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domingo, 10 de mayo de 2015

Morenito, ya Moreno, y el apagón


Morenito ya puede quitarse el diminutivo del nombre: con el paso de los años se ha convertido en un torero "moreno" y curtido por el oficio, de buen corte y gusto. Me alegraría mucho si los empresarios le dieran sitio en las ferias relevantes, empezando por Pamplona. El de Aranda ha venido a Madrid con la hierba en la boca y, sumando la de este domingo, ha cortado tres orejas en dos tardes. Pero nada de orejitas baratas, sino orejas de ley, de torero en sazón. Anduvo listo con el sobrero del Risco -muy serio de pitones, galopón y con la cara suelta- que salió en quinto lugar sustituyendo al Valdefresno que se rompió una mano en el tercio de banderillas. Morenito -ya Moreno- lo toreó templado por la derecha coronando las series con unos elegantísimos remates. Mató de una buena estocada -completada por la certerísima puntilla de Pascual Mellinas- y paseó la oreja. Con el capote también anduvo hábil toda la tarde, aunque su compañero Eugenio de Mora no se quedó en la zaga.


El veterano diestro de Mora de Toledo recibió al cuarto Valdefresno bajando las manos como hacía tiempo que no se daba una verónica. Empezó la faena de rodillas, arrebatado como un novillero que empieza, apurando su vehemencia con un templadísimo pase de pecho. Alargó el trasteo en exceso -¡benditos los toreros con sentido de la medida!- y mató de una estocada trasera, por lo que el trofeo concedido por la Presidencia resultó desproporcionado. De cualquier manera, alienta ver un matador competente en la técnica, la colocación y los terrenos. Todo lo contrario que el mexicano Arturo Saldívar quien, salvando las vistosas serpentinas capoteras, dijo poco.


A la corrida de Valdefresno, de desigual presentación, le faltó casta. Los más nobles y "colaboradores" fueron los dos colorados del lote, el 4º y el 6º, procedentes seguramente de los Atanasios comprados a Javier Pérez-Tabernero en 2008. Primero y segundo se rajaron. Remendaron el conjunto dos sobreros: el anteriormente mencionado del Risco (5º bis) y un toro de Hermanos Revesado (3º bis). Se desmonteró David Adalid tras parear al quinto.


Nota final: En Las Ventas han saltado los plomos: cuando el sexto Valdefresno asomó por toriles, se fundió, al completo, la hilera de focos del graderío, quedando sólo las luces de la andanada. Un ambiente más íntimo, sin duda. Desconozco si la empresa desea fomentar el arrumaco entre la afición o, simplemente, se ha producido un fallo eléctrico. Sea como fuere, la plaza quedó muy bella a media luz. "¡Y un gato de porcelana pa´que no maulle al amor!", que reza el tango.

miércoles, 8 de enero de 2014

Despedida... y último tercio


En memoria de Nicolás Fraile, ganadero de Valdefresno. Descanse en paz, a los pies de una magnífica encina de Tavera de Abajo. Esta temporada, sus toros lucirán divisa negra, y un poco de esa negrura llevaremos también los aficionados por perder a este ganadero. A este gran ganadero. Se van los mejores.
 
DESPEDIDA
 
No he querido tomar la alternativa
como una solución, la más prudente,
sino seguro, y más: hasta valiente,
afirmar, concederme en exclusiva

a la verdad. En todo lo que escriba
citaré por la cara, iré de frente.
Si soy cogido en falta -el arte miente-
curadme de mi error para que viva.

He brindado a la plaza. Yo he querido
quedar como los buenos. Quien no empeña
con fe su corazón, está perdido.

No todo sale tan mal como uno sueña.
Yo he escrito lo que sé, lo que he podido.
Y que Dios me disculpe en su reseña.
 
 
ÚLTIMO TERCIO
 
Tengo el traje de luces preparado
como si fuera ya mi despedida
de color esperanza desvaída
y algún golpe de luz a cada lado.

Dios mío, lo que llevo toreado...
Qué largo de contar cada corrida.
Más de una vez la seda de la vida
me la rasgó algún toro resabiado.

Ya sé que no es lo que era mi figura.
La retirada urgente me amenaza.
Pero es vivir la profesión que adoro.

Y espero conservar la compostura
cuando vaya camino de la plaza
para brindarle a Dios mi último toro.

(Ambos poemas son de Javier de Bengoechea)
 

"
Nicolás se encarga de la educación ganadera de su nieto, Nicolasín. Si los recuerdos de la infancia condicionan la vida adulta, y si hasta entonces el mundo no evoluciona demasiado, el día en que el destino de Valdefresno esté en sus manos, no cabe duda de que Nicolasín Fraile será un gran ganadero que velará por la bravura de sus toros, como su abuelo, tío y padre"
(Fragmento extraído de Tierras Taurinas, opus 11 dedicado al encaste Lisardo).
 
 

Toros de Valdefresno fotografiados por Tierras Taurinas
 


miércoles, 10 de julio de 2013

Leña con marmitako


Demostró con holgura Nicolás Fraile que en Valdefresno cría toros para ser lidiados en Las Ventas.  Que lo de la pasada Beneficencia fue una canallada maquinada por Matilla con la complicidad de Choperita, ya no hay quien lo niegue. Quien quiera entender de forma rápida y clara qué es el trapío, le recomiendo que vea los toros que Nicolás Fraile llevó ayer a su debut en Pamplona en sustitución de Cebada Gago: serios como la noche, hondos, imponentes de cara, musculados, incluso con rizos asomando en la testuz, pero ninguno atacado de kilos. Tras contemplar a semejantes pavos, a uno le entra la risa floja al pensar en la "tauromaquia creativa" que pregona el actual presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, el insigne Carlos Núñez. Porque los Valdefresnos de Pamplona ligaban mal con cualquier salsa o espuma de la nouvelle cuisine: cortaban hasta el aire.

 
Por desgracia, su fondo no resultó tan espectacular como su forma. En general, fue una corrida que cumplió notablemente en el caballo y que llegó amuermada a la muleta. Falta de casta, en definitiva. Algunos toros protestaron mucho en la pañosa y embistieron de mala gana con la cara suelta y apretando para los adentros. En cada lote cayó un regalo en forma de imponentes perchas: las arboladuras del primero, quinto y sexto fueron de infarto fulminante.  

A veces, los toros no embisten por exceso de preposiciones
 
Entre los matadores, quien resolvió mejor su papeleta y estuvo por encima de las circunstancias fue David Mora, que cortó la única oreja del festejo, al quinto, un animal acapachado y con hechuras de embestir. Premio generoso en exceso si tenemos en cuenta la defectuosa estocada, muy atravesada, que contrastaba con el excelente espadazo que el madrileño le propinó al primero de su lote. En cualquier caso, tarde despejada y meritoria la de Mora que, a todas luces, ha encontrado en Pamplona una de sus plazas fetiche. Precioso, por cierto, su inicio de faena por bajo al segundo, donde exhibió su gusto y torería.

 
Rubén Pinar, en cambio, anduvo irregular, pero sereno, a ratos templado, en dos faenas dignas, algo largas, y sin excesivo brillo. Mientras el público pamplonica despachaba tarteras de marmitako, Alberto Aguilar, muy brusco y perdido toda la tarde (a diferencia de su banderillero Rafa González), se aperreaba con su duro lote y pegaba el mitin con la espada. Una alegría ver de nuevo a José Antonio Campuzano en el callejón.

 
Otra corrida, al igual que la de Dolores Aguirre, no apta para la "tauromaquia creativa" ni para toreros que resoplan cada vez que se manchan el traje, ya sea de sudor, sangre o marmitako.

lunes, 8 de julio de 2013

Ganadero charro


Gran pensador de negocios,
ladino en compras y ventas,
serio y honrado en sus cuentas,
grave y zumbón en sus ocios,

vividor como una oruga,
su vida de siempre es ésta:
con las gallinas se acuesta,
con las alondras madruga.

Clavado en la dura silla
de su viejo caballote,
se va a Extremadura al trote
y al trote toma a Castilla;

y toma allá montaneras,
y arrienda aquí espigaderos,
y busca allá invernaderos,
y goza aquí primaveras,

y viene y va con ganado,
y vende, y vuelve a arrendar,
y paga y vuelve a criar...
y siempre está atareado.

Y entre tantos trajinares,
aun puede al año unos días
lucirse en las romerías
de los rayanos lugares;

porque el intrépido charro
juega tan bien a la calva,
que no hay en tierra de Alba
quien no respete su marro.
"Charro a caballo" (Sorolla)

Ni hay labrador ni vaquero
que de tan brava manera
coja una manta torera
y eche a rodar un utrero.

Nadie como él ha lucido
yeguas en las «cuatropeas»,
y mantas en las capeas,
y marros en el ejido,

rumbos, en las romerías,
maña en los retajaderos,
fuerzas en los herraderos,
y enas tientas, valentías.

Pocas habrá tan certeras
cual sus sagaces miradas
para arrendar otoñadas
y calcular montaneras,

pesar un novillo «a ojo»,
vender oportunamente,
saber observar prudente,
saber mirar de reojo...

Mas, ¡ay, que todo declina!
Ya no baila, ni capea,
ya no lucha ni pulsea,
ya va viejo, ya se arruina...

Ya con su grave figura
y su aspecto, antes bizarro,
sombras de aquel cuerpo charro
que fue broncínea escultura...
(Fragmento del poema de José María Gabriel y Galán)
Monumento al Charro (Venancio Blanco)

Si sumamos las ferias de San Isidro, de la Comunidad y del Arte y la Cultura, desde el 1 de mayo hasta el 9 de junio, se han celebrado en Madrid 34 festejos taurinos. De ese total, sólo siete ganaderías (aproximadamente un 20%) procedían de Salamanca. Esta representación no es mucho más alta en su propia tierra, concretamente en la plaza de La Glorieta, donde cada año se anuncian menos divisas históricas charras. A las trabas del mercado, se suman los problemas tradicionales provocados por la climatología: de todas las regiones donde se crían toros bravos, Salamanca posee el tiempo más extremo, con inviernos muy duros que retrasan el crecimiento de la hierba y el remate de los animales. A pesar de todo, y sin pasar por alto los agresivos controles sanitarios puestos en marcha por la Administración, el campo charro conserva una riqueza genética única, con ganaderías de casi todos los encastes y ramificaciones: Domecq, Atanasio-Lisardo, Contreras, Saltillo, Santa Coloma, Vega-Villar, Murube, Urcola, Gamero Cívico... Y si ricos y variados son los toros salmantinos, más aún los ganaderos que los crían, "serios y honrados en sus cuentas; graves y zumbones en sus ocios". A ellos va dedicado el poema de Gabriel y Galán.
 
Precisamente, mañana, 9 de julio, debuta en Pamplona una ganadería charra: Valdefresno. Después de la estafa que la empresa de Madrid protagonizó a las puertas de La Beneficencia eligiendo a esta divisa como víctima -Choperita llegó a afirmar que eran toros "antiestéticos"-, se incrementan las ganas de que los Atanasio-Lisardos de Nicolás Fraile tapen bocas. De momento, ya ha vendido su corrida mucho mejor de lo que le iban a pagar en Las Ventas, cumpliendo con todos los requerimientos de trapío, remate y edad. Suerte, pues, para los Fraile.
 

sábado, 6 de octubre de 2012

Desencuentro entre el toreo clásico de Sergio Aguilar y la bravura de los Valdefresnos


Sergio Aguilar torea más bien que la mar: siempre en el sitio, colocado entre los pitones, puro y seco. Sin desplantes ni alharacas. Toreo serio. Macizo. Quizás por eso no llega a "la masa" (ni lo hará en un futuro, por desgracia). Aguilar no entiende de marketing; sólo de toreo clásico. Lo mejor de la tarde lo ha firmado con la mano izquierda: una serie de naturales al hilo de las tablas del 2 como hacía tiempo que no se daban en Las Ventas. El primero de Valdefresno, rajado y aquerenciado a chiqueros, no le permitió hacer más. La fortuna tampoco lo acompañó en el cuarto, un toro encastado que apretó mucho en el caballo y al que le propinaron un tercio de varas criminal. Llegó a la muleta desfondado y Aguilar trasteó de la única manera de sabe: de frente y sin trampa ni cartón. Sorteó, con diferencia, el peor lote.

Aguilar, al borde de la desesperación, porque nunca le sale un toro en Madrid.
Fotografía: Juan Pelegrín

Nicolás Fraile ha traído una buena corrida de toros a Las Ventas: sobresaliente en la forma (así se viene a Madrid, ganadero) y notable en el fondo, con un toro de lío: el tercero, de Fraile Mazas y de nombre "Cartuchero", y otros que hubieran merecido otra lidia.

"Cartuchero", esta mañana en los corrales
 
A Iván Fandiño poco le ha faltado para abrir una Puerta Grande superficial, de una y una, que se truncó por fallar con el descabello en el quinto. Este toro, protestado en los dos primeros tercios por trastabillear, fue a más en la muleta, donde galopó con alegría y descolgó la cara. El de Orduña -con una disposición irreprochable- no supo encontrarle los terrenos (a veces a favor de la querencia, a veces en contra), ni el tiempo (muy acelerado), aunque sí la distancia, citándolo de largo para enseñar el tranco del toro. Esta vez, el corazón del torero bombeó con demasiada fuerza y las ansias por abrir la Puerta Grande estropearon la faena que culminó con un estoconazo (dio la vuelta al ruedo). En el segundo, tardó en verle su buen pitón derecho y el trasteo se pasó de rosca. Volvió a matar de forma espectacular y cortó una oreja que el público pidió mayoritariamente. Legítima, por tanto.


En cuanto a David Mora -que tuvo el bonito detalle de brindarle un toro al Chano, presente en la plaza-, se le fue escandalosamente el tercer ejemplar de los Fraile, un animal con emoción, nervio y acometividad, que lo desbordó en la muleta. Lo más destacable fue la manera de ponerlo en suerte en el caballo, galleando. Con el sexto, deslucido y rajado como el primero, pasó sin pena ni gloria tras recibirlo de capa con gusto.



Tarde muy entretenida que culminó en el patio de arrastre con felicitaciones para Nicolás Fraile y su familia, ganaderos de los de antes. Como me confesó Nicolás en una ocasión: "Nosotros siempre hemos vivido a orilla de la vaca y del churro". Que sigan así.