Mostrando entradas con la etiqueta Antonio López. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Antonio López. Mostrar todas las entradas

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Farewell to you, indian summer

Tutto ricominciò con un'estate indiana...
 
 
Vivimos las últimas horas del "verano indio" ("indian summer"), una expresión anglosajona que describe los primeros días del otoño, cuando aún luce el sol y la temperatura continúa siendo veraniega. En España bautizamos este fenómeno como "veranillo de San Miguel" (festividad que se celebra el 29 de septiembre), "veranillo de San Martín" (11 de noviembre) o "veranillo del membrillo". Lo del membrillo está claro porque, durante estos días, se recolecta el fruto ya amarillo, símbolo del amor y la fecundidad en la Grecia Clásica. No en vano, los recién casados debían comer uno antes de entrar en la habitación nupcial. "Por el veranillo de San Miguel están los frutos como la miel".
 
 
Sin embargo, el origen histórico del término "indian summer" resulta confuso. La teoría más poética asegura que proviene de la expresión "indian giver" (algo así como "el indio que da"), refiriéndose a alguien que regala algo pero que después lo exige de vuelta. Por ello, la temperatura veraniega durante los primeros días del otoño es sólo un regalo pasajero de algún indio tornadizo. Con razón, otro refrán popular reza: "indio comido, indio ido".
 
 
Summer, you old indian summer,
You´re the tear that comes after june-times laughter,
You see so many dreams that don't come true,
Dreams we fashioned when summertime was new.


Cantaba melancólico Sinatra: "verano, tú, viejo verano indio, eres el rasguño que viene tras las risas de junio, ves tantos sueños que no se han hecho realidad, sueños que forjamos cuando el verano era nuevo". Farewell to you, indian summer.
 
 

domingo, 3 de febrero de 2013

Madrid en las tardes de partido

Las tardes de fútbol son las mejores para pasear por Madrid. No hablo de una vulgar tarde de fútbol, sino de ésas "históricas" que se celebran cinco o seis veces al año y baten todas las marcas de audiencia televisiva, como la del pasado miércoles, sin ir más lejos. Las mejores se producen cuando juega la Selección Española, a la que últimamente llaman "La Roja", porque está mal visto decir España... Pues yo lo digo, así, con todas sus letras: ES-PA-ÑA. Total, que cuando juega la Selección o eso que los cursis llaman "Clásico" -que no es una tostada de tomate con jamón ni una película de Fritz Lang, sino un Real Madrid-Barça- la ciudad se vuelve una delicia, con sus grandes avenidas tan íntimas y solitarias. Al igual que la belleza de una persona aumenta cuando la vemos en soledad, Madrid, siempre hermoso, se enaltece en las tardes de partido. Algunas calles parecen un cuadro de Antonio López.


"La mañana era hermosa, en todo idéntica a tantas mañanas madrileñas en las que la cínica candidez del cielo pretende hacer ignorar las lacras estruendosas de la tierra" (Luis Martín Santos)


"La mañana sube, poco a poco, trepando como un gusano por los corazones de los hombres y de las mujeres de la ciudad; golpeando, casi con mimo, sobre los mirares recién despiertos, esos mirares que jamás descubren horizontes nuevos, paisajes nuevos, nuevas decoraciones. La mañana, esa mañana eternamente repetida, juega un poco, sin embargo, a cambiar la faz de la ciudad, ese sepulcro, esa cucaña, esa colmena..." (Camilo José Cela).

Y cuando acaba el partido, la ciudad vuelve a llenarse de coches y personas, como si una presa se hubiera roto y el caudal bajara incontenible por las calles, formando un gran estruendo. De nuevo, "las gentes se cruzan, presurosas. Nadie piensa en el de al lado, en ese hombre que a lo mejor va mirando para el suelo; con el estómago deshecho o un quiste en un pulmón o la cabeza destornillada..." (Cela).



Cuadros de Jeremy Mann

Inspiración Pollock

Hace unos meses, un informe revelaba que la Gran Vía es la calle más transitada de Madrid con 29.000 peatones al día (cuando no hay partido, por supuesto).

Lisette Model