Mostrando entradas con la etiqueta copla. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta copla. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de febrero de 2016

Y te canto bajito...


Acaba de fallecer quien probablemente fue el primer ídolo de la música juvenil española, un pionero del pop patrio y un auténtico One Hit Wonder, que lo llaman en inglés. Me refiero a José Luis y su inseparable guitarra, deidades en la década de los 50 y los 60. En 1958, la canción "Mariquilla" -compuesta durante los años de "mili" y dedicada a su novia y futura esposa, María del Carmen- arrasó en la radio, recaudando una pequeña fortuna en derechos de autor. En pleno franquismo, el jienense José Luis -inspirador de numerosos amores juveniles- impactó en los programas de discos dedicados con su voz acaramelada, su letra sensiblera, su rasgar de guitarra y su contagioso tararear. 


En ese mismo año de 1958, el periódico francés Le Figaro entrevistó a Franco, quien declaraba: "Considero que el Régimen actual del Estado español es el más adecuado para la defensa del pueblo. La voz popular se deja oír a través de los organismos vivos de la nación: la familia, los municipios, los Sindicatos". Al Generalísimo se le olvidó añadir que, en aquellos tiempos, la voz popular por excelencia era José Luis y su guitarra. El despiste quizá se debía a que el Régimen casi censura la letra de "Mariquilla": "Me echaron para atrás Mariquilla porque decía cuánto te adoro, eres mi bien. Argumentaban que sólo se adora a Dios, y tuve que convencerlos de que hasta las abuelas adoran a sus nietos". 

Mariquilla bonita,
graciosa chiquita,
tu eres mi querer.
Yo te doy mi vida,
mi alma y mi sangre
y todito mi ser.

Y te canto bajito
lo que te quiero,
cuánto te adoro,
tú eres mi bien.


A José Luis, estrella con aspecto de estudiante aplicado, también le favoreció, por qué no decirlo, el nacimiento de la televisión en España, que lo convirtió en el ídolo de la canción ligera. "La primera vez que actué en televisión me temblaban las piernas. Yo quería que me dieran un coñac pero no me lo dieron", confesaba el cantante no hace mucho en Diario de Córdoba. Descanse en paz, José Luis Martínez Gordo, y que le sirvan muchos coñacs en el cielo.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Grises


Hay ojos a los que les falta el color. Ni son verdes, ni pardos, ni azules. Son, quizá, grises. El poema de Rafael Salazar los comparaba con piedras, con espejos empañados, con cuevas guardando traición.

Ni son verdes, verdes,
ni son negros, negros.
Tus ojos malditos no tienen color,
ni pardo de tierra, ni azules de cielo,
ni grises de humo, ni rosa de flor.


La Paquera de Jerez y Bambino cantaban al frío de unos ojos grises, que eran de color acero, enloquecedores. 

Cuando sentí el frío de tus ojos grises,
los míos ya fueron dos barcos sin faro,
que adentro del alma me echaron raíces,
volviéndome loca, tus ojitos claros.


Y los poetas, como Constantino Cavafis, también dedicaron versos a unos hermosos -y generalmente, tristes- ojos grises.

Mirando un ópalo medio gris
recordé dos hermosos ojos grises
que vi: hará unos veinte años...

Por un mes nos amamos.
después se marchó, creo que para Esmirna,
a trabajar allí, y no nos vimos más.
Se habrán afeado -si vive- aquellos ojos grises;
se habrá arruinado el bello rostro.
Memoria mía, guárdalos tú como eran.
Y lo que puedas, memoria, de ese amor mío,
lo que puedas tráemelo esta noche.


Ojos grises, generalmente invernales, como el tiempo que comienza... Allí, donde termina tu mirada empieza el frío (Karmelo Iribarren).

miércoles, 11 de noviembre de 2015

El príncipe de la rumba fatal


Poco dice el nombre de Miguel Vargas Jiménez. En cambio, ante el apodo de "Bambino", son muchos los que se santiguan. Y con motivos. Nacido en Utrera en 1940, "Bambino" ha sido uno de los cantantes más personales de la creación. De pequeño, formó parte del Coro de Consolación, Consolación la de Utrera, "que por un querer de perdición se echó a rodar por los caminos, que por el dolor de una traición cambió de rumbo su destino". 


De niño del coro, "Bambino" pasó a ser peluquero. Pero, como Consolación la de Utrera, Miguel cambió de rumbo su destino y el oficio de barbero duró poco: a comienzos de los 60, Gitanillo de Triana  lo contrató para debutar en el madrileño tablao El Duende, regentado por el torero y su suegra, Pastora Imperio. De El Duende pasó a Pasapoga, luego a Los Canasteros, el local de Manolo Caracol, y de allí a numerosos teatros, salas de fiesta y discotecas de la capital. El gitano "Bambino" era carne de escenario, razón por la cual grandes genios del flamenco querían actuar con él: Paco de Lucía, La Paquera, Dolores Vargas, Enrique Montoya... Entre la bulería y la rumba, el utrerano de ojos tristes versionó coplas, boleros, tangos y rancheras. Ningún género se le resistía, aportando siempre un sentimiento desbordado a cada interpretación. Quizás quien mejor definió su estilo fue Ramón Vendrell, al decir que era "el príncipe de la rumba fatal". 


Las canciones de amor prohibido, como Corazón loco, La Pared o Mi amigo, eran su especialidad, y aún desgarran por su dramatismo, ferocidad y veracidad. "Bambino", intérprete maldito y olvidado, hace temblar al que le escucha. Su voz, quema y duele. Ahí está la pared que separa tu vida y la mía.



Vamos a dejarlo así,
que nadie advierta el combate,
ni me heriste, ni te herí,
vamos a dejarlo así,
aunque la herida nos mate.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Después se olvida el fuego, pero nunca la llama


"Con una cerilla, esto es, con la llama peligrosa, enciende uno un cigarrillo que arde y que se apaga después por la consunción de todos los peligros agotados, saboreados, arrojándolo aún vivo, cuando por el humo se sabe donde está el fuego. Todavía. Después se olvida el fuego, pero nunca la llama" (César González-Ruano).  

Fotografía: Santana de Yepes

Antiguamente, solía decirse que "los listos salían de la caja de mixtos" puesto que, en los laterales de las cajas de fósforos, venían dibujados retratos de todo tipo de personalidades: políticos, artistas, escritores y, por supuesto, toreros. Y es que los españoles, con su natural alegría, siempre supieron que es mejor encender una cerilla que maldecir en la oscuridad.


A mediados de los años 60, Ochaíta, Valerio y Solano compusieron La lumbre de tu cigarro, una rumba picarona acorde con la apertura social que atravesaba el país.

Ay, cógeme, cógeme,
cógeme en tus brazos,
creí que era una estrellita
la lumbre de tu cigarro.


"Cuántas veces nos quemamos los dedos, ambiciosos, viciosos, afilados como silbidos de la noche oscura..." (CGR).

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Farrucas, farrucos y amores que van de paso

La farruca es uno de los palos flamencos más modernos. Su origen se debe a los "farrucos", emigrantes gallegos y asturianos que recalaron en la Andalucía del siglo XIX para trabajar, generalmente, como temporeros. El diccionario de la Real Academia utiliza el término "farruco" para describir a una persona insolente o altananera (de ahí la expresión "ponerse farruco"). Etimológicamente, parece que la palabra procede del árabe y se empleaba para nombrar a un gallo joven. Explica Faustino Núñez que una de las características del cante de la farruca "es la utilización de la glosolalia, con el tran-tran-tran-tran-treiro, lo que lleva sin duda a acordarse de tierras gallegas".


La Farruca del Tran, compuesta por Córdoba y Mostazo, fue uno de los éxitos de Estrellita Castro, quien la interpretaba con inigualable salero bajando las escaleras de una casa de vecinos durante la película Mariquilla Terremoto.


Amores que van de paso 
Caprichos de una mujer 
No le hagas mucho caso 
Y deja el agua correr 
Déjala correr 
Que no hay voluntad en el mundo que la pueda detener.
Que con el tran tran tran treiro 
Treiro treiro treiro tra 
Que con el tran tran tran treiro…


A pesar de que Mariquilla Terremoto fue rodada por Benito Perojo en Alemania en 1938 (España se encontraba inmersa en la Guerra Civil), sorprende la actualidad de la letra, la cual justifica los antojos amorosos de las mujeres. En 2012, Diana Navarro rescató aquella farruca, adaptando una nueva versión. Setenta y cuatro años de diferencia, pero la misma canción. Y los mismos amores de paso imposibles de detener.

lunes, 15 de junio de 2015

Echar el anzuelo

La vida de Paquita Rico es un folletín. A los diez años ya trabajaba para ganarse el sustento; a los veinte, era cancionista folklórica y a los treinta, estrella del cine. Y siempre bellísima. Natural que más de uno quisiera echarle el azuelo...


En 1956, Ochaíta, Valerio y Solano compusieron varias coplas para la película Curra Veleta, dirigida por Ramón Torrado y protagonizada por Paquita Rico, quien interpreta el papel de una guapa muchacha que vive con sus tíos en Ayamonte. La cinta arranca con unos espectaculares planos generales de la dársena de Ayamonte, donde los pescadores acuden camino de la lonja, para vender su mercancía. Paquita sale a escena en la parte más alta del pueblo, La Villa, con una cesta al brazo, cantando una simpática coplilla titulada El Anzuelo

El anzuelo,
el anzuelo procura afinarlo,
que no haya camelo
pa que luego,
si en la iglesia 
te ponen el yugo
al irte a casar,
no te larguen
un besugo...
¡qué bar... que barbaridad!

Mocita que en tu ventana,
te dan de pares y nones, 
ten cuidado que no te piquen
los malos y los tiburones.

Y cuando la pesca llegue,
procura con tu gracejo, 
que no caigan en tus redes
langostinos ni cangrejos.

Son pescaítos de plata
las niñas en buen estado, 
en cambio son las gambonas
y las raspas del bacalao.

Mocitos de veinte años,
filetes de pescaílla,
merluzos los solterones 
pa asarlos en la parrilla.


Paquita Rico vino al mundo en una modesta casa del barrio de Triana, en 1929. Mucho antes de rodar Curra Vetela, aprendió a distinguir un besugo de un filete de pescadilla: su padre era vendedor de cucuruchos de marisco por las calles de Sevilla. En 1960, se casó con Juan Ordóñez Araújo, hijo de El Niño de la Palma y hermano del famoso torero Antonio Ordóñez. Cinco años después de la boda, Juan, que en el mundillo sólo llegó a banderillero, teniendo que vivir a expensas de su mujer, se suicidó, dejando muerta de tristeza a La trianera de bronce. A su funeral, acudió el director de cine Orson Welles, quien besó la mano de la hermosa viuda.

martes, 5 de mayo de 2015

¡Anda jaleo!

"Yo me subí a un pino verde
por ver si la divisaba
y solamente vi el polvo
del coche que la llevaba"


Anda jaleo es un antiguo poema tradicional al que Federico García Lorca puso música, incluyéndolo en el disco Canciones Populares Españolas de 1931, donde es interpretado por La Argentinita, amante del torero Ignacio Sánchez-Mejías.
"Anda jaleo, jaleo,
ya se acabó el alboroto
y ahora empieza el tiroteo"


La letra cuenta una historia de desamor: el protagonista desea ver a su querida, pero no lo consigue porque un coche se la ha llevado. El poeta (metáfora del cazador) advierte a la mujer de lo mortal de sus celos. Finalmente, descubrimos que ella (representada por una paloma) ha muerto y él la llora. 

En la calle de los muros
mataron a una paloma.
Yo cortaré con mis manos
las flores de su corona.
No salgas, paloma, al campo,
mira que soy cazador,
y si te tiro y te mato,
para mí será el dolor,
para mí será el quebranto.


domingo, 19 de abril de 2015

Color moreno


Ya están las gitanas guapas, con sus delantales blancos de puntilla, haciendo buñuelos pa la feria. De color moreno ellas, como el chocolate. Ya están ahí, entre las calores del perol, cazando del aceite hirviendo las rosquillas fritas con sus varas de madera. Que en feria nunca falten unos buñuelos morenos a las claritas del día ni un bayón gitano, como aquel que Quintero, León y Quiroga compusieron para Luisa Ortega en 1954.


El clavito y la canela
con la menta y el limón,
rebujó en una cazuela
cierta noche el Faraón.

Y después de aquel guisao,
tras de mucho remové,
salió el coló aceitunao
natural de los calés.

Color moreno, casi tostao,
tienen los celos, tiene la zambra,
tiene el querer.
Color moreno, recetrinao,
Tiene, que tiene, ¡viva su mare!
quien yo me sé.

No le des vueltas al molinillo
porque nos vamos a mareá;
color moreno tiene el tanguillo,
color moreno, color moreno la soleá.

viernes, 17 de abril de 2015

Amante de abril y mayo en la Sala de Fitness

Entre abril y mayo llegan las primeras calores. Que la primavera altera la sangre es un dicho que se cumple tanto en los hombres como en las mujeres, principalmente entre las que andan por la cuarentena, hermosas y sin un amor (o con un marido, tanto da). De pronto, un buen día, estas señoras cambian de peinado y salen al zaguán a decir adioses a un niño tostado. O, en su defecto, se apuntan al gimnasio con el fin de arrimarse a su entrenador personal. 

 
Observo el modus operandi de estas mujeres en la Sala de Fitness. Todo comienza con un tirón ficticio, con una máquina que no funciona o con una duda sobre el plan de entrenamiento. Son señoras burguesas, de escudo y renta, todavía de buen ver, como la rosa de Peñaflor. Van al gimnasio con unos modelos meticulosamente estudiados -realzando las carnes en los puntos clave-, que relucen aún más gracias a los complementos: pendientes de perlas o pulseras de oro. Las alianzas de casadas quedan accidentalmente olvidadas dentro del joyero. 

 
Mientras el especialista en fitness acude cabalmente en ayuda de estas atléticas damas, venas adentro, corre un amor de mayo y abril. A veces, las vecinas -que también están apuntadas en el mismo gimnasio- hablan más de la cuenta: que si ella tiene cuarenta y que él sólo veintidos. Pero contra el viento de la comidilla y a pesar del tango de la edad, a las señoras con zarcillos de perlas les duelen los centros de tanto querer a su "entrenador de definición muscular".


Nada nuevo bajo el sol: en 1957, Rafael de León ya escribió Amante de abril y mayo para doña Concha Piquer. La misma historia... sólo que el especialista en fitness iba a caballo.
 

martes, 7 de abril de 2015

La Virgen de la Esperanza ha servido de escudo al corazón del valiente Joselito

"Durante las pasadas fiestas taurinas de San Sebastián, Joselito, el torero valiente, el artista imponderable, que modela esculturas atrevidas ante las astas amenazadoras de los toros, que se burla de las fieras con su trapo ágil, seguro y elegante, muleteaba a un Saltillo, llevándole dócil, manejándole obediente y escuchando las aclamaciones frenéticas de la muchedumbre, que abarrotaba los huecos todos de la enorme plaza. Los vítores de la multitud traquean sus nervios mozos; y hambriento de gloria, levanta el arma y se atraca de toro entre pitón y pitón. Al salir la bestia de aquellos brazos con la muerte en el corazón, asestó una cornada peligrosa en el pecho del torero, y pudo ser golpe de venganza matando al morir. La concurrencia se apercibió del peligro y se levantó inquieta, anhelante. No fue nada; su ídolo permanecía en pie: cayó rota al suelo por el desgarrón de la camisa una cadenita de oro, se hundió en la arena una medalla abollada. La Virgen de la Esperanza ha servido de escudo al corazón del valiente. Joselito llevaba en su pecho la imagen de la Virgen que adoran los macarenos, el barrio sevillano de la majeza y la torería; y cuando la fiera le acometió de muerte, la punta acerada del cuerno se embotó en el disco dorado. Cuando Joselito tornó a la fonda, fue rodeado por su familia".

Publicado en el Blanco y Negro del 24 de agosto de 1913


En 1913, Joselito tenía 18 años y hacía su primera temporada completa como matador de toros, deslumbrando a público y crítica con su dominio de las suertes. A pesar de ser ya una eminencia en el toreo, aquella tarde de agosto en San Sebastián, fue una medalla de la Esperanza Macarena la que le salvó de una cornada segura. Al finalizar la temporada, Joselito, triunfal, viajó a París con el recuerdo del quite realizado por la Virgen ante un toro de Saltillo. El de Gelves entró en una de las grandes joyerías del centro parisino y compró, como regalo para la Señora de San Gil, cinco broches verdes compuestos de pétalos de cristal de roca francés engarzados en oro blanco y rematados con brillantes. A comienzos del siglo XX, este broche femenino, llamado también "mariquilla", era utilizado por las jóvenes de buena sociedad al ser una pieza muy atrevida y chic inspirada en el estilo art decó.
 
 
De vuelta a Sevilla, Joselito entregó las cinco "mariquillas" verdes a Juan Manuel Rodríguez Ojeda, afamado bordador y mayordomo de la hermandad hasta 1900. Pronto, aquellos broches verdes se integraron en la iconografía de la Macarena, hasta tal punto que, un siglo después, aún los lleva prendidos sobre su pecho.
 
 
Precisamente, fue Rodríguez Ojeda quien vistió a la Virgen de riguroso luto en 1920, cuando un toro de la Viuda de Ortega, Bailaor, arrancó la vida a Joselito en Talavera de la Reina un trágico 16 de mayo. Esta vez, la Macarena no pudo servir de escudo al corazón del "Rey de los Toreros".
 
 
Suspira bajo su manto
la Virgen de la Esperanza
y arrían en señal de duelo
banderas en La Maestranza.
Y Sevilla, enloquecía,
repetía a voz en grito:
¿pa´qué quiero mi alegría?
¿Pa´qué quiero mi alegría
si se ha muerto Joselito?
 

viernes, 13 de marzo de 2015

Las coplas de Susana


Susana, en egipcio, significa "flor de loto" y, en arameo", "lirio". Como la copla. Susana Díaz, candidata premamá, quiere mirar a los ojos a su hijo, el que aún lleva en el vientre, y contarle que los de su partido han dejado una Andalucía mejor que la heredada de nuestros padres. Así lo dijo durante la apertura de la campaña electoral que tuvo lugar en Almería. Y a mí aquello me sonó a copla. 

"A la nanita mi niño,
no llores ni tengas penas,
yo te daré mi cariño
porque seré una madre buena".
(Con los bracitos en cruz)


"Bordando pañales
pa su criatura,
lloraba Canales
la de Puerta Oscura".
(La niña de Puerta Oscura)



Susana dice que su niño, la flor de sus entrañas, se porta muy bien, "parece que quiere contribuir a la mayoría porque no me da fatiga, ni cansancio ni nada".

"¡Bendita sea la madre,
la madre que te ha parido!
Que solita se quedó
para darme a mí un jacinto
que alegraba sus jardines
y era gloria para el mío".
(Trece de mayo)


La futura madre Susana está en duermevela: PP, Podemos y Ciudadanos son tres clavos de amargura, como los hijos de la Gabriela. Cuentan que, arengando junto a la cuna, le dan las claras del día... ¡qué pena de suerte mía!

lunes, 2 de marzo de 2015

"La Pecadora" del Paralelo

“Entre tenues velos y melodiosos acordes vivían entregados a la lujuria rindiendo culto al despotismo de una hermosa mujer”. Así empezaba La Pecadora, película protagonizada por Carmen de Lirio, despampanante vedette y actriz catalana de los años 50 y 60. 


Dicen que tomó su nombre artístico -Lirio- de la copla que popularizó la Piquer, pues sus verdaderos apellidos eran Forns Aznar. Nacida en Zaragoza en 1923, hermana del famoso cantador de jotas Mariano Forns, tras la Guerra Civil, sus padres huyeron a Barcelona, donde la hermosa Carmen estudió Corte y Confección, ejerció de modelo para pintores de la Ciudad Condal, ganó un concurso de belleza y abrasó el corazón de innumerables hombres: políticos, empresarios, actores, artistas, toreros, futbolistas... todos cayeron en las redes de su escultural figura. "Novios los tuve a pares", presumió en un libro de memorias. "Los admiradores me acosaban. Atraía a los hombres como la miel a las abejas y siempre estaba rodeada de hombres muy machos y muy deseados en la época, como Ricardo Calvo o Mario Cabré".

Se dice que es por un hombre,
se dice que si es por dos.
Pero la verdad del cuento,
ay, Cristo de los tormentos,
lo saben La Lirio y Dios.


En El Paralelo de la postguerra, Carmen, con su llamativo busto, piernas interminables y ojazos verdes, tuvo que vérselas con los censores de la época, "unos obsesos", según palabras de la corista. Pero, además de guapa, la zaragozana era más lista que una ardilla. Con su picardía, se ganó la complicidad de un censor, quien le dejaba llevar la falda un poco más corta si le compraba libros a su hijo, vendedor de enciclopedias. Otros examinadores fueron menos permisivos y, en varias ocasiones, la penalizaron con multas de 5.000 pesetas por enseñar el escote más de lo permisible o por mirar de forma insinuante a los fascinados espectadores que aún se alimentaban mediante cartillas de racionamiento. En 1951, Carmen de Lirio revolucionó al público con el sainete cómico En la noche de boda, donde recitaba: 

En la noche de bodas,
¿qué hay en tu cama?
Colcha de seda, colcha de seda,
sabanita de hilo y la almohada, 
de suave tela, de suave tela...


Cuenta Manuel Román que tuvo que hacer varios bises. "Cuando lo grabó, la censura prohibió su radiación. Alegaban que los ayes de la cantante incitaban al pecado". Del music hall barcelonés, saltó al cine, donde participó en más de 40 películas, entre ellas, La Pecadora.


El pasado mes de agosto, nonagenaria y olvidada por muchos, felleció Carmen de Lirio, la mujer que, cubierta de plumas y lentejuelas, logró que la alta burguesía de Barcelona bajara hasta el Paralelo, alimentando los sueños de una generación hambrienta.

miércoles, 14 de enero de 2015

Tres veces fea

Sólo por ver y oír cantar a Lolita Torres el tema Chulona en la película La edad del amor merece la pena haber nacido. La letra de este pasacalle de 1954 fue obra de Gerardo González y la música de Ramón Zarzoso.

 
Cuando sale esta chulilla
por las calles y las plazas,
por mirar mi figurita
hasta el tránsito se para.
Y a mi cola los galanes
que ya forman un millar,
con gracioso sonsonete
todos me suelen cantar...

¡Chulona!
Mírame, chulona mía,
no me dejes de mirar.
¡Preciosa!
óyeme, mariposita,
porque yo te quiero hablar.

 
La edad del amor resultó un éxito en todo el mundo, muy particularmente en la Unión Soviética. Tanto fue así que su protagonista, la argentina Lolita Torres, hija de un telegrafista de ferrocarril, participó en el Festival de Cine de Moscú en 1961. El marido de la bailarina rusa Maia Plissetskaya, Rodión Schedrín, compuso para la actriz de Avellaneda una ópera española titulada Lolita, que más adelante se estrenó en Noruega. El escritor Jorge Asís, escribió sobre esta artista de voz frágil: "Era notable la pasión que aún despertaba Lolita Torres, una argentina agallegada que había atravesado el corazón virginal de todas las rusas. Les había renovado la existencia de sentimientos...".
 
 
He recordado la versión que Lolita Torres hizo de la salerosa Chulona gracias a la última memez de Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio sobre la Violencia de Género del CGPJ, quien ha declarado: "El piropo ha sido siempre permitido y se ha asumido como algo normal, pero lo cierto y verdad es que supone una invasión en la intimidad de la propia mujer [...] Para no escuchar los comentarios de este tipo y aunque sean bonitos, buenos y agradables y sean actitudes absolutamente permitidas en nuestra sociedad, deben ser erradicadas". El piropo, flor de los labios desprendida, desde ese momento, dejó de ser español como una bata de cola. Descanse en paz.
 
 
Soy vendedor de piropos,
¿quién me los quiere comprar?
Si le acepto yo un piropo,
lo tendrá que regalar,
los requiebros son suspiros,
que dicen cosas de amores.
A las hembras de bandera
que van regando la flores.
 
 
Ni tres veces guapa, ni leches. Ahora, gracias a la señora Carmona, TRES VECES FEA, que es mucho más liberador.
 
 
Estás que arrebatas preciosa
estás de lo más retrechera
estás tan bonita y graciosa
que luces airosa tu sal postinera
estás tan soberbia y airosa
que luces mimosa tu gracia chispera.

Cuando me miras morena
de adentro del alma un grito se escapa
para decirte muy fuerte
¡Guapa, guapa y guapa!

lunes, 5 de enero de 2015

El día de los caramelos


El 5 de enero es el día de los caramelos; los que arrojan con brío Sus Majestades, los Reyes Magos de Oriente, durante la cabalgata. Tras la dulce metralla real, los niños se lanzan al suelo para aumentar su botín de dulces, terminando el desfile con un colosal entripado. Pero también hay caramelos que gustan a los adultos...

 
A comienzos de los 70, los hermanos José y Delfín Amaya, familiares de la genial bailaora Carmen Amaya, versionaron el tema Caramelos a ritmo de rumba. La canción, con cierto toque erótico y picarón, fue un enorme éxito.

Mira, nenita, yo traigo unos caramelos,
si tú los pruebas, chiquita,
te comes hasta los dedos.
 
Los traigo de coco y piña,
de limón y menta, nena,
de piña para las niñas,
y limón para las viejas.
 
 
Y hablando de caramelitos de menta que elevan los espíritus a primera hora de la mañana, imposible pasar por alto la farruca, también picantona, de Ochaíta y Solano compuesta para Marifé de Triana a finales de los 60.
 
Ay, bésame, besa,
bésame en la cara,
caramelitos de menta
por la noche y la mañana.
Ay, bésame, besa,
bésame en los labios,
caramelitos de menta
por la mañana temprano.
 
 
La canción sobre caramelos -en este caso, piruletas- más depravada de la historia de la música fue maquinada, por supuesto, por Serge Gainsbourg. Corría el año 1966 cuando l'Enfant Terrible le pidió a la inocente France Galle que le explicase por qué le gustaban tanto las piruletas, sin que ésta sospechara el doble sentido erótico de la letra. Si el texto dejaba dudas, el vídeoclip las disipó.
 

lunes, 24 de noviembre de 2014

Ay, trena, trenita, trena


"...Y sin que nadie la vea, rayando la madrugada, camino de la prisión, ojeras, dolor del alma, una cantaora busca los hierros que, como espadas, van a clavarse en su vida, la van a dejar marcada [...] Sevilla hubiese querido que todo en esta mañana fuera en el mismo escenario para no perderse nada, y haberse partido en dos: una mitad carcelaria llorando por Isabel su copla más desgarrada, y otra mitad plañidera llorándole a la de Alba. Le dé Dios descanso eterno a la grande Cayetana y que sea leve la cárcel que a la Pantoja arrebata. Porque por este noviembre con alumbrado de Pascua, se cante como se cante, hoy la copla sabe amarga".
 
El perverso de Antonio García Barbeito (21 de noviembre de 2014)
 
 
"Aquí tiene usted mis manos, señor Sargento Ramírez. Póngame usted los grilletes, cumpla usted con su deber". Lástima que esta copla no formara parte del repertorio de la Pantoja. La tonadillera se encuentra ya en la prisión de Alcalá de Guadaira y quizá engrose la nutrida lista de artistas que han cantado en prisiones, desde Los Chichos hasta Johnny Cash. Pido al cielo que los medios de comunicación dejen de llamarla "reina" o "diva" de la copla. Señoras de la copla han sido Juanita Reina, Concha Piquer, Marifé de Triana o Gracia Montes, pero no Isabel Pantoja. Para que nos entendamos: Paco Camino ha sido una figura del toreo y Francisco Rivera Ordóñez, un torero a secas. La copla también tiene su propio escalafón, que va más allá de gustos personales.

 
Sin embargo, es cierto que Isabel despierta simpatías y por eso muchos partidarios desean que la trena le resulte leve. Incluso que la liberen de inmediato. "Libertad para Pantoja", claman las redes sociales, lo que me recuerda aquel temazo de Los Calis -cuyos cassettes eran imprescindibles en cualquier gasolinera- titulado Libertad para ti.
 
Sé lo que piensan los presos
que están en la cárcel,
sé bien que es algo muy triste,
muy desagradable...
 
 
Los Chichos, por supuesto, también tenían su himno carcelario: El vaquilla, la historia de un buen muchacho que sólo vio lo malo y, al final, dependía de un simple carcelero. Como la Pantoja. ¡Con lo bonita qué es la libertad!
 

 
Y ya que hablamos de carceleros, otra zambra que la Pantoja debería incorporar a su repertorio de inmediato. Por Caracol. Qué desgracia perderse por culpita de los ojos de Julián Muñoz... Entran ganas de "ajogarlo". Ay, ¿por qué no abrirán ahora puertas y cerrojos? Ánimo, Isabel.
 
 
Al final, lo mejor es tirar por la calle de en medio. Que le pregunten a la Lola, que también tuvo sus problemillas con Hacienda.
 

miércoles, 29 de octubre de 2014

Una coplera infiltrada en "El cantante de jazz"


"En 1926, año de plenitud del arte cinematográfico mudo, Hollywood vivía tiempos dorados de prosperidad y la demanda de público no exigía más de lo que por entonces la producción de los estudios le ofrecía. No pedía, por ejemplo, que las sombras de la pantalla rompiesen a hablar, porque le satisfacía plenamente el lenguaje visual al que estaba acostumbrado. Pero los hermanos Warner, cuyos negocios bailaban sobre la cuerda floja de la bancarrota, pensaron que tal vez podrían alejarse del fantasma del crack si lanzaban al mercado la golosa novedad del cine sonoro [...] En El cantante de jazz (The jazz singer, 1927), tras una canción, Al Jolson se dirigía al público estupefacto y le decía: «Esperen un momento, pues todavía no han oído nada. Escuchen ahora». La platea del teatro Warner se conmovió como sacudida por un terremoto la noche histórica del 6 de octubre de 1927 en que por vez primera la imagen de Jolson pronunció esta frase premonitoria ante las masas, gracias a la magia blanca del Vitaphone.
 
Efectivamente, los espectadores apenas habían oído nada, y no por el celebrado Ma-a-a-mee que entona este hijo de un rabino, que había proferido sus primeros gorgoritos cantando en la sinagoga y que ahora aparece ante las multitudes, con la cara embetunada e interpretando al hijo de un cantor religioso judío aficionado al jazz, que sigue su vocación a pesar de la oposición familiar y triunfa en los escenarios, sino por toda una nueva era del cine que se inaugura con este punto y aparte decisivo".
 
Román Gubern ("Historia del cine")
 
 
A la vera de Al Jonson, una muchacha valenciana, delgadita, con el pelo corto y vestida como un chico, también formó parte del elenco de El cantante de jazz. Se trataba de Conchita Piquer. Así lo explicaba la diva de la copla en una entrevista concedida a Manuel Vicent en 1981:
 
"El maestro Penella me había hecho una canción llamada La maja de rumbo para cantarla en el barco cuando pasara la línea del Ecuador. Subí y la solté. Y allí se cayeron los palos de sombrajo. El empresario dijo al instante: «Esta niña tiene que debutar aquí mañana». Y empezó el lío. Penella, durante la noche, me compuso una canción que tituló El florero. Era un pregón de un muchacho andaluz; yo, salía vestida de chico con una cesta de esas con que venden mariscos en Sevilla, pero con flores. Y como no tenía ropa ni nada, me puse unos pantalones del maestro Penella que era pequeño y delgadito, una guayabera de dril que me hizo mi madre en unas horas, un pañuelito rojo y una gorrita, y aquí me tienes que aprendí la canción en una noche y al día siguiente en el ensayo general fue un clamor. Paré el espectáculo. Como mi nombre no figuraba en la compañía, los periodistas me bautizaron como The Flower's Boy para los restos. Fue la novedad de cantar en español, yo no sé lo que sería; un milagro de la virgen de los Desamparados, pero el caso es que el día del estreno me hicieron repetir la canción hasta seis veces, y cuando el maestro daba con la batuta en el atril para volver a empezar se me nublaban los ojos de gusto. A los pocos días se recibió un contrato de los hermanos Schubert, que eran propietarios de cincuenta teatros, por cinco años, a razón de 350 dólares a la semana. Y así me tuvo Schubert cantando El florero durante un año entero en el Winter Garden, de la calle 52, y Broadway. Trabajé con todas las figuras del momento desde Al Jolson al último mono".
 
 
Con mucha gracia, el gran músico Pedro Iturralde recuerda esta semana en ABC los inicios de la Piquer en Hollywood: "A ella le fue bien en todos sitios. Sólo en Argentina tuvo problemas con su nombre porque por razones obvias [ya saben, la concha argentina] se lo quisieron cambiar. Ella, claro, se negó. Ella quería ser Conchita Piquer".

 
Para doña Concha, la "sonoridad" de El cantante de jazz de Alan Crosland no supuso novedad alguna. Ella ya había protagonizado una película sonora cuatro años antes, en 1923, bajo la dirección de Jorge M. Reverte. Aquella pequeña cinta de once minutos, filmada en español, incluía recitados, un cuplé andaluz, una jota aragonesa y un fado. En la década de los 20, el cine sonoro era, pues, una innovación relativa, pero hizo falta que el espectro de la quiebra se abatiese sobre la Warner Bros para que la novedad técnica se incorporase a la producción comercial. 
 
 
Tal como apunta Gubern, la diversidad idiomática supuso un serio obstáculo en la difusión universal del cine sonoro, que se trató de resolver con el rodaje de diferentes versiones de cada película en varios idiomas. Imposible olvidar a otra señora de la copla, Imperio Argentina, cantando Los Piconeros en alemán.
 

jueves, 23 de octubre de 2014

El arma blanca en la copla

"En la lucha por puro prestigio, el hombre se hace reconocer por el hombre" (Kojève)
 

En comparación con las armas de fuego, que ponen distancia al duelo, las armas blancas tienen la ventaja de la cercanía y la inmediatez. Un hombre puede matar a otro mirándole a los ojos. Por eso, cuchillos, espadas, puñales y navajas han sido, desde siempre, el armamento del pueblo español. Y de la canción andaluza. Los compositores de copla tomaron el testigo de Lorca, autor de aquel poema titulado "Herido de amor":

Bisturí de cuatro filos,
garganta rota, y olvido.
Cógeme la mano, amor,
que vengo muy malherido,
herido, de amor huido.
¡Herido! ¡Muerto de amor!
 
 
En 1943, Rafael de León escribió "La baladilla de los tres puñales" para su libro Jardín de Papel. Al leerla, el maestro Juan Solano le puso música y fue estrenada en 1964 por Marifé de Triana con enorme éxito. Recientemente, Miguel Poveda ha grabado  una versión soberbia.

He comprado tres puñales
para que me des la muerte...
 
 
También para Marifé, y en el mismo año de 1964, Valerio y Solano compusieron "Cuchillito de agonía".

Cuchillito, cuchillito pa´mi muerte...
No pidas, tormento mío,
que deje yo de quererte.
 
 
Pero volvamos a las puñaladas, asestadas tanto por hombres como por mujeres, como la que pegaba bajo unos soportales "La Guapa", después de que un hombre la humillara por ser una mujer "de mal vivir". La canción fue estrenada por Conchita Piquer en 1947 durante su espectáculo llamado... ¡"El Puñal y la Rosa"!

Y una guapa te paró,
sólo por eso... ¡por guapa!
Y un cuchillo te clavó
y la sangre chorreó
en el embozo de tu capa.
Ya he perdido hasta mi nombre,
no es Mercedes ni es María,
que la sangre de ese hombre
otro nombre me ponía.
 
 
En el pueblo llano, las grandes traiciones siempre se han vengado con la punta de un cuchillo... o con tres puñales atravesados. "Mañana sale" fue compuesta por Rafael de León para Concha Piquer, que se cortó la coleta tras cantar esta complicada copla sobre una lotera despechada.

¿A quién le vendo la suerte?
¡Mañana sale y está premiao!
Mis ojos tienen que verte
con tres puñales atravesaos.
 
 
Decían de la bailarina y actriz Lola Montes que tenía en los ojos puñales con los que iba matando a los hombres más cabales. Así lo recogió en 1942 Rafael de León en su bellísimo pasodoble dedicado a aquella irlandesa de clisos claros que enamoraron hasta al rey Luis I de Baviera.

 
En este repaso por las armas blancas del repertorio coplero, no podemos dejar en el tintero "Cuchillo y espada", nueva obra de Rafael de León y Juan Solano, popularizada a comienzos de los 70 por Rocío Jurado, que solía interpretarla con un espectacular vestido de noche.

Toda la noche entre sueños
he sentido las navajas
navegando por mi sangre
igual que peces de escarcha.
 
[...] Espada, chuchillo,
dentro de un miedo amarillo,
cuchillo, espada,
espero tu puñalada...
¡mátame!

 
Poetas como Rafael de León o Xandro Valerio superaron, con mucho, a García Lorca. Como muestra este botón coplero, que parece patrocinado por una empresa de acero inoxidable. No existe mejor forma para cerrar el interminable y trágico duelo con armas blancas que recordar aquella estrofa de "A tu vera"...
 
Ya pueden clavar puñales,
ya pueden cruzar tijeras,
ya pueden cubrir con sal
los ladrillos de tu puerta...

martes, 7 de octubre de 2014

Entre coplas y bacalao: "Donde Leo"


De todos los bares que se encuentran en los alrededores de la plaza de toros de Las Ventas, el más genuino es "Donde Leo", en Pedro Heredia 22. Cada noche, cuando dan las once, se apagan las luces, a excepción de dos pequeñas velas que escoltan a una imagen de la Virgen del Rocío. Leo sale entonces a escena, reparte unas hojas con la letra de la Salve Rociera y, de un aparato de música, suena, a todo trapo, Ecos del Rocío. Los parroquianos entonan a la vez.

Dios te salve, María,
del Rocío Señora.
luna, sol, norte y guía
y pastora celestial.
Dios te salve, María,
todo el pueblo te adora
y repite a porfía:
Como tú no hay otra igual.

 
Al terminar, desde el otro lado de la barra, una voz grita: "¡Viva la Virgen del Rocío! ¡Viva la Blanca Paloma! ¡Guapa! ¡Guapa!". Después, aún a media luz, son bienvenidos los espontáneos del cante. Entre ellos, destaca Antonio, un taxista que a diario recorre las calles de Madrid, y que esconde una voz de Farina. No en vano, nació en la frontera entre Zamora y Salamanca, muy cerca de Ledesma. En su repertorio, despunta una canción dedicada a la muerte del Yiyo, compuesta por él mismo. "El barrio está de luto porque ha muerto su torero...". Pero la estrella es Leo, amante de la copla, que se pasea con señorío entre las mesas afinando "La falsa monea", "Las cinco farolas" o "La sombra vendo". Las paredes de "Donde Leo" están cubiertas con fotos de toreros y copleras: Juanita Reina, Marifé de Triana, Lola Flores, Rocío Jurado y Sarita Montiel, entre otras muchas.
 
 
Sin embargo, el dueño de "Donde Leo" no es Leo, sino un acogedor matrimonio de origen portugués que defiende sus posiciones: él sirviendo y ella en la cocina. Gracias a su ascendencia, pueden presumir de servir uno de los mejores "bacalhau à brás" (o bacalao dorado) de todo Madrid.
 
 
Mientras Antonio y Leo cantan, a pocos metros, sobre Las Ventas, cae la noche. Y Yiyo les escucha.