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sábado, 2 de marzo de 2013

Diccionario del fraude taurino (III)

Una tarde, tras presenciar un monumental petardo de Curro Vázquez en Las Ventas, Fernando Taboada y Ángel Guillén decidieron escribir "El diccionario del fraude taurino". He aquí una selección de términos:
 

SUERTES DEL TOREO. Pueden contarse entre éstas: pertenecer a una dinastía de toreros, gozar de los servicios de un apoderado solvente, ser fotogénico, tener gancho con los medios de comunicación... En definitiva, todos esos factores que abren puertas en el mundo de los toros y que dependen de la fortuna de cada cual.
TANDA. Serie de muletazos que se sabe cuándo ha empezado pero es imposible predecir cuándo va a acabar.
TAPITA DE JAMÓN. Manera cursi de llamar a un pase suelto, sin ligazón, que da el diestro al toro que pasaba por allí, para regocijo de aficionados melindrosos.
TAURINO. Personaje muy interesado por todo lo que rodea la fiesta, con la única excepción del toro bravo.

TAUROMAQUIA. Arte de lidiar toros, entre cuyos fundamentos cabe destacar: ayudar al toro a embestir, cuidar de que no se caiga, dar zapatillazos y alguna voz para despertarle la cansina arrancada, acompañarlo a dar un paseo a ver si se le pasa al animal el sofoco...
TOREAR PARA UNO MISMO. Algo que deberían hacer unas cuantas figuras del toreo, torear en soledad, para ellos mismos, y no andar por ahí ocupando carteles que ya quisieran muchos otros con más ganas.

TOREO DE SALÓN. Aquel que se realiza sin la presencia de un toro, o sea, prácticamente cualquier faena que se puede contemplar por esos ruedos de Dios.
TORERO – GANADERO. Matador que ha logrado el privilegio de escoger, arreglar y manipular los toros que va a lidiar sin tener que salir de casa.
TORO. Animalillo adiestrado que sale a la arena en los intervalos entre vuelta y vuelta para aderezar la tarde. Se diferencia del novillo únicamente por el guarismo que lleva marcado en lo alto del brazuelo, es decir, en el lugar donde se suelen dar las estocadas.
TORO BRAVO. Antepasado del actual toro de lidia.
TRAPÍO. Cualidad indefinible referida a la seriedad del toro, sobre la que es imposible llegar a acuerdo, ya que lo que desde el tendido se ve como auténtica birria, desde el callejón los taurinos aseguran que es un señor toro.

TRASTOS: Cosas inútiles.
VEEDOR. Personaje auxiliar que sirve de avanzadilla a las cuadrillas, haciendo una visita previa a domicilio a los futuros pacientes del doctor en tauromaquia. Se encarga de organizar el pre-operatorio para que el día de la citación de ambos en el ruedo dicho paciente presente el cuadro clínico de enfermedad y debilidad adecuados, así como la anestesia suficiente, para que toda la operación monetaria en la que consiste la Fiesta no dé lugar a complicaciones.
VERÓNICA. Nombre de fan.
 

domingo, 17 de febrero de 2013

Diccionario del fraude taurino (II)

Una tarde, tras presenciar un monumental petardo de Curro Vázquez en Las Ventas, Fernando Taboada y Ángel Guillén decidieron escribir "El diccionario del fraude taurino". He aquí una selección de términos:

 
GANADERÍA. Factoría dedicada a la alta producción en serie de animales de lidia. Uno de los misterios de esta romántica labor consiste en el engorde rápido de las reses.
GANADERÍA DURA. Únicos hierros con los que las figuras se sienten ecologistas y preocupados por conservar la naturaleza, negándose a matarlos.
HACER LA LUNA. Peripecia a la que se ven obligadas las figuras cuando hacen dobletes para batir récords y tienen que torear bien entrada la noche.
JABONERO. Toro idóneo para hacer una faena aseada.
MALETILLA. Último personaje romántico de la fiesta, a quien hoy no queda ningún sitio ni oportunidad para alimentar su afición, dado que los puestos en capeas, plazas portátiles y tentaderos están copados por las figuras del escalafón.
MONOBANDERILLA. Frecuente y curiosa manera de ejecutar la suerte de banderillas, en la cual el subalterno se limita a poner un palitroque en no importa qué parte anatómica del toro (un buen ejemplo es el costillar), y que supone una singular forma de interpretar el rejoneo, sólo que sin caballo.
MONOPUYAZO. Manera de conseguir que el toro, con un solo viaje al caballo, reciba castigo equivalente a tres o cuatro puyazos, en un alevoso intento de alancearlo, asfixiarlo, desangrarlo y hasta descordarlo, entretanto, el jefe de cuadrillas contempla la escena sin inmutarse.
MONTAJE. Festejo oligárquico en el que las funciones de torero, ganadero, empresario y apoderado recaen sobre una o muy pocas personas, creándose así múltiples casos de pluriempleo, entre los que cabe citar empresario – ganadero, torero – ganadero, torero –comentarista – ganadero, empresario – apoderado y todas las variantes que pueda uno imaginar.

NATURAL. Sabor clásico del yogur. Hoy gustan más si son semidesnatados o azucarados.
NO HAY BILLETES. ¡No los habrá en la cartera del aficionado! Porque lo que son los taurinos...
PARTE MÉDICO. Justificante por el que los toreros alegan dolencias varias (gripe, problemas musculares o traumatismos) para encubrir la pitonitis.
PEGAPASES. 1) Aquel que realiza el toreo eterno (no el de siempre, sino el que no se acaba nunca). 2) Torero cuya faena soñada da sueño al aficionado.
PERIODISTA. Único miembro de la cuadrilla que no hace el paseíllo. A juzgar por los repetidos elogios con los que rellena sus crónicas, resulta ser el que más aprovecha los toros, pues saca faena de donde realmente no ha habido nada reseñable.

PICANTE. Sabor que tienen las faenas con emoción, que no suelen ser del gusto de los fans, cuyo paladar está hecho sólo para golosinas, tocinos de cielo...
PLAZA DE TOROS. Sucursal bancaria a la que el torero puede acudir a cualquier hora a sacar dinero.
RABO. Única parte del toro con movilidad.
RECONOCIMIENTO. Capítulo muy importante en el prólogo de una corrida. Consiste en, una vez desembarcadas las reses, averiguar por parte de los veedores si se trata de las mismas que ellos habían escogido y arreglado en el campo.

RUN – RUN. Murmullo de desconcierto, por la falta de costumbre, que el público provoca cuando sale al ruedo un toro bien presentado.
RUTA DEL TORO. Especie de ruta del bacalao por cuyas carreteras no paran de ir y venir camiones, en pleno baile de corrales, y cargados de toros con una embriaguez alarmante.
SALIR AL QUITE. Pacto entre figuras para taparse y justificarse unos a otros fuera de los ruedos, elogiándose y excusándose mutuamente en entrevistas, en las televisiones...
SANGRAR. Lo que hacen muchos pitones al rematar en tablas.
SELECCIÓN. Proceso ganadero por el que se escogen las reses y que consiste en destinar a todas las hembras para madres y todos los machos para ser lidiados. La selección puede ir más allá y el criador puede separar sus desechos de tienta para venderlos a otro ganadero.
SIAMÉS. Arquetipo del futuro encaste predilecto por las figuras del escalafón.
SILENCIO MAESTRANTE. El que calla otorga.
 

jueves, 7 de febrero de 2013

Diccionario del fraude taurino (I)

Una tarde, tras presenciar un monumental petardo de Curro Vázquez en Las Ventas, Fernando Taboada y Ángel Guillén decidieron escribir "El diccionario del fraude taurino". He aquí una selección de términos:


ABANTO: Se designa así al diestro que se desentiende de la lidia, o al que da la espantá.
ABROCHADITO DE PITONES. Una de las condiciones más favorables que puede tener un toro para ser elegido como semental, dada la alta probabilidad de que su descendencia adquiera tal atributo, muy demandado en el mercado del toro comercial.
ACOPLARSE. Esfuerzo que ha de hacer el toro para adecuar su embestida a la faena que el torero trae ya premeditada.
AFICIONADO. Persona non grata para los toreros, ganaderos y empresarios. Para alivio de éstos, tan rara avis está en vías de extinción.
ALAMAR. Lo único brillante de muchas corridas.
ALBERO. Tierra arcillosa cuyo mal estado es la excusa más socorrida y estúpida con que se justifican las caídas de los toros y se encubre su falta de fuerzas.
ALMOHADILLA. Cojincillo muy cómodo para el espectador pero incomodísimo para el torero cuando son arrojadas. Es ideal para echar una cabezadita durante las faenas de los pegapases o las interminables vueltas al ruedo de las figuras.
ANDARÍN. Diestro cuya movilidad ya desearían muchos ganaderos para sus astados. Curiosamente hoy es el toro el que se para y clava las pezuñas en la arena, mientras el torero se contonea y baila alrededor de él.
ARRIMARSE. Acción de acercarse a un apoderado eficiente.
ARTE DE TOREAR. Según Bergamín es el arte de birlibirloque. Entendemos birli por aquello de birlar el dinero al aficionado, y lo de birloque porque hay que estar un poco loco para seguir apoyando a tanto torero artista. Será, pues, el arte de engañar, no tanto a un toro en presencia de los aficionados, como al aficionado en presencia de eso que se sigue llamando toro sin serlo.
AVISO. Toque de clarín cuya finalidad es despertar a los aficionados que se han ido quedando dormidos durante la larga faena.
AYUDADO POR BAJO. Torero que, para ser incluido en los carteles, ha de ser auxiliado subrepticiamente por algún amiguete poderoso.
BAJAR LA MANO. El aficionado podrá bajar las manos una vez que se ha consumado el atraco y no se devuelve el toro inválido.
BERREON. Torero que, tras agredir con un bajonazo a la res, la emprende a gritos con sus peones para que lo dejen caer solo, como si hubiera ejecutado el más perfecto volapié.
BOSTEZO. Manifestación que ha suplantado al “¡Ole!” y denota el estado anímico con que el aficionado soporta las plomizas faenas, tan abundantes en pases como escasas en verdad y emoción.
BRAVURA. Gen recesivo que se está intentando erradicar en el toro de lidia, dadas las molestias que ocasiona para el despliegue del bello arte del toreo, quedándose así el toro en mera fachada (aunque la mayoría de las veces ni eso).
BRINDIS. Único momento del último tercio en que el matador clava las zapatillas, se estira y corre la mano.

CALLEJÓN. Lugar recóndito en los bajos fondos y las plazas de toros donde se cuecen negocios turbios.
CAPILLA. Dependencia de la plaza donde los toreros demuestran su religiosidad, aunque muy pocos quieren saber nada del cura de Valverde y casi ninguno es devoto de San Isidro o San Fermín.
CARA. Lo que debe tener el toro serio. Lo que tienen los taurinos que se ríen del aficionado.
CARTEL DE TOROS. Publicidad engañosa en la que lo único cierto son las cifras (fecha, hora y cantidad de reses) y donde palabras como bravo, magnífico, extraordinario, hermoso, etc., pierden su significado real.
CENICIENTOS. Pueblo cercano a Madrid que tiene el privilegio de contar con la única plaza portátil de España a la que las figuras se niegan a ir.
CLAVEL. Flor que se luce en los tendidos y jamás se marchita, puesto que quien las lleva tan sólo va a presenciar dos o tres festejos al año, con el fin de dejarse ver y ultimar negocios.
CRUZARSE. Acto que se repite entre toreros durante la tarde del festejo (en la que, por ejemplo, se cruzan en el hall del hotel, a la entrada de la capilla, en la tronera del burladero, o en el ir y venir por las carreteras en busca del récord, pero raramente en la cara del toro).

DE PODER A PODER. Pulso que se da entre los apoderados y el poder establecido en el que los primeros intentan imponer sus fechorías.


DESECHOS DE TIENTA. Fenómeno en cascada por el que reses rechazadas en una tienta, en vez de ir al matadero, son cedidas a un taurino cualquiera, que fundará con estas sobras una nueva ganadería. De los desechos de éste, asimismo, se surtirá un tercer ganadero, y así, sucesivamente, rebajándose cada vez más la poca sangre brava que queda.
DINASTÍA TORERA. Una de las escasas vías para llegar a ser torero sin tener que recurrir a los servicios de un ponedor.
DIVISA. Cintas de colores que sirven de distintivo para cada ganadería, pero que encubren un único encaste. Así, las figuras, por más que se anuncien con diversos hierros, dando una sensación ilusoria de pluralidad, realmente están toreando ejemplares del mismo encaste de moda, por más que se distingan gracias a esas tiras coloreadas sobre el morrillo.
ECHAR LA PATA ALANTE. Gesto que las figuras sólo hacen para poner zancadillas a los modestos que llegan arreando fuerte.
EN TODO LO ALTO. Lugar desde el que avistan la corrida los aficionados con menos poder adquisitivo.
ESCUELA DE TAUROMAQUIA. Centro docente en el que se instruye a los alumnos en las suertes fundamentales de la tauromaquia: entrenar para que en los brindis la montera caiga boca abajo, colear a los toros derrengados, nociones de primeros auxilios para atender a las reses inválidas y algunos adornos para meterse al público en el bolsillo.

FAENA ASEADA. Aquélla que se realiza a un toro que tiene la carita lavada y está bien afeitado; además, sin que el diestro se manche el traje.
FALTA DE FUERZAS. Invalidez del ganado que los taurinos achacan al exceso de kilos. Cabe añadir que en sus ganaderías favoritas se caen hasta los becerros.
FANS. Creciente sector de público que no para de aplaudir y se sorprende del magnífico ambiente, del fulgor de los trajes de luces, o de los caballos de los alguacilillos, mas no logran entender qué es lo que pinta en todo este espectáculo ese animal negro que sale después.
FIESTA NACIONAL. Espectáculo genuinamente español que sólo se da con rigor en Francia.
FIJEZA. Cualidad de algunos toreros afines a la Empresa gracias a la cual, inexplicablemente, sin ganarse el puesto, son repetidos en algunas ferias temporada tras temporada.
FUERA DE CACHO. Situación en la que queda el torero cuando el toro no sabe colocarse para el siguiente muletazo.

martes, 9 de octubre de 2012

Así de easy: calentitos hasta en la China


Leo en el suplemento de moda de El País (¡sí, lo reconozco: me gustan las publicaciones de moda!) un artículo titulado: «Por qué lo llaman "cookie" cuando quieren decir galleta». Trata sobre la proliferación de términos anglosajones en este pastiche que algunos llaman spanglish, aunque el término adecuado sería, sin ambages, terrorismo lingüístico. Resulta gracioso porque esta supuesta modernidad lleva siglos empleándose en Gibraltar a través del entrañable llanito. Por ejemplo: la expresión "tienes una llamada" se traduce como "hay un call pa´ti". Más casos prácticos: "plomero" (del inglés "plumber") significa fontanero; "queki" (de "cake"), pastel; "antorcha" (de "torch"), linterna;  "lanche" (de "lunch"), almuerzo; o "dar una apología" (de "apology"), disculparse. Así de easy, que los gibraltareños lo tienen tó inventao. Pero volvamos al artículo del país:

«Uno de los sectores donde más se usan términos anglosajones es en el de la alimentación. Ya no comemos patatas fritas, sino chips; ni horneamos magdalenas, sino cupcakes o muffins; o preferimos snacks de nugget a aperitivos de pollo frito. Pero ¿por qué da la sensación de que el mismo alimento sabe mejor en inglés que en español? “Para los nuevos consumidores una galleta Fontaneda es la que compraban sus abuelos. Sin embargo, una cookie es una galleta moderna, que está mucho más de acuerdo con su estilo de vida, con su lenguaje... Llamar cookie a una galleta es una seña de identidad igual que llevar un determinado corte de pelo o un estilo de indumentaria”, opina Luis Sánchez Villa, profesor de Marketing de Esic».


Estos modernos, sin embargo, no tienen lo que hay que tener para rebautizar a los churros. ¡A los calentitos de toda la vida, vaya! Escribe Antonio Burgos: «En cada puerta de Sevilla había una capillita con una devoción mariana, una cartelera de toros y un puesto de calentitos». A ver quién es el guapo, con sus señas de identidad por montera, que llama a este desayuno del pueblo "hotys" o "churrings".

Charo, la churrera del Puerto de Santa María:
"Los churros son mi felicidad, cuando me muera seguiré
haciendo churros para todos los muertos que estén allí"

«¿Habrá algo más mediterráneo que el rabo del Minotauro de Creta, que es el único que le falta por cortar a Jesulín de Ubrique esta temporada? No sé si será dieta mediterránea, pero estas mañanas de agosto me encanta desayunar café con calentitos, como les llamamos los sevillanos a los churros; que churros les llamamos a otras cosas, la política económica del gobierno y así» (leer más).


«Juana ha dicho que de churros, nada, que eso es de Despeñaperros para arriba. Que aquí abajo, según las comarcas, son calientes, calentitos, jeringos, tejeringos, tallos, porras. Aquí un churro es una cosa muy malamente hecha, nunca un calentito o un jeringo. Aquí churro es un churrete en el habla» (leer más).




«En la Casa de Soria, está el mayor defensor del habla sevillana que he visto. Estaba la otra tarde, con mi bandeja de calentitos por delante, en la barra, cuando llegó una señora de las que allí paran a merendar con las amigas y dijo la palabra maldita, la voz invasora: churro. La señora pidió:
-Media de churros.
Pero el meritísimo defensor del habla andaluza, de la propiedad de sus voces y de los calientes sevillanos, al ordenar la comanda a la cocina a través del torno, hizo la perfecta traducción simultánea:
-Que sea media más de calentitos» (leer más).
Diga usted que sí, don Antonio: al pan, pan, y al calentito, calentito. Ahora los orientales han dejado de lado los rollitos de primavera para darle al churro: la mítica chocolatería San Ginés, la buñolería Modernista de Max Estrella y Don Latino, aterriza en Shangái, aunque los dulces también se servirán con queso y mole picante (¡¿?!). Allí tampoco usarán la bonita palabra "calentitos", ni "hotys", ni "churrings"... en China serán "xuanlezi" (lo que crece alegremente dando vueltas). Pero los chinos no conocen el verdadero secreto de unos buenos calentitos: hay que usar harina vallisoletana. Lo dice un paisano mío que lleva su churrería, "Los Especiales", por las ferias de España, de norte a sur y de este a oeste... ¡incluso a Gibraltar! No todas las harinas valen para churros y, la que emplean para los rollitos, me da mala espina.

«Igual que los chinos ponen en Sevilla sus tiendas de chinos, Pedro Trapote ha plantado su calentería y chocolatería de San Ginés en Shangai, en un centro comercial del histórico distrito de Hongkou, al lado del estadio de fútbol del Shangai Shenhua de la Superliga china, donde juega el actual equipo de Drogba y Anelka bajo las órdenes del argentino Sergio Batista. Y como a este Trapote no hay quien lo pare, tras Shangai piensa abrir más calenterías madrileñas en Pekín, Cantón, Suzhou, Hangzhou, Shenzhen, Wuhan y Chengdu» (leer más).


«Escena cuarta. Noche. Máximo Estrella y Don Latino de Híspalis tambalean asidos del brazo por una calle enarenada y solitaria. Faroles rotos, cerradas todas, ventanas y puertas. En la llama de los faroles un igual temblor verde y macilento. La luna sobre el alero de las casas, partiendo la calle por medio. De tarde en tarde, el asfalto sonoro. Un trote épico. Soldados Romanos. Sombras de Guardias: Se extingue el eco de la patrulla. La Buñolería Modernista entreabre su puerta, y una banda de luz parte la acera. Max y Don Latino, borrachos lunáticos, filósofos peripatéticos, bajo la línea luminosa de los faroles, caminan y tambalean».

martes, 25 de septiembre de 2012

Lengua de la Nueva Tauromaquia (LNT)

Estos días, la prensa continúa resacosa tras la catarsis tomasista-nimeña, que purificó el espíritu de tantas criaturas que viajaron cientos de kilómetros para tutearse con el Dios del toreo y arrancarle los alamares en el umbral del anfiteatro romano. La mañana, como comprenderán, dio para llenar varios pantanos de épica incluso en tiempos de sequía. Tal y como aseguró Simón Casas, empresario/productor artístico de Las Arenas de Nîmes, «José Tomás ya ha muerto en la plaza: en realidad, es Manolete resucitado». En la catarsis nimeña -fruto, como todas las catarsis, de la compasión y el miedo, eleos y phobos- no faltó de nada: tuvo una resurrección... y un indulto.

Simón, ese empresario que, si no existiera, habría que inventarlo

Ya ha regresado "Ingrato", el toro de Parladé salvado por el Dios JT -a semejanza de los emperadores cuando le concedían la vida a los gladiadores elevando el pulgar-, a su finca en "Lo Álvaro", paraíso en la tierra donde tiene a sus pezuñas un harén de 25 vacas. Gracias a la bondad de JT y sus picadores, el animalito sólo recibió dos puyazos breves, limpios y al relance y, una semana después de la catarsis, se encuentra fuerte y sano. Su ganadero, Juan Pedro Domecq Morenés, hijo del creador del "toro artista" y la "toreabilidad", aseguraba en una entrevista para "La Razón" que «no ha tenido ni fiebre, que es la mejor señal». Continúa Juan Pedro: «No pude ir a Nimes, pero por los vídeos que he visto fue un toro muy importante, con una bravura exquisita [...] Todo un cóctel de caracteres aglutinado en un genio y para otro genio».

El exquisito "Ingrato"

No me negarán que las palabras del ganadero son asimismo geniales: la "bravura exquisita" me ha llegado al alma. También me gusta cuando los toros salen "manejables", "toreables", "comerciales" o "enrazaditos" (¿no es más bonita la palabra "casta" en vez de "raza", que suena a perro?). Recuerdo otra frase maravillosa de Álvaro Núñez Benjumea, propietario de la ganadería de Núñez del Cuvillo: «La bravura nace de la mente del ganadero». Olvidó decir que también de su boca. Habría que registrar todas estas perversiones lingüísticas en un diccionario sobre la neolengua del toro de lidia que, a buen seguro, se convertiría en todo un best-seller.

Ejemplo de toro manejable

Pero, bien mirado, ¿cómo no van a salir toros de bravura exquisita si son "instrumentos musicales"? A la pregunta de si consideraba ético que los toreros eligieran para sus gestas "astados mansitos", Simón Casas, el productor de arte, respondió hace pocos días: «Mire, yo estoy a favor de que escojan el tipo de toro. Como los músicos, son libres para elegir su 'instrumento', ya sea un chelo o una trompeta. El peligro no viene de la envergadura del animal ni de su peso. Lo pone la manera de torear, el estilo... ¡Lo importante es la interpretación!».

Cuestión de estilo

Precisamente, esta semana se quejaba Alfonso Ussía también en "La Razón" de los neousos lingüísticos de la modernidad en los medios de comunicación: «En los informativos de las radios y las cadenas de televisión, han crecido como enanos los trituradores del lenguaje. O por analfabetos, o por cursis o por obediencia y seguimiento de consignas nubladas». En el toro, sin duda, nos hemos vuelto unos cursis: exhalamos almíbar. Franco, a nuestro lado, con su España como destino en lo Universal, por el Imperio hacia Dios y la conspiración judeo-masónica, era una sobria fachada románica. ¡Los ganaderos son los verdaderos prodigios del barroquismo lingüístico!

Para prendas delicadas y exquisitas

¿Qué análisis haría Víctor Klemperer de las musarañas verbales de los nuevos criadores de toros exquisitos, verdadera coctelería de caracteres? Probablemente las llamaría LNT ("Lengua de la Nueva Tauromaquia" o "Lengua de las Nuevas Tonterías"). La polisemia de las siglas, otra cuestión muy de moda, ya se sabe, es peligrosa y, a menudo, no entiende de exquisiteces.