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lunes, 20 de marzo de 2017

A Las Ventas, sí, pero sin cuchillos


Cuenta atrás. El domingo 26 de marzo arranca la temporada taurina en Las Ventas, un redondel que cada año acaba convertido en el ojo de todos los huracanes. Es, además, el primer paseíllo de la era Simon Casas & Nautalia Viajes. El cartel, con diseño de Jérôme Pradet, ya empapela la fachada de la plaza. Novillos de Fuente Ymbro para tres toreros con ambiente: Pablo Aguado, Leo Valadez y Diego Carretero. 

Sin embargo, el desafortunado indulto de un Garcigrande en Valencia amenaza con volverse una patada en culo ajeno. La afición de Madrid ha desenvainado los puñales. Por las redes, no dejan de publicarse mensajes donde se augura mano dura sobre el palco presidencial y la recién estrenada empresa de Las Ventas. "Madrid no es Valencia", "Simon, te estamos esperando" y otros avisos dignos de una novela de Mario Puzo viajan de boca en boca.


El domingo todos tenemos que ir a Las Ventas, sí, pero sin cuchillos. Que tres novilleros que intentan abrirse camino y ganarse el pan no se conviertan en el chivo expiatorio de una afición cabreada. Los humos, llegado el momento, con los poderosos y los carteles de relumbrón. Pero Madrid ahora, con toda su justicia, tiene que defender a los toreros humildes y a los novilleros, en vista de que otras plazas, injustificablemente, han dejado de hacerlo. Y, de momento, los integrantes de los primeros cuatro carteles de la temporada venteña, poco tienen que ver con los desmanes valencianos ni con los indultos falleros. Por ello, que no paguen una cuenta que no les corresponde.

Escribió Nietzsche: "Pues mi noción de justicia es ésta: los hombres no son iguales" (los toreros, y sus circunstancias, tampoco).

jueves, 9 de marzo de 2017

La entrada al templo


El miércoles por la noche, se presentaron los carteles de la feria más importante del mundo: San Isidro, el eterno gran escaparate, donde, generalmente con justicia, se da y se quita, se triunfa o se fracasa, se llega a la cima o la piedra vuelve a rodar inmisericordemente cuesta abajo.  Es el primer San Isidro de la empresa compuesta por Simon Casas y Nautalia Viajes, la pareja por colleras que se anuncia como Plaza 1. La gala de presentación, dentro de una carpa montada en el ruedo de Las Ventas, fue algo inédito en el mundo del toro. La llegada de aires franceses, sin duda, ha aportado “grandeur” y “glamour”, algo que no está de más y que, por otra parte, ayuda a que el toro tenga, de una vez, visibilidad en los medios generalistas. Incluso grandes marcas comerciales como Maserati patrocinaron el evento. Un triunfo.


Sin embargo, no dejaba de resultar extraño estar cenando sobre el ruedo, en los terrenos de la contraquerencia, donde tantas veces exigimos que se pique en el sitio; o llegando al tercio, donde aquel par de banderillas que nos cerró la boca del estómago; o frente a la puerta de chiqueros, donde aquella porta gayola y aquella cornada que dejó un reguero de sangre hasta la puerta de la enfermería. A pesar de la pirotecnia de Plaza 1, todo seguía allí, imperturbable, como esperando pasar factura: el reloj, el túnel de cuadrillas, el burladero de matadores, el camino hacia la Puerta Grande.


Ante las cuarenta mesas diseminadas por el ruedo, permanecían sentados algunos hombres con los pies en la tierra. Toreros secos, indispensables, con las zapatillas atornilladas en la realidad; toreros que no olvidan quiénes son. Anoche, iluminados por los cañones de luz azul, se presentaron los carteles que decidirán su futuro. Anoche se repartieron las cartas de la baraja. Ahora la suerte está en sus manos, en sus muletas y en sus espadas.


Porque, al final, como escribió el poeta, "vendrá la muerte y tendrá tus ojos. Esta muerte que nos acompaña de la mañana a la noche, insomne, sorda, como un viejo remordimiento o un vicio absurdo". Y eso es algo irremediable, intrínseco a esta vieja Fiesta. Las Ventas es un templo que, a las siete de la tarde, no entiende de frivolidades. 

miércoles, 25 de mayo de 2016

La historia de un hombre de muchos senderos

"Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie"
(Emily Dickinson)


Dejé de escribir el día en que me di cuenta de que había más escritores que lectores. Al abandonar el hábito de juntar unas letras al terminar la tarde de toros, creo que me volví más incrédula, incluso derrotista; pero tampoco sucedía nada que me animara a volver a escribir. Quizás fuera yo... o que en el ruedo no ocurría algo extraordinario. No sé si el problema era interno o externo, el caso es que la tinta se secaba desde comienzos de abril y la primavera transcurría sin que fuera capaz de firmar cinco líneas. Hasta que David regresó como el Ulises que se vio obligado a abandonar Ítaca. Lo escribió Cernuda:

¿Volver? Vuelva el que tenga,
tras largos años, tras un largo viaje,
cansancio del camino y la codicia 
de su tierra...


Ver a un hombre levantarse, volver tras un largo viaje, resurgir de la misma arena donde cayó, abrazar a quien le salvó la vida. La historia de David Mora está escrita con sangre, pero también con tinta, pues nunca de concibió una Odisea tan perfecta, tan bien tejida, tan épica. "Cuéntame, Musa, la historia de un hombre de muchos senderos, que anduvo errante muy mucho después de Troya sagrada asolar; vio muchas ciudades de hombres y conoció su talante, y dolores sufrió sin cuento tratando de asegurar la vida y el retorno... [...] Y el caso es que cuando transcurrieron los años y le llegó aquel en el que los dioses habían hilado que regresara a su casa de Ítaca, ni siquiera entonces estuvo libre de pruebas; ni cuando estuvo ya con los suyos". 


No sé qué Dios hiló el destino de David Mora, de la puerta de toriles a la enfermería, y después a la Puerta Grande, de la muerte a la vida, y del abismo a la gloria, ligando unas trincherillas que han hecho brotar un nudo de cada garganta. Sólo sé que una historia como la suya haría revivir al mismo Homero, porque una epopeya tan colosal, la de un hombre y un toro, no puede quedar sin alguien que la cante y escriba. 


Por supuesto, loas también al Dios (distinto del primero, porque el toreo es una religión pagana y politeísta) que puso en el camino de Mora a un extraordinario Alcurrucén llamado "Malagueño", porque una gesta así debe tener un toro, es decir, una última prueba, a la altura del héroe. 

Fotos: Juan Pelegrín

En La Odisea se hablaba de una "diosa de ojos brillantes": Atenea. Imposible asistir al regreso de David a Las Ventas sin brillo, o sin lágrimas, en la mirada. Imposible de olvidar. Y difícil de escribir.

Sigue, sigue adelante y no regreses,
fiel hasta el fin del camino y tu vida,
no eches de menos un destino más fácil,
tus pies sobre la tierra antes no hollada,
tus ojos frente a lo antes nunca visto.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Estrechez y mezquindad


Rumba la rumba la rum bam bam

"En todos los pueblos del mundo la política produce un elemento ambicioso, arribista, bajo e inmoral. Político y chanchullero son sinónimos" (Pío Baroja, 1918).


"Esa vida de las familias en la ciudad, llena de pequeños ciudadanos y miserias, me repugna. Me hubiera gustado tener una gran familia viviendo en una granja en América o en Australia, con una vida amplia, fácil. Pero, ¡aquí! ¡En esta estrechez! ¡En esta mezquindad!" (Pío Baroja).


Pues sí: en poco tiempo, Madrid se ha convertido en una ciudad estrecha y mezquina, mucho más de lo que podría haber imaginado Baroja, donde la basura nos come por las esquinas, donde los perros entran en el metro, donde Josep Pla y Álvaro Cunqueiro se quedan sin calle, donde los aficionados a los toros estamos perseguidos, donde exclusivamente se puede circular en bicicleta, donde la cabalgata de Reyes Magos es un esperpento, donde uno sólo puede sentirse orgulloso por ser "gay", donde los titiriteros ensalzan a ETA y donde unos dictadores disfrazados de progresistas han tomado el mando. Éste es el nuevo Madrid, ese sepulcro, esa cucaña, esa colmena... ¡Que Dios nos coja confesados!, ya lo escribió Cela.



lunes, 4 de enero de 2016

Carmena, de oca en oca, y nueva parida porque le toca

"Una noche, el ejército galo intentó invadir Roma, pero las ocas sagradas del templo de Juno se pusieron a graznar, los romanos se despertaron y rechazaron el ataque".


Manuela Carmena, y sus incontables paridas, están como el juego de la oca... y tiro porque me toca. Tras 18 navidades desfilando en la cabalgata de Reyes, el nuevo consistorio podemita ha vetado a las populares ocas del pastor palentino Miguelín. La alcaldesa considera que sacar a los gansos al son de la flauta de su dueño es un acto de maltrato animal ya que los bichos "sufren estrés". Sin embargo, en varios medios de comunicación, Miguelín ha declarado que sus ocas viven en la gloria, sueltas por el campo, "lo único que hago es pasar mucho tiempo con ellas acostumbrándolas a andar a mi lado". 


Sea como fuere, las ocas, ánades sagradas por excelencia, guardianas del templo de Juno y defensoras de Roma, quedan expulsadas de la villa de Madrid que, bajo el bastón podemita, se convertirá en "la ciudad clave en protección animal de toda España" (sic). Palabra de Carmena, que en Navidad, a buen seguro, tampoco ha probado ni una tajadita de foie. Ya podría la alcaldesa caer en la casilla de la cárcel o de la posada y perder unos pocos de turnos.


Si para doña Manuela el pastor de ocas es un maltratador de animales, ¿qué no pensará de Florito, con su hato de cabestros amaestrados? 

sábado, 19 de diciembre de 2015

Siente un pobre a su mesa... pero jamás un taurino


Tras su cruzada contra la Escuela Taurina de Madrid y, a continuación, contra los conductores de la capital, Manuela Carmena ha anunciado su obra benéfica del año: sentar un pobre a su mesa. En este caso, varios. La alcaldesa ha cedido el Patio de Cristal del Palacio de Cibeles para acoger una cena de Nochebuena para 200 comensales, todos sin hogar. No obstante, Carmena ya ha anunciado que sólo podrá asistir "un rato"; lo justo para comer un canapé y que la prensa le saque la foto de rigor. ¿No recuerda esta rocambolesca historia al Plácido de Berlanga y Azcona? Aquella sátira de 1961 sobre algunas prácticas de caridad cristiana que, en realidad, destapaba la mezquindad y la hipocresía de una sociedad acomodada. 


Paradójicamente, fue Franco el inventor del "siente un pobre a su mesa por Navidad", una campaña del régimen, aparentemente inocente, donde Berlanga olió la necesidad de la burguesía por limpiar su conciencia (sí, Carmena, Franco fue el ideólogo). El arranque de la película no puede ser más genial: en una ciudad de provincias, por Nochebuena, la empresa "Ollas Cocinex" patrocina una subasta de pobres a la que acuden artistas de Madrid. Cada familia postora se lleva su pobre a cenar a casa.

Pedrés con Juan Luis Buñuel

Ese mismo año de 1961, mientras se rodaba Plácido, estalló el escándalo de Viridiana, la película de Luis Buñuel premiada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes y censurada en España hasta 1977. ¿Cómo cruzó la frontera Viridiana hasta llegar a Francia, sorteando el férreo control franquista? Nueva sorpresa, Carmena: sucedió en un coche de cuadrillas. Un matador de toros, con sus banderilleros y picadores, jodieron, y bien, al Generalísimo. Se trataba del coche de Pedrés. Lo contaba así, tiempo después, Juan Luis Buñuel, hijo del cineasta: "Yo, con Do­mingo Dominguín y un torero que se llamaba Pedrés, me llevé los negativos en tren hasta Barcelona. Y allí, en una camione­ta con Pedrés, tres toreros y un picador, puse los negati­vos atrás, los cubrí con los capotes y salimos de España. Así que saqué el negativo debajo de unos capotes de torero y fui­mos a Lunel. Tengo hasta fotos. Fue un viaje muy interesante, y al día siguiente llevé los negativos por tren hasta París".


Pues ya ve, doña Manuela: por un lado, el Generalísimo se le adelantó con las "campañas solidarias" y, por otro, unos toreros fueron los causantes de uno de los mayores escándalos de la censura franquista. Lo que cambia la película cuando se estudia un poco. Ojalá sus amigos de Podemos se lleven un soberano batacazo en las Elecciones Generales. Que le aproveche la cena, alcaldesa. 

Carmena y la leche Pascual con calcio

lunes, 23 de noviembre de 2015

Carmena y los conductores suicidas


La nueva alcaldesa de Madrid le ha declarado la guerra a la polución, y de paso, a todos los conductores de la capital. Primero, restringió la velocidad de circulación en la M-30, después prohibió estacionar en el centro y, de remate, propuso crear aparcamientos para mujeres. ¿Acaso las féminas contaminamos menos que los varones? Enigmas podemitas. El caso es que se terminó "apatrullar" la ciudad, como hacía El Fary en su taxi.


Manuela Carmena quiere que nos desplacemos en bicicleta, que es mucho más ecológico y "hipster". Por dar ideas "verdes" a la alcaldesa, en 1956, Juanito Valderrama cantaba aquello de "El rey de la carretera" montado en un carro tirado por una mulilla jerezana.


Sin embargo, el maestro de la carretera no es Valderrama, sino Julio Iglesias. Su concierto en Benidorm de 1995, sudando como un pollo, marcó un antes y un después en la historia de la música y de la circulación. Las luces de los coches que van pasando, el ruido de camiones acelerando y Julio apretando el pedal... ¡¡hasta los 140 km/h!! ¿Cuánto contaminaría aquello?


Con la carretera seca o mojada, al volante siempre hay que tener un poco de precaución. En primer lugar, para no precipitar el cambio climático, y en segundo, para no comerse una señal de tráfico. En 1969, con el fin de luchar contra el enemigo de la velocidad, la DGT escogió a Perlita de Huelva como su musa. La senda es peligrosa, señores.
  

Sobre los aparcamientos especiales para mujeres, hay que admitir que Manuela lleva un poco de razón. A uno se le ponen los pelos como escarpias al ver las maneras automovilísticas de una jovencísima Marisol, que apenas alcanzaba la edad legal para conducir. Y es que las señoras al volante son un peligro. Casi tanto como Carmena en la alcaldía.

viernes, 20 de noviembre de 2015

"Madrid no me valió"


Recientemente, en un programa de radio, me preguntaron cuál había sido, para mi gusto, la mejor faena de la temporada 2015. Dudé entre tres: Talavante con un Juan Pedro en San Isidro (29 de mayo), Rafaelillo con un Miura en la Feria de Julio de Valencia (26 de julio) y Morenito con un Montealto en Madrid (2 de mayo). Finalmente, elegí esta última. Tal vez por eso, me acerqué anoche a Casa Patas, a las tertulias de la Asociación del Toro, donde el invitado era el diestro de Aranda. Generalmente, este tipo de charlas, cuando participa un torero, suelen ser bastante descafeinadas: se escucha aquello de "he disfrutado mucho", tres tópicos más, y todo queda muy políticamente correcto. Sin embargo, con Moreno no fue así. Ya avisó al comenzar, que quería hablar con verdad y de frente. Fue así, puesto que se guardó poco.


Su primera reflexión resultó demoledora: "Madrid no me valió". Un pensamiento que constató El Rosco: "Me aflije que un torero como tú, después de hacer una faena tan maciza como el 2 de mayo, apenas haya toreado. Tienes que explicarnos qué ha pasado". Y lo explicó. Todo se resume a unos apoderados que no lucharon por él en los despachos como debieran y un sistema asfixiante que apenas permite que nuevos valores entren en las ferias. "Quizás el equivocado sea yo -ponderó el diestro-, pero no me arrepiento de ser como soy ni de tomar las decisiones que he tomado".


Errores a un lado, ciertamente, es incomprensible que el balance tras cortarle dos orejas a un toro y abrir la Puerta Grande de Las Ventas sea torear 18 corridas en Roa de Duero, Cantalejo, Iniesta, San Martín de Valdeiglesias, Cortegana, Aranda de Duero, Medina de Pomar... ¿Desde cuándo Madrid ya no da ni quita? "A Alberto López Simón sí le ha servido. A mí, no". Por el momento, Morenito continúa sin apoderado. "No sé cómo será la próxima temporada ni cuánto voy a torear". Los grandes empresarios han prometido que, para el próximo año, abrirán carteles, permitiendo que toreros incipientes compitan con los grandes. Falta hace ya que, desde hace 10 años, con Talavante, no ha salido una nueva figura del toreo. El actual sistema se asemeja a Cronos devorando a sus hijos. 


¿Conseguirá Moreno, con su rebeldía, su capote y su mano izquierda, dinamitar el statu quo de la torería? Lo merece. "Yo aspiro a que, dentro de 20 ó 30 años, en una tertulia o una conversación, podáis decir que uno de vuestros toreros fue Morenito de Aranda". No habrá que esperar tanto. 

miércoles, 21 de octubre de 2015

Aprender a andar... en torero


Ya inscrito [en la Escuela Taurina de Madrid], ese mismo día me dispuse a entrenar con los demás; mi padre había ido al Rastro y me compró todo el equipo: un capote y una muleta, que por cierto me venían grandísimos, mi espada de ayuda, el palillo para la muleta y el pañuelo de hierbas para hacer el típico lío de los maletillas. Creo que él disfrutó más que yo con el asunto.

[...] Y cuando ya me iba a poner a torear -a mi manera, porque yo no tenía ni puta idea- llegó uno de los profesores y me dijo que dejara los trastos quietos y que me pusiera a andar. Estuve dando vueltas y más vueltas a la plaza hasta que acabaron las clases. ¡Dos horas! Luego me enseñaron a doblar el capote y la muleta, los até en el pañuelo y me mandaron para casa. Al día siguiente se repitió la operación: monté la muleta yo solo y cuando me disponía a torear de salón me volvieron a decir lo mismo: ponte a andar. Y otra vez vueltas y más vueltas hasta el final de la tarde. Tres días me tuvieron así. Pasado el tiempo, cuando ya era uno de los alumnos aventajados, me atreví a preguntar a don José de la Cal por qué hizo aquello conmigo.

- Porque no sabías andar, porque no andabas en torero -me contestó.


Era verdad, porque, como chulito del barrio, caminaba de puntillas y moviendo los hombros. De "vacileta". Hasta que no me vio caminar erguido y posando bien los pies sobre la arena aquel hombre no me dejó coger un capote. Aprender a andar, ésa fue la primera lección que me dieron en la Escuela Taurina de Madrid. Eran, claro, mis primeros pasos en el toreo.

Autobiografía de José Miguel Arroyo, "Joselito, el verdadero"

domingo, 4 de octubre de 2015

Otoño y otra temporada que se escapa


Llegó Adolfo Martín, in extremis, a salvar una Feria de Otoño calamitosa en el plano ganadero. Hasta el domingo, se habían lidiado dos corridas (El Puerto de San Lorenzo y El Vellosino) y una novillada (El Torreón) donde no se vio un toro bravo, sólo mediocridad. Bien es cierto que Adolfo tampoco trajo a Madrid ningún toro de bandera, pero sí un lote de desigual presentación que mantuvo un gran interés a causa de su dureza (emocionante el tercer Santa Coloma, encastado y muy vivo, de nombre "Rizos", y con clase el sexto, "Murciano"). En asuntos taurinos, sabe mejor lo picante que lo soso, aunque clama al cielo que siempre sean los mismos toreros los que bailan con la más áspera, pues el depósito de valor no es eterno.

Los tres audaces del día fueron Rafaelillo, Fernando Robleño y Paco Ureña, acompañados de sus correspondientes cuadrillas, que también sudaron para ganarse el pan. La faena de Rafaelillo al Adolfo que abrió plaza, un cárdeno alto de agujas y grandón ("Aviador"), fue de una enorme emoción y verdad. Se la jugó el murciano cómo sólo pueden hacer los toreros valientes y honrados, sorteando las embestidas del pavo que, orientado, buscaba los muslos, el pecho y hasta la yugular. Si lo llega a matar a la primera, habría cortado una oreja, quizás dos. Y es que la épica de Rafaelillo merece salir de una puñetera vez por la Puerta Grande, para que todo el mundo sepa lo que es un héroe.


La tarde miraba ya hacia Murcia, y con el sexto -de nombre "Murciano" para cuadrar el círculo-, Paco Ureña dio un recital de buen toreo, sobre todo al natural, tras sufrir una escalofriante voltereta. Notable toro este negro entrepelado, ovacionado en el arrastre, por su clase y humillación. Tristemente, el fallo a espadas también impidió que el diestro tocase pelo. Ellos dos, Rafaelillo y Ureña, junto a López Simón, han sido los toreros de esta Feria de Otoño, en la que Robleño se estrelló con los adolfos de menos transmisión.

Y así, bajo los compases de "El Gato Montés", se fue vaciando la plaza de Las Ventas un otoño más, dejando una sensación de inevitable melancolía que no desaparecerá hasta el próximo Domingo de Ramos. Otra temporada que se escapa.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Llegar a ser figura... con Manuela Carmena de alcaldesa

“Las clases en la Escuela Taurina suponían un cambio drástico con el ritmo de vida que llevaba: de andar suelo por Madrid, haciendo lo que me daba la gana, a reunirme con gente más mayor y sin poder hacer ni una tontería, porque rápidamente te leían la cartilla” (Joselito).


A la entrada de la Escuela Taurina de Madrid -inaugurada en 1981-, un cartel reza: "Ser torero es muy difícil. Llegar a ser figura... un milagro". Gracias a Manuela Carmena y sus secuaces de Ahora Madrid (Podemos) este milagro ha alcanzado el calibre de la resurrección de Lázaro. El Ayuntamiento de Madrid ha decidido retirar la ayuda de 61.200 euros anuales (el 0,0013% del presupuesto total) que recibía la Escuela ya que las actividades allí realizadas "no son compatibles con los derechos de los animales". ¡Arrea y agüita de coco! Es decir, que los "derechos de los animales" priman sobre el derecho de los 38 alumnos que, de media, reciben clases de manos de Joselito, El Fundi y Bote. Que desde el consistorio de la capital le pregunten a José Miguel Arroyo "Joselito" lo que la Escuela de Madrid ha hecho por su vida... y lo que podría seguir haciendo por docenas de chavales. Porque allí no sólo se forjan toreros y se enseña un oficio, sino que también -y por encima de todo- salen hombres con valores y principios que, por supuesto, Ahora Madrid se pasa por el forro. 



martes, 28 de julio de 2015

Ese mundo en el que todo ha ido fallando poco a poco


Acodados sobre el viejo, sobre el costroso mármol de los veladores, los clientes ven pasar a la dueña, casi sin mirarla ya, mientras piensan, vagamente, en ese mundo que, ¡ay!, no fue lo que pudo haber sido, en ese mundo en el que todo ha ido fallando poco a poco, sin que nadie se lo explicase, a lo mejor por una minucia insignificante. Muchos de los mármoles de los veladores han sido antes lápidas en las Sacramentales; en algunos, que todavía guardan las letras, un ciego podría leer, pasando las yemas de los dedos por debajo de la mesa: "Aquí yacen los restos mortales de la señorita Esperanza Redondo, muerta en la flor de la juventud", o bien "R. I. P. el Excmo. Sr. D. Ramiro López Puente. Subsecretario de Fomento". Los clientes de los Cafés son gentes que creen que las cosas pasan porque sí, que no merece la pena poner remedio a nada. 

[…] Hay tardes en que la conversación muere de mesa en mesa, una conversación sobre gatas paridas, o sobre el suministro, o sobre aquel niño muerto que alguien no recuerda, sobre aquel niño muerto que, ¿no se acuerda usted?, tenía el pelito rubio, era muy mono y más bien delgadito, llevaba siempre un jersey de punto color beige y debía andar por los cinco años. En estas tardes, el corazón del Café late como el de un enfermo, sin compás, y el aire se hace como más espeso, más gris, aunque de cuando en cuando lo cruce, como un relámpago, un aliento más tibio que no se sabe de donde viene, un aliento lleno de esperanza que abre, por unos segundos, un agujerito en cada espíritu.

La Colmena, Camilo José Cela (1951)


Desde que llegué a Madrid, algunas tardes de invierno, sobre todo de domingo, caminaba sola hasta la Glorieta de Bilbao y entraba en el Café Comercial a tomar algo caliente. Tras despojarme de la bufanda, mientras esperaba el líquido humeante, pasaba la yema de los dedos por debajo de la mesa, esperando encontrar el relieve de un nombre. La maniobra siempre era interrumpida por la llegada del camarero, anticipada a través de su propio reflejo en los enormes espejos que revestían las paredes del local, unos espejos despiadados, que reflectaban las miserias y alegrías de los asiduos. En este mundo donde todo falla poco a poco, los grandes cafés no tienen sitio. No sólo cierra el Café Comercial, también la pastelería La Duquesita ha doblegado este verano. Al menos, llegué a Madrid a tiempo de conocer ambos locales, así como el Café Gijón, Casa Lhardy, Pontejos, Casa Yustas, la Chocolatería San Ginés o la Plaza de Las Ventas, testigos de una ciudad que desaparace, dejando paso a otra, demasiado impersonal y desangelada. Del Madrid que me enamoró a través de las novelas, sólo quedan unas pocas cenizas. Pronto hablaremos de esta ciudad como aquel niño muerto que alguien no recuerda, ¿no se acuerda usted? Y el aire se volverá más espeso... más gris.

martes, 7 de julio de 2015

El largo y cálido verano

"Calor, amor.
La historia tras la puerta"
(Jorge Guillén)


La actual ola de calor empieza a tener tintes de película... Me refiero a aquel "Largo y cálido verano" ("The long, hot summer") que protagonizaran Paul Newman, Joanne Woodward y Orson Welles en 1958. El actor de perfil griego interpretaba a un buscavidas con fama de pirómano que recalaba en un pequeño pueblo sureño controlado por un cacique, padre a su vez de una atractiva y virginal muchacha. Además de la evidente química entre Newman y Woodward -ella quedó embarazada antes del estreno de la película-, la cinta de Martin Ritt sube varios grados merced a numerosas referencias sexuales y al torso desnudo del protagonista... ¡en CinemaScope! La atmósfera sofocante que empapa el relato no simbolizaba otra cosa que el deseo entre el presunto pirómano y la cándida niña de papá. 


Estos días, en Madrid hace un calor de justicia y quedan pocos Newmans a quien desatar la corbata para sofocarlo. Algunos no soportan los 40 grados y andan enloquecidos. Son los pequeños dramas cotidianos de la gran ciudad.


En julio de 1983, otra ola de calor asoló la República Federal de Alemania. La prensa contaba que toda la población había perdido la cabeza. Éste fue el artículo que escribió el corresponsal de El País en Bonn: "Algunos no soportan el calor y reaccionan enloquecidos. En unos grandes almacenes de la ciudad de Dortmund, un trabajador se metió en los lavabos y salió completamente desnudo par las escaleras mecánicas. En la capital de la baja Sajonia, Hannover, un individuo desnudo se subió a un tranvía, otro se puso a dirigir el tráfico en un cruce de calles, y un tercero recorrió a paso ligero los recintos de una escuela superior

[...] Un joven de 29 años se dedicó a romper huevos sobre el capó del coche porque había leído que eso lo hacían los tanquistas de Rommel en el Afrika-Korps durante la campaña del norte de África y daba buenos resultados. Los huevos quedaron a la plancha en unos de dos minutos […] El diario Bild Zeitung informa de la explosión de 30 televisores por culpa del calor. En las cercanías de Francfort, los bomberos tuvieron que echar una mano a unos automovilistas que quedaron pegados al asfalto de la carretera que se derretía".

Si encuentran huevos a la plancha 
por las calles de Madrid, ya saben el motivo...

miércoles, 10 de junio de 2015

Aire nuevo

Aire pasa,
aire nuevo,
aire fresco,
pa la casa.


Apenas la voz había brotado de la garganta de José Mercé, y la tormenta se desencadenó sobre Madrid. Al fin, aire y lluvia de verano. Vino el cantaor jerezano no sólo a traernos el agua, sino también a inaugurar el 10º Festival de Flamenco de la Comunidad de Madrid, la Suma Flamenca que se celebra en los Teatros del Canal. Mientras Mercé desgranaba soleares, tarantos, alegrías y bulerías acompañado por la guitarra del maestro Manuel Parrilla, fuera caía la anhelada lluvia.


Y para completar el cuadro de cante, agua y aire, las tintas -más flamencas que chinas- del artista francés David Vaamonde, expuestas a la entrada del teatro. Trazos limpios, líneas verticales que estilizan a la mujer, zapatos taconeando, lunares que se confunden con la luna y, por supuesto, manos. Manos deformadas que equilibran el conjunto en blanco y negro. Valiente y directo el trabajo de Vaamonde.  



Una vieja letra flamenca dice: "Pobrecita de mi madre, que le han robado de la azotea su delantal de lunares". La ropa puesta a tender en las terrazas de Madrid, por fin, amanece mojada.

lunes, 8 de junio de 2015

¿Qué queda tras un San Isidro?

Anoche me quedé dormida con una vieja canción de Charles Trenet titulada Que reste-t-il de nos amours. "Esta noche, el viento que golpea mi puerta me habla de los amores muertos delante del fuego... ¿Qué queda de nuestro amor? ¿Qué fue de los días soleados?".

Ce soir le vent qui frappe à ma porte
Me parle des amours mortes
Devant le feu qui s' éteint...
Que reste-t-il de nos amours?
Que reste-t-il de ces beaux jours?


La letra va describiendo los restos de aquel amor: una vieja foto, flores secas guardadas en un libro, las citas de abril... Trenet canta sin tristeza. Al final, ¿qué queda tras un San Isidro? Poco menos que un recuerdo que nos persigue constantemente, como en la canción de Trenet. El toreo es efímero: las faenas no se esculpen, ni se plasman en lienzos, ni se graban en discos... ni siquiera se escriben. Suceden, nos emocionan o nos enseñan... et après, ils sont un souvenir qui nos poursuivons sans cesse. 


Entre esos recuerdos, surgen algunos nombres... De torero bueno, Sebastián Castella, quien ha conseguido no poca cosa: estar a la altura de dos magníficos toros, "Lenguadito" y "Jabatillo". Por original -rozando lo inverosímil-, Alejandro Talavante en la corrida de Juan Pedro Domecq. Por temple, gusto y clasicismo, Morenito de Aranda, tanto en el aperitivo de la Feria de la Comunidad (Puerta Grande) como en la tarde de Valdefresno. Por valor y ganas, López Simón, a quien sacaron a hombros la tarde de Las Ramblas. Manuel Escribano también estuvo hecho un tío con aquel Adolfo llamado "Baratero" que le arrancó la medalla del cuello. Lo de Rafaelillo con los Miuras fue emoción en estado puro (como escribió la aristócrata Mary Montagu, "Después de la propia sangre, lo mejor que el hombre puede dar de sí mismo es una lágrima"). Juan del Álamo volvió a confirmar que sabe torear... y que merece entrar en más ferias. Fernando Robleño, sin haber cortado orejas, ha echado un San Isidro soberbio bailando siempre con la más fea. Ante los Adolfos, Urdiales también pintó varios carteles de toros. Se me viene a la memoria una estocada hasta la bola de Juan Bautista a uno de Alcurrucén y otra de Joselito Adame recibiendo a uno de El Montecillo. Y, por supuesto, imposible olvidar la heroicidad de Jiménez Fortes con la cornada más dramática de los últimos meses. Entre los novilleros, se llevó la palma el peruano Andrés Roca Rey.

Obras de Tico de la Rosa

En el "álbum ganadero", varias fotos: "Jabatillo" de Alcurrucén, "Lenguadito" de El Torero, "Mensajero" de Parladé y "Agitador" de Fuente Ymbro. La mejor corrida, indiscutiblemente, fue la lidiada por Juan Pedro Domecq el 29 de mayo.

Y entre los hombres de plata, Juan José Trujillo, Ángel Otero, Roberto Martín "Jarocho", Luis Carlos Aranda, David Saugar "Pirri" (herido en la de Victorino), Fernando Sánchez, Pascual Mellinas, Curro Javier, Domingo Siro, Marco Galán (herido en la de Miura), Joselito Rus, Rafa González... De los picadores, Pedro Iturralde con Fuente Ymbro, Tito Sandoval y Paco María con los Victorinos, Óscar Bernal con uno de Victoriano del Río... y algunos más que me dejo en el tintero (es el problema de escribir "de memoria").

Que reste-t-il de ces beaux jours? Al margen de lo sucedido en la arena, un San Isidro deja otros recuerdos, muy buenos de hecho. Cada año, esta feria pasa más deprisa... Un mes después, tras 31 tardes de toros, sigue sin llover sobre Madrid.

domingo, 7 de junio de 2015

La "Semana Torista" o el reinado de Witiza


Con el tiro de mulillas arrastrando a "Arenero" (6º), terminó la Feria de San Isidro 2015; el mejor Miura -o el más noble- de un encierro aprobado in extremis que ha permitido ver a tíos que se visten por los pies, empezando por Rafaelillo, que ha dado una clamorosa vuelta al ruedo, roto en lágrimas por la emoción, tras jugarse el tipo con un cárdeno bragado de nombre "Injuriado" (4º) que le enredó en los bordados de la taleguilla. El murciano, valeroso y a la vez tremendamente entregado, desmayó la mano para torear al natural; sin embargo, dos pinchazos antes de la estocada impidieron que su buen oficio fuera premiado con una oreja de ley.


La otra cara de la moneda -la cruz- cayó en el bolsillo de Marco Galán cuando banderilleaba al peligroso quinto, que andaba buscando carne con la cara por las nubes. El subalterno de Javier Castaño -que previamente había lidiado muy bien al segundo Miura- sufrió una cornada en el escroto, un puntazo a la altura de la cadera y múltiples contusiones. No ha sido el único valiente, pues sus compañeros, Ángel Otero y Fernando Sánchez, protagonizaron un emocionante tercio de banderillas ante "Aguilero" (2º), un verdadero pulso de raza y gallardía que la plaza supo valorar con una cerrada ovación, a pesar de que algunos rehiletes cayeron traseros. El público, en cambio, se mostró más cicatero con Castaño, quien también tragó paquete en dos dignas actuaciones. 


El único torero que no terminó de romperse durante la Miurada fue Serafín Marín, cuyo lote fue especialmente castigado en el caballo. De todos modos, a la corrida de Zahariche le faltó casta y bravura. Los tres primeros toros rozaron -o alcanzaron- la invalidez... y no hay nada más triste que un Miura rodando por el suelo. La "Semana Torista" ha sido un horror, oscuro e incierto igual que el reinado de Witiza. Como escribir "entre tinieblas" no es aconsejable, dejaremos para mañana el resumen de la feria. Por hoy, mi rendida admiración por los toreros, de oro y plata, que han hecho el paseíllo ante el atragantón de los Miuras.

sábado, 6 de junio de 2015

Los espejos del pasado


Dice el tango que veinte años no son nada. Diez tampoco. El 4 de junio de 2005, Zabala de la Serna publicaba la siguiente crónica en ABC: "Por fin la tierra prometida, ese trocito de cielo que se respira bajo la arcada de la Puerta Grande, Cid [...] Con permiso de Rincón, eres el torero más puro de los activos. Quizás por eso le brindaste al César". Diez años después, Zabala escribe en El Mundo: "Victorino y El Cid se suicidan de la mano". Entre medias, el 19 de abril de 2007, una tarde gloriosa en La Maestranza, cuando Manuel Jesús abrió la Puerta del Príncipe gracias a Borgoñés: "Como guante a la mano, y qué mano la de El Cid, así le cae el encaste de Victorino al torero de Salteras. O viceversa. Tan suprema compenetración, como la del Beluga al Moët, se precipitó por la Puerta del Príncipe en esa hora mágica cuando la tarde se asoma a la noche. El Cid y Victorino, Victorino y El Cid, son pareja de hecho inseparable desde que hace un lustro se volvieron locos de pasión en las arenas de Bayona" (Zabala para ABC). Cuatro meses después, tuvo lugar la encerrona de El Cid en Bilbao ante seis Victorinos... Ante los espejos del pasado, no somos naide. Pero El Cid y Victorino fueron mucho, y mucho debemos agradecerles los aficionados. 


"Compréndelos a todos. Ama y admira sólo a unos pocos", escribió Camus. El Cid y Victorino se ganaron a ley nuestra admiración y devoción. Por eso, la reciente caída sabe más amarga. ¿Qué pensaría ayer Rafael Perea "Boni" contemplando la debacle desde el callejón? A veces, una retirada -o un descanso- a tiempo es la solución más decorosa. ¿Volverá a salir un "Borgoñés"? Seguramente sí. ¿Y un guante que sepa entender el encaste Santa Coloma como aquel de El Cid? Posiblemente. La fe del aficionado es parecida a la piedra de Sísifo: estamos condenados a cargar con ella. Porque, cualquier tarde y en cualquier plaza, un torero hará un faenón a un Victorino de bandera. Y eso es algo demasiado inconmensurable como para dejarlo pasar. "Todo el gozo silencioso de Sísifo se encuentra en eso. Su destino le pertenece. Su roca es todo lo que posee [...] La lucha por alcanzar las cimas basta para llenar el corazón de un hombre. Hay que imaginar a Sísifo feliz".

viernes, 5 de junio de 2015

¿Semana torista?


La "Semana Torista" está saliendo de Pasión con un rosario de decepciones ganaderas a cuestas. Ni un toro bravo entre los Ibanes, Pablo Romeros, Cuadris y Adolfos. A falta de lo que suceda en las corridas de Victorino y Miura, a los aficionados al toro se le abren dos caminos: uno que conduce al Calvario y otro al psiquiátrico porque, de momento, el asunto no tiene visos de resurrección. 

Ayer, salió un toro encastado y con muy mala leche que puso emoción en la plaza. Llevaba por nombre "Baratero", como aquel Victorino premiado con la vuelta al ruedo en Madrid, que tomó cinco puyazos y al que Andrés Vázquez le pegó 20 muletazos en el centro del ruedo. Bueno, pues el "Baratero" de Victorino no fue como el "Baratero" de Adolfo, que le marcó el cuello a Escribano varias veces. Este último grano de pimienta animó un poco otra corrida gris, igual que el par de banderillas que colocó Ángel Otero a aquel Cuadri que llevaba la cara hasta el Séptimo Cielo. 

Me contaba un aficionado que, después de la "Semana Torista", empieza a echar de menos la perdida corrida de Martelilla... 

lunes, 1 de junio de 2015

Vivir de la guapura


Que "Zarcillero" era un toro guapo, nadie puede ponerlo en duda. Que hay toros más feos que embisten mejor, también. Sin embargo, de la misma manera que existen personas que viven gracias a su belleza, ¿por qué no van a existir ganaderías? ¿Qué aficionado no recrea la vista ante un Partido de Resina, antiguo Pablo Romero? Generalmente, la guapa no es la más lista... Ni se le exige. 

La corrida de Partido de Resina tampoco salió como la tonta del bote, pero le faltó casta y lucimiento. Siendo generosos, hubo tres toros con cierto interés -sólo cierto-: segundo, tercero y sexto. Los toreros que tuvieron delante -Sebastián Ritter y Rafael Cerro- no están lo bastante placeados para sortear rarezas. Probablemente, un diestro veterano habría sacado algo más de partido -sólo algo-, pero tampoco fue éste el caso. Como suele suceder con estos carteles, se juntaron el hambre y las ganas de comer. Para rematar el asunto, el más decano de la terna, Eduardo Gallo, vino a Madrid inapetente. 

Noticias positivas: que los de Partido de Resina no terminaron rodando por el suelo -antiguo problema de la casa- y que los toreros, a pesar de su bisoñez, se marcharon sin golpe ni multa. Y con esto y un bizcocho, a pensar en mañana, que vienen los Cuadris.