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martes, 16 de septiembre de 2014

El invitado pobre a la mesa de las figuras traía hambre


Este lunes, en Salamanca, Ponce, Juli, Perera y Del Álamo formaban el cartel con ocho toros de Garcigrande. 8 toros 8. Pasadas las nueve de la noche y superadas las tres horas de corrida, durante la faena al octavo Garcigrande, el invitado pobre a la mesa de las figuras -que no era el Plácido de Berlanga sino Juan del Álamo- dio una lección de clase ante las barbas de los jerarcas del escalafón. El torero mirobrigense tiene aquello que ni se compra ni se vende: naturalidad, improvisación y gusto, sin trampas ni resabios. Es una tauromaquia noble, intemporal, liberada de modas. Y, encima, esta vez mató bien.
 
 
Tras 8 toros 8, prácticamente sólo recuerdo el trasteo de Del Álamo y la faena del Juli al segundo Garcigrande, un toro descastado, malo y peligroso. Con esa prenda, me reconcilié con Juli, justo cuando se rumorea que el próximo año apenas hará campaña en España con el fin de exiliarse en las Américas. Sea como fuere, en La Glorieta estuvo hecho un tío y un maestro. Dio una lección de poderío emocionante. Desplegó la muleta y puso en práctica aquella frase de Muñoz Seca de "mantenella y no enmendalla" hasta que el belcebú rodó sobre el albero. El Juli gana ante lo difícil. No cabe duda.
 
 
En cualquier momento, las figuras pueden ponerle la cruz a Garcigrande si echa dos toros más como aquel. Bien es sabido que la gratitud es una cualidad que flaquea en el corazón de un torero.
 

Fotos: Carlos Pereletegui
 
Estos dos momentos, las faenas de Juan del Álamo y El Juli, son los dos únicos recuerdos nítidos que mantengo de la tarde. Ocho toros nublan la vista y el juicio de cualquiera. También se me ha quedado en la retina la imagen del maestro El Viti y Morante de la Puebla -que torea hoy- contemplando, juntos, la tarde desde una barrera. El primero, impecable, vestido con chaqueta y corbata. Un señor. El segundo, con su estilo bohemio e indescriptible, una chaqueta roja y el eterno puro de dos palmos. Fuera, esperaba aparcado, escupiendo una música infernal, el autobús del arte y el miedo...

lunes, 15 de septiembre de 2014

El desafío ganadero charro

Este domingo se ha vivido en La Glorieta una de las tardes de toros más emocionantes de la temporada. La afición salmantina, que quizá no sea ya muy numerosa pero sí con criterio, venía reclamando desde hacía tiempo una corrida concurso de encastes charros en su plaza. Este año, bajo la gestión de la casa Chopera, el deseo se materializó en eso que ahora llaman “desafío ganadero”, es decir, las divisas no se ordenan por orden de antigüedad a la hora de establecer el orden de lidia, sino que se enlotan según acuerdo previo entre las cuadrillas. Se decidió, pues, que el lote de Antonio Ferrera estuviera formado por los toros del Pilar y Carmen Lorenzo; el de Javier Castaño, del Puerto de San Lorenzo y Pedraza de Yeltes; y el de Eduardo Gallo, de Carlos Charro y Adelaida Rodríguez. De seis, salieron cuatro grandes toros charros, el de Pedraza (premiado con la vuelta al ruedo), El Puerto, Adelaida y El Pilar.


No fue la única alegría de la tarde. También el regreso del Castaño lidiador, templado, valiente que da distancia a los toros y mata bien. Al del Puerto de San Lorenzo, de nombre Cara Seria, Castaño lo toreó al ralentí, con enorme suavidad y torería. No merecía menos el ejemplar de Lorenzo Fraile. El delirio, sin embargo, llegó con Resistente, de Pedraza de Yeltes, al que Castaño colocó tres veces al caballo desde el centro de La Glorieta. Tito Sandoval dio un recital a caballo y la plaza, su plaza, se puso en pie para ovacionarlo en un tercio de varas emocionante y bellísimo. Toda la cuadrilla estuvo espléndida: la lidia de Marco Galán, las banderillas de David Adalid y Fernando Sánchez, sin olvidar la actuación de Fernando Sánchez picando al del Puerto. Castaño, bajo la lluvia y los sones de “Nerva”, cortó este domingo tres orejas en Salamanca a ley.


Sandoval ante el de Pedraza

Le acompañó en la salida a hombros Gallo, que también sorteó un excelente toro de Adelaida Rodríguez, Comilón, encastado, con transmisión y que fue a más en la muleta. Era el ejemplar que cerraba plaza y, el público, emocionado, pidió las dos orejas para Gallo a pesar de que la estocada cayó baja tras una faena un tanto irregular rematada en las cercanías con el ya acostumbrado arrimón. A pesar de salir también en volandas, quien este domingo hizo el toreo, clásico y sin trampa ni cartón, fue Castaño.


Merienda charra: hornazo pa´tos

Finalmente, Ferrera no tuvo su tarde y no se acopló al buen ejemplar del Pilar que abrió plaza. Sombrillo, se llamaba. El extremeño fue el único que abandonó La Glorieta cabizbajo. El resto, toreros, cuadrillas, ganaderos y público, salió entusiasmado a pesar de la lluvia que no cesó en toda la tarde, con ganas de seguir hablando sobre la corrida hasta altas horas de la noche, bajo la estatua del Viti o en tertulias interminables en los bares de alrededor del coso, como antes, como siempre que la casta y la hombría se adueñan del ruedo. ¡Así da gusto ir a los toros!


Tertulia a la salida
 

martes, 17 de junio de 2014

La leyenda de "La Coronada"


En Ciudad Rodrigo, las naves de la catedral de Santa María estaban ornamentadas con sepulcros de destacados personajes de la villa. Entre ellos se encontraba el de Marina Alfonso, La Coronada, cuya leyenda resulta digna de mención.
 
Marina Alfonso, noble dama mirobrigense, era un prodigio de hermosura y un dechado de castidad. Se belleza despertó la pasión de un rey empeñado en derrocar su virtud. La honrada dama rechazó las ofertas y amenazas del soberano, pero ante su persistencia se vio obligada a tomar una dura decisión. Antes de que el rey viera satisfechas sus pretensiones, la joven arrojó sobre su cuerpo una olla de aceite hirviendo que le desfiguró el rostro y le causó la muerte. Marina Alfonso fue enterrada en la catedral, en un suntuoso sepulcro, sobre el cual, el propio monarca mandó colocar una corona real, en recuerdo de tan memorable acción. Por ello, es conocida por el sobrenombre de La Coronada.
 

Como recuerdo de aquel sepulcro, hoy perdido, existe una lápida en la nave de la epístola con la siguiente inscripción: "Aquí yace la noble Marina Alfonso que comúnmente llaman La Coronada. Falleció era de 1Z53". Se supone que la "Z" que figura en la fecha tiene la finalidad de ocultar la identidad del rey. Se dice el pecado, pero no el pecador.
 

Este jueves también celebraremos una coronación...
¿traerá bajo el brazo su propia leyenda?

viernes, 6 de junio de 2014

Mano maestra del Puerto de San Lorenzo. Los caminos de Taurodelta son inescrutables


Las divisas charras no estaban teniendo buena suerte este San Isidro. Excepto un sobrero del Vellosino lidiado por Juan del Álamo a principios de la feria, Valdefresno y El Pilar pincharon, de Montalvo se esperaba más y sólo quedaba la carta del Puerto de San Lorenzo para salvar la mano. A priori, el cartel de este jueves -con Padilla, El Cid y Daniel Luque- resultaba altamente disuasorio. Parecía una de esas pruebas de fe que, de vez en cuando, organiza la empresa de Madrid para medir la resistencia de los aficionados, atorados tras un mes de toros. Pero he aquí que los caminos de Taurodelta son inescrutables y, lo que olía a descalabro, se convirtió en la mejor corrida de la feria, desde el punto de vista ganadero.
 
 
Lo del Puerto de San Lorenzo quizá no ha llegado a escalera de color, pero se ha quedado en póquer. Corrida muy bien presentada con un toro excelente, Cartuchero (3º), que optará, sin duda, a uno de los mejores del ciclo. Sobre el tapete también despuntaron, y con nota alta, Langosto II (5º, picado de forma criminal), Pitito (4º) y Mariposino (6º). Tuvo mucha calidad Langosto I (2º) pero le faltó fuerza, mientras que Bilanero (1º) fue devuelto por inválido, saliendo en su lugar un ejemplar soso del mismo hierro. El comienzo del festejo, con la aparición de los bueyes de Florito, afianzaba los peores augurios, no obstante, la tarde se fue calentando como una cautivante partida de cartas. Y es que la corrida del Puerto también ha apretado en el caballo, comportamiento no siempre usual en el encaste Atanasio-Lisardo. Enhorabuena, por tanto, a los ganaderos, Lorenzo y José Juan Fraile, así como al mayoral de la casa, el también picador Ney Zambrano. Así se viene a Madrid, con un as en la manga cuando nadie lo espera.
 
 
Daniel Luque, en su mejor versión, supo aprovechar las magníficas cartas que le deparó la suerte: Cartuchero y Mariposino. El sevillano, inspirado, hizo gala de cabeza fría y pies atornillados en el albero. Entendió bien a su lote, especialmente al sexto, se ajustó a ratos, templó a veces, exhibió desenvoltura con el capote y mató decorosamente, cortando oreja  y oreja. Digna Puerta Grande, de las que, hablando en román paladino, calientan sin llegar a quemar. Las embestidas y el galope de Cartuchero pedían una jugada maestra que no se ejecutó.
 
Fotos de Juan Pelegrín
 
Sobre Padilla y El Cid, eludo cualquier comentario. Prefiero poner cara de póquer.
 

domingo, 11 de mayo de 2014

El rosal de Las Ventas

"¡Que me maten como a este rosal de mayo!" (Valle-Inclán)

No es casualidad que la feria de San Isidro se celebre en mayo. También es éste el mes en el que florecen las rosas. Conozco un rosal que podaron el pasado invierno y al que le realizaron una escabechina notable. El desmoche fue tan brutal que, durante mis paseos, di por sentado que esta primavera no brotaría una sola rosa. Me equivoqué. Esta mañana pasé junto a él y ya está reventón. El secreto reside en dar tiempo al tiempo. Y en esperar a que llegue mayo con su San Isidro.
 
 
Juan del Álamo también ha necesitado temple y perseverancia. Pero ya emergió, con una fortaleza inquebrantable. Comenzó a despuntar la pasada temporada y se insinuó durante la Feria de Abril con la corrida de Montalvo. Los duros inviernos camperos en su Salamanca natal resultan fecundos. Este sábado, en Las Ventas, ha derrochado verdad ante un sobrero sosote del Vellosino que ha brindado a su madre. Previamente, sembró un sólido toreo a la verónica frente al titular que echaron para atrás, un ejemplar lisiado de Martín Lorca. Con la muleta enjaretó una faena maciza a dos manos, cuatro series por la derecha y una por la izquierda, rematada con un estoconazo arriba yéndose detrás de la espada, como saben hacer los que tienen hambre por ser toreros. Oreja cosechada a ley.
 
 
La suerte cambió en el sexto, toro magníficamente picado por el también salmantino Óscar Bernal. A toma y daca, Del Álamo le tenía cortada otra oreja al que cerraba plaza, un boyancón de Martín Lorca que se vencía mucho por el pitón izquierdo. Una fea voltereta por ese lado no amedrentó al mirobrigense. Todo lo contrario: tiró de raza. Sin embargo, la espada truncó la Puerta Grande. Que vaya afilando el estoque para la tarde en la que salga un toro de verdad... Se despidió de Las Ventas con una unánime ovación del color de un rosal reverdecido. Juan del Álamo. Rosal de mayo.
 
Fotos de Tierras Taurinas y Juan Pelegrín
 
Los álamos de plata
se inclinan sobre el agua,
ellos todo lo saben, pero nunca hablarán.
 
[...] El silencio profundo de la vida en la tierra,
nos lo enseña la rosa
abierta en el rosal.
 
(Federico García Lorca)

martes, 25 de marzo de 2014

El perrito Sancho


La victoria de las tropas anglo-portuguesas en la Batalla de los Arapiles (1812) liberó a los salmantinos de la presión francesa. La participación española fue escasa en este cruento enfrentamiento, que contabilizó cinco mil bajas en cada uno de los ejércitos contendientes. "Sólo" veintitrés muertos y cuatro heridos eran españoles.
 
"[...] Ciegos y locos, sin ver el peligro ni la muerte, sin oír más que el zumbar del torbellino, nos arrojábamos dentro de aquel volcán de rabia. Nos confundíamos con ellos: unos eran desarmados, otros tendían a sus pies al atrevido que les quería coger prisioneros, cuál moría matando, cuál se dejaba atrapar estoicamente. Muchos ingleses eran sacrificados en el último pataleo de la bestia herida y desesperada: se acuchillaban sin piedad: miles de manos repartían la muerte en todas direcciones, y vencidos y vencedores caían juntos revueltos y enlazados, confundiendo la abrasada sangre" (Benito Pérez Galdós, Episodios Nacionales).
 

Ante la frialdad de la muerte, la imagen del perrito Sancho y la historia que se narra con breve precisión al pie de una lámina de 1814 descubre una anécdota tierna en medio de la crueldad de la guerra. El grabado es obra de J. Clark y M. Dubourg, pareja de éxito en aquellos años que llegaron incluso a publicar una Tauromaquia de doce estampas inspirada en la homónima de Antonio Carnicero; mientras que H.B. Chalon es el autor del retrato de Sancho. Partiendo del aforismo "el caballo ama al perro y el hombre ama a los dos", perros y caballos, tratados como animales de compañía, ilustraban la pintura de género, familiar o deportiva, de nobles y burgueses en la Inglaterra del siglo XVIII. La maestría de G. Stubbs creó una escuela pictórica animalista de fama imperecedera, si bien recurrente y convencional en su temática y estilo.
 

El pie del grabado aporta detalles sobre el perrito Sancho y su peripecia. Traducido dice así: "Propiedad de la Marquesa de Worcester, rescatado en la Batalla de Salamanca por el Marqués de la sepultura de su dueño, un oficial francés, donde fue encontrado exhausto y famélico a punto de morir y fue muy difícil separarlo de su dueño por ser para él un sacrificio a la fidelidad debida".
 
La expresiva mirada del chucho lanudo transmite una consciente lealtad y una viva franqueza.

lunes, 27 de enero de 2014

El léxico de los mayorales de bravo de Salamanca

El pasado jueves, se celebró en el Aula de Tauromaquia del CEU una curiosa charla sobre el léxico utilizado por los mayorales de bravo en Salamanca. El veterinario Juan José García y el investigador José Carlos de Torres fueron los encargados de ilustrarnos sobre esta riquísima cultura oral, transmitida de padres a hijos durante generaciones. Algunos de los mayorales que han participado en el estudio son Ricardo García, del Puerto de San Lorenzo; Fidel Rivas, de Atanasio Fernández; Pedro Tapias, el famoso "Zorro de Sepúlveda", Ángel Román e Ignacio González, vecinos de Retortillo; Juan Antonio Marcos, del Sierro; Valentín Perdigón, de Justo Nieto, y algunos más jóvenes.
 

A todos ellos se les preguntó qué es un mayoral, palabra existente en nuestros diccionarios desde el siglo XIV. La respuesta fue unánime: aquel que es consultado por el ganadero durante la tienta, es decir, el hombre de confianza del ganadero. ¿Y qué es la casta? La ascendencia brava, conocida y seleccionada mediante la tienta. Para los mayorales charros, existe una "casta buena", que es la nobleza, y una "casta mala", que es el genio. Un toro encastado sale al ruedo con salero y empuja hasta el final. El toro "de media casta", en cambio, es el morucho, teóricamente eliminado de las ganaderías de bravo, aunque en numerosas corridas comprobamos que aún subsiste en ciertas casas. ¿Y el toro bravo? El toro de lidia, con casta buena, que acomete. "La bravura es acometer a lo que se mueve, con muchos matices", respondió un mayoral. Finalmente, ¿qué es un toro manso? Uno flojo, tranquilo, tonto, que no se nota en el campo... Existe un nivel superior, el manso perdido, aquel que rehúye la pelea y desea escapar.
 

Para los mayorales más veteranos, trapío es un término moderno y prefieren la palabra "hechuras", que es la presencia del toro, "el total". Unos dicen que, cuanto más pequeños los pitones, más fuerza y más peligro.
 

Durante la conferencia, aprendimos muchas palabras de este habla popular que, desgraciadamente, jamás han sido registradas en los diccionarios. El TORO CARPINTERO es el que derrota. La VACA DE MALA CABEZA, la bronca, lo contrario de noble, y representa la pesadilla de los mayorales en el campo. El toro ENCARBAO o ACARBAO es aquel que se echa entre la tierra o la hierba para esconderse. TORNIJAR o ESTORNIJAR consiste en enterrar los pitones en el suelo. TURREAR es la emisión, por parte del toro, de sonidos prolongados. GALLERO es el toro que hace de hembra en la manada y se deja montar. El maricón, para que nos entendamos. Existe la creencia de que, si sobrevive, a causa de las lesiones óseas que suele sufrir en la cadera, sale bueno en la plaza. La vaca TORIONDA o LUNERA es aquélla que se encuentra en celo. El becerro ARTUÑADO es aquel que ha sido criado por una vaca que no es su madre natural. Es un becerro adoptado. Cuando una vaca está haciendo AMOJO, empieza a dar signos de proximidad al parto. Mientras que ESCARCAR consiste en arreglar las pezuñas de los toros. Una palabra más: el TORO FARINATO es aquel de color melocotón o colorado claro, en recuerdo del famoso embutido charro.
 

Ya son pocos los mayorales que viven en el campo, junto a sus toros, los 365 días del año y, al mismo tiempo, cada vez es más frecuente que los ganaderos contraten personal ucraniano, búlgaro, rumano o ecuatoriano. Por tanto, tristemente, al igual que sucede con ciertos encastes, todas estas palabras también se encuentran al borde de la extinción.

lunes, 13 de enero de 2014

Cagancho, el gitano de los ojos verdes

Tenía rebasado el medio siglo cuando, inesperadamente, un domingo fuera de feria lo anunciaron en Las Ventas. La plaza registró una excelente entrada porque había curiosidad por ver a este torero de leyenda, y viejos aficionados, a punto de echar el bofe, se apresuraban a ocupar sus localidades con tiempo suficiente para no perderse el paseíllo. "Sólo con verle hacer el paseíllo me conformo", decían, tras recuperar el resuello y obsequiar a la afición con un surtido recital de toses bien ensayadas y contundentes. En efecto, la estampa de Cagancho desfilando al frente de las cuadrillas, era enormemente sugestiva. Tenía esa elegancia peculiar que es patrimonio de los toreros gitanos, y aún no de todos. Pero luego vendría la sorpresa. Ocurrió en el cuarto toro, cuando se abrió de capa y dibujó unos majestuosos lances a la verónica, que alborotaron el tendido, hicieron llorar a los abueletes, asombraron a las jóvenes promociones, y dieron tema de conversación a los aficionados de cualquier edad para toda la temporada adelante y muchas más.
(artículo de Joaquín Vidal, publicado en enero de 1984)
 

Hace pocos días, publicaba en su cuenta de Twitter el escritor trianero Ángel Vela Nieto: "El 1 de enero, hizo 30 años de la muerte de un genio de la torería: Joaquín Rodríguez Cagancho. El año pasado hizo 100 de su nacimiento. Cagancho (Sevilla, 1903 - México, 1984) nació un año después que su amigo Curro Puya (Gitanillo de Triana). Entre los dos, está la capa con más arte de la historia del toreo. Hubiera hecho falta un Chaves Nogales que biografiara a Joaquín Rodríguez, el Cagancho de una legendaria estirpe de cantaores. Cagancho tuvo más de una vida. El gitano de los ojos verdes, toreó como vivió. De Triana a Madrid y después a México... allí quedó. Rita Hayworth vio torear a Cagancho en México. Lo esperó porque quería tocar a un dios.
 

Cagancho
fue una especie de embajador vitalicio en México. Toreó e hizo cine; fue una estrella más que admirada. México fue el único lugar donde Cagancho no tuvo que huir de sí mismo. Los toreros españoles que iban a México eran recibidos por él; los guiaba y los ayudaba en lo que hiciera falta. Fue un genio...
 

El Cagancho torero no cantaba, pero, además de buen aficionado, sabía lo que era marcarse un baile por fiesta. Que se lo dijeran a Caracol. Cagancho, Rafael Gitanillo de Triana y Caracol se juntaron en más de una fiesta. ¡Y cómo bailaba Rafael...! ¡Vaya mano a mano con Joaquín!".
 
"En Andalucía se torea, de Despeñaperros arriba se trabaja"
(Cagancho)
 

En los mentideros charros, siempre se rumoreó que la ganadera Pilarín Coquilla bebía los vientos por el gitano de los ojos verdes, famoso en los ruedos tanto por su genialidad como por sus numerosas espantadas que solían terminar en el cuartel de la Guardia Civil (recuerden la expresión: "quedar como Cagancho en Almagro").



Pilarín era el emblema de la mujer moderna, adelantada a las costumbres de la época: montaba a caballo, toreaba, fumaba, conducía coches y, encima, era guapa. Un dije de señora. Su personalidad fascinó de tal modo a ganaderos, toreros y artistas, que quedó inmortalizada en varias coplas, entre ellas Con divisa verde y oro (1953), brillante en la voz de doña Concha Piquer. “El chiquillo de Osuna que quería ser torero” bien pudiera ser Cagancho o, al menos, así se rumoreaba en media Salamanca. Finalmente, para mantener su prestigio como ganadera, la presunta Pilarín Coquilla entierró aquel "te adoro" que iba dirigido a su gitano predilecto.
 

Ganadera con divisa verde y oro,
ten cuidado,
que el amor no te sorprenda como un toro
desmandado.
Por tu hacienda y tu apellido
se te guarda devoción,
y un clavel en tu vestido
llamaría la atención.
En tus ojos se adivina
la locura de un "te adoro".
Y has de ser como la encina,
ganadera salmantina
con divisa verde y oro.

miércoles, 17 de julio de 2013

Del mercado de ganado al "gastrobar"

"Eran unas covachas abiertas en el muro de la iglesia, a veces defendidas por una pequeña cristalera, otras de par en par sobre la plaza del postigo, que sólo a la noche se cerraba. Dentro, tras el mostrador, silencioso y solitario, aparecía un viejo pulcro, vestido de negro, que lleno de atención pesaba algo en una minúscula balanza, o una mujer de blancura lunar, el pelo levantado en alto rodete y sobre él una peineta, abanicándose lentamente. ¿Qué vendían aquellos mercaderes?".
(Luis Cernuda)
 
 
Hasta hace no mucho, todas las mujeres de este país tenían un tendero y, los hombres, un barbero. En ellos confiaban sus bienes más preciados: las pesetas que entraban en el hogar, en el caso de ellas, y el pescuezo en el caso de ellos. Ahora, los psicólogos/psicoanalistas, entrenadores personales y monitores de pilates/kick boxing, han derrocado a los barberos y tenderos. El 39% de los jóvenes entre 18 y 30 años nunca compran en tiendas de barrio. "No importan el sexo o la edad -publica en un informe Axesor-, lo cierto es que tarde o temprano, casi todo el mundo (93,4%) termina pasando por un centro comercial para hacer la compra. A los centros comerciales les siguen los supermercados (79,4%) y los hipermercados (59,1%)".
 
Plaza de abastos de Algeciras
 
Si los pequeños comercios tradicionales agonizan, en poco tiempo, las plazas de abastos se convertirán en estupendas explanadas para que nuestros jóvenes hagan botellones. ¿Se han fijado en la proporción de personas menores de 30 años que van a hacer la compra a un mercado? Tanto es así que, en Madrid, algunos viejos mercados, como el de San Miguel o San Antón, están siendo transformados en "nuevos centros urbanos y cosmopolitas" con espacios culinarios, vinoteca, parking subterráneo y wi-fi.
 
Ración de ostras en el mercado de San Miguel

Hamburguesería en el mercado de San Antón
 
Hace menos de un siglo, aún vendíamos cerdos en los arrabales de nuestros pueblos. Ahora, que hemos decidido cambiar la tienda de ultramarinos por el centro comercial, donde antes hubo un mercado, han montado un gastrobar.
 
Mercado de ganado en El Arrabal de Salamanca

Vendedoras de patatas

Vendedor de ajos y pellejos

Antes, la mayor delicatesen de cualquier mercado era una churrería
 

lunes, 8 de julio de 2013

Ganadero charro


Gran pensador de negocios,
ladino en compras y ventas,
serio y honrado en sus cuentas,
grave y zumbón en sus ocios,

vividor como una oruga,
su vida de siempre es ésta:
con las gallinas se acuesta,
con las alondras madruga.

Clavado en la dura silla
de su viejo caballote,
se va a Extremadura al trote
y al trote toma a Castilla;

y toma allá montaneras,
y arrienda aquí espigaderos,
y busca allá invernaderos,
y goza aquí primaveras,

y viene y va con ganado,
y vende, y vuelve a arrendar,
y paga y vuelve a criar...
y siempre está atareado.

Y entre tantos trajinares,
aun puede al año unos días
lucirse en las romerías
de los rayanos lugares;

porque el intrépido charro
juega tan bien a la calva,
que no hay en tierra de Alba
quien no respete su marro.
"Charro a caballo" (Sorolla)

Ni hay labrador ni vaquero
que de tan brava manera
coja una manta torera
y eche a rodar un utrero.

Nadie como él ha lucido
yeguas en las «cuatropeas»,
y mantas en las capeas,
y marros en el ejido,

rumbos, en las romerías,
maña en los retajaderos,
fuerzas en los herraderos,
y enas tientas, valentías.

Pocas habrá tan certeras
cual sus sagaces miradas
para arrendar otoñadas
y calcular montaneras,

pesar un novillo «a ojo»,
vender oportunamente,
saber observar prudente,
saber mirar de reojo...

Mas, ¡ay, que todo declina!
Ya no baila, ni capea,
ya no lucha ni pulsea,
ya va viejo, ya se arruina...

Ya con su grave figura
y su aspecto, antes bizarro,
sombras de aquel cuerpo charro
que fue broncínea escultura...
(Fragmento del poema de José María Gabriel y Galán)
Monumento al Charro (Venancio Blanco)

Si sumamos las ferias de San Isidro, de la Comunidad y del Arte y la Cultura, desde el 1 de mayo hasta el 9 de junio, se han celebrado en Madrid 34 festejos taurinos. De ese total, sólo siete ganaderías (aproximadamente un 20%) procedían de Salamanca. Esta representación no es mucho más alta en su propia tierra, concretamente en la plaza de La Glorieta, donde cada año se anuncian menos divisas históricas charras. A las trabas del mercado, se suman los problemas tradicionales provocados por la climatología: de todas las regiones donde se crían toros bravos, Salamanca posee el tiempo más extremo, con inviernos muy duros que retrasan el crecimiento de la hierba y el remate de los animales. A pesar de todo, y sin pasar por alto los agresivos controles sanitarios puestos en marcha por la Administración, el campo charro conserva una riqueza genética única, con ganaderías de casi todos los encastes y ramificaciones: Domecq, Atanasio-Lisardo, Contreras, Saltillo, Santa Coloma, Vega-Villar, Murube, Urcola, Gamero Cívico... Y si ricos y variados son los toros salmantinos, más aún los ganaderos que los crían, "serios y honrados en sus cuentas; graves y zumbones en sus ocios". A ellos va dedicado el poema de Gabriel y Galán.
 
Precisamente, mañana, 9 de julio, debuta en Pamplona una ganadería charra: Valdefresno. Después de la estafa que la empresa de Madrid protagonizó a las puertas de La Beneficencia eligiendo a esta divisa como víctima -Choperita llegó a afirmar que eran toros "antiestéticos"-, se incrementan las ganas de que los Atanasio-Lisardos de Nicolás Fraile tapen bocas. De momento, ya ha vendido su corrida mucho mejor de lo que le iban a pagar en Las Ventas, cumpliendo con todos los requerimientos de trapío, remate y edad. Suerte, pues, para los Fraile.
 

martes, 9 de abril de 2013

La puta al río

"Oh, Salamanca, entre tus piedras de oro
aprendieron a amar los estudiantes..."

Ayer, los salmantinos celebraron su tradicional "Lunes de Aguas".


- Oye, ¿y eso del "Lunes de Aguas" qué es?
- Celebramos que las putas volvieron a la ciudad. Y comemos hornazo.
- Eso me lo tienes que explicar mejor...


Con dieciséis tiernos abriles en la boca, Felipe II llegó a Salamanca para contraer matrimonio con su prima María Manuela de Portugal. Corría el año 1543. Durante cinco días, los salmantinos celebraron las bodas principescas con saraos de todo tipo, incluidas corridas de toros. A pesar de ser muy joven, al futuro monarca, que poseía un carácter severo y sobrio, profundamente religioso,  no le entraban en la cabeza semejantes excesos, ni que la señorial Salamanca, templo del saber, se hubiera convertido en un putiferio.
 
 
"Y es que Salamanca en aquellos años encierra en su seno a más de ocho mil estudiantes (sirva como dato esclarecedor que Madrid tenía once mil habitantes en el primer tercio del siglo XVI), entre los cuales hay becados, sopistas, señoritos de postín; y mueven a su alrededor un complejo mundo humano plagado de criados, mozos de cuadra, taberneros, curas corruptos, catedráticos rectos y catedráticos visionarios y ocultistas, prostitutas para todos los bolsillos y dones, rameras con más bachillerías que los propios estudiantes, lavanderas, amas de llaves, buhoneros y feriantes. De tal modo que Salamanca es la primera de las universidades destos reynos, la más rancia y antigua, y al mismo tiempo es el mayor burdel de Europa, la Sodoma y Gomorra Occidental".

"Como en los troncos vivos de los árboles
de las aulas así en los muertos troncos
grabó el Amor por manos juveniles
su eterna empresa.
[…] Allí Teresa, Soledad, Mercedes,
Carmen, Olalla, Concha, Bianca o Pura,
nombres que fueron miel para los labios,
brasa en el pecho".
(Miguel de Unamuno)
 
Antes de partir, Felipe II promulgó un edicto por el cual ordenaba que, durante la Cuaresma y la Semana Santa, quedaba terminantemente prohibido catar carne de cualquier tipo y, para alejar la tentación, mandó que las prostitutas fueran expulsadas de la ciudad y conducidas a la otra orilla del Tormes.
 
- ¿Y cómo le sentó esto al personal?
- Como un tiro. Te puedes imaginar. El Felipe II tuvo que pensar aquello de "o follamos todos, o la puta al río". Y no iba desencaminado...
 
 
Así, el segundo Lunes de Pascua, las rameras regresaban a Salamanca para regocijo de los estudiantes, que iban a recibirlas borrachos a la ribera del Tormes. Ellos mismos las cruzaban en barca hasta la ciudad, con alguna orgía a mitad de camino. La bacanal culminaba con un remojón colectivo, de ahí el nombre de "Lunes de Aguas".    
 
"De conducir a las meretrices y pupilas tanto a su exilio temporal, como a su aclamado regreso, se encargaba un pintoresco personaje. Un sacerdote picarón llamado Padre Lucas, y que por degeneración del término, era conocido por los estudiantes por el nombre de Padre Putas, el cual se encargaba de concertar el momento del advenimiento carnal de estudiantes y doctoras de la cátedra del placer".

 
En la actualidad, la carne de las prostitutas se ha sustituido por la que encierra el hornazo -una recia empanada elaborada con lomo de cerdo, chorizo y jamón- y la orgía estudiantil ha terminado siendo un "macro-botellón" junto al Puente Romano. Por supuesto, Salamanca tampoco da ya estudiantes como Luis de Góngora ni rectores como Miguel de Unamuno.
 
 
"Al pie de tus sillares, Salamanca,
de las cosechas del pensar tranquilo
que año tras año maduró en tus aulas,
duerme el recuerdo..."