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lunes, 9 de noviembre de 2015

México y los falsos mitos


Vivimos rodeados de falsos mitos. Ni la Muralla China es visible desde el espacio, ni vive un monstruo en el Lago Ness, ni el toro en La México ha sido nunca una fiera corrupia. Los mitos son amigos del boca a boca, pero enemigos de las imágenes. Cuando en diciembre de 1945, Manolete cortó el rabo de "Gitano" en D.F., para fortuna suya, no existían ni Twitter ni Televisa. Las noticias que llegaron a España al día siguiente fueron que el figurón de Córdoba había cortado los máximos trofeos en su confirmación de alternativa y se había visto obligado a dar tres clamorosas vueltas al ruedo.


Cincuenta y un años después, en febrero de 1996, José Miguel Arroyo "Joselito" paseó el rabo de "Valeroso" en La Monumental. Internet aún no había llegado a nuestras vidas y, como con Manolete, aquel hito también se habría agigantado en España de no ser por un discrepante imprevisto: la televisión. El programa Tendido Cero compró las imágenes de aquella corrida, rebajando tanto el trapío de "Valeroso" como la hazaña de "Joselito". Con bastante mala leche, los Lozano, enemigos a muerte de "Joselito", dijeron que Enrique Martín Arranz había estropeado el éxito mexicano de su torero permitiendo que las escenas de Insurgentes se vieran en España. 

Figuras contemporáneas como José Tomás o El Juli han entendido la incompatibilidad de los mitos con la "caja tonta", por eso no se dejan televisar durante sus comparecencias en D.F. Sin embargo, no han comprendido que todo es en vano. En una sociedad mediatizada como la del siglo XXI, en la que los móviles hacen fotos de excelente calidad, se suben vídeos a la velocidad del viento y se tuitea a tiempo real, no existe la privacidad ni lo "invisible". Por eso, anoche Twitter ardía de indignación después de que El Juli cortara las dos orejas de "Ser de luz", un nombre revelador, pues ahora todo sale a la luz, incluidos los toros de tan escasa fuerza y presencia como los de Fernando de la Mora.    


¿El toro de Manolete tenía más trapío que el de Juli? Posiblemente no (y de ahí el desconcierto de Julián con el público español). Pero en la postguerra tampoco éramos "tuiteros".

lunes, 12 de noviembre de 2012

¡Olé los viejos maestros de personalidad arrolladora y lengua faltona!


El rebaño de ovejas ha empezado a balar al unísono tras conocer las declaraciones de Andrés Vázquez durante la presentación en Pamplona de su última biografía, escrita por el periodista Paco Cañamero. El Brujo de Villalpando afirmaba el pasado sábado lo siguiente: "José Tomás es un torero entregado, pero quiero verle con corridas de verdad. Tiene poco valor y sufre mucho en la cara del toro. No le queda otro remedio que dar la cara. Pero, ¿por qué no torea cincuenta corridas de toros? ¿Por qué no torea Miuras o Victorinos? Se ha hablado mucho de la cornada gravísima que sufrió en Aguascalientes. Pues bien, a mí, a los 16 años, un novillo de Escolar me pegó una cornada que me seccionó la safena, tan grave como la del madrileño. Y tiré para adelante, y toreé un buen número de corridas cada temporada. José Tomás tiene que demostrar todavía que es figura del toreo".

Andrés Vázquez con Baratero de Victorino

Cada vez que leo sentencias así, al margen del buenismo que impone actual sistema, me entra un gusto que no puedo describir. ¡Olé los viejos maestros de personalidad arrolladora y lengua faltona! Ya nos hemos cansado de elogios jartibles y parabienes todo el santo día. ¿Qué José Tomás es un torero sin valor? Por supuesto que no. ¿Y qué importa si alguien piensa lo contrario? ¿Por qué los palmeros se rasgan las vestiduras? Además de fumar en espacio públicos, ¿también han prohibido las opiniones disconformes? Ay, veletas caprichosas, que hasta hace poco soplaban en contra de Tomás, que pronto han virado a su favor. Aquellos que ahora lo defienden, ¿no recuerdan sus críticas porque "no daba la cara" igual que El Juli, Manzanares, Ponce o Talavante, toreando 50 tardes al año? ¿En qué quedamos? Qué poca memoria.


Sin embargo, según ellos, es Andrés Vázquez -que, este verano, por cierto, para celebrar sus 80 años mató un novillo de Urcola- quien ha perdido la cabeza, quien falta al respeto y no sabe lo que dice. Sus palabras no están vacías de razón: un figurón no puede torear tres tardes por temporada. Y si lo hace, debe anunciarse en Madrid, Sevilla y Bilbao, y con alguna corrida que pida el carnet. Al maestro de Villalpando le funciona mejor la cabeza de lo que pregonan los nuevos tomasistas. Lo comprobé de primera mano hace un par de años, cuando lo entrevisté para RNE. Estuvimos hablando de toros dos horas sin interrupción. A continuación transcribo algunas de las declaraciones que me hizo.


Torear en Las Ventas
"A mí me decían que yo era un bicho raro porque cuando iba a torear a Madrid estaba contento. Pero yo he toreado mucho en Madrid y me he sentido muy bien. Los novilleros de ahora van oprimidos... van asustados. Madrid ha sido para mí un segundo pueblo, como se suele decir. Cuando he toreado en Madrid lo he hecho con la misma alegría que si estuviera en Zamora o en Villalpando. La afición de Madrid es la más importante de España. Y punto. Ya pueden hablar de Sevilla, de Bilbao, de Pamplona y de Rusia. Madrid".

Las faenas de hoy
"Las faenas no tienen que ser tan largas. Lo que tienen que hacer los toreros es pegar quince pases a un toro bravo. Y no pegar pases en línea recta hasta que el animal dura medio año. Hay que coger a los toros atrás y dejar la muleta como hacía El Cid al principio, con la mano izquierda en el morro de los Victorinos. ¿No era bonito eso?".

El tercio de varas
"En Madrid comprendí que la lidia de los toros era muy importante. Yo recordaba cómo iban los toros al caballo en la época de Belmonte... Quitarle la suerte de varas al público es quitarle un porqué. En la lidia de un toro es importantísimo ir de menos a más, poniendo de lejos a los toros que son bravos. El público tiene derecho a ver al picador como Dios manda".

Las cornadas
"A mí me han pegado muchas cornadas... aunque siempre he pensado que había unos médicos estupendos y al poco estábamos toreando otra vez. ¡Qué le íbamos a hacer! Los toros tienen que pegar cornadas porque, de lo contrario, no sería una profesión tan complicada y tan difícil. Y yo sólo le tengo que dar las gracias  a Dios y al toro. Sin ellos, habría sido un labriego de un pueblo harto de calor y de frío. Yo tenía tipo y cara de labrador: era bajito y delgadito. Tenía juanetes por no llevar zapatos adecuados por el campo. Todo el mundo creía que era un milagro que me convirtiese en torero".

El futuro de la Fiesta
"Los que se están cargando la Fiesta no son los antitaurinos. Quienes se van a cargar la Fiesta, si no se pone remedio, son los toreros y ciertos ganaderos. Les intentan quitar a los toros la mucha o poca casta que tienen. La casta no se debe quitar, pero para las figuras hay una consigna que consiste en quitar casta. Algunos ganaderos importantes están haciendo un toro que se torea con el mínimo esfuerzo y el máximo rendimiento, como la economía. Los toros se están dulcificando... no sé. Yo veo cosas muy raras en las corridas de ahora".

Si éstas son las palabras de un loco... ¡bendita locura! Ojalá una docena de toreros como Andrés Vázquez continuase en activo. "Disfrutaríamos" menos, pero nos emocionaríamos más.

domingo, 4 de noviembre de 2012

No hay que llegar primero, pero hay que saber llegar


El último viernes de octubre, el pueblo de Fuenlabrada le rindió homenaje a su torero. Nunca ha encabezado el escalafón ni ha tenido hueco en los carteles de campanillas, sin embargo, a la hora de su retirada, al fin, se le está haciendo justicia. Ninguno de los toreros con los que empezó su carrera sigue en activo: puede decirse que él ha sido el último gran guerrero de su generación (ha estoqueado casi 80 corridas de Miura y 30 de José Escolar). José Miguel Arroyo, Joselito, el niño bonito de aquella época, se cortó la coleta pronto; a José Luis Bote los toros le cosieron el cuerpo a cornadas; y José Cubero, El Yiyo, murió en la plaza de Colmenar Viejo en 1985. Las cuadrillas de esta generación no corrieron mejor fortuna, y el peón de confianza de Joselito, Antonio González Gordón, Campeño, falleció unos días después de que un toro de Arribas Sancho le ensartara el cuello en Las Ventas el 22 de mayo de 1988.

Alternativa en Villaviciosa de Odón (1987)

Todas estas desgracias las presenció El Fundi en primera fila. El día de la cornada fatal de Campeño, confirmaba la alternativa. Tras su segunda faena, la mayoría del público solicitó para él la vuelta al ruedo. No obstante, desde el tendido del 7, parte del 8 y la andanada del 9, se oyeron algunos pitos. Cuando El Fundi, en su paseo triunfal, cruzó delante de ellos, les dio la espalda, armando una tremenda zapatiesta. Ésta fue la crónica que Joaquín Vidal escribió sobre aquella aciaga tarde de San Isidro:

"Seguramente ayer se pasaron con El Fundi, frenándole la vuelta al ruedo tras la muerte del quinto toro, pues ese toro era incierto y El Fundi lo había embarcado en la muleta a fuerza de pundonor, de valor y de excelente técnica lidiadora. El resto del público reaccionó y obligó a El Fundi a dar la vuelta al ruedo, y sirvió aquello para entablar una desaforada polémica a voces entre el sector intransigente y todos los demás. La manifestación de intolerancia de que hicieron ayer gala muchos espectadores fue deprimente".

Estocadas inolvidables (Toro de Adolfo Martín, mayo de 2008)
Fotografía de Juan Pelegrín

Sea como fuere, desde su confirmación de alternativa en 1988 y hasta el año 2007 apróximadamente, en Las Ventas le declararon la guerra al Fundi, que tuvo que exiliarse en las plazas francesas y abrirse allí camino. Por eso resultaron tan emocionantes las palabras que el otro día le dedicó José Tomás durante el homenaje en su pueblo natal: "No hay que llegar primero, sino saber llegar", citando al compositor mexicano José Alfredo Jiménez.

"Una piedra del camino
me enseñó que mi destino
era rodar y rodar.
Después me dijo un arriero
que no hay que llegar primero,
pero hay que saber llegar".


El Fundi siempre supo llegar aunque a veces el destino no quiso esperarlo. En mayo de 2009, cuando se encontraba en el mejor momento de su carrera y cuando al fin todas las grandes ferias le habían abierto sus puertas en carteles de postín, sufrió una doble fisura en el cráneo tras caer de un caballo cuando hacía labores de acoso y derribo. Intentó reaparecer a mediados de junio en Toledo, en una corrida benéfica donde precisamente toreaba José Tomás, pero el hematoma craneal le había dejado secuelas en la pierna y, sin poder desembarazarse del toro, recibió una cornada grave. En agosto volvió a caer en San Sebastián ante un Victorino. Este rosario de incidentes, de caídas y reapariciones, de luchas inacabables, resume la trayectoria del Fundi. José Tomás dijo de él: "Tú has llegado por un camino lleno de valor pero, sobre todo, de valores. Valores, entre otros, como la honestidad, la superación, el sacrificio, la responsabilidad, la sensibilidad y la lealtad a tu profesión. Creo que estos valores siempre han estado muy presentes en la Tauromaquia, pero no todos le han sido fieles como lo has sido tú".


Esto también es el toreo. Trayectorias como las del Fundi y palabras como las de José Tomás -o las de Robleño, no hace mucho, cuando lo sacó a hombros de la plaza de Fuenlabrada- están por encima de las faenas y los triunfos. Los aficionados, desgraciadamente, no recordaremos al Fundi saliendo a hombros por la Puerta Grande de Madrid, no obstante, nos ha emocionado más que otros diestros que sí lo han hecho. De luces o de calle, para muchos, seguirá siendo rey y ejemplo.

martes, 25 de septiembre de 2012

Lengua de la Nueva Tauromaquia (LNT)

Estos días, la prensa continúa resacosa tras la catarsis tomasista-nimeña, que purificó el espíritu de tantas criaturas que viajaron cientos de kilómetros para tutearse con el Dios del toreo y arrancarle los alamares en el umbral del anfiteatro romano. La mañana, como comprenderán, dio para llenar varios pantanos de épica incluso en tiempos de sequía. Tal y como aseguró Simón Casas, empresario/productor artístico de Las Arenas de Nîmes, «José Tomás ya ha muerto en la plaza: en realidad, es Manolete resucitado». En la catarsis nimeña -fruto, como todas las catarsis, de la compasión y el miedo, eleos y phobos- no faltó de nada: tuvo una resurrección... y un indulto.

Simón, ese empresario que, si no existiera, habría que inventarlo

Ya ha regresado "Ingrato", el toro de Parladé salvado por el Dios JT -a semejanza de los emperadores cuando le concedían la vida a los gladiadores elevando el pulgar-, a su finca en "Lo Álvaro", paraíso en la tierra donde tiene a sus pezuñas un harén de 25 vacas. Gracias a la bondad de JT y sus picadores, el animalito sólo recibió dos puyazos breves, limpios y al relance y, una semana después de la catarsis, se encuentra fuerte y sano. Su ganadero, Juan Pedro Domecq Morenés, hijo del creador del "toro artista" y la "toreabilidad", aseguraba en una entrevista para "La Razón" que «no ha tenido ni fiebre, que es la mejor señal». Continúa Juan Pedro: «No pude ir a Nimes, pero por los vídeos que he visto fue un toro muy importante, con una bravura exquisita [...] Todo un cóctel de caracteres aglutinado en un genio y para otro genio».

El exquisito "Ingrato"

No me negarán que las palabras del ganadero son asimismo geniales: la "bravura exquisita" me ha llegado al alma. También me gusta cuando los toros salen "manejables", "toreables", "comerciales" o "enrazaditos" (¿no es más bonita la palabra "casta" en vez de "raza", que suena a perro?). Recuerdo otra frase maravillosa de Álvaro Núñez Benjumea, propietario de la ganadería de Núñez del Cuvillo: «La bravura nace de la mente del ganadero». Olvidó decir que también de su boca. Habría que registrar todas estas perversiones lingüísticas en un diccionario sobre la neolengua del toro de lidia que, a buen seguro, se convertiría en todo un best-seller.

Ejemplo de toro manejable

Pero, bien mirado, ¿cómo no van a salir toros de bravura exquisita si son "instrumentos musicales"? A la pregunta de si consideraba ético que los toreros eligieran para sus gestas "astados mansitos", Simón Casas, el productor de arte, respondió hace pocos días: «Mire, yo estoy a favor de que escojan el tipo de toro. Como los músicos, son libres para elegir su 'instrumento', ya sea un chelo o una trompeta. El peligro no viene de la envergadura del animal ni de su peso. Lo pone la manera de torear, el estilo... ¡Lo importante es la interpretación!».

Cuestión de estilo

Precisamente, esta semana se quejaba Alfonso Ussía también en "La Razón" de los neousos lingüísticos de la modernidad en los medios de comunicación: «En los informativos de las radios y las cadenas de televisión, han crecido como enanos los trituradores del lenguaje. O por analfabetos, o por cursis o por obediencia y seguimiento de consignas nubladas». En el toro, sin duda, nos hemos vuelto unos cursis: exhalamos almíbar. Franco, a nuestro lado, con su España como destino en lo Universal, por el Imperio hacia Dios y la conspiración judeo-masónica, era una sobria fachada románica. ¡Los ganaderos son los verdaderos prodigios del barroquismo lingüístico!

Para prendas delicadas y exquisitas

¿Qué análisis haría Víctor Klemperer de las musarañas verbales de los nuevos criadores de toros exquisitos, verdadera coctelería de caracteres? Probablemente las llamaría LNT ("Lengua de la Nueva Tauromaquia" o "Lengua de las Nuevas Tonterías"). La polisemia de las siglas, otra cuestión muy de moda, ya se sabe, es peligrosa y, a menudo, no entiende de exquisiteces.