marcha, cargando sus pequeños
Sobre sus espaldas, o entregando a sus fieros apetitos
El tesoro siempre listo de sus senos pendientes.

Los hombres van a pie bajo sus armas lucientes
A lo largo de los carromatos, donde los suyos se acurrucan,
Paseando por el cielo sus ojos apesadumbrados
Por el nostálgico pesar de las quimeras ausentes.

Desde el fondo de su reducto arenoso, el grillo,
Mirándolos pasar, redobla su canción;
Cibeles, que los ama, aumenta sus verdores,

Hace brotar el manantial y florecer el desierto
Ante estos viajeros, para los que está abierto
El imperio familiar de las tinieblas futuras".
 
(CHARLES BAUDELAIRE)




"Vengo del norte,
donde forjan el hierro, trabajan las rejas,
hacen las cerraduras, los arados,
las armas incansables,
donde las grandes pieles de oso
cubren paredes y lechos,
donde la leche espera la señal de los astros,
del norte donde toda voz es una orden,
donde los trineos se detienen
bajo el cielo sin sombra de tormenta.
Voy hacia el este,
hacia los más tibios cauces
de la arcilla y el limo
hacia el insomnio vegetal y paciente
que alimentan las lluvias sin medida;
hacia los esteros voy, hacia el delta
donde la luz descansa absorta
en las magnolias de la muerte
y el calor inaugura vastas regiones
donde los frutos se descomponen
en una densa siesta
mecida por los élitros
de insectos incansables.
(ÁLVARO MUTIS)


"Me iba, con los puños en mis bolsillos rotos...
mi chaleco también se volvía ideal,
andando, al cielo raso…
[…] Y rimando, perdido, por las sombras fantásticas,
tensaba los cordones, como si fueran liras,
de mis zapatos rotos, junto a mi corazón".
(ARTHUR RIMBAUD)

Pinturas de Van Gogh, Manet, Singer Sargent y Nonell
 

lunes, 11 de febrero de 2013

El Viti... "The Matador" en clave de jazz


"You heard of the great El Viti? The bullfighter [Santiago Martin Sanchez]. Well, I'd written a tune about El Viti, and Duke said, 'Let's put [trumpeter] Cat Anderson on that'. Well, not long after, Duke was playing Barcelona and El Viti was in the house, and Duke said, 'This tune is for the great El Viti'. He later recorded it at the Cannes festival, but he changed the name to 'El Matador'".

Gerald Wilson, músico de jazz autor de "El Viti"

Son palabras de Gerald Wilson, compositor nacido en Misisipi en 1918, arreglista y director de Big Bands que, en los años 60, trabajó con el Duque del jazz, el gran Duke Ellington. Conoció el mundo de los toros a través de la familia de su mujer, que era mexicana, y en la temporada de 1965 quedó prendado con la tauromaquia sobria del maestro charro. Probablemente, asistió a la corrida del Viti en La Monumental azteca el 4 de marzo, donde le concedieron la preciada Oreja de Oro por su faena a "Limoncito" de la ganadería Las Huertas. Aquella tarde, Su Majestad alternó con Alfredo Leal, Antonio del Olivar, Victoriano Cuevas, El Cordobés y Gabino Aguilar.

Noticia publicada en "El Ruedo" en enero de 1965,
dos meses antes de que El Viti revolucionara México

Un año después, en 1966, Wilson compuso la pieza "El Viti" y Duke la estrenó en Barcelona -ciudad muy taurina en aquellos tiempos- el 25 de enero. En el verano de ese año, la banda hizo una gira por el sur de Francia donde, probablemente, varios de sus integrantes asistieron a alguna corrida de toros, ya que Wilson estaba cada vez más fascinado con el mundillo. Durante el festival de Cannes, el prestigioso trompetista Cat Anderson volvió a interpretar "El Viti", rebautizada como "The Matador", en un concierto en directo. Gracias a aquella actuación, que fue grabada, el tema ha llegado hasta nuestros días.


Portada del disco donde se encuentra "El Viti The Matador"

Entre los músicos que participaron en la gira de Ellington por la Costa Azul, Wilson no era el único aficionado; también se encontraba el trompetista Michel Bonnefond, apodado "Belice", uno de los fundadores de la peña taurina de Dax, además de partidario del Viti y Bienvenida.  Resultaba frecuente verlo torear de salón por los bares de Dax cuando estaba borracho. Su especialidad era el Kikiriki.


¿Llegaron a conocerse Ellington y El Viti?

Por aquellos años, Wilson, también le compuso piezas a Paco Camino, Carlos Arruza y José Ramón Tirado; sin embargo, sólo "El Viti, The Matador" sobrevivió al paso del tiempo gracias, indudablemente, a la popularidad de Ellington y su banda. Fue un tema de jazz de un Duque para Su Majestad. Palabras mayores.   

The Duke sobre la "barrera" de su piano

Coda: Me cuenta Xavier Gonzalez-Fisher, que es un sabio, que Gerald Wilson continúa asistiendo con frecuencia a las reuniones de "Los aficionados de Los Ángeles", la peña más antigua de Estados Unidos.

sábado, 13 de octubre de 2012

Hopper: alegoría de la soledad

Josephine Nivison dijo sobre su marido, el pintor Edward Hopper: "Hablar con él es como tirar una piedra a un pozo, solo que no suena un golpe cuando llega al fondo". En silencio, fueron un matrimonio feliz durante más de 40 años, hasta que él falleció en 1967. Parecían incompatibles, cuando, en realidad, eran inseparables. Ciertos silencios hacen más y mejor compañía que multitudinarias tertulias.

Duke Ellington interpreta "Solitude" (1934)

"Una pareja descansa en el salón de su casa. Se trata de una escena de tranquilidad doméstica en la cual un hombre y una mujer se dejan absorber por sus propios pensamientos y parecen cómodos en el encierro de su pequeño apartamento. Pero ¿están realmente cómodos? Se trata de uno de esos momentos muertos que son más característicos de nuestras vidas de lo que estamos dispuestos a reconocer. El aislamiento puede florecer en compañía de otro. El hombre y la mujer están atrapados, fijos en un equilibrio triste. Nuestra mirada se dirige a un punto entre los dos, a la puerta, que no se ha cerrado para cada uno, sino para ambos a la vez".


"En los cuadros de Hopper se encuentra el cuestionamiento de nuestro modo de afrontar el tiempo: qué hacemos con él y qué hace él de nosotros. En muchos cuadros de Hopper hay una espera aconteciendo. La gente a la que Hopper pinta parece no tener nada que hacer. Son como personajes que se hubiesen quedado sin un papel que desempeñar, y ahora, atrapados en el espacio de su espera, deben hacerse compañía, sin lugar adonde ir, sin futuro".


"La gente mira al vacío: parecen estar en cualquier parte menos en donde efectivamente se encuentran, perdidos en un misterio que los cuadros no pueden revelarnos y que solo podemos intentar adivinar. Es como si fuésemos testigos de un acontecimiento que somos incapaces de nombrar. Sentimos la presencia de lo que permanece oculto [...] Hopper ejerce su poder sobre nosotros con extraordinario tacto: dándole forma a la privacidad, otorgándole un espacio donde pueda ser atestiguada sin ser violada. Las habiaciones de Hopper son tristes refugios del deseo".


"Cine de Nueva York. En uno de los lados del cuadro vemos a una acomodadora sumergida en sus pensamientos. En el otro, a unos cuantos espectadores viendo una película. La elección de la acomodadora, la privacidad en lugar de la pantalla iluminada, su introversión, se gana nuestra simpatía... ¿No es cierto que sólo somos capaces de mirar realmente cuando apartamos la mirada de lo que está frente a nosotros y la dirigimos a nuestro interior? Es en la intimidad de nuestros pensamientos donde retenemos las imágenes, y donde éstas, eventualmente, pasan a formar parte de nuestro conocimiento del mundo".

(Textos: Mark Strand)