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martes, 2 de agosto de 2016

Hilo de seda

Con hilo de seda, Curro Díaz bordó el toreo en una faena de las que quedan grabadas en la memoria bajo luz de oro; la luz de las tardes de Azpeitia cuando el sol despunta sobre el valle del Urola. Muñecas de goma para ligar, sin transición, el natural con el de pecho; la muleta hasta la hombrera contraria, en un movimiento eterno, excelso, pura clase de toreo macizo.

Los adornos y remates fueron bordados con las yemas de los dedos, las trincherillas y trincheras, un cambio de mano,  tan de Curro, tan sutiles, tan naturales, tan llenos. El desmayo en el corazón de Guipúzcoa, en una de las cumbres toristas.

Un toro de Pedraza de Yeltes, llamado "Sombreto", colorado, alto, huesudo y algo silleto, en el tipo de Aldeanueva, fue el que se encontró con la aguja fina de Curro. Toro también de clase, que embestía humillado ante la muleta poderosa del de Linares. Toro y torero habrían merecido coronar aquel recital con una estocada impecable, como las que suele propinar Curro Díaz, pero el fallo con los aceros desembocó en rendida vuelta al ruedo para el matador y ovación en el arrastre para Sombreto.

Curro Díaz necesitaba que creyeran en él y Joxin Iriarte, presidente de la Comisión Taurina de Azpeitia, lo hizo este invierno. Después vino la Puerta Grande de Madrid, la vuelta a las ferias y a la memoria del aficionado, que seguía esperándole. En agradecimiento, el de Linares vino a Guipúzcoa con una faena de hilo de seda. Imborrable.

jueves, 18 de febrero de 2016

Estreno del documental "Tauromaquias Universales"

El próximo jueves, 25 de febrero, después del programa Kikirikí, Canal Plus Toros estrena en España el documental "Tauromaquias Universales", escrito y dirigido por André Viard. Los aficionados a los toros ya pueden señalar en rojo ese día en el calendario si no quieren perderse un apasionante viaje por la historia de las tauromaquias mediterráneas, desde la Prehistoria hasta la actualidad.


Para la versión en castellano del documental, tuve la suerte de poder grabar la voz en off junto al maestro José Miguel Arroyo "Joselito", quien aceptó narrar esta historia sobre dioses, héroes y toreros, como el cazador de uros de la cueva de Villars, el inmortal Gilgamesh, el fenicio Melkart, los acróbatas cretenses, Hércules y Teseo o Karpóforo, un revolucionario "matador" romano. Al igual que ellos, los toreros contemporáneos se siguen enfrentando al toro -animal mítico desde la noche de los tiempos- para elevarse sobre su propia condición humana, para hacer emerger la belleza de su destino trágico.


El documental "Tauromaquias Universales" demuestra que nuestra afición -y nuestra pasión- nació hace 23.000 años, conquistando desde entonces todas las civilizaciones mediterráneas. Por su contenido novedoso y la calidad de sus imágenes, este trabajo está llamado a ser un referente en el debate cultural y social en torno a la Tauromaquia. Jueves 25 de febrero en Canal Plus Toros. Nuestra historia empieza aquí.

martes, 4 de agosto de 2015

El secreto de Azpeitia


Al caer el segundo toro, los huecos que quedan libres en los tendidos de Azpeitia se llenan de niños. Un sitio vacío no vale nada. En cambio, después de vivir una feria como los San Ignacios de 2015, es muy probable que alguno de esos críos se haga abonado el día de mañana. En el peor de los casos, respetará las tradiciones de su pueblo porque las ha conocido desde dentro.

El modelo de gestión de Azpeitia es impecable: carteles que se salen del cliché de la previsibilidad, ganaderías que aportan un tremendo espectáculo, toreros con hambre que arrean, una empresa que premia a los triunfadores, una plaza con personalidad y un público agradecido.

Paco María picando a un Cuadri (Foto: Tierras Taurinas)

Con estos mimbres, se han visto tres corridas apasionantes: las de Cuadri, Ana Romero y Pedraza de Yeltes. Y nueve matadores que han dado todo lo que tenían, con enorme dignidad y verdad: Paulita, Pérez Mota, Sergio Serrano, Juan Bautista, Manuel Escribano, Arturo Macias, Javier Castaño, Juan del Álamo y Lopez Simón.

Sergio Serrano ha sido declarado triunfador de la feria tras apechugar con tres Cuadris y la desazón de saber que sus compañeros de cartel (Paulita y Pérez Mota) se encontraban en la enfermería. Con justicia, la Presidencia le concedió las dos orejas como recompensa a su mérito durante toda la tarde. En las antípodas, al día siguiente, Juan Bautista cuajó una de las faenas más bellas de la temporada a un excepcional toro de Ana Romero. Y el domingo, como broche, un monterado Javier Castaño planteó un comienzo de faena torerisimo a un excelente Pedraza de Yeltes (el ejemplar más completo del ciclo guipuzcoano) premiado con la vuelta al ruedo. Entre medias, brillaron tercios de varas, bregas y pares de banderillas de enorme arrojo.

Javier Castaño con Pedraza de Yeltes (Foto: Tierras Taurinas)

Azpeitia es una plaza donde se cuida el detalle. Incluso la banda de música suena como la de La Malagueta o La Maestranza. Pero no hay que dormirse en los laureles: el éxito nunca es fruto de la casualidad y menos en el toro. La Comisión de Azpeitia ya mira hacia los San Ignacios de 2016... Enhorabuena a todos.

domingo, 2 de agosto de 2015

Una de las faenas más bellas de la temporada


Con los años y el tiempo, el ser humano va perdiendo capacidad para sorprenderse. Somos tan absurdamente estúpidos que creemos (o aparentamos) haberlo visto todo, hasta convertirnos en criaturas indolentes. La indiferencia crónica conduce, irremediablemente, a la melancolía.

Yo confieso que no esperaba presenciar una de las faenas más bellas de la temporada en uno de los templos del torismo: Azpeitia. No fue trasteo de "uy" ni "ay", sino de absoluto silencio. Hasta el matador ordenó acallar a la banda de música.

Juan Bautista con "Fortuito" (Foto: Tierras Taurinas)

Resulta difícil decidir quién derrochó más clase; si el torero (Juan Bautista) o aquel toro de Ana Romero ("Fortuito"), que salió de chiqueros con los cuartos traseros acalambrados, quedando al borde de la devolución, a pesar de la suave brega de Rafael González. En la muleta, en cambio, el de Santa Coloma comenzó a ir a más, con un galope templado y humillado, un auténtico toro de carretón, un goterón de almíbar sobre el cenizo albero de Azpeitia. Un toro de semejante calidad siempre descubre a los malos toreros. Pero Bautista está lejos de ser un mal torero. Cuando a Bautista le espolea la necesidad o el amor propio (ojalá sucediera con más frecuencia), comienza el recital. Ante el de Ana Romero, el francés hizo del ruedo guipuzcoano su propia casa, como toreando de salón, con un desmayo, una suavidad y un temple de paladar fino y billete grande. Gratisima sorpresa rematada con dos estocadas recibiendo (la primera pinchada arriba) y una oreja.

Si la misma faena hubiera llevado la firma de la marisma del Guadalquivir en vez de la camarguesa, más de una camisa se habría rasgado en esta tarde de sábado en Azpeitia. Y es que a la plaza hay que acudir con la mirada limpia y el espíritu predispuesto a la sorpresa. Es el único mecanismo para seguir emocionandonos. Para ser, en definitiva, más humanos.

martes, 20 de mayo de 2014

Una lúgubre masa de adobe y miedo

"Instantáneamente, en un abrir y cerrar de ojos, certero e inexorable como el Destino, el toro se le vino encima. Antes que él lo vio la gente; más que sentir su cogida, la vio en los ojos espantados de la muchedumbre. El alarido de ésta hizo recular al toro; pero el hombre estaba en el suelo, y fuerte mancha roja cubría uno de los muslos".
 

En 1915, Eugenio Noel ya describió las cornadas de David Mora, Antonio Nazaré y Jiménez Fortes. Antes que ellos, por supuesto, otros muchos hombres cayeron. Y así, gota a gota, desgarro a desgarro, golpe a golpe, temblor a temblor, la Fiesta ha sobrevivido a través de los siglos. Nada nuevo bajo el sol, sin que esta costumbre reste un ápice de dramatismo a la tragedia. Algunas tardes, Las Ventas se antoja lúgubre, como una masa de adobe y miedo.

Fotos: Tierras Taurinas
 
En torno a la enfermería de la plaza, a la caída de la tarde, se formó un muro macabro. Cuadrillas, periodistas, curiosos. Con los tres matadores en el hule, la fiesta se había aguado y había que resarcirse con emociones nuevas. El grito dado por la muchedumbre parecía oírse aún por los pasillos del tendido 4. Contaba un viejo matador que para ser torero no se necesitaba corazón, sino tripas y tipo.
 
 
Aunque en nuestro mundo aséptico este espectáculo, a veces tenebroso y siempre bárbaro, prácticamente no tiene cabida, la Tauromaquia se alimenta de cornadas. Pronta recuperación, pues, a todos los matadores heridos, con la gratitud y admiración de los aficionados.
 
Fotos: Alberto de Isidro

domingo, 11 de mayo de 2014

El rosal de Las Ventas

"¡Que me maten como a este rosal de mayo!" (Valle-Inclán)

No es casualidad que la feria de San Isidro se celebre en mayo. También es éste el mes en el que florecen las rosas. Conozco un rosal que podaron el pasado invierno y al que le realizaron una escabechina notable. El desmoche fue tan brutal que, durante mis paseos, di por sentado que esta primavera no brotaría una sola rosa. Me equivoqué. Esta mañana pasé junto a él y ya está reventón. El secreto reside en dar tiempo al tiempo. Y en esperar a que llegue mayo con su San Isidro.
 
 
Juan del Álamo también ha necesitado temple y perseverancia. Pero ya emergió, con una fortaleza inquebrantable. Comenzó a despuntar la pasada temporada y se insinuó durante la Feria de Abril con la corrida de Montalvo. Los duros inviernos camperos en su Salamanca natal resultan fecundos. Este sábado, en Las Ventas, ha derrochado verdad ante un sobrero sosote del Vellosino que ha brindado a su madre. Previamente, sembró un sólido toreo a la verónica frente al titular que echaron para atrás, un ejemplar lisiado de Martín Lorca. Con la muleta enjaretó una faena maciza a dos manos, cuatro series por la derecha y una por la izquierda, rematada con un estoconazo arriba yéndose detrás de la espada, como saben hacer los que tienen hambre por ser toreros. Oreja cosechada a ley.
 
 
La suerte cambió en el sexto, toro magníficamente picado por el también salmantino Óscar Bernal. A toma y daca, Del Álamo le tenía cortada otra oreja al que cerraba plaza, un boyancón de Martín Lorca que se vencía mucho por el pitón izquierdo. Una fea voltereta por ese lado no amedrentó al mirobrigense. Todo lo contrario: tiró de raza. Sin embargo, la espada truncó la Puerta Grande. Que vaya afilando el estoque para la tarde en la que salga un toro de verdad... Se despidió de Las Ventas con una unánime ovación del color de un rosal reverdecido. Juan del Álamo. Rosal de mayo.
 
Fotos de Tierras Taurinas y Juan Pelegrín
 
Los álamos de plata
se inclinan sobre el agua,
ellos todo lo saben, pero nunca hablarán.
 
[...] El silencio profundo de la vida en la tierra,
nos lo enseña la rosa
abierta en el rosal.
 
(Federico García Lorca)

miércoles, 8 de enero de 2014

Despedida... y último tercio


En memoria de Nicolás Fraile, ganadero de Valdefresno. Descanse en paz, a los pies de una magnífica encina de Tavera de Abajo. Esta temporada, sus toros lucirán divisa negra, y un poco de esa negrura llevaremos también los aficionados por perder a este ganadero. A este gran ganadero. Se van los mejores.
 
DESPEDIDA
 
No he querido tomar la alternativa
como una solución, la más prudente,
sino seguro, y más: hasta valiente,
afirmar, concederme en exclusiva

a la verdad. En todo lo que escriba
citaré por la cara, iré de frente.
Si soy cogido en falta -el arte miente-
curadme de mi error para que viva.

He brindado a la plaza. Yo he querido
quedar como los buenos. Quien no empeña
con fe su corazón, está perdido.

No todo sale tan mal como uno sueña.
Yo he escrito lo que sé, lo que he podido.
Y que Dios me disculpe en su reseña.
 
 
ÚLTIMO TERCIO
 
Tengo el traje de luces preparado
como si fuera ya mi despedida
de color esperanza desvaída
y algún golpe de luz a cada lado.

Dios mío, lo que llevo toreado...
Qué largo de contar cada corrida.
Más de una vez la seda de la vida
me la rasgó algún toro resabiado.

Ya sé que no es lo que era mi figura.
La retirada urgente me amenaza.
Pero es vivir la profesión que adoro.

Y espero conservar la compostura
cuando vaya camino de la plaza
para brindarle a Dios mi último toro.

(Ambos poemas son de Javier de Bengoechea)
 

"
Nicolás se encarga de la educación ganadera de su nieto, Nicolasín. Si los recuerdos de la infancia condicionan la vida adulta, y si hasta entonces el mundo no evoluciona demasiado, el día en que el destino de Valdefresno esté en sus manos, no cabe duda de que Nicolasín Fraile será un gran ganadero que velará por la bravura de sus toros, como su abuelo, tío y padre"
(Fragmento extraído de Tierras Taurinas, opus 11 dedicado al encaste Lisardo).
 
 

Toros de Valdefresno fotografiados por Tierras Taurinas
 


lunes, 4 de noviembre de 2013

Los nombres de los toros mexicanos. Poesía pura

"Con dinero y sin dinero... ¿¿hago siempre lo que quiero??"


Anoche me enviaron, vía Luis Miguel Parrado, los nombres de los toros que iban a lidiarse en La Monumental de México. Ante mi perplejidad, comprobé que, en unas horas, saltarían al ruedo "Buenos tiempos", "Guardián de ilusiones", "Para toda la vida" y "Guerrero de luz", todos de Julián Hamdan. No piensen, sin embargo, que el sobrero, de una ganadería distinta a la titular, arreglaba el conjunto, puesto que lo habían bautizado como "Buen hombre".
 
 
Parece que los ganaderos mexicanos compiten a la hora de inventar los nombres más cursis y, mucho me temo, que esa moda llegue pronto a España donde, hasta hoy, las líneas maternas han determinado cómo se llamará el futuro toro de lidia. Un ejemplo: el toro Islero, de la ganadería de Miura, era hijo de la vaca Islera. Y sanseacabó.
 
 
En casa de Cuadri también tienen una bonita forma de bautizar a las familias. Hay una línea relacionada con las cosas del comercio: Dependienta, Juguetera, Mostradora, Muñeca, Rebajada... Así lo explicaba José Escobar, el mayoral de la ganadería, en Tierras Taurinas (opus 15): "Tengo veintitantas familias. Las hay muy largas, muy cortas. Hamburguesa viene de una reata del Muro de Berlín: Murera, Alemana, Polaca, Hamburguesa… ¡de Hamburgo! Eso dicen. Otra familia de las güenas: los Lagunero, como Pantanosa. En los Carpinteros tenemos a Cerrajera, Ebanista… es una reata muy cortita que viene de lo de Lancha. ¡Y la reata de los Maños! ¿Ves? Aquí está Aragonesa, madre del Aragonés que se llevó todos los premios en Madrid".

 
Sobre el trapío de "Guardián de ilusiones" y sus hermanos, prefiero correr un tupido velo. Hace tiempo que dejé de seguir la temporada en Distrito Federal. Fran Pérez, de @TodoToros, escribió ayer: "Enhorabuena a Villaconejos de abajo. En su pueblo sale el toro más grande que en La México, y más íntegro". No obstante, este lunes por la mañana, algunos "cronistas" taurinos españoles derramaron su arsenal lírico para cantar las maravillas acaecidas en el coso de Insurgentes la noche anterior. Estamos muy tiesos y la plata manda.
 
 
Un buen aficionado de Bogotá, Descabellos, me recomienda seguir las ferias de Guadalajara y Pachuca. Tomo nota, que diría Juncal. Como señaló ayer, no todo es como en el nefasto escaparate de la Plaza México. Afortunadamente.
 

Una de las fieras lidiadas este domingo por Zotoluco, Morante y Diego Silveti...
¿cuánto dinero habrán invertido en publicidad los apoderados del de La Puebla...?
 

viernes, 4 de octubre de 2013

Sonata de Otoño

Segundo festejo de la Feria de Otoño con temperatura, paradójicamente, veraniega. Con más de tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de Victoriano del Río (2º, 3º y 4º) y De Cortés (1º, 5º y 6º), desiguales de hechuras y muchos con los cuatro años recién cumplidos. Mansearon en general, salvo el buen cuarto, Berbenero, ovacionado en el arrastre. Manuel Jesús “El Cid”, silencio y vuelta al ruedo; Iván Fandiño, oreja tras aviso y silencio; y Sebastián Ritter, que tomaba la alternativa, saludos y silencio.


Manuel Jesús volvió a ser El Cid, solo El Cid, aquél que ganó batallas después de muerto. Con los moros afilando las espadas en los tendidos de Las Ventas, dispuestos a sepultarle tras una faena vulgar al segundo de la tarde, regresó El Cid, no a lomos de Babieca, sino con la muleta en la mano izquierda, para recordarnos lo que fue: el torero de trazo largo, mucho vuelo y muñecas prodigiosas que nos emocionó años atrás. ¡Y cómo volvió a rugir el quiosco venteño en esta tarde de toreo caro al natural! La gratitud con El Cid de Salteras será eterna. Berbenero, un armado toro castaño de Victoriano del Río que previamente había manseado en el caballo, se arrancó con alegría en las telas del Cid que, desde el principio, comenzó a cuajarlo, torerísimo, al natural, con esa extraña facilidad que se esconde tras las faenas más bellas. Salvo una serie por la derecha, fue una faena a media altura, suave, cincelada con la mano de los billetes, terminada con unos remates clásicos y de enorme gusto. Como de costumbre, El Cid pinchó su gran obra, la que le hubiera abierto la Puerta Grande. La historia estaba ya escrita, igual que el propio Cantar. Sin embargo, la vuelta al ruedo final, con la plaza rendida como la ciudad de Valencia en 1099, resultó apoteósica.


Otra ovación clamorosa la recibió Fandiño al romper el paseíllo. Qué emoción produce ver a un hombre con la determinación de este matador, que no hace concesiones, ni da un paso atrás, ni perdona un quite. A Fandiño esta tarde le faltó toro. Su arrojo es tan grande que ninguno de su lote sirvió para apaciguar la sed que, desde el pasado San Isidro, le azoga el espíritu. Con el tercero, al que le cortó una oreja y cuya muerte brindó al doctor García Padrós, se entregó hasta que el animal claudicó. Imposible hacer más. Y con el quinto, se dio de bruces contra otro pozo seco.

Fotografías: @TierrasTaurinas

El colombiano Sebastián Ritter, que tomaba la alternativa, pechó con el lote más deslucido. El joven matador ha pasado de puntillas por la que es, hasta el momento, la tarde más importante de su carrera. Al igual que a Fandiño le deseamos que salde su cuenta con Las Ventas este domingo durante la corrida de Adolfo, al inédito Ritter esperamos volver a verle con otro ganado porque, salvo el cuarto y el inicio del tercero, a la corrida de Victoriano del Río le faltó fuerza y casta.

A la salida de la plaza, en el epílogo de lo que fue una sonata de otoño, le escuché decir a un espartano aficionado de Valladolid: “Con esto, ya tenemos para resistir el invierno. Sin calefacción, incluso”.

martes, 25 de junio de 2013

Oda al perro del mayoral

Da mil vueltas ladrando, y da mil vueltas
bramando, el perro y toro, cual sucede
al galgo y libre, cuando corre y huye,
que marros ella da, mas dale mate.
Así sucede aquí, que de la oreja
trabó con tal coraje y tal rabia
al toro, el fuerte alano, que de un sitio
no le dejó mover en cuarto y medio
(Juan Yagüe de Salas).


El domingo por la mañana a primera hora, antes de que el árido calor extremeño comenzara a asolar el campo, estaba el bueno de Félix embarcando una corrida cinqueña que iba a lidiarse para rejones en un pueblo perdido del Alentejo portugués.
 

Cuando el curtido mayoral, ya con sudor en la frente, llegó al último corral de Las Tiesas de Santa María, uno de los toros, con más de 600 kilos, se dio la vuelta en la manga y se arrancó con vehemencia hacia su fiel caballo, Bolero, al que le sacó las tripas de un desgarrón. Félix y el infeliz jamelgo cayeron de inmediato al suelo. El toro, un astigordo patasblancas de Monteviejo, aplastó al jinete contra la tierra tras elevarlo varios metros por el aire en una escalofriante voltereta que no terminaba de acabar. A continuación, dos angustiosos sonidos: primero, un golpe seco; después, el quejido de varias costillas fracturadas, una de ellas perforando el pulmón. Justo en ese instante, enfervorecido, el perro de Félix se interpuso entre el toro y su dueño, realizando un quite providencial que le salvó la vida. Victorino Martín aprovechó aquel segundo, en el que el toro comenzó a perseguir al astuto perro, para sacar del cercado a su mayoral.
 
Félix a caballo. Fotografías: Tierras Taurinas
 
El perro me pregunta
y no respondo.
Salta, corre en el campo y me pregunta
sin hablar
y sus ojos
son dos preguntas húmedas, dos llamas
líquidas que interrogan
y no respondo,
no respondo porque
no sé, no puedo nada.
A campo pleno vamos
hombre y perro.
[…] Es su frescura tierna,
la comunicación de su ternura,
y allí me preguntó
con sus dos ojos,
por qué es de día, por qué vendrá la noche,
por qué la primavera
no trajo en su canasta
nada
para perros errantes,
sino flores inútiles,
flores, flores y flores.
Y así pregunta
el perro
y no respondo.
Vamos
hombre y perro reunidos
por la mañana verde,
por la incitante soledad vacía
en que sólo nosotros
existimos,
esta unidad de perro con rocío
y el poeta del bosque,
porque no existe el pájaro escondido,
ni la secreta flor,
sino trino y aroma
para dos compañeros,
para dos cazadores compañeros:
un mundo humedecido
por las destilaciones de la noche,
un túnel verde y luego
una pradera,
una ráfaga de aire anaranjado,
el susurro de las raíces,
la vida caminando,
respirando, creciendo,
y la antigua amistad,
la dicha
de ser perro y ser hombre
convertida
en un solo animal
que camina moviendo
seis patas
y una cola
con rocío.
PABLO NERUDA
Si Paca Mora hubiera tenido un perro como el de Félix, a buen seguro su historia habría sido menos trágica.
Paca Mora va a caballo,
soñando alegre con un "te quiero",
y de pronto, igual que un rayo,
le sale un toro por el sendero.
Corrió el mayoral celoso,
a la defensa de su querer,
pero por pronto que quiso el mozo,
llegó la muerte primero que él.

miércoles, 19 de junio de 2013

"Si no se torea, no se come" o toreros con hambre

"Si no se torea, no se come" (Morante de la Puebla)


Ha caído en mis manos un libro francamente entretenido titulado "Gastronomía del toro de lidia". Primorosamente editado, está escrito al alimón por Ismael Díaz Yubero y Pedro Plasencia. Aunque sus páginas suponen un auténtico festín para los paladares más trogloditas, no piensen que se trata exclusivamente de un recetario con mil versiones para cocinar rabo de toro. No en vano, los capítulos más entretenidos narran anécdotas de toreros "cocinillas" o con más hambre que el perro de un ciego. He aquí una selección de cuatro de estas historias:
 
A ver si crece...

HONORARIOS CON JAMÓN
 
Don Indalecio Mosquera fue empresario de la anterior plaza de toros de Madrid, que estaba ubicada donde en la actualidad está el Palacio de Deportes. Citó a Guerrita para proponerle que torease una tarde en Madrid. El torero escuchó la oferta, y pidió una cantidad que al empresario le pareció excesiva, por lo que al contestar negativamente al torero utilizó la típica expresión: "y un jamón".
 
Al año siguiente, don Indalecio llamó al torero para comunicarle que aceptaba los emolumentos solicitados, a lo que el torero respondió: "y un jamón que me prometió usted el año pasado".
 

LA CUCHARA DE CÚCHARES
 
Cúchares fue un torero muy serio, poco dado a juergas, juego, vino y mujeres, entrenamientos que por aquellas épocas, y algunas posteriores, eran muy frecuentes entre los toreros. Cuando se despedía de su mujer cada vez que toreaba le decía siempre la misma frase: "Señá María, que esté lista la puchera que vuelvo en cuanto se acabe la corrida".
 

LAS HAMBRES DE BELMONTE
 
Aunque felizmente hoy día las circunstancias han cambiado, el ejercicio de la profesión de torero ha estado desde siempre marcado por el estigma del hambre, perentoria necesidad de la que sus protagonistas no lograban zafarse, en ocasiones ni siquiera llegando al más alto nivel de la profesión, es decir, matador de toros, e incluso a figura del toreo de cierto nivel. La frase "más cornás da el hambre" andaba siempre en boca de aquellos que aspiraban a figurar en los carteles. Son numerosas, al respecto, las anécdotas en las que vemos reflejada la agudeza del ingenio, bastante generalizada por cierto en personas de escasa cultura, pero dotadas de una inteligencia privilegiada. Sírvanos como ejemplo (tanto de las cornadas que da el hambre, como del ingenio patrio) la historia verídica que Manuel Chaves Nogales relata (dando voz a Belmonte) en su impagable biografía del Pasmo de Triana, en el capítulo que titula "Cuando pedía limosna por los caminos".


Por la tarde llegamos a un cortijo, y mi camarada se acercó a la manijera con un trozo de pan que nos había sobrado en una mano y los diez céntimos en la otra:
- "¿Quisiera usted darnos por esta perra un poco de aceite y vinagre para hacer un gazpacho con este cacho de pan que tenemos?".

La discreta proposición surtió su efecto y salimos del cortijo con el aceite, el vinagre, más pan del que llevábamos y, naturalmente, los diez céntimos. "¡Hay que saber vivir, muchacho!" -me dijo mi camarada, guiñándome un ojo maliciosamente. El truco del pedazo de pan y los diez céntimos lo repetimos en varios sitios...


RAMÓN MAGAÑA, TORERO MODESTO Y COCINERO EXCELENTE

Ramón Magaña, si como torero fue modesto, como escritor es muy correcto, como guarnicionero un artista, y como cocinero francamente bueno. Ya lo demostró en la cocina del Gran Hotel Colón de Madrid, en donde cocinó para las principales figuras de la política, de las ciencias y del arte en sus diferentes facetas. Y a él dirigió Lola Flores, mientras elegía el menú, la famosa frase: "No soy mujer de farfolla sino de olla".


Este entretenido libro puede comprarse por 20€... una inversión para las tardes de verano. A las anécdotas seleccionadas, sumo una última, leída en el opus 20 de Tierras Taurinas dedicado a "La hora Núñez". Habla el genial Pablo Lozano, La muleta de Castilla:

"Yo no me doy coba, he podido ser lo que no he sido…, he fracasado. Y mi fracaso me ha permitido enseñarle, a aquel que estaba a mi lado, cómo evitarlo. Yo fui torero por no estudiar. Pero, para ser torero, también hay que estudiar más que para nada. Cuando empecé, era la época de Manolete… Teníamos su imagen en la cabeza y le queríamos copiar. Pero al tercer o cuarto muletazo, venía la voltereta… Tenía diecisiete años, no sabía nada. Con esa edad, si no has pasado hambre, no dejas de ser un gilipollas perdido. No es que mis padres fuesen ricos, pero hambre no pasamos. Entonces, eso. Era un gilipollas".

 

martes, 30 de abril de 2013

Cuando Cuvillo "tuitea", sube el pan

El pasado lunes, 29 de abril, un "tuit" salió desde El Grullo, centro de producción de toros-artistas:


(Si pinchan sobre la imagen, el "tuit" del Grullo se amplía)

En el ABC del 19 de agosto de 1965, dentro de la sección de breves, publicaban la siguiente noticia:

 
Moraleja: mucho cuidado cuando, durante este puente, compren su suavizante favorito y pongan la lavadora. Son electrodomésticos terriblemente comerciales y sorpresivos, sobre todo en el momento del centrifugado: van con la cara suelta y no permiten disfrutar ni estar a gusto.

 
A todas luces, estos toros comerciales necesitan como el comer unas clases de repaso para retomar los buenos modales y la "bravura exquisita". Precisamente, esta semana hemos sabido que un grupo de científicos británicos se halla inmerso en un ambicioso proceso de alteración genética de vacas lecheras para crear una nueva raza de ganado sin cornamenta. ¿Y si ese descubrimiento lo aplicásemos a las ganaderías comerciales? ¡Sería la bomba! ¡A gozar sin freno!


Como colofón, unas declaraciones del "ganadero-no-comercial" Poli Maza en el último opus de Tierras Taurinas: "¿Cuál es la obligación del toro? Coger al tío, ¿no? Cuando sale a la plaza, el toro tiene que acojonar, dar miedo al que está con el capote y al que está sentado arriba, y no parecer una cabra. [...] El que está arriba tiene que pasar miedo o esto se cae. ¿Qué la cabra le puede pegar una cornada y matarlo? Nos han jodido. ¿Y el del andamio se puede caer y matarse? Entonces no me cuenten historias del miedo. El toro tiene que coger y dar miedo. ¡Nada más! Aquí hay gente que quiere ser figura del mundo y sin sudar. Váyase usted a tomar por culo".
 


martes, 2 de abril de 2013

Se había acostumbrado a mirar la vida de perfil

"Él, tan noble, tan entero, se había acostumbrado a mirar la vida de perfil. Son cosas de los hombres. Cosas de la misma vida. Cosas" (César González-Ruano).


Se llama José Juan Gutiérrez Mora, Juan Mora, hijo del Mirabeleño y nacido en Plasencia. Tomó la alternativa en Sevilla hace exactamente 30 años, el 3 de abril del 83, de manos de Manolo Vázquez y Curro Romero. Lo vi torear por primera vez en Madrid, el 15 de agosto de 2009, en una tarde de calor y zarzuela. Nada en él resultaba impostado; su toreo fluía inspirado, natural e improvisado. A su paso, brotaba la obligación de quitarse el sombrero ante un torero, que no es lo mismo que un figurón o una figurita.
 

En estos 30 años, tengo la impresión de que Juan Mora ya no quiere torear. Al menos, no en las ferias, donde el sistema le obliga a mendigar por anunciarse un par de tardes en la que debiera ser su plaza, Las Ventas. No hay necesidad y tampoco casa con su carácter. Cosas de la misma vida. Después de abrir la Puerta Grande el 2 de octubre de 2010, Juan ya lo demostró todo: su clase, su torería, sus ademanes de torero de otra época, más pura, sin duda. Este San Isidro, de nuevo, nos quedamos sin él. A cambio, sacia su afición al margen del mercantilismo de los despachos, en tentaderos y algún festival. Y el poso de su torería añeja corre de boca en boca entre los aficionados que le ven.

 
Lentamente, se nos van yendo los toreros solemnes con el mentón hundido en el pecho, la verdad por delante y el estoque de matar en la mano: quedan ya pocos espejos para los que comienzan su andadura en el planeta de los toros, tanto aficionados como novilleros. Me ronda la desagradable sensación de que cada vez tenemos más figuras y menos toreros. Quizás este negocio destierra a aquellos que van de frente y, para permanecer en él, sólo caben dos opciones: la ceguera o mirar la vida de perfil.
 
Fotografías: Terres Taurines