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viernes, 16 de enero de 2015

Midnight Reverie, 86% cacao

De su último viaje a San Francisco, mi amiga Elena me ha traído de regalo una tableta de chocolate con un nombre más que sugerente: "Midnight Reverie, 86% cacao". La joya pertenece a la casa Ghirardelli, división estadounidense de la chocolatera suiza Lindt, mi marca favorita.
 
 
Domingo Ghirardelli tiene una historia apasionante, casi de película. Hijo de un comerciante de especias en Génova, vino al mundo en la comuna italiana de Rapallo en 1817. Ya de adolescente, Domingo se adentró en el fascinante mundo del chocolate. Cuando cumplió la veintena, se mudó a Sudamérica, primero a Uruguay y después a Perú, en cuya capital, Lima, abrió una confitería. En 1850, volvió a trasladarse, esta vez a San Francisco, donde aprovechó la Fiebre del Oro que, por aquellos años, enloquecía a media California. Dos años después, Domingo había ahorrado el dinero suficiente para fundar la Ghirardelli Chocolate Company, convirtiéndose así en el mejor chocolatero de San Francisco. Cuando falleció, con 77 años, fue enterrado en Oakland. 
 
 
Curiosamente, el terrible terremoto que asoló San Francisco en 1906 apenas dañó la empresa Ghirardelli, que retomó la producción diez días después del desastre. Los dioses son misericordiosos ante un chocolate tan bueno. Gracias por tu delicioso regalo, Elena.
 

jueves, 25 de diciembre de 2014

¡Feliz Navidad!

[...] Las felicitaciones de los trabajadores de oficios públicos eran repartidas por estos con la manifiesta intención de obtener una gratificación [...] Serenos, panaderos, lecheros, electricistas, aprendices, barberos, repartidores de periódicos y otros trabajadores felicitaban las Pascuas por medio de tarjetas con una estética propia muy característica. En la mayor parte de dichas tarjetas destaca la figura del trabajador con uniforme de gala, como en el caso del sereno, o con atuendo de trabajo mientras desempeñan las tareas propias de su oficio; en un segundo plano aparecen escenas de la Natividad, alimentos y bebidas típicos de estas fiestas: turrón, pavo, uvas, champán, etc. [...] Las fórmulas o frases de felicitación son casi siempre las mismas y están impresas o estampadas en el anverso de la tarjeta: "El cartero felicita a usted las Pascuas de Navidad” o "El farolero les desea Felices Navidades”; mientras que el texto anverso con el que el trabajador pide el aguinaldo hace referencia a las peculiaridades de cada oficio (El Blog de la Biblioteca Nacional).
 
 
Siempre cantando la hora,
que es mi tema favorito,
soy el reloj del distrito
de la noche hasta la aurora.
Con buen tiempo o tiempo vario,
bajo la lluvia o el trueno,
aquí está siempre el Sereno
que fiel sirve al vecindario.
Si necesario se hace,
llamo a la comadrona
o a cualquier otra persona
si a alguno satisface.
Listo llamo a la botica;
voy tras el médico en pos,
y canto ¡a la una... a las dos!...
que así el Sereno se explica.
Y con tanto ir y venir,
tanto correr y cantar,
voyme luego a descansar,
y un rato poder dormir.
Pero yo espero, señores,
señoritas y señoras,
que por cantar tantas "horas"
me colmarán de favores.
Que en esta festividad
sus mercedes solicito;
por eso les felicito
la Pascua de Navidad.
 
(El Sereno del Barrio)

viernes, 5 de diciembre de 2014

"Polvillo" nos desea Feliz Navidad


Definitivamente, ha llegado la Navidad. Y no porque hayan inaugurado el alumbrado, ni porque lo diga el Corte Inglés, sino porque la Panadería Polvillo, "nuestro buen pan de cada día" desde 1941, ha sacado su cartel para felicitarnos las fiestas. Con el objetivo que venga al mundo con un pan debajo del brazo, Polvillo, panaderos de garantía, obsequian al Niño con una amplia variedad de bollos: vienas, molletes, chapatas, andaluzas, baguettes...

 
Para entonar el estómago, en Polvillo también han inventado el "Pan de Navidad", que lleva frutas escarchadas y pepitas de chocolate.

 
Esta pequeña empresa nacida en Salteras por el maestro panadero don Fernando Polvillo García, y que ya distribuye pan congelado en todo el país, desarrolla unas estrategias de marketing mucho más eficaces que las usadas en la mayoría de las multinacionales. La pasada primavera, sacaron al mercado el "Chocovillo". Cuando le pregunté a la tendera de Polvillo qué era eso, me respondió salerosa: "Pues pan con chocolatillo". ¡Olé!

 
Tienen ofertas verdaderamente rompedoras, como el "Desayuno escolar", que consiste en un bocata (de chorizo, salchichón, mortadela, choped de ternera, fiambre de York o foie-grás), más una bolsa de patatas fritas, más una bebida (zumo, batido, Kas o Pepsi), por 1,25€. ¿Quién da más por menos?

 
Ha llegado la Navidad a Polvillo y, tal como está la economía, en Nochebuena, más de uno cenaremos el "Desayuno escolar". Que no anda el horno pa´muchos bollos.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Las circunstancias del chocolate

"Yo soy yo y mi circunstancia..." (Ortega y Gasset)
 
En cierta ocasión leí que cada circunstancia en la vida exige una variedad distinta de chocolate. El autor sostenía que existían momentos "chocolate blanco", sosos y sin sorpresas; momentos "chocolate con leche", llenos de dulzor y ternura; y momentos "chocolate negro", fuertes, intensos y apasionantes, a veces amargos. En ocasiones, surgen imprevistos, como los tropezones de avellanas o almendras, que pueden sorprender y seducir, pero también desagradar. En una onza de chocolate, se esconde el aroma de viajes pasados, recuerdos de la infancia, promesas de felicidad.
 
 
A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, cuando Europa aún no presentía el amargor de la Primera Guerra Mundial, el chocolate inspiró en Francia una maravillosa cartelería publicitaria.
 
Carteles de 1890 a 1911
 
Acertó aquel autor sobre las circunstancias de la vida y el chocolate porque, en 1921, tras la Gran Guerra, la publicidad de Grande-Trappe se volvió mucho más lúgubre. Los niños dejaron de comer tabletas de chocolate con leche.
 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Cuando las mujeres empezaron a llevar "minis" y pantalones (1960-1969)

Jacqueline Kennedy fue el ideal de la elegancia durante los primeros años de la década de los 60. Jackie fue una gran conocedora de la costura europea, pero como primera dama de Estados Unidos eligió al americano Oleg Cassini para diseñar su indumentaria. Se le conoció por sus trajes sencillos, sus vestidos de tubo, sus casquetes y sus sobrios pero elegantes vestidos de noche.

 
En la misma época, Audrey Hepburn tenía un estilo juvenil y sofisticado vestida por Hubert de Givenchy en su papel de Holly Golightly en Desayuno con diamantes. El "petite robe noire" había sido introducido por Chanel en 1926, pero la versión glamourosa de Givenchy inspiró el traje de cóctel para varias generaciones de mujeres.

 
La falda con vuelo de la década de 1950 seguía estando de moda, sin embargo, a mediados de los 60 Cardin y Balenciaga introdujeron nuevas formas que modernizaron la silueta femenina. Adré Courrèges lanzó una colección ultramoderna de temática espacial. Úrsula Andress, con un biquini blanco, y Sean Connery, con sus trajes entallados, marcaron tendencia en la primera película de James Bond, 007 contra el Dr. No, de 1962.

 
La moda de la década, como la política, cambió drásticamente su rumbo en 1965. La modelo Jean Shrimpton impresionó a los espectadores del Victoria Derby en Melbourne (Australia) al aparecer con falda corta y sin guantes. Mientras, los 3.500 marines recién llegados a Vietnam señalaban el comienzo oficial de un conflicto que pronto dividiría a la nación. Ese mismo año, se fundó la Organización Nacional para la Mujer en Estados Unidos y el musical Hair debutó en Broadway. Twiggy, con su delgadez y su corte de pelo andrógino, comenzó su carrera de modelo en Londres como la cara del "Swinging Look" y la diseñadora inglesa Mary Quant introdujo las faldas que llegaban a unos 15 centímetros por encima de la rodilla en una boutique londinense, Bazaar.

 
La película de 1965 Doctor Zhivago inició una tendencia de moda rusa en la que las mujeres se ponían grandes abrigos tres cuartos, sombreros de piel y botas militares, que pasaría sin transición a las tendencias gitanas y renacentistas. Los peinados femeninos ahuecados y con las puntas hacia fuera dieron pie a estilos más largos y naturales. Por otro lado, los hombres jóvenes optaron por llevar el pelo más largo y dejarse crecer el pelo facial.

 
Si bien la segunda parte de la década estuvo dominada por un mercado juvenil y una moda inspirada en la calle, los grandes diseñadores continuaban redefiniendo el mercado de lujo. En 1966, Yves Saint Laurent, protegido y sucesor de Christian Dior, introdujo "Le Smoking", es decir, el corte de esmoquin para señora, al que pronto seguiría su colección safari. Sus populares trajes facilitaron la liberación de las mujeres, que ahora llevaban pantalones, y muy a gusto.

Anuncios de moda en la década de 1960-1969:

martes, 28 de octubre de 2014

De la almendra dulce al "nougat"

A finales de octubre y primeros de noviembre, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, las calles se llenan de castañeros. Un otoño más, llegamos a la época de los frutos secos: castañas asadas por supuesto, pero también nueces, piñones, pistachos y almendras.
 
 
Durante estos días, en la ciudad francesa de Montélimar, preparan su famoso "nougat", un dulce hecho con claras de huevo, azúcar, miel de lavanda y almendras dulces recolectadas en el valle del Ródano.
 
 
Al término del siglo XVI, el agrónomo e infatigable viajero Olivier de Serre plantó los primeros almendros en el sur de Francia, procedentes de Asia Occidental. Poco después, inspirado por las recetas árabes que se susurraban por el puerto de Marsella, un panadero de Montélimar tuvo la feliz idea de mezclar la almendra con la miel, creando una pasta, parecida al turrón, que llamaron "nougat". Los lingüistas buscan el origen de esta palabra en el nombre latino del pastel de nueces, "nux gatum" o "nucatum", aunque en los alrededores de Montélimar cambiaron las nueces por las almendras. Para dar a conocer su producto, los pasteleros regalaron enormes cantidades de "nougat" a todas las personalidades que viajaban al valle del Ródano, entre ellos, los duques de Borgoña y Berry, que cargaron con un quintal de "nougat" (100 kilos) hasta París. Así, en el año 1778, se fundó la primera fábrica de este aromático "turrón francés" y, en 1837 abrió sus puertas la casa Arnaud Soubeyran, que funciona en la actualidad. Sin embargo, fue Emile Loubet, alcalde de Montélimar y posterior presidente de la República en 1899, quien disparó las ventas del "nougat" en toda Francia con la construcción de la línea ferroviaria.
 
 
Una bonita leyenda cuenta que el término "nougat" no procede de "nux gatum", sino de la expresión "Tu nous gâtes!" ("¡Cómo nos mimas!"), que exclamaban los nietos del valle del Ródano a sus abuelos cuando elaboraban este praliné con almendras de la región.